Una organización política acusada de
extorsionar a los más pobres. Un Presidente de la República que los respalda.
Chachareros que viajan en camionetas de lujo. Un fusil de asalto que se roba en
el cuartel de la policía de un municipio y termina en otro vendido en 5 mil
pesos. Un Diputado local que contrata reventadores. Cientos de changarros bajo
extorsión. Una regidora de Educación y Cultura que empodera a una banda de
golpeadores. Un checador de camiones y microbuses a quien secuestran por un
millón de pesos y le pegan un tiro en la cara. ¿Cómo se llama la obra?
Responden quienes conocen las tripas del crimen en el oriente del DF:
Chimalhuacán.
Chimalhuacán, Estado de México,
secuestrado por el crimen. Foto: Humberto Padgett, SinEmbargo
Chimalhuacán, Estado de
México, 29 de octubre (SinEmbargo).– El padre de todos ellos fue un hombre
grande, fuerte, tosco, de piel oscura, facciones gruesas, frente chica y
temperamento explosivo, así que el apodo fue inevitable: El King Kong y a sus
descendientes, por extensión, se les conoce como Los Kinkones.
Ellos son los administradores
del crimen en este municipio en que nada ocurre sin el consentimiento de la
organización Antorcha Campesina, la misma que destapó públicamente a Enrique
Peña Nieto como candidato a la Presidencia de la República.
Una parte de Los Kinkones,
secuestradores y extorsionadores, ha sido detenida durante los últimos 10 años,
pero el jefe de la banda continúa libre y operando, afirman a SinEmbargo
agentes y ex agentes, incluidos comandantes, de las policías y estatal, así
como de la Policía Ministerial mexiquense. Sus nombres se omiten por petición
de ellos y luego de que argumentaran que sus vidas y las de sus familiares
estarían en peligro si salieran del anonimato.
El jefe de Los Kinkones es
Ramiro Galeno Moctezuma, un hombre de entre 48 y 50 años de edad. Sostiene una
fachada como tianguista en Chimalhuacán y un municipio adyacente, Chocoloapan.
Su influencia delictiva se
alcanza por Ixtapaluca, otro municipio gobernado por Antorcha Campesina;
Chalco; Valle de Chalco Solidaridad, el asentamiento humano insignia de Carlos
Salinas de Gortari; La Paz; Ciudad Neza, bastión del PRD, y se extiende hasta
la Central de Abastos, en la delegación Iztapalapa del Distrito Federal.
Galeno y sus hermanos, al
menos cuatro involucrados en las actividades delictivas y de manera destacada
el que se llama Pedro, estarían involucrados en el reciente plagio de un
checador de camiones por cuya vida reclamaron la extravagante cantidad de un
millón de pesos y a quien dieron por muerto luego de dispararle un tiro en la
cara. Ese hombre, como muchas de las víctimas de Los Kinkones y de otras bandas
de secuestradores y extorsionadores en el oriente de la capital, carece de
recursos.
“Le pegan a los jodidos,
porque los jodidos no tienen compadres en el gobierno y, como lacra, lo que tú
quieres es que en la Procuraduría, en las policías, nadie dé órdenes a la gente
con la que trabajas. Por gente me refiero a policías preventivos y judiciales”,
dice un agente de la Policía Ministerial que apoyó la detención de seis
miembros de la banda que tenían bajo extorsión a tortillerías y tiendas de
abarrotes en Chimalhuacán en 2010.
Entre los sujetos capturados
en esa ocasión estuvieron Marino y José Fernando Galeno Moctezuma, hermanos de
Ramiro.
—Si los tienen bajo
protección, ¿por qué los detienen? —pregunto.
—Dejan de pagar su renta por
trabajar o, como en este caso, el operativo para toparlos fue de la Policía
Federal, que llegó con averiguación previa de la PGR. También la situación es
que ellos mismos calientan demasiado la plaza y hay que partirles su madre un
poquito para que le bajen.
