viernes, 9 de marzo de 2012

DEMOSTRAR MI INOCENCIA IMPORTA MÁS QUE SALIR LIBRE: CASSEZ

Cassez

(EL UNIVERSAL)

MÉXICO, D.F.- Florence Cassez es muy alta, tiene el cabello rubio, rizado y muy largo -le llega a la cintura-, ojos verdes y un cuerpo atlético. 

Viste un suéter de cuello alto azul oscuro que le ha regalado su madre, jeans del mismo color, botas marrón y luce unos elegantes aretes también verdes. Pero en el Reclusorio Femenil de Tepepan, al sur de la Ciudad de México, la joven francesa no sólo llama la atención por su porte, también por su vitalidad y optimismo.

Lleva presa seis años y está condenada a 60, acusada de secuestro, entre otros delitos. Dice que ha pasado varios meses incomunicada, que ha sido golpeada, torturada, que ha sufrido depresiones e incluso ha pensado suicidarse.

Pero se siente con mucha fuerza para demostrar su inocencia. Y confía en la justicia. En entrevista con EL UNIVERSAL, previa a que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) diera a conocer el proyecto de revisión al amparo que interpuso su defensa, dijo que sólo el hecho de que los ministros aceptaran analizar su caso le devolvió la esperanza de no cumplir toda su condena.

"Confío plenamente en la Corte y en su presidente, Juan Silva", asegura desde la prisión. "Ahora tiene la oportunidad de hacerlo. De cambiar el país en lo que a la justicia se refiere. De ser valiente, con mi caso y con el de muchos otros ciudadanos inocentes que están en la cárcel por delitos que no cometieron", asegura.

Cassez fue detenida el 8 de diciembre de 2005 por policías de la desaparecida Agencia Federal de Investigación (AFI). La acusaron de pertenecer a la banda de secuestradores Los Zodiaco, que dirigía Israel Vallarta, y de plagiar a tres personas en un rancho al sur de la Ciudad de México. Al día siguiente la AFI organizó una simulación de la detención ante las cámaras de televisión.

Florence vive en una celda individual en el penal femenil de Tepepan, donde es una de las presas que más visitas recibe; así como llamadas telefónicas de apoyo, como las que realizaron el presidente francés Nicolás Sarkozy y su esposa Carla Bruni. También sus padres y sus amigos le mandan comida desde Francia.

En la sala de estar Florence ocupa una mesa donde tiene una nevera portátil con vasos y platos de plásticos. Son las 11 de la mañana y ella en seguida ofrece al visitante café, té y pasteles. Pero a lo largo del día sacará distintos platos enviados desde Francia envasados al vacío. Tiene pollo, pavo y carne de cerdo. También tiene refrescos y los famosos "brioches" (pan dulce) franceses con pasas y almendras.

Florence acepta hablar con EL UNIVERSAL aunque dice estar harta de dar entrevistas. Asegura que en los últimos meses ha habido una campaña mediática en su contra. Que se publicó que había intentado escaparse de la cárcel e incluso que seguía dirigiendo la banda de “Los Zodiacos”.

"¿Pero qué banda?, pregunta indignada. "¿Quién forma parte de esa banda? ¿Israel y yo que fuimos los dos únicos detenidos?", añade. "¿Por qué no dicen quien más había en esa banda? Pues porque no había nadie porque esa banda no existió nunca", asegura rotunda.

Durante la conversación Florence insiste una y otra vez en que es inocente. Dice que su caso ha estado lleno de irregularidades desde el momento en que la detuvieron. Recuerda la "parodia" de su detención ordenada por el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y llevada a cabo un día después de los hechos para simular que ocurría en ese momento ante las cámaras de televisión.

 "El caso empezó con una mentira y siguió con la fabricación de pruebas, la falsificación de testimonios, la manipulación de datos; con amenazas y torturas a los testigos que cambiaron su versión varias veces", dice. "No hay ninguna prueba que demuestre mi culpabilidad", explica. Por eso confía en que los jueces voten a su favor. "Duermo cada noche muy tranquila porque soy inocente, no he hecho nada. Pero no creo que García Luna ni Luis Cárdenas Palomino (director general de Investigación Policial de la AFI cuando Florence fue detenida) tengan la conciencia tranquila de saber que llevo tantos años presa siendo inocente, y los verdaderos culpables están libres", añade rotunda.

Está segura de que un día saldrá. "Seré libre", dice, tras ser declarada inocente. Y nunca aceptará confesar algo que no hizo a cambio de una rebaja de su pena, como le han propuesto.

"Me importa mi libertad, pero me importa aún más que todo el mundo sepa que soy inocente", afirma

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