Un
mes atrás, el Papa Francisco cesó a un obispo en México por casos de
pederastia. Antes, lo había hecho con dos obispos de Guadalajara, y trae entre
ojos al de San Luis Potosí así como a dos sacerdotes de Tijuana.
Estos
son los ejemplos que el padre Antonio Díaz Fonseca de la parroquia de Sangrado
Corazón de Jesús de esta ciudad enumera en lo que él denomina Tolerancia Cero a
clérigos pederastas, incluyendo obispos.
“A
los jefes de las diócesis se les involucra porque los obispos veían este
problema como de disciplina: un sacerdote no cumplía con ser célibe, el obispo
le llamaba la atención; el otro ofrecía arrepentimiento y con un simple cambio
de parroquia se creía que el otro se enmendaba, pero en realidad, la pederastia
es serial. En verdad no hay capacidad de parar esto. Tenemos sacerdotes con más
de cien muchachitos violados. Esto es la verdadera conciencia de la iglesia. Lo
que antes era una decisión de querer cambiar, cuando en realidad no puede.
Ahora la iglesia dice, a la persona que sea sorprendido en esto va a ser
cesado, se le va a retirar el ministerio, pero obvio el Tribunal debe de
investigar, porque puede haber casos no reales”.
De
Sinaloa, dice no conocer si algún cura se encuentra involucrado en algún caso
de pederastia “porque no puedo decir que no suceda, y porque no meto las manos
al fuego por nadie. Todos somos pecadores”.
Del
caso del obispo Jonás Guerrero Corona, retomado por la revista Proceso en su
más reciente edición, Díaz Fonseca consideró que no cuenta con la información suficiente pero se trata de un
asunto que no pasó en Sinaloa, sino que ocurrió más de una década atrás en la
vicaría sexta de la ciudad de México, en donde Guerrero Corona habría entregado
la información del sacerdote Jesús López, señalado de pederastia.
“En
su caso de obispo auxiliar no tenía jerarquía para emitir un juicio o condena,
sino de conducir la investigación, elaborar el informe y darlo a su superior”.
Dijo
que el caso y otras sospechas más mueven al escándalo por el anuncio que el
Papa Francisco recientemente realizó con la creación del Tribunal especial para
sancionar negligencias en pederastia por sacerdotes y hasta obispos.
“Algunas
gentes quieren ver escándalo en ello, pero en realidad es una gran reforma de
la Iglesia que pretende sancionar sus vicios internos, no con una reubicación
sino con el cese mismo del ministerio”.
Afirmó
que la Iglesia es la primera organización mundial que “está poniéndose las
pilas y está tratando de sancionar a su propia gente, ponerla en su lugar.
Hasta ahora no hay un gobierno, ni comunista ni liberal ni de ningún tipo, y
ninguna otra instancia que diga que va a poner vigilancia a todo su gente”.
“No
es ninguna institución de justicia la que está persiguiendo ese vicio, sino la
propia iglesia y va hacia su propia gente”.
Díaz
Fonseca consideró que el abuso sexual de infantes por adultos es un vicio que
ha existido toda la vida. “Más que con niños, sucede con las niñas. Hay
recuerdos en gentes de que hay personas que gustan de mancillar muchachitas; en
la época de la Colonia los abusos eran generalizados, y en la actualidad se
conocen estos a manos de la propia familia, desde primos, hermanos, tíos,
padrastros y hasta con padres de familia, con médicos, enfermeros, maestros. Es
aberrante, pero ocurre. Debemos poner un coto.
“Es
un fenómeno social y necesitamos ponerle un hasta aquí. El Papa está asumiendo
esto como una práctica que ocurre con sacerdotes y está poniendo un hasta aquí.
En realidad, esto es un parteaguas. Tolerancia Cero a clérigos pederastas,
incluyendo obispos”.
(RIODOCE/ LUIS FERNANDO NÁJERA/ LOS
MOCHIS EN 5 JULIO, 2015)
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