Las calles de Chimalhuacán. Foto:
Humberto Padgett, SinEmbargo
***
La policía de Chimalhuacán ha
jugado un doble papel desde hace años. Uno de los ex jefes policíacos
entrevistados asegura que, a fines de los noventa, se intentó la baja de 10
uniformados y, a la vez, asaltantes de personas a pie.
—¡Me acaban de robar! —dijo
una de las víctimas al jefe quien había salido a confirmar que sus muchachos
eran un gavilla de ladrones y lo confirmó.
Reunió a 10 de ellos y
propuso su baja a la Presidencia Municipal, bajo el control de María Eulalia
Guadalupe Buendía, invasora y fraccionadora profesional de terrenos en el
oriente del Valle de México. La Loba como, como se le llama, no sólo era dueña
de la tierra, sino también del agua que vendía en precios fijados por su
Organización de Pueblos y Colonias.
La mujer colaboraba con el
Alcalde en turno, siempre del PRI, y apoyó sin reticencias, en 1999, a Arturo
Montiel Rojas en su exitosa búsqueda por la gubernatura en 1999.
Por eso es que La Loba tenía
el poder de hablar con el jefe de la policía que intentó purgar a los 10
oficiales.
—Son de mi gente y no, tú no
los vas a echar a ningún lado. Ellos así trabajan —La Loba fue al grano.
“Al final sí fue cierto,
ellos siguieron trabajando y él único que tuvo problemas fui yo”, recuerda el
ex policía.
En el 2000, La Loba impulsó a
Jesús Tolentino Román Bojórquez, entonces líder mexiquense de Antorcha
Campesina y quien ganó la Presidencia Municipal, pero luego de los comicios las
organizaciones no lograron acordar las posiciones que La Loba reclamaba en el
Ayuntamiento y estalló la guerra.
—¿Estuvo usted ahí? —pregunto
al hombre.
—Sí y no fueron 10 los
muertos, como se manejó oficialmente. Yo los vi, caminé entre ellos y fueron
entre 30 y 40.
Montiel resolvió el conflicto
con el encarcelamiento de La Loba y el ascenso político de Antorcha, cuyos
dirigentes tomaron los negocios de la lideresa y agregaron a su empresa el
transporte público, gasolineras y gaseras.
Tolentino Román ha sido
presidente municipal en dos ocasiones, diputado federal dos veces y su esposa,
Marisela Serrano Hernández, ha sido Alcaldesa de Ixtapaluca, en la misma región
del Estado de México, y ahora tiene curul en San Lázaro.
—¿Qué ocurrió después?
—pregunto al ex comandante a propósito del desarrollo delictivo en la
demarcación.
—Ahora quien controla la
economía legal e ilegal en Chimalhuacán es Antorcha Campesina. Cristóbal
Hernández Salas fue nombrado director de Seguridad Pública durante tres
administraciones, mientras el municipio continúa como uno de los más violentos
del Valle de México. Y si con una administración se crean compromisos,
imagínese con tres. Aquí se extorsiona, se secuestra, se vende droga y se
asesina. Todo es a la sombra del poder político. No se puede de otra manera y
hoy Los Kinkones trabajan con el municipio, con Antorcha —afirma el veterano.
La protección no se limita a
las autoridades municipales. Una víctima de secuestro aceptó a dar dos o tres
datos de su plagio: lo detuvieron en su camioneta, pagó más de medio millón de
pesos y fue liberado. Encontró su vehículo en un municipio vecino, en un
corralón policíaco. Denunció para recuperar el auto, pero éste había
desaparecido y el agente del Ministerio Público simplemente se negó a continuar
con la investigación que habría dado con una red de protección a los
plagiarios.
Por sus propios medios, la
víctima averiguó que el crimen fue cometido por Los Kinkones. El pequeño
empresario cerró su negocio, malbarató el local y abandonó Chimalhuacán.
***
El domingo 21 de junio de
2009, Enrique Peña Nieto vivió el Estadio Azteca repleto de playeras rojas. La
marea, más que priista, era antorchista y desbordaba el primer evento público y
masivo del mexiquense hacia la Presidencia de México.
