La cuna de
"El Chapo" Guzmán representó para los de esa tierra, la protección
más certera dada la expansión de los cárteles, afirma habitante del municipio
sinaloense
BADIRAGUATO.-
"¡No lo vamos a volver a ver!", exclama con las palabras cortadas y
ahogadas, Marta Sánchez, quien nació en Boca de Arroyo, Badiraguato, hace 36
años.
Responde desde la
caseta telefónica de ese municipio a la pregunta de cuál es el panorama en ese
terruño, el mismo de Joaquín Guzmán Loera, "El Chapo" Guzmán,
detenido ayer por elementos de la Secretaría de Marina (Semar).
Porque ahora, la
zozobra y el miedo son los fantasmas sobre los cerros de Badiraguato. Lo
explica ella, encargada de la telefonía fija del lugar, quien sostiene sin
reparos, que "El Chapo" Guzmán representó para los de esa tierra, la
protección más certera dada la expansión de los cárteles formados en Michoacán
y Tamaulipas, como Los Zetas.
La más certera y la
única. Marta admite que aunque Badiraguato es el municipio al que se le
adjudica haber dado al mundo "capos" poderosos del narcotráfico, no
cuenta con seguridad por parte de ninguna autoridad, ni federal ni estatal.
"Nos sentimos tristes… Ya ve lo que está pasando en Tamaulipas y
Michoacán. Y eso, aquí no lo tenemos.
Y haga de cuenta que
nosotros nos sentíamos protegidos por él (por "El Chapo"). Es un
personaje muy mencionado a nivel nacional, a nivel internacional. Si usted
quiere, claro, en el mundo de las drogas. Pero también tenía algo bueno: aquí
no entraban criminales. Criminales como Los Zetas que eran terribles. Aquí no
se paga derecho de piso.
Aquí todos
trabajamos a las posibilidades de uno, pero sin pendientes de secuestros. Sin
nada de eso, porque teníamos el respaldo de que en estas regiones, él tiene a
su familia, y aquí lo protegen a uno…", dijo sin reparos apenas conoció el
tema de la llamada.
En las siguientes
horas de la detención de "el hombre más buscado del mundo", pocos
teléfonos fueron atendidos en Badiraguato, Sinaloa. El Presidente municipal,
Mario Alfonso Valenzuela López, se encontraba en Culiacán -la capital del
estado- con las líneas cerradas. Pero el teléfono de la caseta donde Marta
Sánchez trabaja todos los días de ocho de la mañana a tres de la tarde, sí
estaba disponible.
A Sin Embargo MX le
dijo: –¿"El Chapo" iba a La Tuna, a visitar a su mamá, doña Consuelo
Loera?
–Claro que sí. Ahí
él tenía su casa. Era su casa… Con reuniones familiares. Con velorios…
–¿Ustedes (los habitantes) lo presenciaban?
–Sí, porque se
manejaban con prudencia…
Sobre todo con
respeto. Con familiaridad. Como cuando tú asistes a una fiesta de familiar..
Así era –¿Lo llegaste a ver?
–Desgraciadamente lo
vi en velorios… De familiares allegados a él.
BADIRAGUATO Y LA POBREZA
Enclavado en la
sierra, ingreso a la región bautizada como "El Triángulo Dorado"
–cuyos vértices son Durango, Chihuahua y Sinaloa- Badiraguato, Sinaloa, es uno
de los municipios con mayor índice de marginación, según el Censo 2010 del
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi).
La dramática
circunstancia se reparte en 11 rancherías dispersas, alejadas entre sí. Con su
idílica apariencia, los cerros y arroyos hacen paradójico el paisaje ahí, donde
las casas son de lámina y cartón, y muchas mujeres y niños carecen de zapatos.
Los mapas del
Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social lo tienen
pintado color marrón; es decir "en emergencia alimentaria".
Pese a todos los
indicadores, ni Oportunidades ni la Cruzada Nacional contra el Hambre, los
programas estelares de la política de Desarrollo Social del gobierno de Enrique
Peña Nieto, lo incluyeron en sus padrones de ayuda. En la década de los
cincuenta, cuando "El Chapo" Guzmán Loera vio la primera luz ahí, las
cosas no eran de otro modo.
De hecho, fue en esa
época en que esa tierra se encerró en un círculo. Óscar Aguilar Soto, del
Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Autónoma
de Sinaloa (UAS), expone que el drama de Badiraguato puede resumirse así:
"Falta de empleo y ausencia de ingreso sistemáticas; luego, el
narcotráfico como única opción, como esperanza de todo".
Hace 57 años, en una
de esas rancherías, La Tuna, nació Joaquín Guzmán Loera, "El Chapo",
un sobrenombre común en la región cuando se tiene aspecto regordete y baja
estatura. En los años cuarenta, vieron la luz en el mismo Badiraguato, Pedro
Avilés Pérez; Ismael Zambada García, "El Mayo", y Juan José
Esparragoza Moreno, "El Azul"; 10 años después, nacieron Ernesto
Fonseca Carrillo, "Don Neto" y Rafael Caro Quintero,
"Rafita". También nacieron y crecieron ahí, los cinco Beltrán Leyva,
primos de "El Chapo".
En 1970, el cultivo
de mariguana se expandió en la sierra de Badiraguato y por ese motivo, el
gobierno federal envió a las primeras tropas del Ejército a las comunidades
para atrapar sembradores. Siete años después, arrancó la Operación Cóndor, que
significó la distribución de 10 mil soldados.
Desde entonces hasta
ahora, los panteones con tumbas de adolescentes y jóvenes son la crónica más
fiable de una tragedia incesante.
Las llamadas de
atención provienen de todas las instancias relacionadas con el municipio. Ángel
Robles, ex Presidente municipal en el trienio 2011-2013 y maestro rural,
plantea que sólo la Educación podrá darle un viraje al intrincado destino de
Badiraguato. "No, no, no, no es el narco el problema.
Ni lo que queda del
narco. O lo que vaya a ser del narco. Es el hambre", dijo a este medios
Robles, quien en una entrevista publicada en agosto pasado se ahogaba en
suspiros, enojos y la afectación que deja la desesperanza.
Recompone: "Es
el hambre. Y el hambre no puede atacarse porque estamos solos. Nos temen por un
mote mal puesto. Por un estigma equivocado. El estigma del narco lo estamos
pagando con hambre".
–¿Cómo se administra
la mala fama de un pueblo? –Dicen que hieren más las palabras que un puñal.
Dicen que matan más los estereotipos que las balas".
Los directores del
Centro de Estudios Justo Sierra (Cejus), que ha servido de internado a niños de
la sierra en condiciones de miseria, coinciden con él. El centro se encuentra
en una profunda crisis en la que los docentes ponen de su bolsa para atender a
los internos.
Mario Arredondo,
Francisco López y Jorge Antonio Cruz López, los directivos, indican que la
encrucijada es tremenda: o se le da presupuesto a la educación y alimentación
de los que nacen ahí, o habrá esperanza en otro lado.
(NOROESTE/ Sinembargo.mx/
23-02-2014 | 09:23 AM)
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