Confirman irregularidades; rescatan a otros cuatro jornaleros y analizan la información para sancionar
Armando NIEBLAS
MEXICALI.- Inspectores de la
Secretaría del Trabajo de las instancias federal y estatal, acompañados
por representantes del Instituto Nacional de Migración (INM) y el Grupo
BETA, y escoltados por elementos fuertemente armados de la Policía
Estatal Preventiva (PEP), realizaron un operativo sorpresa en las
instalaciones de la empresa Olivarera Italo-Mexicana, donde se
confirmaron las precarias condiciones laborales y las irregularidades
que come-te dicha compañía en su operación.
El convoy, integrado por 4 unidades de la PEP, 3 del INM y uno más
del escuadrón de rescate aguiluchos, se internó 47 kilómetros en la
Laguna Salada, lugar donde se encuentra ubicada dicha empresa.
El trayecto para llegar a la olivarera es muy complicado, dado
que las recientes lluvias provocaron grandes arroyos que prácticamente
borraron el camino, ocasionando que las autoridades tardaran
apro-imadamente una hora en llegar al lugar.
Una vez en la empresa, los inspectores y demás autoridades fueron
recibidos por el representante legal de la misma, un sujeto que se
identificó como Eduardo Ferrara Villareal, quien no ocultó su molestia
por la presencia del operativo, aunque accedió a colaborar. Sin embargo,
prohibió el paso a la prensa, particularmente del reportero de EL
MEXICANO, argumentando que era una orden de su patrón.
Al interior se observaban un par de camiones de pasajeros, cuya
tarea es la de trasladar a los jornaleros recién reclutados, la mayoría
en Caborca, Sonora. Incluso este jueves habían arribado 40 nuevos
empleados originarios del Estado de Chiapas y según los empleados, son
traídos a Mexicali con engaños, pues les prometen un mejor salario,
alimentación y nunca les hablan del clima extremoso que se registra en
esa zona.
Conforme avanzaban, los inspectores de la Secretaría del Trabajo
del gobierno federal, iban tomando nota de las irregularidades en
materia de seguridad y protocolo, constatando que los empleados no
cuentan con las medidas de seguridad adecuada, por ejemplo el uso de
cascos o lentes, así como los manuales para proceder en caso de una
emergencia.
Por su parte, los inspectores de la Secretaría del Trabajo del
Estado confirmaron que los trabajadores duermen en literas de metal con
fondo de manera, mismas que son reforzadas con un delgado colchón, las
cuales están ubicadas debajo de un techo de lamina.
Debido a las altas temperaturas, algunos jornaleros optan por
recostarse debajo de una planta de olivo, con el peligro de ser
atacados por una serpiente o alacrán, que según los propios
trabajadores, son muy comunes en esa zona.
Por si fuera poco, algunos trabajadores comentaron que las
recientes lluvias han propiciado que sus improvisados dormitorios se
vean afectados, pues aquellos que duermen bajo la sombra de una planta,
tienen que buscar resguardo en otro lugar.
Se estima que la Olivarera Italo-Mexicana cuenta con una
plantilla de entre 120 y 140 empleados, entre jornaleros, operadores de
maquinaria y los propios cuidadores del rancho.
Sin embargo, las
condiciones laborales para unos y otros son muy diferentes, ya que
mientras que los jornaleros habitan incómodas literas a la intemperie,
el resto de los empleados de mayor nivel, pernoctan metros más adelante
en instalaciones cerradas, con aire acondicionado, camas y una mejor
alimentación.
Los trabajadores jornaleros son alimentados con tortillas,
frijoles y arroz, además de que se hidratan con el agua del pozo, la
misma que se utiliza para regar las plantas de olivo.
A pesar del alimento poco nutritivo y el agua extraída de los pozos, los jornaleros denunciaron que la empresa les cobra 380 pesos por semana por su alimentación, misma que se les descuenta de su sueldo quincenal.
Es decir, la empresa le paga a los empleados 20 pesos por caja
pizcada de aceituna y según declaraciones de los propios jornaleros, en
promedio pizcan de 5 a 6 cajas, lo que representa un ingreso máximo de
120 pesos diarios, dando un total semanal de 720 pesos, a los cuales se
les debe restar los 380 pesos de la alimentación.
Es por eso que algunos trabajadores han optado por abandonar el
trabajo, pues señalan que es muy pesado y la ganancia es muy poca, sin
embargo cuando manifiestan su intención de retirarse, los capataces se
molestan, por ello han optado por escapar del rancho en plena noche.
Otra de las irregularidades detectadas es la falta de higiene en
el área de la cocina y es que según declaraciones de elementos del Grupo
Beta, la primera ocasión que acudieron se encontraba en muy mal estado e
incluso las tortillas que le daban a los trabajadores se encontraban en
el suelo.
Conforme pasaban los minutos, los inspectores fueron encontrando
irregularidades, mismas que fueron registradas en sus reportes y
aprovecharon el convoy para preguntar a los empleados si estaban
conformes con el trato.
Fue entonces cuando el representante legal aseguró que los
trabajadores son libres de abandonar la empresa cuando así lo deseen,
sin embargo tienen que caminar en el mortal desierto casi 50 kilómetros
para llegar a la carretera, lo que representa poner en peligro su vida,
ya que no reciben apoyo de la empresa para ser trasladados.
En ese acto, 4 jornaleros pidieron el apoyo de las autoridades y
decidieron abandonar la empresa, por lo cual tuvieron que liquidarlos y
pagarle lo que les debían, por supuesto con sus respectivos descuentos
por alimentación.
Se trata de 4 hombres, 2 originarios de Caborca, 1 de Tabasco y 1 mas de Chiapas.
Después de 3 horas de operativo, los inspectores abandonaron el
lugar y confirmaron la serie de irregularidades que ha cometido esta
empresa en contra de los trabajadores, por lo cual se espera que las
autoridades federales y estatales impongan fuertes sanciones a la
empresa en el transcurso de los próximos días.
(EL MEXICANO/ Armando NIEBLAS/ 06 de Septiembre 2013)
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