Distrito Federal—
Más de una semana después de sobrevivir a un accidente aéreo, el líder de los
grupos de autodefensa, José Manuel Mireles, rechazó el llamado del Gobierno
para el desarme de su movimiento, indicando que luchará hasta que los líderes
de los cárteles de la droga de su región sean arrestados y el estado de
Michoacán restablezca el Estado de Derecho, mientras que el vocero del Consejo
General de Autodefensas y Comunitarios de Michoacán, Estanislao Beltrán,
aseguró que el Ejército “rafagueó” a pobladores del municipio de Antúnez,
municipio de Parácuaro, y dio muerte a cuatro personas, entre ellas una niña de
11 años.
Míreles, cirujano de
55 años que encabeza el movimiento que se ha difundido con rapidez en el último
año por todo Michoacán y se ha apoderado de territorio del cártel de 'Los
Caballeros Templarios', habló con la prensa la noche del lunes desde un refugio
tras haber sido atendido en un hospital privado en la Ciudad de México.
Al parecer, el
pasado lunes soldados mexicanos empezaron a desarmar a algunos miembros del
movimiento en Michoacán, y el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio
Chong pidió a los integrantes del mismo que depusieran las armas y regresaran a
sus casas. El conflicto en Michoacán ha subido de tono en las últimas semanas
conforme los miembros del movimiento se han hecho de nuevas ciudades y hombres
armados han atacado edificios gubernamentales, bibliotecas y establecimientos.
La violencia en aumento se ha convertido en una de las mayores pruebas para el
Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
“Vamos a contener la
violencia en Michoacán”, declaró Osorio Chong.
Mireles indicó que
sus seguidores no depondrán las armas sino hasta cuando el Gobierno arreste a
los capos y demuestre ser capaz de restablecer el Estado de Derecho.
“Sólo somos
civiles”, dijo. “Queremos justicia. Cuando no hay justicia en una ciudad,
cuando no hay Estado de Derecho en una ciudad, la gente tiene que hacerse
justicia por sus propias manos”.
Mireles se está
recuperando de las lesiones sufridas cuando su avión se impactó este mes
mientras regresaba a casa de Guadalajara. Indicó tener siete costillas
fracturadas, fracturas en dos vértebras y haberse dislocado la mandíbula. Tenía
el cuello cubierto de moretones, el ojo derecho inflamado y se ayudaba de un
bastón para caminar. Con zapatos Crocs color blanco, pantalón de pijama de
franela y un suéter gris, Mireles hablaba con lentitud y hacía pausas para
sostenerse el pecho, aparentemente adolorido.
“No estoy bien”,
comentó. “Tengo muchos problemas de salud que hay que resolver. Y espero que
Dios me permita vivir y salir de esta situación, y ver el término de la lucha
que hemos iniciado”.
Míreles rechazó los
informes de que había autorizado el desarme de su movimiento. Indicó que el
mismo tiene el control de 28 ciudades de Michoacán, o una cuarta parte del
estado. Indicó que con el tiempo espera que sus seguidores “regresen a nuestras
comunidades y retomen sus actividades cotidianas”. Pero señaló que primero será
necesario impedir que los cárteles “sigan cobrando 'cuotas' de protección,
cometiendo ejecuciones, secuestrando, extorsionando y violando personas”.
“Cuando detengan a
las siete cabezas de 'Los Caballeros Templarios', entonces podremos regresar a
nuestras comunidades”, indicó. “Estamos dispuestos a deponer las armas cuando
las autoridades cumplan con sus responsabilidades”.
“Si Manuel Mireles
cae”, agregó, “el movimiento no caerá”.
En entrevista con
Carmen Aristegui en Noticias MVS, Estanislao Beltrán, vocero del Consejo
General de Autodefensas y Comunitarios de Michoacán, aseguró que luego de
varias horas de negociación para que los militares devolvieran las armas que
les fueron retiradas en el pueblo de Antúnez, “el Ejército Mexicano rafagueó a
nuestro pueblo, gente civil que salió únicamente a pedir que les regresaran las
armas”.
Así narró los
hechos:
“Lo que ocurrió ayer
fue que a la comunidad de Cuatro Caminos llegó el Ejercito, desarmó a los
compañeros que estaban en la trinchera y a raíz de esto la gente civil salió a
las carreteras para detener a los convoyes del Ejército para pedirles por favor
que regresaran las armas a los compañeros comunitarios, pues este es el medio
como protegen al pueblo.
“De la manera más
atenta se le pidió al general Patiño que regresaran las armas a los compañeros,
pues se tornaría la situación crítica, pues cuando el pueblo civil se enoja es
capaz de hacer cualquier cosa. Así estuvimos en la negociación de tres horas”,
contó Beltrán.
La discusión subió
de tono, dijo, y en lugar de devolverles las armas los soldados abrieron fuego
y asesinaron a cuatro personas.
“El gobierno no
quiere ver la realidad del pueblo, la realidad de Michoacán. A diario tenemos
enfrentamientos con el crimen organizado y llega el Ejército y nos desarma.
Entonces el pueblo en el crucero de Antúnez tapó la carretera que comunica a
Apatzingán.
“Tratamos de pedirle
de la manera más atenta a la corporación que nos entregara las armas y se tornó
la situación tan crítica que en lugar de entregar las armas nos rafagueó y nos
mató a cuatro personas, entre ellas a una niña de 11 años”, reveló el líder
comunitario.
“Fue una trifulca
muy difícil, nos sentimos decepcionados de nuestro gobierno, no tengo las
palabras para calificar al gobierno del estado y al gobierno federal”, agregó.
A pesar de los
hechos, Beltrán ratificó que no depondrán las armas, sobre todo si no se ha
detenido a un solo líder de Los Caballeros Templarios, por cuyas acciones,
recordó, se levantaron en armas.
“En ningún momento
vamos a aceptar entregar las armas cuando no se ha detenido ni a un solo líder
de los Caballeros Templarios (…) Nosotros sólo defendemos a nuestra familia, a
nuestro pueblo. Nosotros somos campesinos, gente de trabajo. (Joshua PartlowThe
Washington Post /Con información de Apro)
(EL DIARIO,
EDICION JUAREZ/ The Washington Post | 2014-01-14 | 21:53)
No hay comentarios:
Publicar un comentario