Las reformas a la Ley de Telecomunicaciones y de
Radiodifusión forman parte de una estrategia del gobierno de Peña Nieto para
legitimar su gestión en el marco de sus 100 días de gobierno. Pero estas
acciones agitaron las aguas y los magnates de este sector, como Carlos Slim, de
Telmex y Telcel, y Emilio Azcárraga, de Grupo Televisa –asociado con TV
Azteca–, sintieron que esos cambios llevaban dedicatoria en su contra. Lo que
importa recordar es que ambos corporativos son producto de las concesiones y
los beneficios, legítimos o no, que los anteriores gobiernos les otorgaron para
convertirse en los monopolios que son.
JENARO VILLAMIL /REPORTAJE ESPECIAL
MÉXICO, D.F.
(Proceso).- La tarde del viernes 8, horas antes de la reunión del Consejo
Rector del Pacto por México que analizaba el último borrador de la reforma a
las telecomunicaciones y a la radiodifusión, el secretario de Hacienda, Luis
Videgaray Caso, realizó una sorpresiva visita a las instalaciones de UNO TV, el
canal de televisión por internet de Carlos Slim.
El funcionario
estuvo acompañado por Carlos Slim Domit, hijo del principal accionista de
América Móvil, el gigante de las telecomunicaciones que controla las dos
principales compañías de telefonía en México: Telmex y Telcel. El recorrido se
hizo con el fin de eliminar desacuerdos entre el gobierno federal y el magnate.
La tensión entre el
gobierno de Enrique Peña Nieto y Carlos Slim Helú se incrementó cuando el
accionista de Telmex abandonó días antes Los Pinos, tras una agria discusión
con el presidente.
Slim reclamó que el
proyecto de reforma constitucional para telecomunicaciones lo afectaba más a él
que a Grupo Televisa, de Emilio Azcárraga Jean, el pilar del otro monopolio en
televisión abierta y restringida en México, con quien sostiene una guerra
abierta desde 2011.
El borrador del
texto de la reforma le confería facultades al nuevo órgano regulador para
desagregar activos y declarar la dominancia de más de 50% del mercado a las dos
principales subsidiarias de América Móvil. Además, mantenía el candado para que
el must carry y el must offer no se ofreciera a empresas con ese mismo
porcentaje de dominio del mercado.
En otras palabras,
argumentaron Slim y sus principales asesores, la reforma tenía una “clara
dedicatoria” al magnate de las telecomunicaciones, ya que no afectaba de igual
forma a su exsocio y actual competidor, Grupo Televisa, asociado desde el año
pasado con Grupo Iusacell, de TV Azteca.
El domingo 10,
Azcárraga Jean también hizo una visita sorpresiva a Palacio Nacional. Los
testigos relatan que llegó con una carpeta de papeles. Se reunió también con
Videgaray, auténtico artífice y redactor de buena parte de las medidas de
desconcentración económica de la reforma.
Como a Slim, el
secretario de Hacienda tuvo que convencer a Azcárraga Jean de que la reforma no
lo iba a afectar tanto. Y era cierto. Los criterios para ordenar medidas a fin
de eliminar barreras a la competencia y la libre concurrencia, así como para “ordenar
la desincorporación de activos”, establecidos en la reforma al artículo 28
constitucional, privilegió criterios de servicios de telecomunicaciones
(tarifas, porcentaje de usuarios, interconexión, etcétera) y no los propios de
los servicios de radiodifusión (concentración de concesiones, publicidad,
audiencia y producción y distribución de contenidos).
El “candado”
regulador que afectaba más a Grupo Televisa y a su socio TV Azteca establece
que ninguno de ellos podía participar en ninguna nueva licitación de televisión
abierta si tenían más de 12 MHz. Ambos poseen más de tres canales de televisión
(cada uno tiene 6 MHz).
De última hora,
Azcárraga Jean logró frenar la posibilidad, planteada en el Consejo Rector, de
que también se abriera al 100% la inversión extranjera en radio y televisión.
Argumentó que son mercados distintos. Y consiguió que se mantuviera el límite
de 49% de inversión foránea.
La incomodidad de
los dos principales monopolios en telecomunicaciones y en radiodifusión frente
a la reforma por venir fue frenada con promesas y acuerdos que aún no están del
todo claros.
Caída en la bolsa
Paradójicamente, la
reforma que va a afectar a los monopolios fue “saludada” por Grupo Televisa y
por América Móvil, así como por otros agentes que pretenden competir en el
mercado, como Grupo MVS, que acabó enfrentado con el gobierno de Felipe
Calderón por el “rescate” de la banda 2.5 GHz.
Grupo Televisa,
poseedor de 70% de las concesiones en televisión abierta, 60% de los
suscriptores en la industria por cable y que acapara más de 50% del mercado
publicitario nacional y de la producción y distribución de contenidos, emitió
un comunicado para anunciar que continuará con sus inversiones.
“Grupo Televisa ha
realizado inversiones importantes y se ha preparado para competir ahora en un
campo más parejo, con nuevas reglas del juego, como las que contempla la
reforma que toma en consideración las asimetrías existentes en el sector”,
afirmó el comunicado del lunes 11.
Desde la mañana, a
través de su cuenta de Twitter, Azcárraga Jean escribió: “Ya se presentó la
#ReformaTelecomunicaciones. Tiempo de grandes retos y también de oportunidades.
Bienvenida la competencia”.
Durante las primeras
horas posteriores al anuncio de la reforma, realizado por el jefe del Ejecutivo
en el Museo Tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad, América Móvil
mantuvo un extraño silencio; finalmente, en un escueto comunicado difundió que
recibía “con beneplácito” la iniciativa de reformas constitucionales y
“celebraba la apertura de una nueva etapa” en el desarrollo del sector.
La empresa más
poderosa en telecomunicaciones, que controla 70% del mercado de telefonía
móvil, 80% de telefonía fija y 71% del internet alámbrico en México, afirmó que
daba la bienvenida, como lo ha planteado en varias ocasiones, “al incremento de
la participación al 100% de la inversión extranjera en telecomunicaciones,
factor necesario para incrementar la demandante inversión, tanto local como
externa, que requiere el sector”.
A pesar del
beneplácito de ambos actores dominantes, el mercado bursátil opinó lo
contrario: las acciones de América Móvil disminuyeron 2.64% ese mismo día y las
de Televisa 1.36%.
Tres días después,
la más afectada fue América Móvil, al acumular un decremento de casi 13%, mientras
que sus acciones en el mercado bursátil de Estados Unidos disminuyeron 11.4%.
Esta baja representó una pérdida de 9 mil 201.43 millones de dólares para
América Móvil, superiores a los 7 mil 500 millones de dólares que obtuvo la
compañía por concepto de utilidades en 2012.
A su vez, Televisa
tuvo un retroceso de 3.1% en el valor de sus acciones, que representaron
pérdidas por 678.5 millones de dólares, mientras que los títulos de TV Azteca
descendieron 5.1%, lo cual equivale a una pérdida de 76.4 millones de dólares.
(PROCESO/ JENARO VILLAMIL /REPORTAJE ESPECIAL/19 DE
MARZO DE 2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario