martes, 30 de julio de 2013

NADA NUEVO BAJO EL SOL: LOS MARINOS DESCONFIAN DE LA POLICIA MUNICIPAL DE GUAYMAS

La Viña del Señor
 
El papel protagónico en el combate contra el crimen organizado que asumió la Secretaría de Marina-Armada de México durante el gobierno de Felipe Calderón y que Enrique Peña Nieto, ha sostenido durante su gestión, ha llevado a que dicha institución pague su cuota de sangre en el despliegue de tal estrategia… para muchos con visos de fallida. 

La ejecución en Michoacán del vicealmirante Carlos Alberto Salazar Ramonet, originario del puerto y su ayudante en manos de comandos de los Caballeros Templarios han puesto en alerta a las fuerzas del orden, cuando apenas hace días fueron emboscados varios vehículos de la Policía Federal en la zona de Tierra Caliente en esa misma entidad.

Del Estado débil al Estado fallido

Hechos como los narrados y que ya forman parte del horror que sufre el país fueron anunciados por el médico forense Alfredo Rodríguez García, en el Primer Coloquio de Criminología de la Vizcaya, cuando habló del paso del Estado débil al Estado fallido, de la ejecución de líderes y funcionarios, del incremento de la violencia y hasta de la posible ejecución de acciones terroristas.

En ese contexto, el presunto robo por los amantes de lo ajeno de tres armas de las instalaciones de la Armada en Punta de Lastre, entre ellas un lanzagranadas, no es para tomarse a chiste y menos cuando existen indicios de que la seguridad pública en el ámbito municipal parece vulnerada ante la presencia de sospechosos grupos armados circulando impunemente por la ciudad o el incremento de delitos de alto impacto cuyo saldo sangriento empieza a preocupar por la tranquilidad que caracterizaba al puerto.
 
Lo anterior sin duda orilló, la reunión secreta realizada este 30 de julio y de que dio cuenta El Portal de la Noticia, entre el gobernador Guillermo Padrés, el secretario de Seguridad Pública en el estado Guillermo Munro y el comandante de la IV Región Naval, en donde los militares se quejaron de los jefes policíacos de Guaymas. Recuérdese que en recientes operativos de la Armada y la Policía Estatal no fue convocada la policía municipal.

¿Quién opera la seguridad pública municipal?

Llamó poderosamente la atención que a la misma no haya estado presente el alcalde Otto Claussen Iberri, quien con su desapego ha mandado el mensaje de que las funciones inherentes a la alcaldía le valen puritito churro, cuando el tipo se la lleva gobernando el municipio a control remoto, pues servicios públicos como el de seguridad lo ha dejado en manos de gentes como Eduardo Gaxiola Márquez, su particular y hombre de todas sus confianzas y a más de diez meses de administración no hay director de Seguridad Pública Municipal.  De ahí el estado actual de cosas que ya tocan el deterioro. 

La reforma constitucional de 2008 contemplaba cuatro rubros a atender para enfrentar el reto de la violencia y la inseguridad que se padecía y que comprendía la seguridad pública, la procuración de justicia, la administración de justicia y la reinserción social, en donde destacaba la formación de una policía científica en la prevención y la investigación de los delitos como parte de la estrategia para aplacar al crimen en todas sus manifestaciones.

El criminólogo Marcos Gabriel Barrón Cruz, en su libro “Violencia y seguridad en México en el umbral del siglo XXI” publicado por el Instituto Nacional de Ciencias Penal de la PGR anotaba que para la CONAGO y la SSPF que encabezaba entonces Genaro García Luna, las policías municipales eran extremadamente corruptas, de ahí su propuesta de desaparecerlas y de crear una Policía única.

El caos policial que es inocultable en el país ha generado que prosperen propuestas como la formación de la Gendarmería Nacional, otra fuerza policíaca que atenderá las zonas rurales, que son las más afectadas por la violencia, la cual tampoco es garantía de su contención.

Si a Bernardino Cruz Rivas, le gustaba uniformarse de policía y acompañar a los elementos de la corporación en los operativos de fin de semana cuando fungía como alcalde, herr Otto ha resumido la función policíaca en los retenes que Javier Velderraín Paredes, implementa en algunos puntos para pasarle báscula a los automovilistas y a bajar del macho a un que otro borracho punible. Velderraín es un extraño caso de sobrevivencia, pues sin ser policía, ni contar con mínimos conocimientos en policiología, ni en la Ley de Tránsito, ha sabido mantenerse en varias administraciones, con el Bebo Zataraín, cobró como subjefe de policía detrás de Oscar Pañal Barragán, con el PAN (2009-2012) fue Jefe de Tránsito y con Claussen continua en el mismo cargo. Francisco Vidaurrázaga Soto, el Colorado, de quien nadie duda conoce por sus muchos años de servicios la situación de la realidad porteña se cocina aparte.

 Sin estar involucrado en grandes escándalos como muchos elementos de la dependencia y actuar con prudencia como el viejo zorro que es, ejerce un fuerte liderazgo entre los uniformados y en los momentos difíciles ha sabido nadar de muertito para sobrevivir hábilmente  a las crisis, como cuando formó parte del grupo de los Panchos en tiempos de Francisco Chespirito Gallegos Ricardez,  con Bernardino  y sorteó la caída de Oscar Villa Encinas al revocársele el mandato a Sara Valle en 1999 y no se fue en el viaje al rodar las cabezas de José Bolaños Castro y Librado Negro Navarro con César Lizárraga. Su actual mancuerna con Eduardo Gaxiola está dando mucho de qué hablar.

En Guaymas no han podido ser superados los problemas derivados del SUBSEMUN cuando en la anterior administración panista se llegó a hablar de empresas fantasmas involucradas en la compra de los uniformes para los policías; el sospechoso asunto de los ascensos “a modo” que con César Lizárraga le costaron a Oliver Flores dejar la comisión de Seguridad Pública y a Bolaños Castro el cargo de director de la policía municipal, cuyo proyecto más avanzado en la materia fue agrandar la avenida Serdán con pura pintura; la salida del “suertudo” de Ramón Aguirre Vizcarra de la dirección de Seguridad Pública al reprobar el examen de confianza del C3, la cuestión de los poligrogos y el manejo discrecional de la corporación por el dúo Gaxiola-Colorado, que se manifestó con el enredo derivado de la supuesta compra de patrullas allende la frontera con los 4 millones de pesos asignados por el mentado fideicomiso destinado a mejorar la infraestructura y equipo y por tanto a eficientar y profesionalizar las áreas de seguridad pública municipal.

¿Todo lo anterior será razón suficiente para que los Marinos de la Armada de México desconfíen del Vida y sus muchachos? 

(EL PORTAL DE LA NOTICIA/  Columna La vIña del Señor/ Martes, 30 de Julio de 2013 16:3)

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