Entrega a su hijo a la Policía por ladrón: “Que pague y se
corrija”, dice
El día en que la señora Lourdes Mercedes
Estrada entregó a su hijo a la Policía lloró hasta que los ojos se le
secaron.
Y todavía suelta lágrimas, sus ojos se entristecen, siente pesar en su
corazón porque le duele el futuro de su vástago. “Pero hice lo correcto, porque
ya estaba causando daño a la gente: robó y asaltó”.
Reflexionando, acepta
que ella fue la responsable de la desviación de su hijo porque como todas las
madres fue sobreprotectora.
“Pero ya no; debo corregir lo que hice mal
durante mucho tiempo. A mi corazón le duele, pero mi cabeza dice que es correcto
que mi hijo pague los daños que causa. Debe enfrentar los errores y someterse a
la justicia. Si tiene malas amistades, que las trunque, que cambie y se encamine
por el camino del bien”.
Residente de la calle Jazmín, en la colonia
Jardín, desde hace más de 20 años, al poniente de Los Mochis, la señora Lourdes,
como le dicen sus vecinos, ya le había advertido a José Alfredo Carvajal
Estrada, su hijo, que si hacía cosas indebidas no lo iba a proteger como durante
muchos años lo había hecho.
“Las madres siempre justificamos la conducta
de nuestros hijos: que la droga, que las compañías, que la necesidad, y eso no
está bien. Sobreprotegiéndolos les hacemos más daño. Mire, ya tiene 21 años y es
el más chico de mis cinco hijos y yo lo veía como mi niño. Ya lo comprendí y no
voy a seguir más con eso. Debe enfrentar sus errores”.
Con esa nueva
visión de la vida se armó de valor cuando el lunes (20 de febrero) la Policía
llegó hasta su casa acusándolo de haber asaltado Unión Gas, una negociación
atendida por un menor de edad, y no lo dudo: lo entregó.
Pero antes de
hacerlo, pues tampoco quería cometer una injusticia y ceder al dicho de los
agentes, pues estos también imputan hechos falsos para justificar trabajo,
reconstruyó los minutos anteriores a la abrupta entrada de su hijo a
casa.
Con sus propias indagaciones obtuvo evidencia de la conducta de su
hijo: recogió dinero ganado delinquiendo, tuvo en sus manos el desarmador
utilizado como arma punzo-cortante para amagar a la víctima, recogió un suéter
que este tiró en la corretiza para no ser atrapado y el ofendido lo
identificó.
“Todo lo señalaba. No había duda, era él y lo entregué”, dice
mientras recuerda que tuvo que dejar de trabajar para atender a la familia que
se desintegraba.
Ese día —contó— su hijo la sorprendió porque ella tenía
entendido que estaba en Mazatlán, a donde lo envió con uno de sus hermanos para
que trabajara, pues en la colonia había adquirido la adicción al
cristal.
“Los vendedores llegan hasta a uno, no les da vergüenza que los
vean y ni modo de denunciarlos porque ya ve lo que pasa. Si tenía esa adicción
debía dejarla. Y yo me esforcé, lo interné en dos ocasiones en centros de
rehabilitación, gasté más de 12 mil pesos y no sirvió de nada. Aún la tiene. Ya
preso voy a hablar con el director del penal para que lo meta al programa Cero
Drogas”.
El Gobierno debe ser más duro con los vendedores —pide— porque
las drogas están echando a perder a muchos jóvenes.
“A mí me parece que
el Gobierno no hace lo correcto, que olvidó a los jóvenes adictos. Las clínicas
que abren no funcionan y en número son insuficientes. Hace falta más gobierno en
eso. Uno siente la impotencia de no saber qué hacer porque ya viven entre
nosotros y como si nada”.
Pero lo hecho, hecho está, retoma y afirma que
su hijo sentirá lo molesta que está con él, que condena lo que hizo. Y tiene una
forma simple: no lo asistirá en la defensa legal ni lo visitará en el encierro
preventivo, tampoco acudirá a la cárcel hasta que observe un cambio en la
conducta.
Y, de nuevo, las lágrimas traicionan los ojos negros de la
señora, que en 49 años han visto la muerte del esposo y el crecimiento de diez
hijos: cinco naturales y cinco hijastros.
“Cuando abandonó la secundaria
y se fue a la vagancia, hablaba con él y me escuchaba muy atento, pero por una
oreja le entraba y por la otra le salía. No sirvió de nada, pero yo no lo veía,
por eso no supe cuándo se me echó a perder. Ahora lo quiero de vuelta, pero sin
hacer daño a nadie, que sea hombre de bien, como los demás, y si debe sufrir y
pagar los errores, que lo haga”.
Fortificada en su nueva fe, dice que no
teme que su acción divida a la familia, porque será un ejemplo para todos: ya
entendieron que no les va a solapar nada más, que la madre sobreprotectora ya no
existe.
“Ese es un cambio que todas las madres debemos de hacer porque
las cosas no están bien en la sociedad, nuestros hijos se están perdiendo porque
no queremos ver lo que hacen, lo que dicen, y con ocultarlo o negarse a
reconocerlo es ya un problema. Los estamos encausando mal”, dice la señora que
apenas terminó la secundaria y cuya casa de material fue construida con años de
sacrificio y con el apoyo de las hijas.
Reconocimientos en la
red:
Pepechuy: Le deben otorgar un premio o
algo así como al mérito familiar y además otorgarle una despensa mensual de por
vida, e incluirla en el programa Oportunidades, en síntesis, todas las
facilidades de supervivencia que le sean posibles por su gran valor ciudadano y
de madre… Un ejemplo ciudadano a seguir felicidades
mil.
Bravo Ojalá y todos los padres fueran así, otro
gallo nos cantara. Felicidades señora.
Dicho Como
dice el dicho: el gran juez por su casa empieza. ¡Felicidades
Señora!
Y la Cheyene amá Que ejemplo tan lleno de
amor, esta madrecita mejor quiere tener a su hijo en la cárcel que corra peligro
a que agarre vicio o camino para seguir robando, por eso lo hizo. Les aseguro
que un ricachón no lo entrega, sino que pide que por tener apellido conocido que
le desvirtúen su responsabilidad, a veces buscando un chivo expiatorio. Agarren
la onda chavos, esta madrecita a costa de su sufrimiento decide entregarlo y
posteriormente supongo que con la misma responsabilidad lo visitará para
llevarle alguna fruta. Analícenle plebes y ricos furiosos, esto es construir
felicidad.
Madre ejemplar Esta noticia está
trascendiendo el mundo, me gustaría que durara una semana en primera plana en
todos los periódicos.
¡Eso! ¡Puro valor civil y
honestidad al 100!
Ejemplo para políticos Por qué a
este tipo de noticias no le dan mayor auge en cuestiones mediáticas, y sería
súper que funcionarios la pusieran como ejemplo y visitaran a esa mujer y le
dieran un cargo en un grupo cívico porque con esos ejemplos se enseña, que más
le pueden decir a esa mujer que entregó a su hijo a la autoridad después de
haber cometido un delito: aprendan y ojalá hicieran eso todos los ciudadanos y
la verdad que cambiaríamos el curso de esta sociedad que se está
pudriendo.
Que bien Felicidades a esta honorable
señora, de seguro es persona humilde; por favor busquen la manera de que quienes
queramos darle algo de ayuda lo podamos hacer y por favor háganle llegar a este
ejemplo de Señora, estos comentarios... |
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