Los habitantes de una privada narraron
cómo vivieron la balacera de ayer en la madrugada donde murieron cinco
elementos del Ejército y 10 resultaron heridos en Culiacán: Nada los hizo salir
de sus casas. Escucharon y escucharon detonaciones. Fueron 40 minutos los que
duró la balacera, pero para algunos de ellos fue una eternidad.
Una de las unidades del ejercito tipo
Hummer destrozadas. Foto Cuartoscuro
Antonio Orazabal
Ciudad de México, 1 de
octubre (SinEmbargo/Noroeste).– Lo que
parecía una madrugada normal para los vecinos de una privada en la entrada
norte de Culiacán, se convirtió en una llena de incertidumbre y miedo al
escuchar decenas de detonaciones: Soldados eran atacados por un comando en
Culiacán.
El ataque a dos unidades
castrenses, con 17 elementos militares en total, se reportó a C-4 a las 03:25
horas, en esa zona ubicada sobre la Carretera Internacional México 15, en el
crucero con el Bulevar Orquídeas, cuando el convoy escoltaba a una ambulancia
que transportaba a un herido que resultó en un enfrentamiento en un punto
militar en la sierra de Badiraguato, cerca de los límites con Durango.
“Al principio pensé que eran
cohetes, pero luego nos dimos cuenta que no, sólo vivimos yo y mi amiga aquí,
la balacera duró más de 40 minutos”, relató una vecina que hasta las 12:00
horas salió de su casa por el miedo que tenía.
“Parecía una zona de guerra,
me metí debajo de la cama y no salí, ni ganas tuve de ver qué era lo que
pasaba, sonaron y sonaron balazos, parecía que si estuviéramos en Iraq, aún
tengo mucho miedo…”, dijo la señora.
“La gente se reía”,
profundizó, “se burlaban y [los criminales] se burlaban de ellos [los
militares]”, contó la vecina.
“Les decían que chingaran a
su madre, muy feo, como que lo gozaban, tenían una voz muy fuerte, no sé si
estaban con un micrófono, pero se escuchaba hasta mi casa, yo sólo miraba desde
abajo de mi cama a la ventana”, contó.
Su noche se tiñó de rojo. La
llamarada de los automóviles incendiándose se veían hasta su ventana. Nada las
hizo salir de sus casas. Escuchaban y escuchaban detonaciones. Fueron 40
minutos los que duró la balacera, pero para ella fue una eternidad lo que
estuvo debajo de su cama.
“Se me hizo eterno, pensé que
se calmaba, pero continuaba, a veces se calmaba, pero de nuevo tiraban balazos,
gritaban y gritaban, se burlaban, todo el tiempo se burlaban”, explicó la
vecina.
La mayoría de los habitantes
de la privada mencionaban lo mismo: una noche acompañada de detonaciones de
bala. En el tiempo del enfrentamiento todos coincidían que duró entre 40
minutos y una hora.
Una vecina comentó que quería
marcar a la policía pero tuvo miedo de levantarse del piso donde yacía con sus
hijos. Añadió que una vez terminados los 40 minutos de balacera, media hora
después escuchó sirenas de la policía.
“Las sirenas tardaron mucho
en llegar después de que se dejaron de escuchar los balazos, yo creo que
llegaron como a las cinco, o a lo mejor menos, pero sí tardaron mucho, leí en
internet que quedaron vivos algunos, de tanto balazo que escuché siento que
Dios los protegió, porque fue demasiado”, compartió.
Eran las 6 de la mañana, y la
mayoría de los habitantes del lugar tenían que volver a su vida cotidiana, sin
embargo en las afueras de sus viviendas vieron un centenar de fuerzas
policiacas custodiando los alrededores del lugar en donde estaban automóviles
hechos cenizas, los cuales fueron destrozados por las granadas de los
delincuentes.
“Iba a un mandado, y un
policía de Tránsito me detuvo, y me preguntó agresivamente que si quién era yo
y a qué me dedicaba, yo pues le respondí, y él seguía muy grosero, ya su pareja
como que lo calmó y me dejaron pasar”, contó un vecino.
Las calles aledañas a la
Carretera Internacional, donde fue la emboscada a los militares, estaban
congestionada de tráfico. Había peritos en el lugar haciendo diligencias.
Muchos de los conductores se
quedaban viendo con asombro cómo quedaron los vehículos del Ejército, eran
otros los que verdaderamente estaban confundidos, no sabían qué vías tomar para
llegar a su destino, unos iban a Badiraguato, y otros hasta Los Mochis.
“Ya para qué”, le comentó
irónicamente una persona a otra viendo a los peritos haciendo su trabajo.
“Ahorita para qué, ve todo el
desmadre de policías, patrullas y Ejército, pero en la noche ni un cabrón hubo
para hacerles el paro a los vatos”, contó un albañil.
Eran pasadas de las 12:30
horas y aún había un número incontable de casquillos en el suelo. Las huellas
de las balas no sólo quedaron en la carretera, sino que también varios impactos
de bala alcanzaron a viviendas de la privada.
Hubo una casa que tenía los
impactos de bala en sus ventanas y fachadas. No se tiene registro de personas
lesionadas por esta razón.
A las 13:00 horas las
diligencias en el lugar estaban por terminar, se habían llevado lo poco que
quedaba de los autos quemados en la carretera Internacional. Con eso, se daba
fin al trabajo de los peritos.
El tráfico volvió a la normalidad
poco tiempo después, pero para los vecinos será un día que van a recordar
siempre.
“Pobrecitos los muchachos, yo
escuchaba cómo se burlaban de ellos, y me da rabia, me da coraje, este
sentimiento es algo que no se te va de un día para otro, ojalá que la gente que
hizo esto tenga su merecido”, compartió otra vecina de los alrededores.
Los culpables del ataque a los militares
en Culiacán serán llevados ante la ley: EPN y
Osorio
ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR
SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE NOROESTE
(SINEMBARGO.MX/ REDACCIÓN / OCTUBRE 1,
2016 - 12:11 PM)
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