MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- “Restablecen el orden o
apoyaremos el ingreso de la autodefensa a la capital de la entidad”,
advirtieron empresarios y comerciantes a las autoridades
gubernamentales.
Mientras los representas del sector productivo de la ciudad de
Chilpancingo lanzaban el ultimátum al gobierno, pobladores del valle de
El Ocotito se declararon en alerta máxima ante una posible incursión
militar para desarmar al grupo de guardias comunitarios de la Unión de
Pueblos y Organizaciones del estado de Guerrero (UPOEG).
El sobrevuelo de un helicóptero de la Marina y el recorrido por
tierra de militares provocó que al menos un millar de hombres, mujeres y
niños se congregaran en el poblado de El Ocotito para defender a los
guardias comunitarios que llegaron hace cuatro días para asumir la
seguridad en esta zona colapsada por la delincuencia que operaba
impunemente bajo el manto protector de las autoridades gubernamentales.
Los ejercicios castrenses en el valle de El Ocotito fueron
interpretados por los pobladores como un acto de hostigamiento y
advirtieron que van a defender con su vida al grupo de autodefensa de la
UPOEG.
En este sentido, reprocharon la actitud de las autoridades que en
lugar de atacar a los delincuentes se enfoca en hostigar a los
ciudadanos que deciden defender su vida y patrimonio.
“El movimiento del valle de El Ocotito no es como la gripa que se
quita en tres días; llegó como la diabetes para quedarse para toda la
vida”, lanzó un dirigente comunitario de la zona.
Cuatro delincuentes tienen secuestrada la capital: empresarios
Por su parte en la capital, los representantes del sector productivo
destacaron que el grupo de guardias comunitarios adheridos a la UPOEG,
regresaron la seguridad y tranquilidad a los habitantes de las ocho
comunidades del municipio de Chilpancingo que conforman el valle de El
Ocotito.
“La autodefensa hizo lo que las autoridades no han podido hacer en
varios años”, expresó el exdirigente de la Confederación Patronal de la
República Mexicana (Coparmex), en la región centro de la entidad, Víctor
Martínez Toledo.
El empresario del giro de abarrotes y conocido militante del PRI,
lanzó un enérgico reproche a las autoridades de los tres niveles:
“No es posible que cuatro delincuentes tengan sometido a todo un
pueblo y que el gobierno no haga nada”, expresó en referencia a la banda
delictiva denominada Los Rojos, un remanente del extinto cartel de los
Beltrán Leyva que se afincó en esta capital y tiene presencia en la zona
de la Sierra, así como en la región Centro y Montaña de la entidad.
Lo anterior, durante una conferencia donde comerciantes y empresarios
capitalinos le dieron “la bienvenida” al activista indígena líder de la
UPOEG, Bruno Plácido Valerio.
En la reunión, el dirigente de comerciantes en la capital, Pioquinto
Damián Huato dijo que es la última oportunidad que tienen las
autoridades gubernamentales para revertir la ola de violencia que tiene
asfixiada a la sociedad y colapsado el sector productivo.
“Solamente queremos vivir en paz”, expresó Damián Huato, quien
advirtió que los empresarios están a un paso de sumarse al movimiento de
autodefensa y solicitar el apoyo de la guardia comunitaria de la UPOEG
para “poner orden en Chilpancingo”.
Por su parte, Bruno Plácido señaló que la guardia comunitaria de la
UPOEG va a permanecer en el valle de El Ocotito y si los ciudadanos de
la capital lo deciden, van a entrar a la capital guerrerense.
“Se trata de regresar a los ciudadanos la dignidad arrebatada por la
delincuencia y las autoridades, que son responsable del ambiente de
terror que se vive en la entidad”, indicó el activista indígena que
llegó a la capital de la entidad considerada como la cueva del grupo
delincuencial denominada Los Rojos.
(PROCESO/ Ezequiel Flores Contreras/ 27 de enero de 2014)
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