Paul Mercado/Riodoce
De un gobierno a
otro, corrupción y omisión oficial propiciaron la multiplicación de taxis
piratas en más del 600 por ciento
En octubre del 2010,
durante la administración del gobernador Jesús Aguilar Padilla, los taxis
piratas en Culiacán ya eran un problema pues llegaron a operar un total de 150.
Para el año siguiente, en el 2011, ya con el “gobierno del cambio”, el problema
se disparó a 490 vehículos. Actualmente, ya sea por omisión de Vialidad y
Transportes, o por complicidad de la misma, el problema se salió de control:
circulan en las calles de la capital no menos de mil taxis irregulares.
Los taxistas tienen
miedo pero es más el coraje acumulado. Ante el evidente desorden que impera en
Vialidad y Transportes del Gobierno del Estado, donde se aplica la ley
atendiendo intereses de unos y pisoteando los de otros, concesionarios del
servicio público del transporte optaron por la denuncia pública, ya que el
gobernador Mario López Valdez y los funcionarios del área han puesto “oídos
sordos” a la problemática expuesta.
Con la ley en la
mano y un expediente entregado a Domingo Ramírez Armenta, director de Vialidad
y Transportes, así como a Jesús Antonio Marcial Liparoli, subsecretario de
Gobierno, donde muestran irregularidades no solo con los taxistas piratas, sino
con los taxímetros, entre otros problemas, un grupo de concesionarios denunció
ante Ríodoce lo que consideran un absoluto desorden que afecta los intereses de
los auténticos trabajadores del volante.
Silverio Torres Pérez, secretario general de
Trabajadores del Volante del Municipio de Culiacán, agrupación que antes
pertenecía a la CTM pero que se separó por no sentirse representada por dicha
organización gremial, inició su denuncia pidiendo al gobernador Malova que los
atienda, que los escuche porque lo que está pasando es grave y hay pruebas de
ello.
Mostró un escrito
con fecha del 13 de febrero de este año, donde le solicita un encuentro con él
y sus funcionarios, pero la respuesta fue canalizarlos con Domingo Ramírez y
Marcial Liparoli, quienes los escucharon sin resolver nada.
Incluso se han
sostenido reuniones con el subdirector de Vialidad y Transportes, Rubén Medina
Beltrán, y en ocasiones con el propio secretario general de Gobierno, Gerardo
Vargas Landeros, pero las cosas siguen igual.
Hace más de un año
este mismo grupo de taxistas entregó a las autoridades de transportes una
relación detallada con marcas de carros, números de placas, lugares donde
operan dichos taxis piratas, pero hasta la fecha “siguen muriéndose de la risa”
porque no hay nadie que les diga que andan mal.
La joya de la corona
es el expediente 007/09, asignado por el Departamento de Permisos y Concesiones
de la Dirección de Vialidad y Transportes, donde la Alianza de Trabajadores del
Volante Río Humaya, encabezada por David Audelo Edeza, solicita permisos para
35 miembros, lo cual ocurrió en la administración de Jesús Aguilar Padilla.
A la vuelta de un
año, ese expediente no solo trae activos 170 vehículos, sino que existen al
menos dos clonaciones del mismo documento, donde otros “dirigentes” traen en circulación
aproximadamente 150 carros cada uno. La suma taxis piratas solo por este
expediente ronda en las 500 unidades.
“Si tú vas a
Permisos y Concesiones, te van a decir que solamente están amparadas 35 gentes
con este expediente, las cuales incluso no renuevan su permiso provisional, que
debe ser cada mes, por lo que todos estos carros andan irregulares y eso para
mí y para cualquiera, se trata de taxis piratas”, puntualiza Silverio Torres.
Este es el caso de
un solo expediente, el 007/09, pero según el estudio entregado a las
autoridades de Vialidad, cuando menos existen otros 20 casos con un número
indeterminado de taxis piratas.
Pero el problema no
para ahí. Estos mismos vehículos, además de hacer competencia desleal, pelean
el derecho a trabajar en sitios, como ocurre en el que se encuentra en el IMSS
Terranova, donde se ha podido documentar la presencia de nueve carros amparados
en el 007/09.
