lunes, 6 de julio de 2015

DESABASTO DE MEDICINAS Y MAL SERVICIO EN EL IMSS EN BAJA CALIFORNIA


Las carencias del Seguro Social las padecen sus derechohabientes, a quienes se priva de atención médica oportuna y el surtido completo de recetas. Son los pacientes diabéticos e hipertensos, quienes en conjunto conforman alrededor del 60 por ciento del padrón de asegurados del Instituto en Baja California y regularmente enfrentan el desabasto de medicamentos que las autoridades de la delegación califican como "un pequeño problema”

Victoria Alcántar Franco se fracturó hace cuatro años, afectación que los doctores que la atendieron en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), diagnosticaron como un simple esguince, sin mediar para ello estudios que lo corroboraran.

Fue hasta hace seis meses, al no lograr sostenerse en pie, cuando la canalizaron con especialistas de la Clínica Número 20 y le practicaron los estudios, concluyendo que su padecimiento es osteomielitis en grado avanzado, el cual derivó de la falta de cuidados y tratamiento oportuno.

Victoria ya fue intervenida quirúrgicamente, le programan nuevas cirugías; aun así, no le garantiza que pueda volver a caminar.

Este caso de negligencia médica no es el único, por el contrario, es una constante en el servicio de medicina general que ofrece el Instituto a sus derechohabientes, que en la delegación de Baja California suman poco más de 2.5 millones.

Y aunque el servicio de especialidades que se ofrece en la Clínica 20 asentada en Tijuana es calificado como bueno, las posibilidades que tienen los asegurados de ser canalizados a éste son mínimos.

En un recorrido efectuado por ZETA a las distintas clínicas y hospitales del IMSS, los afiliados reprobaron particularmente el servicio médico y administrativo que ofrece la Clínica 27; quejas que Yamil Valenzuela Velarde, jefe de Servicios Administrativos de la delegación, dijo desconocer.

En contraparte, ponderó el 98.76 por ciento de abasto en medicamentos que se tiene en la región, y calificó el porcentaje de desabasto como “un pequeño problema”, el cual atribuyó al incumplimiento de los laboratorios contratados como proveedores desde las oficinas centrales del Instituto.

Reconoció que ese desabasto afecta a los pacientes con hipertensión, padecimiento que aqueja a cuando menos el 30% de los afiliados, mientras que en el caso de las personas con diabetes, la insulina Glargina, que tradicionalmente se incluye en los tratamientos médicos, no siempre está disponible en el stock de las farmacias de las clínicas y hospitales del IMSS, entidad que no subroga medicamentos, por lo que la medicina faltante, los enfermos deben adquirirla por cuenta propia.

SIN ATENCIÓN, SIN MEDICAMENTO

De acuerdo con las propias estadísticas del IMSS, la diabetes es la primera causa de muerte que registra, padecimiento que, al igual que la hipertensión, genera la principal demanda de consulta en medicina familiar y de especialidades.

Hipertensión y diabetes generan los principales ingresos hospitalarios, de ahí que su control y adecuado tratamiento sea de suma importancia para evitar futuras complicaciones en la población que las padece.

Yamil Valenzuela Velarde anotó que el desabasto de medicamentos que se enfrenta en la región, solo afecta a los pacientes hipertensos, y que en el caso de los diabéticos, si no se cuenta con la insulina tradicional, les es suministrada otra de tipo terapéutica, de la cual no precisó nombre.

Pero no en todos los nosocomios es así, tal es el caso de la Clínica 27, en la cual el fármaco sustituto se almacena en el área administrativa, sin surtir de ningún tipo de insulina a la farmacia, por lo que ésta no llega a manos de los pacientes.

Así lo enfrentó Raúl González, de 42 años, quien luego de cuatro meses de vueltas infructuosas para que le surtieran la receta, logró que el médico familiar la cambiara con medicina que sí se le pudiera surtir, pero en la farmacia le negaron el medicamento “por no llevar un informe del doctor que justiciara el cambio, pero finalmente me dijeron que ni de la nueva presentación de insulina tenían”; acudió al área administrativa del hospital, la cual, tras recibir la queja, le surtió directamente el medicamento.

Desde hace un año Raúl porta un catéter, pues padece insuficiencia renal, por ello sigue un tratamiento a base de Electroproyectina, un recuperador sanguíneo que no siempre tienen en existencia en el Instituto y, al no serle subrogado, debe comprarlo a un costo de mil 500 pesos por unidad.

MALA CALIDAD EN EL SERVICIO

Meses atrás, la salud de David Rogelio Mata, de 21 años, comenzó a menguar. Acudió a consulta familiar en la Clínica 27 del IMSS, donde le diagnosticaron infección en la garganta; le suministraron antibióticos, pero no se recuperó.

Hace un mes tuvo una crisis, por lo que su familia lo llevó a la sala de urgencias de ese nosocomio, donde le continuaron dando el mismo tratamiento para infección, negándose a internarlo, a pesar que el joven llevaba días sin probar alimento y no podía sostenerse en pie.

Don Tomás, un obrero jubilado y padre de Rogelio, optó por internarlo en una clínica particular, donde lo estabilizaron a cambio de un pago de 10 mil pesos. Los estudios que le realizaron en el hospital privado, Rogelio los llevó a su médico familiar del IMSS, por lo que actualmente recibe tratamiento contra la tuberculosis.

EL DESABASTO EN ENSENADA

A la redacción de ZETA llegó la queja de un derechohabiente de la Clínica 8 del IMSS, ubicada en Ensenada.

Se trata de Guillermo Domingo Salazar, de casi 88 años de edad, él tiene un padecimiento cardiaco y, desde el 4 de mayo, hasta la fecha, no le es suministrada la Digoxina, medicamento base de su tratamiento.

Otro caso. Un mes sí y al otro no, Servando Cárdenas enfrenta el desabasto de medicamentos en el Instituto Mexicano del Seguro Social.

La presión alta, padecimiento que le fue diagnosticado desde hace siete años, el IMSS se lo controla con tabletas de 5 miligramos de Amlodipino, que al Instituto le es provisto por AMSA Laboratorios, una empresa de medicamentos genéricos.

Pero el remedio para sus males no le es proporcionado con regularidad a Don Servando, quien debe esperar hasta un mes para que la receta le sea surtida, demora que no le es compensada con mayor cantidad de tabletas.

Si se es derechohabiente del IMSS, de una cosa puede estar seguro: o se adquiere parte del tratamiento médico por cuenta propia, o se debe armar de paciencia y esperar hasta que en la farmacia se cubra el déficit, aunque ello sea en menoscabo de la salud. La fórmula no falla.

LOS NÚMEROS DEL IMSS

La delegación del IMSS en Baja California, atiende a poco más de 2.5 millones de derechohabientes, cifra que se ha mantenido en los últimos dos años.

Al mes, el Instituto brinda un promedio de 500 mil consultas, “atendiéndose principalmente enfermedades crónico degenerativas, como hipertensión y diabetes”, anotó el jefe de Servicios Administrativos, Yamil Valenzuela Velarde.

La delegación regional cuenta en su nómina a 13 mil trabajadores, entre médicos, enfermeras y personal administrativo.

Por disposición del Gobierno Federal, este año el Instituto no incrementará su presupuesto en la delegación Baja California, la cual tendrá que manejarse con una cantidad similar a la proporcionada en 2014, la cual asciende a mil 113 millones, distribuidos de la siguiente manera:

Servicios generales en clínicas y hospitales, 814 millones 790 mil pesos; subrogación de servicios integrales, 289 millones 152 mil pesos; medicamentos y material de curación, 9 millones 368 mil pesos.

CENTRALISMO Y DESABASTO EN MEDICAMENTOS

En su presupuesto, el IMSS no prevé la subrogación de las medicinas, con todo y que enfrenta “un porcentaje mínimo de desabasto”, el cual se sitúa oficialmente por debajo del 2%.

Las oficinas centrales del Instituto son las que manejan las adquisiciones de medicamentos, material de curación, radiológicos y de laboratorios, mediante licitaciones.

Pero el IMSS no está cumpliendo con el importe de pago solicitado por los proveedores, de ahí que sus requerimientos no le sean atendidos en tiempo y forma, generando desabasto en material y medicamento de más de un 80%, en casos como el de Servicios Empresariales de Distribución Médica o Kedan de México, empresas que suministran equipos de curación.

En fármacos, laboratorios como Gamma, Silanes, Maypo, Valdecasas, Ragar y Compharma, entre otros, enfrentan porcentajes de incumplimiento de pago que fluctúa entre un 20 y un 50%.

A la delegación regional solo se le informa que “no hay proveedor nacional”, por ello, sin recurso propio para adquirir medicina, el suministro es limitado a la existencia disponible.

Lo que sí subroga el Instituto son los servicios de alta especialidad, nueve en total, todos relacionados con diálisis, hemodiálisis y cirugía cardiovascular, precisó Valenzuela Velarde.

SIN PROYECTO DE CRECIMIENTO

Para atender a los 2.5 millones de derechohabientes, en la delegación Baja California el Instituto dispone de una infraestructura de 39 unidades médicas, en las que se cuentan ocho hospitales.

Y, al menos en 2015, no prevé crecer en cuanto a infraestructura. Aunque existe un proyecto de edificar una clínica en Ensenada o Rosarito, actualmente no se cuenta con un terreno propio para ello, por lo que ni en el corto o mediano plazo se podrá concretar.

Sin un predio, “no se puede solicitar a nivel central, el recurso para invertir en el proyecto”, indicó Yamil Valenzuela.

Con todo ello, el funcionario aseguró que, en el caso de la delegación Baja California, el IMSS sí brinda la cobertura que demandan los derechohabientes.


(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ/ Isabel Mercado Juarez /   06 de Julio del 2015 a las 06:54:22)

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