Una doble
pugna territorial por la venta de droga incrementa la incidencia de homicidios
violentos en un 25 por ciento en Tijuana. Cuatro grupos disputan las
principales colonias en las zonas Este y Centro de la ciudad, muertos y
asesinos pertenecen a células que Alfonso Lira “El Atlante” y los restos de
grupos criminales que fueron encabezados por Melvin Gutiérrez Quiroz y Armando
“El Gordo” Villarreal, lugartenientes del CAF hoy detenidos
Investigaciones
ZETA
El incremento de
homicidios en un 25 por ciento que vive Tijuana, se debe al enfrentamiento por
el control de venta en las colonias. Ya no se están peleando las esquinas,
ahora se balean por las zonas y, los que están cayendo, son distribuidores de
droga en espacios territoriales más amplios.
Por el lado de
Sinaloa, del grupo de Alfonso Lira “El Atlante”, el grupo Los Pelones se
enfrenta a muerte contra las células del “Seven”, “El 300”, “El Tío” y “El
Güero”. Y de los del Cártel Arellano Félix, dos sujetos que fueran operadores
del apresado Melvin Gutiérrez Quiroz, “El 5-8”, quien hasta el 23 de septiembre
de 2013, se enfrentó a Francisco Javier Flores Hernández “El Javi”, quien en otro tiempo le sirvió a
él y a otras células como sicario. Fue detenido el lunes pasado, después de un
homicidio.
Esos son los datos
que arrojan la información recabada por áreas de inteligencia y los interrogatorios realizados a los detenidos
entre agosto y septiembre. “Se han hecho capturas o se han abierto líneas con
ordenes de presentación o detención por lo menos en el 80 por ciento de los
casos, la PGR no le ha bajado y nosotros tampoco”, aseguró Alberto Capella,
secretario de Seguridad Pública Municipal de Tijuana.
Los ex CAF
El licenciado Capella habló de la pugna que
abarca el corredor de droga local, Zona Centro, Obrera, Zona Norte y San
Antonio de los Buenos:
“Operadores de ‘El
Melvin’ están pasando información a otros traficantes -incluso del Cártel de
Sinaloa- para que los maten y acaben con su competencia”. Reiteró a los de
apodos “Javi” y “5-8” como el enfrentamiento más conflictivo en términos de
sangre.
“Volvemos a la misma
bronca, el problema, un conflicto entre narcomenudistas. Se trata de un pleito
que según los antecedentes, inició desde diciembre de 2012 por lo menos, pero
se ha ido recrudeciendo al incrementarse los homicidios entre células”, estableció.
Cuestionado respecto
a la versión dada entre las áreas de inteligencia que refieren presencia de los
grupos del “Atlante” reclutando homicidas del grupo criminal de Los Sureños -de
origen mexicoamericano- con la finalidad de combatir a Los Pelones, con base en
el Barrio Logan de San Diego, California, el funcionario explicó:
“Ahorita nuestro
principal problema es la relación de las pandillas de Estados Unidos con grupos
de aquí. El Barrio 18, Los Sureños y el
tufo que traemos de la Mafia Mexicana, además de la constante de que amantes,
tíos o primos que quieren robar droga a sus parientes, que ya tiene rato
vendiéndola”.
BALACERA EN EL RUBÍ, EX POLICIA DETENIDO
Regresando al tema
de las capturas, destaca el ejemplo de la detención de un grupo criminal el 19
de septiembre de 2013, cuando éste baleó a elementos del área de inteligencia
de la Policía Municipal mientras realizaban seguimiento de información en el
fraccionamiento El Rubí; operativo en el que fue detenido el ex policía José
Ángel Uribe Medrano, formalmente fue acusado de participar en por lo menos dos
homicidios y la posterior captura de quien fuera su jefe criminal inmediato,
Francisco Javier Flores Hernández “El
Javi”, actualmente arraigado, mientras investigan su presunta participación en
por lo menos ocho homicidios recientes.
La pugna entre
grupos continúa porque “El Javi” tenía por lo menos tres equipos delictivos
operando a sus servicios, cada uno con su respectivo cabecilla.
