Los correos se le enviaron al Congreso y centran el debate sobre la respuesta
del Departamento de Justicia al senador Charles Grassley.
EFE
Washington • El Departamento de Justicia de EU envió hoy al
Congreso más de mil páginas de correos electrónicos internos que detallan el
proceso que llevó a sus funcionarios a dar declaraciones falsas sobre el caso
'Rápido y Furioso'.
La agencia federal, que no acostumbra a publicar sus comunicaciones internas,
las entregó para facilitar la investigación del Congreso, que trata de encontrar
responsables en la fallida operación que permitió, entre 2009 y 2010, el tráfico
ilegal de unas dos mil armas a México.
Los correos electrónicos se centran en el debate entre funcionarios de la
Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos (ATF, por su sigla en inglés) y
otras agencias acerca de la respuesta que el Departamento de Justicia debía dar
a la petición de explicaciones del senador republicano Charles Grassley, en
febrero.
Finalmente, la agencia respondió que la ATF nunca habría permitido el
tránsito ilegal de armas intencionadamente, una declaración que varios
funcionarios han reconocido más tarde que era incorrecta.
Aunque no revelan quién fue el responsable de esa declaración, los correos
electrónicos muestran la indignación de los funcionarios ante las acusaciones de
Grassley, que aseguró que la ATF había permitido la venta ilegal de cientos de
armas, y que dos de ellas se habían usado en el tiroteo que mató al agente
estadounidense Brian Terry.
"Esas (acusaciones) son las más obscenas posibles, y las más dañinas para la
ATF a corto y largo plazo", escribió el subsecretario adjunto del fiscal general
Jason Weinstein, en un correo electrónico fechado el 2 de febrero y publicado
por la cadena CBS.
En otro, dirigido al director en funciones de la ATF, Ken Melson, Weinstein
abogó por "una respuesta más rotunda" a las acusaciones que la que estaba
considerando la agencia.
Algunos funcionarios del Departamento de Justicia mostraron entonces su
preocupación sobre las consecuencias de responder dura y detalladamente a las
acusaciones sobre el asesinato de Terry.
La consejera especial Faith Burton, por ejemplo, indicó que hacerlo por
escrito entrañaría "riesgos significativos" y consideró más prudente "hablar
sobre ello en persona si es necesario".
"Les preocupa que si nos embarcamos en una explicación detallada sobre este
caso con el personal de Grass, seguirán exigiéndonos más y más información",
explicó Weinstein en un correo al entonces fiscal general de Estados Unidos en
Arizona, Dennis Burke.
"Pero yo creo que debemos ser firmes y rotundos y decir que todo esto son
mentiras", añadió Weinstein.
Algunos de los errores reflejados en la declaración final enviada a Grassley
aparecen en los correos escritos por Burke, que fue una pieza clave en la
coordinación de la operación, y que hoy está sujeto a una investigación interna
del Departamento de Justicia.
Por ejemplo, Burke dijo en un correo que las armas halladas en la escena del
crimen contra Terry fueron compradas en una tienda de Phoenix (Arizona) antes de
que empezara la operación "Rápido y Furioso".
La investigación demostró más tarde que el operativo ya estaba activo cuando
esas armas se compraron.
En total, el Congreso estadounidense ha llevado a cabo 17 audiencias sobre el
caso "Rápido y Furioso", una de ellas con el testimonio del fiscal general Eric
Holder, que deberá volver a testificar ante un comité de la Cámara de
Representantes el próximo jueves.
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