VALPARAÍSO, CHILE
(Proceso).- El lunes 6 la Sala Penal de la Corte Suprema de Chile cerró
definitivamente la investigación sobre la muerte de Salvador Allende y
dictaminó que éste se suicidó durante el golpe de Estado del 11 de septiembre
de 1973.
Al ratificar el
sobreseimiento definitivo del caso Allende –causa Rol 77-2011–, la Corte
apuntaló la versión de que no hubo participación de terceras personas en la
muerte del expresidente, como lo dictaminó el juez de la causa, Mario Carroza,
el 13 de septiembre de 2012 y lo ratificó la Corte de Apelaciones de Santiago
en junio del año siguiente.
En nombre de la
Asociación Nacional de Exprisioneros Políticos y del Movimiento del Socialismo
Allendista, los abogados querellantes Roberto Celedón y Roberto Ávila
interpusieron un recurso de casación en julio de 2013 por medio del cual
buscaban revertir el cierre definitivo de la causa. De hecho pedían un
sobreseimiento temporal hasta en tanto se encontraran nuevos antecedentes y
evidencias de los motivos de la muerte de Allende.
El fallo de la Corte
fue dividido: de sus cinco miembros, uno, Hugo Dolmestch, votó en contra y se
pronunció por acoger los recursos de casación presentados por los querellantes
y, en consecuencia, anular la sentencia de primera instancia fallada por
Carroza.
Según el documento
de la resolución de la Corte Suprema –número 5778-13–, Dolmestch argumentó que
la investigación sumarial de la causa no logra “resolver la discordancia que
surge del análisis de los informes periciales realizados”.
Explicó: “Los
hallazgos descritos en el Protocolo de Autopsia número 2449-73 establecieron la
existencia de un orificio de salida en la zona posterior de la bóveda craneana
del expresidente, incompatible con la destrucción causada por el impacto
autoinferido con un fusil de guerra, lo que refuerza la tesis de la ocurrencia
de a lo menos dos impactos de bala penetrantes en el cráneo, uno provocado
presuntamente por un arma de mediana o baja velocidad y otro de fuente
distinta, pudiendo corresponder a proyectiles y armas diferentes, circunstancia
que no descarta la intervención de terceros”.
Prosiguió: “Las
mismas dudas surgen a partir de la ausencia de escurrimiento sanguíneo desde la
zona submentoniana, lo que no concuerda con la hipótesis de disparo suicida en
vida, y se estrella con la existencia de mayor concentración de plomo, bario y antimonio
en la zona facial, que es compatible con un orificio de entrada de proyectil
balístico generado de corta distancia y que concuerda con el hallazgo de una
lesión en la zona orbital derecha”.
Asimismo señaló:
“Por otro lado, el informe de fojas 347 del Servicio Médico Legal establece una
conclusión que la investigación no pudo aclarar, la cual es que si en un
cadáver se reconoce estallido de cráneo al mismo tiempo que en uno de los
fragmentos de la bóveda se evidencia un orificio de salida de proyectil, dicho
orificio de salida se produce en un momento anterior al estallido de la
cavidad, debido a que se requiere la integridad de la cavidad craneana para que
un proyectil pueda generar una lesión característica de orificio de salida. Es
en virtud de ello que el informe concluye que se debe plantear la existencia de
dos impactos de proyectil, donde un primer disparo genera el orificio de salida
y el segundo produce el estallido de la bóveda craneana.
“A la luz de estos
antecedentes, la incertidumbre de la intervención de terceros o la
circunstancias de ser o no delictuosos los hechos no ha cesado, lo que es
incompatible con la causal de sobreseimiento definitivo impugnado.”
Dolmestch cerró su
razonamiento al señalar que en el proceso “se advierten claras diferencias de
apreciación e interpretación respecto de los documentos, pericias y testimonios
recibidos, todo lo cual ha de ponderarse en la real perspectiva de la
importancia histórica del hecho investigado –sin duda de lo más trascendente
ocurrido durante nuestra vida institucional– que impone a la jurisdicción el
deber de máxima rigurosidad en el establecimiento de la verdad, para lo que”,
según su parecer, “no resulta aconsejable cerrar para siempre el proceso, desde
que tal vez a futuro bien podrían aparecer nuevos antecedentes que despejen sus
actuales dudas”.