De esto, de ser un evento
electoral y, en consecuencia, un acto anticipado de campaña, se acusaría a Peña
Nieto ante el Instituto Federal Electoral. El órgano resolvió, como hizo a
propósito de todas las acusaciones dirigidas contra el político del Estado de
México, la improcedencia de los señalamientos.
Peña estaba ahí para celebrar
el 35 aniversario del Movimiento Nacional Antorchista. Vestido con camisa de
blanco impecable, sin corbata, presenció el Can Can de Offenbach puesto en
escena por los mismos antorchistas.
El Gobernador asintió con la
cabeza y habló:
“Amigas y amigos del
Movimiento Antorchista Nacional. Les saludo con gusto y con afecto. Este evento
tiene particular significado para esta organización social, porque da muestra
evidente de su fuerza y de su capacidad de convocatoria”.
La gente coreó:
“¡Se ve, se siente: Antorcha
está presente!”.
Peña sonrió e hizo una pausa.
Continuó con el ceño fruncido, aplomado.
“En el Gobernador del Estado
de México tienen un aliado porque desde su gobierno trabajará para lograr
objetivos compartidos”.
La multitud rugió y así
siguió, sin notar el resbalón en el discurso del Mandatario cuando deseó el
destierro “del escenario donde muchos tengan poco y pocos tengan mucho, donde
realmente logremos tener, en esta gran nación, justicia y desigualdad social”.
Peña tardó algunos instantes
en reparar que había resbalado y quiso meter reversa en voz baja: “Igualdad”,
se corrigió.
Los gritos y la insolación
encubrían todo.
Aquiles Córdova, líder
histórico del movimiento, devolvió el halago a Peña Nieto:
“México necesita políticos
comprometidos con las mayorías… políticos de altura, emprendedores y
valientes”.
Además de Peña acudieron Ulises
Ruiz Ortiz, aún Gobernador de Oaxaca, y la entonces Senadora María de los
Ángeles Moreno. El festejo, admitieron entonces sus organizadores, costó 4
millones de pesos.
Grupos políticos y del crimen controlan el transporte y el
comercio. Foto: Humberto Padgett, SinEmbargo
***
Ramiro Galeno Moctezuma,
ahora poseedor del sobrenombre King Kong, se traslada en una Suburban blanca de
modelo reciente, es vendedor de chácharas en Chimalhuacán y San Vicente
Chicoloapan, donde tienen una de las casas en que pasa más tiempo, en la
colonia Francisco Villa.
—¿No es peligroso andar en
una Suburban aquí? —pregunto a otro policía que ahora trabaja como
guardaespaldas.
—No, porque las ratas de aquí
le pegan a carros como ese —señala un modesto auto sedán de Nissan. —Quien trae
una Suburban aquí es porque es funcionario, policía o lacra chingona y los
culerillos no se meten con ellos.
Las fuentes consultadas
consideran que posee una fuerza de entre 40 y 50 hombres y trabaja de manera
coordinada con otras bandas, entre estas Los Pelones y Los Cachuchas, estos
últimos originarios de Ixtapaluca.
El King Kong mide 1.75 metros de estatura, pesa entre 70 y
75 kilos, es moreno oscuro, su pelo es lacio, lleva bigote ralo y suele estar
acompañado por uno de sus hijos de nombre Mauricio y alias El Canelas, quien
ostenta un enorme tatuaje en el brazo o en la espalda con el nombre de la
banda: Los Kinkones, un grupo existente desde hace 15 años, justo cuando
Antorcha Campesina se hizo del poder político en Chimalhuacán.
En la misma colonia Francisco
Villa en que vive Ramiro Galeno, el grupo tuvo una casa de seguridad en que
permaneció cautivo un comerciante de Chalco, quien logró escapar. El asunto es
conocido por todos los vecinos y también por las autoridades, porque ese
inmueble está bajo resguardo de la autoridad.