Del enfrentamiento
entre gente del Cártel de Sinaloa, Capella solo consideró: “Hay una confusión,
ahorita no sabemos qué tan fuerte es la presencia del Cártel de Sinaloa, porque
según ellos no son tenderos, eso me han mandado decir cuando lanzan amenazas.
Entonces se supone que la venta de droga al menudeo se la están dejando a los
lugartenientes -sin controlar-, lo que es un mercado grande de 22 millones de
pesos al día”.
LOS SINALOENSES
En entrevista con
ZETA, Miguel Ángel Guerrero, coordinador estatal de la Subprocuraduría Contra
la Delincuencia Organizada (SCDO), de la Procuraduría General de Justicia del
Estado de Baja California, habló de la pugna entre cabecillas; unos que
representan células ligadas al Cártel de Sinaloa, y otros que se rindieron a
los sinaloenses, pero que antes delinquieron para el CAF.
De las 401 muertes
violentas ocurridas en Tijuana en lo que va de 2013, hasta el día 26 de
septiembre se habían contabilizado 39 durante el mes, lo que llevó a la PGJE a
admitir un incremento del 25 por ciento en la comisión de ese delito.
Se le preguntó a
Guerrero a qué se debía el repunte y de qué manera este baño de sangre incluía
a Alfonso Lira, mencionado en repetidas ocasiones en los partes policiacos de
los últimos meses.
El funcionario habló
de la pugna por recuperar las áreas de
venta de droga que ya tenía “El Atlante”, y cómo el presunto criminal ya se
siente identificado y acorralado por la autoridad, descuidando el control,
aunado a que las células se le están desbalagando.
Respecto a los
cómplices o servidores directos y cabecillas de células de Alfonso Lira, la
PGJE tiene identificados a “El Seven”,
“El 300”, “El Güero” y “El Tío”, apodo que antes utilizó José Lorenzo
Porfirio Cervantes Martínez, concuño del
“Atlante”, detenido el 12 de agosto de 2013 por la Policía Estatal
Preventiva.
Miguel Ángel
Guerrero confirmó que son apodos que han salido mucho en las declaraciones
recientes.
“A raíz de las
últimas investigaciones por parte de los cuerpos de inteligencia, se logró dar
con una cara y un nombre del ‘Atlante’, porque al principio se manejaba que
eran dos sujetos, unos hermanos, lo del negocio familiar”, detalló.
“Como ya se tiene un
rostro del ‘Atlante’, empezó a cubrirse, desapareció de la ciudad, y es que en
consecuencia empiezan las pugnas entre las células que están abajo, y en los
homicidios los detenidos nos dicen que el muerto era gente de Los Pelones; los
detenidos trabajaban para la gente del ‘Atlante‘ y recibían órdenes del ‘300’ o
‘El Tío’, a quienes se les relaciona juntos en la Zona Este, y otros en Zona
Centro que dicen ser gente del ‘Atlante’, pero reciben instrucciones”.
— Algunas área de
inteligencia reportan un escisión de estos grupos que pretenden formar células
independientes de Lira, ¿qué tan real es eso?
“Los datos que
arrojan las entrevistas, es que siguen bajo control del ‘Atlante’, un ‘El 300’
y ‘El Tío’ en la Zona Este, y ‘El Seven’ en el corredor Zona Centro de
Tijuana”.
En el caso de los
homicidios en las colonias Libertad y Postal, que son áreas atípicas que no
habían sido incluidas en los enfrentamientos, Guerrero explicó: “Lo que traemos
en avance de investigaciones, es que todo apunta a ejecuciones de gente de la
Zona Norte.
— ¿La gente de la
Zona Norte está asesinando?
“Sí, a gente que
está intentando entrar a la Libertad, la Postal
y del Río”.
Como la pugna más
fuerte es entre los operadores de Alfonso Lira y Los Pelones, se le pregunta al
coordinador de la SCDO respecto al segundo grupo, y aunque
no identificó cabecillas, expuso:
“Los Pelones son una
ramificación de lo que quedó del Armando ‘El Gordo’ Villarreal, que manejaba -criminalmente- Mesa de Otay desde
los Módulos, Libertad y Zona del Río. Por lo regular son ex convictos y gente
deportada de Estados Unidos, con contactos en el Barrio Logan que era del
CAF, todos sabemos que así trabajaban”.
