CHIHUAHUA,
Chih. (proceso.com.mx).- Un joven padre de familia rarámuri fue “levantado”
ayer por policías municipales afuera de su comunidad en Ciudad Juárez.
Eran las 7:40 horas. A las 11, un cuerpo sin vida fue localizado en la colonia Ampliación Fronteriza. Por la tarde, se confirmó que se trataba de la persona que había sido “detenida” por los uniformados.
Eran las 7:40 horas. A las 11, un cuerpo sin vida fue localizado en la colonia Ampliación Fronteriza. Por la tarde, se confirmó que se trataba de la persona que había sido “detenida” por los uniformados.
Sólo
se dio a conocer el hallazgo, hasta que la comunidad denunció que se trataba de
un rarámuri que habían “levantado” los policías.
Cuando
la comunidad se enteró de lo sucedido, interpusieron la demanda y ayer en la
noche, el secretario de Seguridad Pública Municipal de Juárez, César Omar Muñoz
Morales, dio a conocer en rueda de prensa que entregaron a dos agentes a la Fiscalía
General del Estado, como presuntos responsables de homicidio agravado.
De
acuerdo con María Rosalinda Guadalajara Reyes, gobernadora de la colonia
Tarahumara, alrededor de las 7:40 de este domingo, Carlos Efraín Jaris Cruz
-también lo conocían como Ramiro-, estaba dormido afuera del comedor del
asentamiento, cuando llegaron dos unidades de la policía municipal, la 451 y
442, de las que descendieron cuatro personas, “tres hombres y una mujer” que se
llevaron al rarámuri por la fuerza.
“El
muchacho no estaba haciendo nada que fuera contra la ley ni que perjudicara la
orden de la ley”, dijo Rosalinda anoche en entrevista, luego de rendir su
declaración en la Fiscalía Zona Norte.
Continuó:
“El
muchacho estaba nada más dormido, ahí afuera del comedor. En eso lo levantan
ellos a punta de golpes y violencia, lo suben a la unidad. Los muchachos,
muchos de los que había ahí, abogaron por él y les dijeron que por qué se lo
golpeaban, pero ellos no les hicieron caso. Insultaron a la gente, les dijeron
que si no se retiraban les iba a pasar lo mismo, les dijeron groserías y que no
fueran metiches”.
El
sábado pasado, la única hija de Carlos Efraín, Valería, se graduó de preescolar
junto con otros niños de la comunidad y hubo fiesta hasta tarde, por eso ayer él
estaba descansando en una banqueta afuera del comedor de la misma comunidad.
“Su
niña de cinco años se graduó, nada más tenía esa hija”, dio a conocer
Rosalinda, quien cuenta que hace alrededor de 10 años, Carlos Efraín llegó a la
comunidad con su familia desde el municipio de Guachochi. El padre de familia
tenía 22 años de edad.
“Llegaron
a buscar más oportunidades en la ciudad. Él era un muchacho así, tranquilo, de
hecho nunca tuvimos problemas en la comunidad con él, de pleitos con nadie, era
muy tranquilo”, agregó la gobernadora indígena.
Cristina
Luna, la esposa de la víctima está triste y no han querido decirle a la niña.
“Ayer
que encontraron su identificación, hicimos una denuncia anónima para decir que
era tarahumara, después ya fuimos a poner la denuncia. En la Fiscalía nos
dijeron que ya procedieron y que de hecho ya los tienen bajo custodia a dos o
tres municipales”, explicó Rosalinda Guadalajara.
La
gobernadora denunció que no es el primer caso de discriminación con gente de la
comunidad, ya que se llevan a jóvenes o adultos. Algunos sí tienen problemas en
la comunidad, pero cuando se los llevan les roban dinero o lo poco que traen.
“Han puesto las denuncias por el robo, pero hasta la fecha no sabemos que pase
nada”.
Muñoz
Morales informó anoche que los dos agentes puestos a disposición de las
autoridades estatales son Héctor José Holguín Aragón y Josué Cerecero Mondragón
ambos de 29 años, quienes fueron identificados por los testigos de la colonia
Tarahumara.
Los
policías detenidos, pertenecen al Distrito Centro y en el momento del crimen se
encontraban en su turno, pero además, no dieron aviso por radio. Sólo se sabía
que acudieron a un llamado de violencia doméstica.
La
dependencia municipal pidió apoyo de la Fiscalía para investigar el caso,
concentraron a todos los agentes del distrito y cinco testigos reconocieron a
los dos detenidos. Ambos iban en la unidad 442.
Sin
embargo, los testigos aseguran que participaron otros dos agentes, un hombre y
una mujer, que iban en la unidad 451, el secretario no mencionó nada.
De
acuerdo con Muñoz Morales, uno de los agentes detenido negó los hechos y el
otro aceptó de manera plena que participó en el asesinato del joven rarámuri.
(PROCESO/ PATRICIA MAYORGA/ 6 DE JULIO
DE 2015)
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