Un paro cardiaco acaba con la vida de la
menor de 10 años en el Hospital General de Mazatlán; hoy será sepultada
El cuerpo de Paula María es
velado desde ayer en casa de sus abuelos, en Urías.
Paula María no se cansó de
luchar, pero su estado físico no soportó el daño irreversible que ya le habían
causado la pobreza y la ignorancia.
El paro cardiaco que sufrió de
madrugada, sólo terminó la agonía que lentamente consumaban esos dos “Jinetes
del Apocalipsis”.
Desde que nació, lo tuvo todo
en contra. La mamá murió durante su alumbramiento, y desde ese momento la
miseria fue la cuna que jamás se apartó de su vida.
La realidad de Paula María es
un escenario rodeado de pobreza extrema. La casa en la que vivía, apenas de
tablas de madera y lonas, fue el único hogar que tuvo junto a su padre y su
hermano Jesús, de 12 años.
De acuerdo con el Consejo
Nacional de Evaluación, en su reporte más actualizado de 2014, en Sinaloa viven
155 mil 800 personas en condición de extrema pobreza.
Y la noticia de su
fallecimiento conmocionó a Mazatlán y a los ciudadanos de otras latitudes. En
redes sociales, decenas de personas enviaron condolencias a la familia, pero
también cuestionaban la falta de contundencia en los apoyos de las autoridades.
Mientras estuvo internada, de
sábado a sábado, recibió los mejores cuidados que un paciente en condiciones de
extrema salud pueda gozar.
“Los médicos hicieron todo lo
que estuvo en sus manos, no se le dejaba sola en ningún momento,
lamentablemente no resistió”, expresó Cruz Alberto Tirado Rojas, director del
Hospital General.
Con un peso de apenas 10 kilos
a sus 10 años, su caso se volvió uno de los más seguidos, tanto que muchas
personas se acercaron al hospital y a esta casa editorial a dejar sus donativos
en efectivo y en especie, todo por salvarle la vida.
El viernes, Paula María
recibió las primeras terapias para garantizar su movilidad.
Se compró un equipo especial
para lograr que su pequeño y débil cuerpo sostuviera su cabeza.
“Ningún niño mexicano debería
morir por hambre, lo que pasó a esta pequeña (qpd) es el reflejo de la
situación que viven millones de mexicanos, sólo que ella no tuvo al ángel que
la hubiera protegido y cuidado a pesar de su pobreza: su mamá”, escribió
Lourdes Sanjuan, nutrióloga.
LLORAN SU AUSENCIA
Ayer por la tarde, la niña
fue llevada a la casa de sus abuelos, en la Colonia Urías, donde fue velada y
se espera que hoy sea sepultada en un panteón del puerto. Los niños del
asentamiento acudían a ver el féretro de la menor, incrédulos. Los vecinos
aseguraron que los abuelos también viven en condiciones precarias. Una funeraria
local correrá con todos los gastos del sepelio, se informó.
POBREZA EN SINALOA
1’167,100 personas: viven en situación de pobreza
155,800 personas: viven en situación de pobreza
extrema
204,600 personas: viven en situación vulnerable por
sus
Ingresos
(CON INFORMACIÓN DE VERENICE PERAZA)
(NOROESTE/REDACCION/ 11/09/2016 | 12:44
AM)
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