Y, también en la Francisco
Villa, intentaron secuestrar a un comerciante de ropa, pero el asunto se
frustró.
“Son muy inteligentes o
alguien los protege porque no los han agarrado. Recientemente capturaron a unos
de ellos, porque le estaban pegando a camiones repartidores de Bimbo, Barcel,
Lala… Y meterse con las grandes marcas es un error, porque la queja se pone en
el mismo escritorio del Procurador”, dice un policía ministerial activo.
—¿Usted tiene conocimientos
de que alguno de esos secuestros haya concluido con el asesinato de la víctima?
—No, no. No tengo información
con relación a secuestro. Tengo conocimiento de otras gentes que han asesinado,
pero no precisamente en relación al secuestro.
—Sino por…
—Ellos lideraban una base de
mototaxis —dice respecto de las motocicletas a las que se les articula un carro
y que son el principal medio de transporte público en Chimalhuacán —y tuvieron
conflicto con otra organización. Golpearon a uno en la calle que corrió, lo
siguieron y lo mataron. Eso fue en mayo de 2013.
Los incidentes entre las
agrupaciones de mototaxistas son frecuentes, pero todos los líderes respetan a
la organización que concentra el mayor número de unidades: Antorcha Campesina.
Antorcha Campesina, brazo político del
PRI que impone su fuerza en Chimalhuacán. Foto: Humberto Padgett, SinEmbargo
***
¿Qué otros negocios son
responsabilidad de Los Kinkones?
Venta de droga, extorsión,
protección y acoso físico. La organización es capaz de ofrecer 200 golpeadores
para proteger mítines políticos, como ocurrió durante las pasadas elecciones en
Ixtapaluca, en al menos un evento coordinado por Mauricio, El Canelas, hijo del
King Kong.
—Vendió 200 cabrones, pero
después nos enteramos que no cumplió, pero sí traía unos 50 para hacer la
chamba en Ixtapaluca y Chimalhuacán —explica un operador político.
—¿Y cuál era la chamba?
—pregunto.
—Cuidar la elección, cuidar
las casillas y andar en todos los municipios donde hubiera algún problema
electoral. Entrarle al relajo —dice en referencia a la violencia física que
pudiera suscitarse. —Los contrató un ex Diputado federal que ahora es Diputado
local, Reynaldo Navarro —dice de un priista a quien se le vinculó en noviembre
de 2014 con una célula actualmente desarticulada del cártel de Los Caballeros
Templarios dedicados a la extorsión en la zona.
—Se refirió usted a que
venden droga, ¿tiene usted un estimado de cuántas tiendas tienen?
—Yo le conozco cinco tiendas.
Una está en Totolco, en el lado de Chimalhuacán y otra en Francisco Villa, en
la parte de San Vicente Chicoloapan.
—¿Quién lleva el cobro de
piso y quién coordina el asalto?
—El que arma el cobro de piso
y el que mató al taxista en el enfrentamiento de las bases, es Aurelio Galeno
Moctezuma, El Abuelo, hermano de Ramiro. Trabaja con una señora de nombre
Julia, quien es dirigente de una base de mototaxis, llamada FUTAC [Frente Unido
De Taxistas y Colectivos]. Ahorita anda huida, porque en la última revuelta su
hijo le metió un balazo en la pierna a otro. Y ese tal Aurelio, El Abuelo, está
recluido desde el mes de diciembre en el Reclusorio y desde ahí sigue operando.
Todos los puestos de los mercados de la Francisco Villa y de Totolco pagan su
renta.
—El cobro de piso, ¿en qué
rango de dinero se hace?
—Puede ir de 500 pesos a 20
mil pesos a la semana. A las madererías y los negocios grandes de construcción
se les pueden cobrar 20 mil pesos semanales. Algunas ya cerraron. ¿Quién
aguante dos o tres chingadazos de 80 mil pesos al mes?
—¿Qué tan extendido está?
