viernes, 6 de septiembre de 2013

"REVIENTAN" AUTORIDADES OLIVANERA EN LA "SALADA" EN MEXICALI

Confirman irregularidades; rescatan a otros cuatro jornaleros y analizan la información para sancionar
 
Armando NIEBLAS 
MEXICALI.- Inspectores de la Secretaría del Trabajo de las instancias federal y estatal, acompañados por representantes del Instituto Nacional de Migración (INM) y el Grupo BETA, y escoltados por elementos fuertemente armados de la Policía Estatal Preventiva (PEP), realizaron un operativo sorpresa en las instalaciones de la empresa Olivarera Italo-Mexicana, donde se confirmaron las precarias condiciones laborales y las irregularidades que come-te dicha compañía en su operación. 
 
El convoy, integrado por 4 unidades de la PEP, 3 del INM y uno más del escuadrón de rescate aguiluchos, se internó 47 kilómetros en la Laguna Salada, lugar donde se encuentra ubicada dicha empresa. 

El trayecto para llegar a la olivarera es muy complicado, dado que las recientes lluvias provocaron grandes arroyos que prácticamente borraron el camino, ocasionando que las autoridades tardaran apro-imadamente una hora en llegar al lugar. 

Una vez en la empresa, los inspectores y demás autoridades fueron recibidos por el representante legal de la misma, un sujeto que se identificó como Eduardo Ferrara Villareal, quien no ocultó su molestia por la presencia del operativo, aunque accedió a colaborar. Sin embargo, prohibió el paso a la prensa, particularmente del reportero de EL MEXICANO, argumentando que era una orden de su patrón. 

Al interior se observaban un par de camiones de pasajeros, cuya tarea es la de trasladar a los jornaleros recién reclutados, la mayoría en Caborca, Sonora. Incluso este jueves habían arribado 40 nuevos empleados originarios del Estado de Chiapas y según los empleados, son traídos a Mexicali con engaños, pues les prometen un mejor salario, alimentación y nunca les hablan del clima extremoso que se registra en esa zona. 

Conforme avanzaban, los inspectores de la Secretaría del Trabajo del gobierno federal, iban tomando nota de las irregularidades en materia de seguridad y protocolo, constatando que los empleados no cuentan con las medidas de seguridad adecuada, por ejemplo el uso de cascos o lentes, así como los manuales para proceder en caso de una emergencia. 

Por su parte, los inspectores de la Secretaría del Trabajo del Estado confirmaron que los trabajadores duermen en literas de metal con fondo de manera, mismas que son reforzadas con un delgado colchón, las cuales están ubicadas debajo de un techo de lamina. 

Debido a las altas temperaturas, algunos jornaleros optan por recostarse debajo de una planta de olivo, con el peligro de ser atacados por una serpiente o alacrán, que según los propios trabajadores, son muy comunes en esa zona. 

Por si fuera poco, algunos trabajadores comentaron que las recientes lluvias han propiciado que sus improvisados dormitorios se vean afectados, pues aquellos que duermen bajo la sombra de una planta, tienen que buscar resguardo en otro lugar. 

Se estima que la Olivarera Italo-Mexicana cuenta con una plantilla de entre 120 y 140 empleados, entre jornaleros, operadores de maquinaria y los propios cuidadores del rancho.

 Sin embargo, las condiciones laborales para unos y otros son muy diferentes, ya que mientras que los jornaleros habitan incómodas literas a la intemperie, el resto de los empleados de mayor nivel, pernoctan metros más adelante en instalaciones cerradas, con aire acondicionado, camas y una mejor alimentación. 

Los trabajadores jornaleros son alimentados con tortillas, frijoles y arroz, además de que se hidratan con el agua del pozo, la misma que se utiliza para regar las plantas de olivo. 

A pesar del alimento poco nutritivo y el agua extraída de los pozos, los jornaleros denunciaron que la empresa les cobra 380 pesos por semana por su alimentación, misma que se les descuenta de su sueldo quincenal. 

Es decir, la empresa le paga a los empleados 20 pesos por caja pizcada de aceituna y según declaraciones de los propios jornaleros, en promedio pizcan de 5 a 6 cajas, lo que representa un ingreso máximo de 120 pesos diarios, dando un total semanal de 720 pesos, a los cuales se les debe restar los 380 pesos de la alimentación. 

Es por eso que algunos trabajadores han optado por abandonar el trabajo, pues señalan que es muy pesado y la ganancia es muy poca, sin embargo cuando manifiestan su intención de retirarse, los capataces se molestan, por ello han optado por escapar del rancho en plena noche. 

Otra de las irregularidades detectadas es la falta de higiene en el área de la cocina y es que según declaraciones de elementos del Grupo Beta, la primera ocasión que acudieron se encontraba en muy mal estado e incluso las tortillas que le daban a los trabajadores se encontraban en el suelo. 

Conforme pasaban los minutos, los inspectores fueron encontrando irregularidades, mismas que fueron registradas en sus reportes y aprovecharon el convoy para preguntar a los empleados si estaban conformes con el trato. 

Fue entonces cuando el representante legal aseguró que los trabajadores son libres de abandonar la empresa cuando así lo deseen, sin embargo tienen que caminar en el mortal desierto casi 50 kilómetros para llegar a la carretera, lo que representa poner en peligro su vida, ya que no reciben apoyo de la empresa para ser trasladados. 

En ese acto, 4 jornaleros pidieron el apoyo de las autoridades y decidieron abandonar la empresa, por lo cual tuvieron que liquidarlos y pagarle lo que les debían, por supuesto con sus respectivos descuentos por alimentación. 

Se trata de 4 hombres, 2 originarios de Caborca, 1 de Tabasco y 1 mas de Chiapas. 

Después de 3 horas de operativo, los inspectores abandonaron el lugar y confirmaron la serie de irregularidades que ha cometido esta empresa en contra de los trabajadores, por lo cual se espera que las autoridades federales y estatales impongan fuertes sanciones a la empresa en el transcurso de los próximos días. 

(EL MEXICANO/ Armando NIEBLAS/ 06 de Septiembre 2013)

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