SAO
PAULO (Proceso).- El próximo 3 de octubre Petrobras cumplirá 60 años.
Tres semanas después –el 21 de octubre– el gobierno de Brasil festejará
con un acto simbólico: lanzará la primera convocatoria para licitar la
explotación del campo de Libra, ubicado a 200 kilómetros de la costa de
los estados de Sao Paulo y Río de Janeiro.
Libra es uno de los
megacampos petroleros que se encuentra en la formación geológica Presal,
ubicada a unos 7 mil metros de profundidad en aguas cercanas a la costa
del Atlántico. Se calcula que estos yacimientos pueden tener reservas
por más de 50 mil millones de barriles de crudo, volumen cuatro veces
mayor que las actuales reservas de Brasil, de aproximadamente 14 mil
millones de barriles.
Según la presidenta Dilma Rousseff, las
ganancias de estos megacampos deben servir para cambiar radicalmente el
sistema educativo y de salud pública del país.
De hecho, el
Congreso aprobó el miércoles 14 la ley que destina 75% de las regalías
del petróleo a la educación y 25% al sistema de salud, uno de los
pilares de la gestión de Rousseff para recuperar el respaldo popular
tras las manifestaciones de protesta de junio pasado.
Con el campo
Libra, Brasil ingresará en una nueva fase de su historia energética:
será el primero en explotarse bajo el modelo de producción compartida, y
no mediante el sistema de concesiones imperante desde 1997 cuando la
industria petrolera permitió la participación de empresas privadas. Se
espera que 40% de las ganancias netas del crudo extraído –con un
contrato de 35 años de duración– sean para el Estado.
Fragmento del reportaje que se publica en la edición 1920 de la revista Proceso, actualmente en circulación.
/20 de agosto de 2013)
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