—Mucho: zapaterías,
carnicerías, papelerías, joyerías, talleres, ferreterías, fondas, paleterías,
taquerías. No les sacan mucho, pero ganan mucho porque les sacan a todos.
—¿Aquí el crimen organizado
sí está organizado?
—Sí y no. Por ejemplo, si hay
un secuestro, Ramiro o su hijo dice: “¡Ah!, fue fulano de tal, fueron Los
Pelones y no hay bronca”. Pero hay banditas y cuando les conviene se unen y,
cuando no, se separan. No hay un control recio del crimen organizado en esta
zona.
Existe coincidencia en que el
control vertical del crimen organizado se trastabilló a principios de agosto de
2013, cuando Pablo Jaimes Castrejón, La Marrana, jefe de la Familia Michoacana
en el Estado de México murió abatido por el ejército en el sur de la entidad. Y
colapsó con la captura de su sucesor, José María Chávez Magaña, El Pony, cuyos
ranchos y caballerizas se localizan en San Vicente Chicoloapan, atrás de la
central de abastos en construcción.
—¿Y La Familia no se metió a
los Kinkones?
—No, y no entiendo por qué
no. Quizá acordaron. Seguro, porque antes aquí la droga era de una familia a
los que les decían del Chopo, unos cabrones recios, recios, recios. Hasta la
abuelita andaba armada. Sólo se podía entrar a su calle, la Salinas, por Carlos
Salinas, a comprar. Y La Familia les reventó su madre.
—¿Hay más armas?
—Sí, eso es algo cambió luego
de que vinieron las grandes organizaciones. Las bandas que ya estaban y que
sobrevivieron a los cárteles se hicieron más violentas y andan más armadas.
—¿Muchas armas? —intento
averiguar.
—¡Cabrón!… ¿Se acuerda usted
del armamento que le robaron a la Policía de Tlalnepantla [en octubre de 2014,
asaltantes obtuvieron nueve pistolas y
fusiles de asalto de un cuartel en ese municipio]? —me pregunta otro de los
informantes.
—Sí.
—Bueno, pues algunas de esas
armas terminaron aquí. Estaban tan calientes que las AR-15, por ejemplo, se
vendieron en 5 mil pesos. ¡5 mil pesos! ¡Nada! Cualquiera puede comprar eso.
¿Se imagina que ahora tengamos asaltos en los camiones con la misma arma que
usa el Ejército de Estados Unidos? ¡Es el pinche chango con metralleta,
literal!
***
Los Galeno Moctezuma, Los
Kinkones, conocen las cárceles.
Uno de ellos, Misael, recién
salió del Reclusorio Oriente, en el Distrito Federal, donde estuvo preso por
robo en la Central de Abastos, lugar en el que murió baleado otro de los
hermanos, Antonio.
Marino sigue preso en el
Reclusorio Oriente, responsabilidad del
Gobierno del Distrito Federal, y desde donde según las fuentes opera una red de
extorsión al exterior de la cárcel.
Pedro, casi tan importante
como Ramiro, también está libre.
Juvenal, uno de los mayores,
vive enfermo y, junto con su familia, se dedica a la venta de sopes. Es uno de
los pocos con esos apellidos que se mantiene ajeno al crimen.
—¿Cómo se puede establecer la
conexión entre los Kinkones y Antorcha? —pregunto al viejo ex comandante.
—Es a través de una ex
regidora de Chimalhuacán que se llama Estela Jiménez Arias, que fue de la
planilla pasada. Es muy, muy cercana a Ramiro Galeno. Ella los apadrinó y los
conectó con Antorcha Campesina que, cuando tenía una bronca, llevaba a 20 o 20
Kinkones como golpeadores. Nomás fíjate: Estela fue regidora de Educación y
Cultura. ¡Chingada madre! Y a Estela [políticamente] la hizo Jesús Tolentino
Román Bojórquez, hoy líder del Movimiento Nacional de Antorcha Campesina.
(SIN EMBARGO.MX/ HUMBERTO PADGETT
/OCTUBRE 29, 2015 - 12:05 AM)
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