103 mil habitantes afectados por falta de vigilancia y
seguridad en torres
María Isabel Mercado Juárez
Los constantes
apagones registrados en Baja California hacen cuestionar la calidad de “clase
mundial” en el servicio que ofrece la Comisión Federal de Electricidad a sus
usuarios. El último de ellos se registró en Tecate y La Rumorosa, evidenció la
falta de vigilancia que la paraestatal tiene de su infraestructura. Otro
problema: recicladoras clandestinas que compran lo robado
Un acto de
vandalismo causó un apagón generalizado que trastocó la actividad económica de
todo un municipio de Baja California por más de 24 horas.
El robo de los
ángulos de acero de dos torres de alta tensión que sostenían la línea
alimentadora de energía eléctrica a Tecate y La Rumorosa, provocó el colapso de
las estructuras, la interrupción del fluido en las dos comunidades y la muerte
del ladrón.
Este hecho afectó a
los más de 103 mil habitantes de ambas poblaciones desde las 19:30 horas del
viernes 8 de marzo de 2013, hasta la noche del sábado 9, derivando en pérdidas
incuantificables en el sector comercio e industrial, ya que muchos negocios
tuvieron que suspender actividades, determinó Gerardo Sosa Olachea, presidente
del Consejo Coordinador Empresarial de Tecate (CCE).
Ante ello, las voces
de protesta no se hicieron esperar al hacerse ya recurrentes los apagones en
Baja California, lo cual les hace cuestionar la calidad del servicio de “clase
mundial” que ofrece Comisión Federal de Electricidad, paraestatal “que no
perdona la demora en el pago de los recibos, además de cobrar tarifas por demás
caras”, coincidieron habitantes y líderes empresariales.
El caos
Una noche a la luz
de las velas tuvieron que pasar los tecatenses y quienes habitan en el área de
La Rumorosa la noche del viernes 8 de marzo cuando, de improviso, se
interrumpió el servicio de energía eléctrica.
Los comercios se
vieron obligados a cerrar, de las 12 gasolineras solo dos pudieron operar y los
hoteleros compensaron hasta con un 20 por ciento de descuento a sus alterados
huéspedes, informó Gerardo Sosa. Más de la mitad de los 170 comercios registrados
en las comunidades afectadas, semiparalizaron sus actividades o, de plano,
dejaron de operar.
El 9 de marzo el
escenario era el mismo. Negocios cuya materia prima es perecedera, invertir en
la renta de una planta generadora de energía, cuyo costo fluctúa entre los 500
y los tres mil pesos, dependiendo su capacidad, reportó Ivonne Diego Muñoz,
presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (CANACO).
La misma noche del
viernes personal de la Comisión Federal de Electricidad detectó la causa del
apagón: el colapso de dos torres y tramos de la línea de sub transmisión que
van de Tijuana a Tecate, a la altura del kilómetro 133 de la carretera de cuota
Mexicali-Tijuana. Bajo una de las estructuras derribadas se encontró el cuerpo
de Urbicio Ernesto Pineda, quien contaba con antecedentes penales por el delito
de robo.
Alrededor de las
20:00 horas de ese sábado el servicio comenzó a restablecerse, pero fue hasta
la tarde del domingo que se logró restaurar al 100 por ciento.
Para ello CFE tuvo que
“puntear” líneas provisionales que le permitieran suministrar el fluido
conducido por una línea paralela a la carretera libre Tijuana-Tecate, compartió
Felipe Vargas, Jefe del departamento Divisional de Distribución de CFE.
Abastecer de esta
manera a sus 32 mil clientes afectados impide a la paraestatal garantizar un
servicio ininterrumpido, por lo que las guardias de cuadrillas de electricistas
son permanentes desde la noche del viernes 8 de marzo y así permanecerán hasta
por un periodo de dos semanas, hasta que la empresa logre echar andar un
circuito que ofrezca un servicio más confiable, trabajo que podría concluir en
una semana más.
Servicio a expensas de ladrones
Los ángulos de acero
e las torres de la CFE son comercializados a un precio de 20 a 30 pesos en el
mercado clandestino de las recicladoras, aunque en la Comisión aun no
cuantifican los daños provocados por estos actos de vandalismo. Tampoco cuenta
con un plan preventivo que evite la proliferación de los robos.
El relajamiento con que
operan las recicladoras clandestinas es algo que alarma a la población y a los
sectores productivos de Baja California, al ser estos negocios en su mayoría
clandestinos y subsistir de lo robado.
Líneas telefónicas,
eléctricas, tubería de gas, agua potable, alcantarillas y hasta vías de tren
representan un codiciado botín para los ladrones, sobre todo porque pueden
venderlo fácilmente a los ilícitos negocios. El pago que reciben es bajo, pero
el daño físico y económico para empresas, instituciones y gobierno, es
cuantioso; además que los usuarios son afectados.
“Terrenitos,
trastiendas o traspatios son utilizados clandestinamente como almacenes de
material reciclable, sobre todo robado”, expuso Daniel León, Director de
Inspección y Reglamentos de Tijuana, municipio en el que se comercializa la
mayor parte del material sustraído, pues se estima que el número de
recicladoras encubiertas sean más de cien y que, en su mayoría, se ubiquen en
la zona este.
Servicio intermitente
La suspensión
generalizada del servicio eléctrico en Baja California es frecuente.
Al mega-apagón
suscitado el jueves 8 de septiembre de 2011 que afectó a un promedio de cinco
millones de personas de California y Arizona en Estados Unidos y en Baja California,
México, se han sumado otros.
El viernes 12 de
octubre de 2012 el 90 por ciento del territorio de Baja California se quedó sin
energía durante una hora, la falla afectó a 760 mil usuarios de la Zona Costa
de Baja California, la cual abarca Tijuana, Playas de Rosarito y Ensenada.
A finales de
noviembre de 2012 el servicio de CFE volvió a fallar en el poblado El Zorrillo,
luego que un sujeto intentara robar cableado de la paraestatal.
Una semana después,
a principios de diciembre, otro apagón fue anexado a la lista, éste comprendió
de Camalú, al sur de Ensenada, hasta San Quintín, incluyendo San Felipe. De
nuevo la causa de la contingencia se derivó del intento de robo de cableado.
(SEMANARIO ZETA /María Isabel Mercado Juárez marzo 18,
2013)
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