teleSUR | Estados Unidos.- El
11 de septiembre de 2001 es recordado en el mundo como el día del ataque a las
Torres Gemelas de Estados Unidos, pero más allá de saber que estos dos enormes
rascacielos fueron derribados, no se tienen datos certeros de lo que allí
ocurrió, y es que luego de que el Gobierno presentara la versión oficial,
varios expertos y estudiosos han desmontado esa información.
Aquel trágico martes de
septiembre, dos aviones comerciales, de American Airlines y United Airlines,
impactaron contra los edificios más altos en el Centro Mundial del Comercio en
New York, dejando un total de dos mil 843 muertos y cerca de seis mil heridos.
El Gobierno de George W. Bush
aseguró que el ataque fue un atentado terrorista, y lo atribuyó al grupo
extremista afgano Al Qaeda, liderado en aquel entonces por Osama Bin Laden.
Pero, ¿fue realmente esto lo
que ocurrió ese día? ¿El ataque fue planeado por Al Qaeda? ¿Los intereses eran
solo terroristas? ¿Por qué poco a poco el relato oficial se hizo menos creíble?
Luego de que se conociera “la
verdad” vista desde los ojos de Bush y sus secuaces, varios investigadores y
analistas descubrieron algunas inconsistencias y disparidades entre la
información ofrecida y los hechos del 11S.
A pesar de la gran cantidad
de interpretaciones que se le ha dado al ataque de las Torres Gemelas, en la
gran mayoría de ellas sus autores coinciden en que se trató de un autoataque,
pensado por la cabeza estadounidense con el propósito de justificar los
bombardeos a naciones autónomas como Irak y Afganistán, apoderarse de los
recursos de esos países y enriquecerse a través del negocio de la defensa.
LO QUE SE SUPO DESPUÉS DEL ATAQUE
Antes de que los Bush se
instauraran en la presidencia de Estados Unidos ya se sabía de sus negocios con
los Bin Laden, pero luego del “ataque terrorista”, investigadores develaron
mucha información sobre las grandes inversiones de ambas familias en diferentes
empresas, mayormente dedicadas a la extracción y procesamiento del crudo.
A finales de 1980, cuando
George H. Bush llegó a la presidencia de EU, obtuvo la concesión petrolera de
Bahreín, lo cual le fue posible gracias a la ayuda de Salem Bin Laden, hermano
mayor de Osama. Para ese entonces, George W. Bush, el hijo, dirigía la empresa
texana de hidrocarburos Harken Energy Company.
Así se ha podido ver desde
siempre el interés de esta familia, ligada además a la política, en las
riquezas obtenidas a través de los hidrocarburos.
Bush hijo controló además las
petroleras Arbusto’79 Ltd y Arbusto’80 Ltd donde el empresario James Bath,
administrador de la familia Bin Laden, realizó grandes inversiones en
representación de un grupo de saudíes, según indicó él mismo en declaraciones
juradas.
Según informa Michael Moore
en su documental Fahrenheit 9/11, los Bush y los Bin Laden tenían inversiones
en The Carlyle Group, una empresa que ganó mucho dinero luego del 11S por tener
uno de los mayores contratos en defensa de Estados Unidos.
Este material audiovisual
revela que si el país norteamericano incrementaba su defensa la familia Bin
Laden ganaba a través de esta empresa. Además detalla que en aquel momento, las
inversiones de los saudíes en EU se ubicaban cerca de los 860 mil millones de
dólares, lo que significa que eran dueños de aproximadamente el 6 por ciento de
ese país.
EL TERCER ATENTADO
El mismo día del ataque a las
Torres Gemelas se registró también otro atentado en el que un supuesto tercer
avión, también de American Airlines, impactó contra el Pentágono; sin embargo,
según varios analistas, entre ellos el periodista Thierry Meyssan, es imposible
que esto haya ocurrido, entre otras cosas, por la pequeña dimensión del agujero
en el edificio y por la precisión de impactar justo en una zona que estaba en
construcción.
Para muchos investigadores
resultó difícil creer que el edificio más custodiado de Estados Unidos fuese
atacado casi 80 minutos después de realizado el ataque a las torres, es decir
que las fuerzas de seguridad debían estar altamente prevenidas en todo el país.
Estudiosos coincidieron en
dos teorías que también responden a un autoatentado: se produjo con un misil
lanzado desde dentro, o con un avión perfectamente maniobrado por un piloto con
experiencia en ataques.
ACCIONES INCONGRUENTES
Muchos defendieron a Bush
ante las acusaciones de auto atentado y los ciudadanos mostraban su apoyo y
confianza en el entonces presidente, pero, ¿cómo se podía explicar que cuando
la aviación civil de EU cerró todos los aeropuertos y canceló todos los vuelos
comerciales, solo se le permitió volar a la familia Bin Laden y a un grupo de
saudíes?
Es algo incongruente que
cuando el líder de Al Qaeda era señalado como un terrorista que “atacó a la
nación”, la casa blanca autorizara que seis aviones privados y casi media
docena de vuelos comerciales sacaran del país a 24 familiares de Bin Laden y a
otros 118 saudíes.
Según los procedimientos
normales, en casos como este la primera acción por parte de EU debía ser
restringirle la salida del país a quienes de una manera u otra tuviesen
relación con el “responsable” del ataque, pero esto no ocurrió.
Otro cuestionamiento que
muchos se hicieron sobre este caso es el inexplicado bombardeo a Irak. En
Fahrenheit 9/11 se pueden escuchar las declaraciones del entonces encargado de
la oficina antiterrorista de EU, Richard Clarke, en las que indica que recibió
órdenes precisas de Bush para que presentara en el informe posterior al 11 S,
que detrás de todo estaba el país árabe.
Clarke precisó que cuando
preguntó sobre el plan de respuesta a Al Qaeda, la orden fue atacar a Irak,
pese a que el grupo insurgente se encontraba en Afganistán. Cuatro semanas
después, el entonces presidente aseguró que Irak estaba escondiendo a Bin
Laden.
EU solo envió a 11 mil
soldados a Afganistán, lo que según Clarke es una burla porque había más
agentes en Manhattan que en la nación base del grupo extremistas que “los
atacó”.
Basado en la ley
antiterrorismo, el 19 de marzo de 2003 Bush concreta el ataque a Irak, una
nación que nunca había arremetido contra Estados Unidos. Bajo la excusa de esta
ley, la fuerzas militares norteamericanas se impusieron en Afganistán e Irak,
donde sus continuos bombardeos acabaron con la vida de millones de personas.
¿CASUALIDADES?
Phillip Marshal, un expiloto
de la CIA y la DEA fue uno de los estudiosos del caso, quien en su libro “La
gran impostura” desmonta completamente la versión oficial y se suma a la teoría
de que todo fue una conspiración interna para provocar y justificar los cambios
y ataques a otras naciones. Años después fue encontrado misteriosamente sin
vida en su casa, junto a sus hijos y su perro.
Las autoridades informaron
que el expiloto mato a su familia y a su mascota y luego se suicidó.
La misma suerte corrieron Bob
Simon, David Carr y Ned Colt, tres periodistas que elaboraron un documental
sobre la implicación del Gobierno de Estados Unidos en el ataque contra las
Torres Gemelas y que el pasado febrero murieron por motivos diferentes; pero
extrañamente los tres acontecimientos ocurrieron en una misma semana.
¿QUIÉNES SE BENEFICIARON DE ESTO?
Expertos aseguran que los
hechos de ese día beneficiaron a los comerciantes involucrados no solo en el
negocio de la defensa sino de las mismas aerolíneas.
Pocos días antes de ese 11 de
septiembre se dio la venta extraordinaria de las acciones de dos compañías:
American Airlines y United Airlines, las aerolíneas dueñas de los aviones
estrellados.
Además, el dueño del complejo
de edificios del WTC, Larry Silverstein, recibió 7 mil millones dólares por los
seguros de las torres.
EL NEGOCIO DEL PETRÓLEO
Las acciones militares
ordenadas por George W. Bush como respuesta a los atentados le trajeron grandes
beneficios económicos a EU y sus representantes:
• El ex vicepresidente Dick
Cheney fue un alto ejecutivo de la petrolera Halliburton. En el año 2003 las
acciones de Cheney de la petrolera habían subido hasta un 3 mil por ciento.
• La entonces secretaria de Estado, Condoleeza Rice,
fue 10 años directora de la petrolera Chevron.
• La familia Bush tiene importantes negocios
petroleros, vinculadas a Zapata Oil, Arbusto y Pennzoil.
En Afganistán se encontrarón
importantes yacimientos de minerales como cobre, hierro, cobalto, oro y litio
(importante para la fabricación de baterías y teléfonos celulares), cuyo valor
se estima en un billón de dólares. Además, la producción de opio que había sido
reducida en años anteriores en más de 80 por ciento, se incrementó casi en la
misma proporción luego de la invasión del país norteamericano.
(ZOCALO / AGENCIAS/ 11/09/2016 - 03:28
PM)
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