Respecto al
reclutamiento de criminales mexicoamericanos deportados, Guerrero sostuvo que
es una realidad, pero explicó que también existen otros dos fenómenos que han
sido reportados por grupos de apoyo a migrantes. Un número considerable de
deportados han sido atendidos médicamente por organizaciones gubernamentales,
tras haber recibido palizas o balazos, en algunos casos, porque los invitan a
participar y se niegan; y en otras, porque los “contratan” para delinquir, les
prometen doga o dinero, y después de cometer el delito, lo único que reciben es
una paliza y los tiran en algún lugar del “bordo”.
— Conforme a las
áreas de inteligencia de las policías operativas, ya no se están matando entre
vendedores, ya no se están peleando las esquinas, entonces ¿el pleito es entre
distribuidores que se disputan zonas completas?, se le cuestionó respecto al
cambio en cuanto al perfil de los muertos.
“Sí coincide un poco
con la información que ya traemos, incluso uno de los homicidios del fin de
semana, el ubicado en la (colonia) Felipe Velázquez, donde fallece un sujeto y
otro queda lesionado y muere en el Hospital General, efectivamente ya traemos
información que el muerto, un muchacho de veintitantos años, era quien tenía el
control de la Sánchez Taboada y Felipe Velázquez en la distribución de cristal.
Entonces estamos hablando de que ya no es el distribuidor de la esquina, sino
los surtidores encargados de distribuir en la zona a quien están ejecutando”,
finalizó el funcionario estatal.
DISCREPAN AGENTES MUNICIPALES Y ESTATALES CON LOS
DATOS
Ramón
Hernández Cruz
Originalmente se
informó que estaba involucrado en siete asesinatos ocurridos recientemente en
la Zona Poniente de Mexicali, aunque desde la Procuraduría General de Justicia
del Estado aclararon -tras las pruebas periciales- que solo había pruebas de su
participación en dos crímenes y una agresión.
Se trata del
duranguense Ramón Hernández Cruz, detenido la mañana del martes 24 de septiembre de 2013 en la zona de
la colonia Virreyes en Mexicali, por agentes de la Dirección de Seguridad
Pública Municipal. Desde la Procuraduría afirmaron que también habían
participado agentes ministeriales.
En la información
inicial, la autoridad municipal expuso que a Hernández le habían confiscado
tres armas de fuego, una escuadra
calibre .22 semi-automática, una escopeta calibre .12 y una escuadra Glock
calibre .40. Además de involucrarlo en el asesinato de un militar, perpetrado
hace un año.
El subprocurador
estatal contra la Delincuencia Organizada,
Abel Galván, informó que tanto la escuadra .22 como la escopeta no funcionaban,
por ello, solo la Glock .40 fue sometida a revisión pericial, según la cual se
determinó que estuvo implicada en al menos tres delitos.
Uno, la agresión el 26 de marzo de 2013 -NUC 0202/2013/12758- en
contra de Felizardo Valencia Ceballos, quien resultó con lesiones en el
incidente suscitado en la colonia Huertas; otro, el 12 de septiembre de 2012,
donde fue asesinado el velador Álvaro Guzmán Sánchez, en la zona de la colonia
Progreso, y presumen que el móvil fue el robo de su vehículo; tres, el 21 de
septiembre fue muerto a tiros Ricardo Urías Carillo, en la colonia Palmeras.
Los investigadores consideran que el móvil fue robo.
De acuerdo a
Galván, la Procuraduría tiene suficiente
material para judicializar y conseguir un mandamiento contra Hernández Cruz,
por lo menos en el caso del homicidio de Álvaro Guzmán, en el resto se sigue
recabando información.
“Quiero recalcar que
hasta el momento no tenemos ningún dato para determinar que esta persona está
relacionada con el homicidio de un militar, ni el arma está relacionada, como
se estuvo manejando”, aclaró el funcionario.
(SEMANARIO ZETA/ ZETA Investigaciones/ Septiembre
30, 2013 12:00 PM)
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