“El sitio de
Cinépolis, el del Hospital de la Mujer y en la mayor parte de los sitios que
están en tiendas de autoservicio creados de dos años a la fecha, en Chedraui,
en Zaragoza, en Ley, en todos ellos hay (carros con) expedientes 007/09”,
lamentan los denunciantes.
Además dicho
expediente todavía no cuenta con la resolución del gobernador del estado, tal y
como lo establece la Ley de Tránsito y Transportes, donde se le otorga la
facultad para ello, por lo que esos carros no deberían estar ocupando espacios
en sitios oficiales.
Los taxis piratas,
en su inmensa mayoría, no tienen placas del servicio público, traen la del
tomate, y peor aún, no portan el documento de permiso provisional. Eso está a
la vista de todos, menos de los inspectores de Vialidad y en consecuencia del
Gobierno, por lo que en esa sola actitud oficial ronda la omisión
gubernamental, o la complicidad.
El cálculo que hacen
los taxistas que trabajan con todas las de la ley, es que actualmente, con los
500 carros del expediente 007/09, más otros 500 de la piratería común, en la
capital del estado circulan, sin ser molestados por la autoridad, unos mil
vehículos. Algo que definitivamente debe verse.
De acuerdo con un
trabajo publicado por Ríodoce en octubre del 2010 (edición 402), en Culiacán
había unos 150 taxis piratas, lo cual ya se consideraba una competencia
desleal. A la vuelta de un año la cifra se disparó a 490, pero actualmente son
más de mil y la actitud de la autoridad es la misma: omisa, cómplice.
En contraparte
existen mil 600 vehículos debidamente regularizados, por lo que se estarían
afectando los intereses de unas 3 mil 200 familias (las del concesionario y el
trabajador), que multiplicados por cuatro miembros en promedio sería una
población de 12 mil 800 culiacanenses.
—¿Esto ya lo plantearon
en esos términos al Gobierno del Estado?
—Muchas veces.
—¿Y qué les dijeron?
¿Cuál ha sido la respuesta?
—Oídos sordos.
La ley no solo no se
está atendiendo en este sector, sino que el reparto de permisos irregulares
beneficia incluso a quienes les está prohibido, como lo son servidores
públicos. De acuerdo con los denunciantes, hasta empleados de Gobierno los
ostentan, también tránsitos y policías.
DE VIOLENCIA,
TAXÍMETROS Y OTROS ABUSOS
A Silverio Torres
Pérez lo acompañan otros agremiados de la alianza Trabajadores del Volante del
Municipio de Culiacán, entre ellos Jaime Garay Peraza, Trinidad Pereda
Arellanes, José Luis Zazueta, Jesús Zamudio Leyva, Héctor Javier Osuna
Cárdenas, Miguel Ángel Hernández Morales y Martín Beltrán Quintero.
Originalmente serían muchos más, “pero a la hora de la hora se rajaron algunos”
como Armando Cárdenas, secretario general de la Alianza Fernando Amilpa;
Guillermo Torres de la CNOP, Ángel Jiménez de la CROC y Juan Castañeda de la Unión
de Veteranos del Volante.
“Ellos argumentan
miedo, pero yo creo que forman parte de la situación de desorden que se da en
nuestro trabajo”, dijo Torres Pérez, quien además agregó que temen les quiten
las concesiones, cuando saben que no lo pueden hacer, por lo que cree que el
temor sea más porque con esta denuncia se van a trastocar intereses, con lo que
se corren riesgos personales.
Los denunciantes
aseguran que cuando se han tratado estos asuntos con funcionarios del Gobierno,
les comentan que estos permisos se otorgan porque quieren ayudar a esa gente,
“tratando de que no se vayan a engrosar las filas de la delincuencia
organizada”.
En otras ocasiones
dicen que pretenden hacer una labor social, pensando en el número de familia
que se pueden beneficiar dándole esos permisos.
“La respuesta que yo
he dado a eso ha sido que la Ley de Transporte en el estado no habla de
sentimentalismo, habla de requisitos; después de una solicitud, habla de una
serie de requisitos a llenar. Y lo otro es que la Ley de Transporte habla
también de que cuando el Gobierno decida otorgar nuevos permisos o concesiones,
se irán de preferencia a las personas morales, y cuando hablamos de personas
morales hablamos de las organizaciones, porque esas son las que garantizan en
determinado momento el prestar un buen servicio al público demandante del
servicio nuestro. Pero no dice que los permisos se los va a dar a las personas
morales para que ellos se los entreguen a quienes se les dé la gana”,
reflexiona Silverio Torres.
El dirigente
transportista lamenta que no se estén atendiendo una serie de articulados de la
Ley de Tránsito y Transporte, con lo que se beneficia a unos y se afecta a
otros, pero ante todo se pisotea la legalidad eligiendo el desorden y que el
sector esté funcionando en muchos casos en la ilegalidad.
Además de los
expedientes piratas, más la relación que se proporcionó a Gobierno del Estado
con los autos irregulares, en las calles es posible observar carros totalmente
blancos con el letrero de taxi en el vidrio frontal, con placas particulares,
números y franjas borrosas; hay carros particulares de diferentes colores
prestando servicios de taxis, desde las bases. Es decir, se habla a una base
para pedir un taxi y dicen que todos están ocupados, pero ofrecen carros que no
están pintados, habilitándolos para prestar el servicio en ese momento, como
ocurre con el servicio Culichis Culiacán.
Toda esa situación
se presta para la violencia y eso es algo que los diarios han registrado en sus
páginas con la comisión de asaltos y violaciones en taxis piratas.
Otro de los
argumentos de la autoridad para permitir esta situación es que se trata de
gente que necesita trabajar, pero en un claro contrasentido resulta que muchos
de los que se amparan en el expediente 007/09, traen vehículos de modelo
reciente.
Otro tema que
inquieta a los taxistas es que el taxímetro terminó siendo un fracaso, por lo
que la medida debe replantearse. Actualmente nadie lo usa, entre otras cosas
porque es incosteable la tarifa que se fijó en base a un estudio socioeconómico
realizado que impone 5 pesos por kilómetro. Los concesionarios dicen que apenas
con 7 pesos sería posible el negocio.
Además se han
incumplido una serie de acuerdos tomados entre autoridad y organizaciones, como
el hecho de que para el mes de diciembre de 2012 todos deberían traer
taxímetro. A los permisionarios que no lo hicieron los persiguieron los
inspectores, fueron detenidos y sancionados, pero los piratas siguieron
trabajando sin ningún problema. No se les molestó y al contrario, “hicieron su
agosto” mientras los taxis legales eran hostigados.
A este proyecto se
le dejó de dar seguimiento y con ello se propició desde la autoridad que ahora
la gente esté renuente a usar el taxímetro, cuando es una obligación legal.
Otro asunto expuesto
a Ríodoce por este grupo de taxistas es la injusticia que se está cometiendo
con seis concesionarios que iniciaron como “arañeros” en el Mercado Garmendia.
Después de la remodelación del inmueble y de las calles de alrededor, fueron removidos
del lugar. Al tiempo se les asignó otro punto, ya como taxistas, pero ante la
protesta de los miembros del sitio Tecate, fueron removidos y hasta la fecha no
se les resuelve su situación, cuando por antigüedad deben darles prioridad.
Así pues, la
problemática del sector transportes en su modalidad de taxis, al menos en
Culiacán, plantea a las autoridades un complejo paquete de irregularidades en
las que no solo ellos pueden estar incurriendo en omisión o culpa, sino los
propios dirigentes de organizaciones, ya que hay casos de secretarios generales
que rentan sus permisos, o los de sus representados, es decir, ellos mismos
clonan permisos.
Los denunciantes
solo piden al gobernador Malova que los atienda
personalmente para exponerle la situación a detalle y que ordene la
solución de los males que dañan a no menos de 3 mil 200 familias.
150 taxis piratas
circulaban en Culiacán en el 2010.
1000 taxis piratas
circulan en la capital en lo que va del 2013.
(RIODOCE.COM.MX/ Paúl Mercado/
marzo 24, 2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario