martes, 30 de julio de 2013

"CON LO QUE HE PROVOCADO...PREFIERO MORIR"

Pésame. La princesa Letizia, la Infanta Elena y el presidente Mariano Rajoy, dan el pésame a los familiares de las 79 víctimas mortales del accidente ferroviario ocurrido en las proximidades de la capital gallega. Foto: Vanguardia-EFE
 
El maquinista responsable de la tragedia ferroviaria de Santiago se sinceró ante el comisario de la Brigada.

MADRID.- El contenido de la investigación policial del accidente del tren de Santiago, al que ha tenido acceso El País, reconstruye los trágicos momentos que se vivieron en el lugar del siniestro.

El comisario jefe de la Brigada Judicial fue de los primeros en hablar con el maquinista, Francisco José Garzón Amo. En ese momento ardían dos de los vagones.

El comisario ordenó instalar un puesto de mando desde el que coordinar los servicios. En ello estaba cuando se le acercó un antidisturbios con otra persona. “Es el maquinista del tren”, comentó el agente. El comisario cuenta: “Al ver que tenía una herida en la cara, le invité a sentarse”. El comisario le preguntó por su salud.

“Estoy herido leve. Pero yo no soy lo importante, lo importante son los pasajeros”, le respondió Garzón. Y este añadió en tres ocasiones: “La he jodido”. El comisario le inquirió: “¿Qué ha ocurrido?” Y Garzón respondió. “Pues que circulaba a 190 kilómetros por hora”.

El maquinista le preguntó al mando: “¿Ha muerto alguien”. El comisario prefirió ocultarle la verdad al ver sus heridas: “No se preocupe ahora de eso”. “¿Pero cómo quiere que me calme? Con lo que he provocado, prefiero morirme”. Lo repitió en cuatro ocasiones.

Diálogo con dos policías

Antes de hablar con el comisario, Garzón dialogó con varios agentes que le ayudaron a salir de la cabina. Uno de los policías que acompañó a Garzón al hospital le preguntó si accedía a extraerse una muestra de sangre, para descartar algún tipo de bebida alcohólica. Garzón, según este agente, dijo que no había bebido, y que no tenía ningún problema en someterse a la analítica.

Alfonso Manuel Lecandatiene viajaba en el asiento 9º del vagón número 5. Era la primera vez que iba en un tren de alta velocidad. “Durante el trayecto no noté nada, hasta que en un momento dado se produjo una inclinación del tren”. Salió del tren por una ventanilla. Y más tarde se le acercó una persona que decía ser el maquinista. Sangraba. Se arrodilló y dijo: “Soy el maquinista. Yo tenía que haberme quedado ahí”.

Antonio Martín, interventor de Renfe, señaló que iba en el tren y que en la estación de Ourense el tren cambió de conductor y se puso al frente Garzón al que conoce hace años. Añadió que habló con él cuando subió al tren porque “tienen obligación de comunicarse para darse novedades, y que no le señaló ninguna”. La policía le preguntó si notó exceso de velocidad. “No, ya que se trata de una vía nueva y de alta velocidad y no hay sensaciones de velocidad”. 

(VANGUARDIA/ El País / martes, 30 de julio del 2013)

 




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