RAZONES DE LA MAYORÍA
Aunque el voto de
mayoría –de los ministros Milton Juica, Hugo Dolmestch, Carlos Künsemüller,
Lamberto Cisternas y el abogado integrante Jorge Baraona– se centró en aspectos
formales, también invocó razones de fondo.
En relación con las
primeras, en el quinto punto de la resolución la Corte argumenta que del tenor
del artículo 472 del Código de Procedimiento Penal “se desprende
inequívocamente que los jueces ‘podrán’ atribuir determinado valor probatorio a
los informes periciales que reúnan ciertos requisitos. Así entonces, la
ponderación que aquéllos puedan dar a tales informes, en uno u otro sentido,
pertenece al ámbito privativo de sus prerrogativas y escapa, por ende, al
control de casación”.
Sin embargo, el
tribunal también invoca causales que avalan el fondo de lo determinado por
Carroza. Señaló que la tesis de la intervención de terceros “fue desestimada
pericialmente, comprobándose que la magnitud de la energía cinética de las
lesiones provocadas por el tipo de arma usada explica las heridas a distancia
existentes en los tejidos blandos de la cara”.
También se aduce
“que al disparar el arma de fuego con el selector de disparo en posición
automática, pudo producir la salida de dos proyectiles en un solo disparo, pero
que en los tejidos de cara y cráneo disponibles no hay cambios morfológicos que
indiquen el paso de otro proyectil que describa trayectoria distinta”.
En entrevista con
Proceso Roberto Celedón señala que “con todo respeto por el fallo, me quiero
quedar con el voto de minoría que establece un hecho que es extraordinariamente
decisorio: existen informes médicos legales donde se reconoce la existencia de
dos proyectiles de distinto calibre, ambos en la cabeza del presidente Allende,
lo que plantea la imposibilidad de determinar con certeza el hecho del
suicidio, porque son dos disparos completamente incompatibles”.
Celedón señala en el
mismo sentido que en el informe de autopsia hecho en el Hospital Militar el 11
de septiembre de 1973 “se da cuenta del ingreso de un proyectil de menor
calibre en las cercanías del ojo izquierdo, con salida por el parietal, y el
disparo con metralleta en la zona submentoniana, que destruye la bóveda
craneana del presidente Allende”.
En 2008 este jurista
solicitó al forense Luis Ravanal que hiciera un metanálisis forense a la
autopsia realizada en 1973. En septiembre de aquel año Ravanal dio a conocer
los resultados de sus pericias. El hallazgo principal fue la descripción del
orificio de salida de bala mencionado por Celedón y por Dolmestch.
Celedón reconoce que
a nivel jurídico no se impuso la verdad, pero señala que “la verdad histórica
es más fuerte” y “la verdad judicial no siempre coincide con la verdad objetiva
y al final lo que vale es la verdad objetiva (…) porque en el juicio no se pudo
esclarecer algo que era vital, que tiene que ver con la lógica, con el sentido
común que tiene la gente: nadie puede haberse hechos dos disparos suicidas en
la cabeza, con dos armas distintas. Es un imposible físico”.
Por todo lo anterior
Celedón señaló que estudiará si el Caso Allende reúne los requisitos que
respalden la necesidad de llevar esta causa ante la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos.
En entrevista con
Proceso, Ravanal también destaca el voto de minoría señalando que “es
importante porque da cuenta del interés en el detalle científico, en el
análisis que nosotros realizamos y que está publicado en el libro Allende: Yo
no me rendiré (Ceibo, 2013), donde se informa sobre las altas concentraciones
de pólvora en la zona periorbitaria del ojo izquierdo, que da cuenta de un
disparo hecho a corta distancia, y eso es un elemento de mucho valor,
incorporado el año 2011, cuando un perito de la Policía de Investigaciones de
Chile (Leonel Liberona), en su informe químico, describe que encontró residuos
de pólvora ‘concordantes con un disparo a corta distancia’”.
(PROCESO / FRANCISCO MARÍN/ REPORTAJE ESPECIAL
/ 19 DE ENERO DE 2014 )
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