La Viña del Señor
El papel protagónico en el combate
contra el crimen organizado que asumió la Secretaría de Marina-Armada de
México durante el gobierno de Felipe Calderón y que Enrique Peña Nieto,
ha sostenido durante su gestión, ha llevado a que dicha institución
pague su cuota de sangre en el despliegue de tal estrategia… para muchos
con visos de fallida.
La ejecución en Michoacán del vicealmirante Carlos Alberto Salazar
Ramonet, originario del puerto y su ayudante en manos de comandos de los
Caballeros Templarios han puesto en alerta a las fuerzas del orden,
cuando apenas hace días fueron emboscados varios vehículos de la Policía
Federal en la zona de Tierra Caliente en esa misma entidad.
Del Estado débil al Estado fallido
Hechos como los narrados y que ya
forman parte del horror que sufre el país fueron anunciados por el
médico forense Alfredo Rodríguez García, en el Primer Coloquio de
Criminología de la Vizcaya, cuando habló del paso del Estado débil al
Estado fallido, de la ejecución de líderes y funcionarios, del
incremento de la violencia y hasta de la posible ejecución de acciones
terroristas.
En ese contexto, el presunto robo por los amantes de lo ajeno de tres
armas de las instalaciones de la Armada en Punta de Lastre, entre ellas
un lanzagranadas, no es para tomarse a chiste y menos cuando existen
indicios de que la seguridad pública en el ámbito municipal parece
vulnerada ante la presencia de sospechosos grupos armados circulando
impunemente por la ciudad o el incremento de delitos de alto impacto
cuyo saldo sangriento empieza a preocupar por la tranquilidad que
caracterizaba al puerto.
Lo anterior sin duda orilló, la reunión secreta realizada este 30 de
julio y de que dio cuenta El Portal de la Noticia, entre el gobernador
Guillermo Padrés, el secretario de Seguridad Pública en el estado
Guillermo Munro y el comandante de la IV Región Naval, en donde los
militares se quejaron de los jefes policíacos de Guaymas. Recuérdese que
en recientes operativos de la Armada y la Policía Estatal no fue
convocada la policía municipal.
¿Quién opera la seguridad pública municipal?
Llamó poderosamente la atención que
a la misma no haya estado presente el alcalde Otto Claussen Iberri,
quien con su desapego ha mandado el mensaje de que las funciones
inherentes a la alcaldía le valen puritito churro, cuando el tipo se la
lleva gobernando el municipio a control remoto, pues servicios públicos
como el de seguridad lo ha dejado en manos de gentes como Eduardo
Gaxiola Márquez, su particular y hombre de todas sus confianzas y a más
de diez meses de administración no hay director de Seguridad Pública
Municipal. De ahí el estado actual de cosas que ya tocan el deterioro.
La reforma constitucional de 2008 contemplaba cuatro rubros a atender
para enfrentar el reto de la violencia y la inseguridad que se padecía y
que comprendía la seguridad pública, la procuración de justicia, la
administración de justicia y la reinserción social, en donde destacaba
la formación de una policía científica en la prevención y la
investigación de los delitos como parte de la estrategia para aplacar al
crimen en todas sus manifestaciones.
El criminólogo Marcos Gabriel Barrón Cruz, en su libro “Violencia y
seguridad en México en el umbral del siglo XXI” publicado por el
Instituto Nacional de Ciencias Penal de la PGR anotaba que para la
CONAGO y la SSPF que encabezaba entonces Genaro García Luna, las
policías municipales eran extremadamente corruptas, de ahí su propuesta
de desaparecerlas y de crear una Policía única.
El caos policial que es inocultable en el país ha generado que
prosperen propuestas como la formación de la Gendarmería Nacional, otra
fuerza policíaca que atenderá las zonas rurales, que son las más
afectadas por la violencia, la cual tampoco es garantía de su
contención.
Si a Bernardino Cruz Rivas, le gustaba uniformarse de policía y
acompañar a los elementos de la corporación en los operativos de fin de
semana cuando fungía como alcalde, herr Otto ha resumido la función
policíaca en los retenes que Javier Velderraín Paredes, implementa en
algunos puntos para pasarle báscula a los automovilistas y a bajar del
macho a un que otro borracho punible. Velderraín es un extraño caso de
sobrevivencia, pues sin ser policía, ni contar con mínimos conocimientos
en policiología, ni en la Ley de Tránsito, ha sabido mantenerse en
varias administraciones, con el Bebo Zataraín, cobró como subjefe de
policía detrás de Oscar Pañal Barragán, con el PAN (2009-2012) fue Jefe
de Tránsito y con Claussen continua en el mismo cargo. Francisco
Vidaurrázaga Soto, el Colorado, de quien nadie duda conoce por sus
muchos años de servicios la situación de la realidad porteña se cocina
aparte.
Sin estar involucrado en grandes escándalos como muchos
elementos de la dependencia y actuar con prudencia como el viejo zorro
que es, ejerce un fuerte liderazgo entre los uniformados y en los
momentos difíciles ha sabido nadar de muertito para sobrevivir
hábilmente a las crisis, como cuando formó parte del grupo de los
Panchos en tiempos de Francisco Chespirito Gallegos Ricardez, con
Bernardino y sorteó la caída de Oscar Villa Encinas al revocársele el
mandato a Sara Valle en 1999 y no se fue en el viaje al rodar las
cabezas de José Bolaños Castro y Librado Negro Navarro con César
Lizárraga. Su actual mancuerna con Eduardo Gaxiola está dando mucho de
qué hablar.
En Guaymas no han podido ser superados los problemas derivados del
SUBSEMUN cuando en la anterior administración panista se llegó a hablar
de empresas fantasmas involucradas en la compra de los uniformes para
los policías; el sospechoso asunto de los ascensos “a modo” que con
César Lizárraga le costaron a Oliver Flores dejar la comisión de
Seguridad Pública y a Bolaños Castro el cargo de director de la policía
municipal, cuyo proyecto más avanzado en la materia fue agrandar la
avenida Serdán con pura pintura; la salida del “suertudo” de Ramón
Aguirre Vizcarra de la dirección de Seguridad Pública al reprobar el
examen de confianza del C3, la cuestión de los poligrogos y el manejo
discrecional de la corporación por el dúo Gaxiola-Colorado, que se
manifestó con el enredo derivado de la supuesta compra de patrullas
allende la frontera con los 4 millones de pesos asignados por el mentado
fideicomiso destinado a mejorar la infraestructura y equipo y por tanto
a eficientar y profesionalizar las áreas de seguridad pública
municipal.
¿Todo lo anterior será razón suficiente para que los Marinos de la Armada de México desconfíen del Vida y sus muchachos?
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ Columna La vIña del Señor/ Martes, 30 de Julio de 2013 16:3)
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