Revelan
fuentes que buscaban al brazo derecho del capo para que le diera ubicación,
pero hallaron hasta ¡a la familia!
MÉXICO, D.F.- La
captura de Archivaldo Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera fue un hecho fortuito. Si
bien el lunes 17 de febrero fuerzas federales habían logrado ubicarlo en Culiacán,
Sinaloa, tras hacer una llamada con un celular satelital para que lo fueran a
rescatar desde los túneles, él pudo huir y la Marina le perdió la huella.
El grupo élite había
ya intervenido el celular de Carlos Manuel Hoo, “El Cóndor”, y tenía conocimiento
de que éste y “El Chapo” eran cercanos, por lo que lo seguían con el fin de
interrogarlo y que les dijera dónde se escondía su jefe. El objetivo en la
Torre Miramar era en realidad Hoo, ya que se detectó que el 20 de febrero
encendió su teléfono en Mazatlán, y le siguieron el rastro hasta ubicarlo.
Cuando finalmente lo
detuvieron la mañana del 22 de febrero, la sorpresa de los marinos fue
mayúscula, pues localizaron a más personas, entre ellas a Emma Coronel y
posteriormente a Guzmán Loera en el baño de una de las habitaciones.
De acuerdo con
elementos de la Secretaría de Marina (Semar) que participaron en el operativo,
personal de inteligencia detectó la señal del celular de Hoo en Mazatlán y se
realizó un rastreo de sus equipos, lo que permitió identificar distintas
llamadas que fueron hechas en el puerto. Al siguiente día, un equipo de
inteligencia vestido de civil llegó al aeropuerto mazatleco para capturar a “El
Cóndor”, pero no a “El Chapo”.
El Universal cuenta
con un audio en el que marinos explican que la mañana del 22 de febrero
aplicarían con Hoo el mismo plan de días antes, cuando se detuvo a Mario
Argüello Hidalgo, “El Nariz”, quien tras un interrogatorio reveló la ubicación
de las casas que utilizaba Guzmán Loera en Culiacán.
La captura del
narcotraficante fue filtrada a medios internacionales, aunque el gobierno
federal tardó cinco horas en confirmar que la persona detenida era
efectivamente “El Chapo”. Fue a través de la cuenta de Twitter del presidente
Enrique Peña Nieto que se ratificó la versión.
“Reconozco la labor
de las instituciones de seguridad del Estado mexicano, para lograr la
aprehensión de Joaquín Guzmán Loera en Mazatlán”, escribió el Presidente a las
11:42 del día del 22 de febrero.
De acuerdo con una
entrevista que el Mandatario concedió a un medio de comunicación en Estados
Unidos, él pidió a los secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y
de Marina, Vidal Francisco Soberón, que hasta que no estuvieran seguros de la
detención, no se diera ninguna declaración.
“Cuando él (Osorio
Chong) me pone al tanto de todo, yo le insisto: Asegurémonos de la identidad
(de Guzmán Loera). Y luego también hablo con el secretario de la Marina y le
pido lo mismo. Incluso, me envía fotos de la detención y me dice que tiene la
casi total seguridad de que se trata de él, pero que hay que hacerle las
pruebas. Y por eso nos llevó un tiempo, para poder tener certeza de que
habíamos aprehendido realmente a este delincuente“.
Casi tres horas
después en el hangar de la Semar, el procurador general de la República, Jesús
Murillo Karam, dijo que hasta que se tuvo la certeza al 100% de que se trataba
de Guzmán Loera, se decidió confirmar la noticia.
HALLAN PREMIO MAYOR
El personal
consultado, que solicitó el anonimato, explicó que el Gobierno Federal perdió
el rastro de Guzmán Loera la mañana del 17 de febrero cuando logró escapar
junto con “El Cóndor” y su cocinera, “La Chapis”, de unA casa ubicada en la
calle Río Humaya, en la colonia Guadalupe, Culiacán.
A través de un túnel
que conectaba al drenaje de la ciudad, el capo y sus acompañantes caminaron
cerca de 1 kilómetro hasta salir a una toma que se ubica cerca de la Comisión
Nacional del Agua (Conagua), en la colonia Recursos Hidráulicos. En ese punto
fueron rescatados por Manuel López Osorio, “El Picudo”, identificado por el
gobierno federal como el jefe de plaza del cártel de Sinaloa en Culiacán.
Cuatro días pasaron
sin que las autoridades tuvieran la mínima idea de dónde se encontraba el
narcotraficante que en enero de 2001 logró escapar del penal de máxima
seguridad de Puente Grande, Jalisco.
Los elementos de la
Marina habían estado cerca de detenerlo en la casa de dos pisos de Río Humaya,
pero las medidas de seguridad que tomó el capo —reforzamiento de las puertas
con acero y los túneles—, permitieron su fuga.
Las líneas de
investigación que tenía el gobierno eran muchas, pero ninguna certera. Su
paradero se desconocía. Fue hasta el 20 de febrero cuando surgió una nueva
pista. Las autoridades detectaron que uno de los teléfonos celulares de Carlos
Manuel Hoo fue prendido en Mazatlán. A partir de ese momento se rastrearon
distintas llamadas que fueron hechas desde esta ciudad, todas coincidían con
los números de Hoo.
“Desde que salió,
desde que se escapó el domingo para amanecer lunes, lo sacaron para Mazatlán.
De ahí no supimos nada hasta el jueves que el teléfono de “El Cóndor” prendió y
supimos dónde estaba. Empezamos a checar todos los números de este capo, todos
estaban en Mazatlán. ¿Qué hicimos? El viernes llegó una fuerza de civil a
Mazatlán y el viernes en la noche se enganchó, se ubicó a “El Cóndor”, no a él
(“El Chapo”). Ya fue que decidieron el sábado a las 5:00 de la mañana
intervenir ese departamento”, comentó una de las fuentes consultadas.
Al identificar uno
de los lugares de donde fueron hechas las llamadas, el operativo inició poco
antes al amanecer del 22 de febrero con el arribo de camionetas particulares,
así como de la Marina. El objetivo: detener a “El Cóndor”.
“En lo que llegaron
no fue más de media hora, porque tenían que subir piso por piso. Subieron piso
por piso, un equipo, el otro equipo de arriba para abajo. La persona que lo
ubicó (a Carlos Manuel Hoo) con la inteligencia que nosotros tenemos, lo ubicó
en el cuarto piso, muy probable se subió al quinto, se descartó. Se regresó al
cuarto, se ubicó, fondo a la izquierda. No tenía seguridad, ni abajo ni arriba.
En el 602 había un americano y uno del DF, pero estaban en una fiesta y tenían
droga. Pensamos que era su seguridad (de ‘El Chapo’), porque tenían un arma,
pero no, no tenían nada que ver”, describió uno de los elementos de la Marina
que participó en el operativo.
Una vez que los
marinos lograron ingresar al departamento 401 de la Torre Miramar, el cuerpo de
élite detuvo a Carlos Manuel Hoo, “El Cóndor”, quien estaba detrás de la puerta
de la entrada al inmueble.
TENÍAN SOSPECHAS
De acuerdo con el
personal consultado y el audio en poder de El Universal, Hoo no delató a su
jefe; sin embargo, los marinos se percataron de que en el lugar había más
personas.
Ubicaron a la
cocinera, “La Chapis”, y después en uno de los cuartos a Emma Coronel y a las
dos niñas. Al continuar con la revisión llegaron al baño. Aventaron la puerta,
ésta rebotó y fue en ese momento cuando los elementos supieron que adentro del
baño se encontraba “El Chapo”.
Tras escuchar
repetidamente “¡ríndete Chapo!”, el capo sacó las manos y poco a poco fue
descubriendo su rostro, en ese momento le fue tomada la primera foto que se
difundió en la prensa. En ella se mostraba a Guzmán Loera con la mirada perdida
y el torso desnudo.
“Teníamos la
sospecha de que (Guzmán Loera) andaba con él (Carlos Manuel Hoo), pero
certeramente de que estaba con ‘Cóndor’ no. Lo que hacíamos, así como con
‘Nariz’ (Mario Hidalgo Argüello), como cuando agarramos a ‘Nariz’, si está
‘Cóndor’ nos va a llevar a él (‘El Chapo’), así como ‘Nariz’ nos llevó a las
casas. No sabíamos que él [Guzmán Loera] estaba en ese departamento, y mucho
menos de que estaba con Emma y las niñas”, explicó el personal de la Marina.
Al detenerlo, el
narcotraficante les dijo a las autoridades que no creía que lo fueran a
atrapar, y más cuando días antes había logrado huir en Culiacán.
“Él estaba muy
confiado de que no lo íbamos a agarrar. Estaba muy confiado que, el día que se
fue de la casa (de Culiacán) no lo íbamos a detener. Que nos iba a desmoralizar
ver las casas, y cuánto tardamos en entrar. Él, esa era su confianza, era muy
confiado de que nadie le había hecho nada y de que no le íbamos a hacer nada.
Pensó que hasta ahí nos quedábamos y no iba a pasar nada, pero no contaba con
que un grupo se iba ir a Mazatlán”.
MARCHAN EN CULIACÁN
CULIACÁN.- Alrededor
de un centenar de ciudadanos, periodistas, activistas y militantes de partidos
políticos marcharon por la avenida Obregón en defensa de la dignidad sinaloense
para rechazar la narcocultura y la impunidad.
Los inconformes
iniciaron el recorrido en el Templo La Lomita, ubicado en la colonia Guadalupe
hasta llegar a catedral en el primer cuadro de la ciudad, donde coreaban
“Sinaloa, Sinaloa” y mostraron pancartas con leyendas como “menos corrupción”,
“menos impunidad” y “sinaloenses por la paz”.
En el transcurso de
la movilización, los manifestantes aplaudieron al paso de los automovilistas y
los peatones. Salomón Monarrez de la organización Oficina del Pueblo, critico
al gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez por no sumarse a esta
manifestación.
(VANGUARDIA/ El
Universal/ domingo, 02 de marzo del 2014)
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