lunes, 12 de agosto de 2013

EPR: ALUSIONES PERSONALES



El Ejército Popular Revolucionario (EPR) reapareció este viernes - y rompió su dinámica de difundir un posicionamiento social y político los primeros días de cada mes-, para denunciar “una estrategia contrainsurgente” del Estado Mexicano en su contra. Los pilares de esta, afirman, son la nueva guerrilla Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) -que se reconoció como una escisión de esa organización-, y quien esto escribe, por dos columnas sobre el secuestro del abogado Diego Fernández de Cevallos, y su despliegue en Guerrero, Oaxaca y Michoacán. El contexto lo dan las decenas de comunidades en Guerrero y Michoacán, donde hay vínculos informales, pero cada más sólidos, entre grupos armados y el narcotráfico.

El EPR aseguró en un comunicado fechado el 8 de agosto: “Estos dos hechos aparentemente desvinculados entre sí tienen un hilo conductor, que los sitúa en la punta de lanza de una escalada contrainsurgente y en contra de nuestro partido. Campaña para deslegitimar el carácter revolucionario de nuestra lucha y justificar nuevos crímenes de lesa humanidad, presentados como pugnas internas (lo que no es nuevo). Ante esta campaña policiaco-militar contra los revolucionarios, todas las instancias del partido y nuestro ejército tomaremos las medidas requeridas que el caso amerita”.

No hay que ver la superficie, que es la amenaza, sino lo que llevó al EPR a irse a la ofensiva. Las columnas no pueden ser. Como en otras ocasiones en relación con quien esto escribe, pudieron refutarlas en su momento. Lo inédito que los forzó a salir de su zona de confort mediática fue la aparición del ERP. En su primer comunicado acusa al EPR y al su órgano central, el Partido Democrático Popular Revolucionario, de abandonar sus principios y ordenar acciones “dirigidas desde el escritorio” que incluyen ejecuciones, apoyar a “gentes que no tienen una actitud correcta ante la vida”, mentir, manipular y mantener una línea ideológica ortodoxa que les impide avanzar en la tarea revolucionaria.

El EPR respondió con un lenguaje afectado, donde se refieren peyorativamente del ERP para descalificarlo. “No es más que una ostensible provocación policíaco-militar”, refuta el EPR, y rechaza que hayan militado en sus filas. “Sus dichos son patrañas… con la clara pretensión de generar las condiciones para justificar y colaborar con la represión y los crímenes de lesa humanidad… Su aparición se da en el contexto emprendido a través del paramilitarismo y las plumas oficiosas que se empeñan en desacreditar nuestra lucha con fines contrainsurgentes”.

Entre las “plumas oficiosas” se refieren a quien esto escribe, cuyas columnas son calificadas como “calumnias y elucubraciones policiacas con un solo propósito: justificar la represión y el baño de sangre. ¿Qué le hemos hecho señor Riva Palacio? ¿Por qué tanta saña en contra de nuestro partido? ¿Nos quiere ver muertos, presos, o detenidos-desaparecidos? ¿Por qué insiste en vincularnos con la delincuencia?”. El EPR, como todas las guerrillas, siempre rechaza la acepción de “secuestro”. Le llama “retención”, un eufemismo para evitar que su acción sea vista como un delito y no como un acto de reivindicación guerrillera.

La columna sobre Fernández de Cevallos mencionaba que una escisión del EPR lo secuestró. El método, la forma de comunicarse y el escenario donde le tomaron las fotografías como prueba de vida, son idénticos, por ejemplo, al de un textilero que secuestraron dos años antes, por el que cobraron 70 millones de pesos. Cuando en el gobierno de Vicente Fox se reventó la casa de seguridad del EPR donde vivían sus jefes, se encontraron decenas de los millones de pesos, que se pagaron por el secuestro del empresario Ángel Losada en 1994.

La otra de la que se quejan es sobre su despliegue en la cuenca del descontento. Sin embargo, la zona de reciente resurgimiento de grupos de autodefensa civil y policías comunitarios en Oaxaca y Guerrero, están bajo su influencia desde 1996, y experiencias similares previas fueron organizadas y manejadas por células eperristas. En el caso de Michoacán, Los Caballeros Templarios se extendieron a Tierra Caliente en Guerrero, donde absorbieron o expulsaron a miembros del ERPI, otra escisión del EPR. Las autoridades de Michoacán encontraron manuales del EPR en algunas normales, así como videos donde instruyen para la insurrección.

Es falso que haya una nueva estrategia contrainsurgente en su contra, por el absurdo de pensar en la unilateralidad, y que cuando un grupo armado declara la guerra al Estado, no haya respuesta. El comunicado del EPR sugiere entonces la existencia de una simulación. Pero sería insensato asumir que el EPR no existe o que es un invento del Estado Mexicano. Por eso, la pregunta sin respuesta es qué tanto y en dónde el ERP lastimó los eperristas, para que estén tan nerviosos y enojados, que hayan tenido una reacción tan poco inteligente y tan apresurada.
 
(ZOCALO/ Columna de Raymundo Riva Palacio/ 12 de Agosto 2013)

No hay comentarios:

Publicar un comentario