Fernando Villa Escárciga
Los militantes priístas no votarán
para elegir a su candidato a la Alcaldía.
Ni siquiera lo harán los Consejeros
Políticos Municipales.
Mucho menos Delegados que sepa de
dónde vienen y a dónde van.
A través de éstos últimos confiaba
José Luis Marcos León Perea que
sería la elección.
Pero no, no será a través de
Delegados como elegirá el PRI su candidato.
“Serán los guaymenses, la raza,
quienes decidan a través de una consulta”, dejó en claro.
El dirigente estatal del tricolor
apeló a la madurez de los aspirantes.
De hecho, registró por anticipado
los nombres que aparecerán en la consulta.
Por lo pronto, “El Chayo” Rodríguez
se convirtió en el aparente Gran
Elector.
Sólo mencionó a Otto Claussen Iberri y al propio León
Perea. Es decir, ninguneó a cualquier otro.
Sepa si Pedro, hasta ahora no ha
dicho, tenga intenciones por la candidatura a Alcalde.
Pero es un hecho que busca aparecer
en las boletas electorales de julio próximo.
Quedaría para Romano, cierto, la
opción para Diputado Local.
Pero ese cargo, se especula, podría
utilizarse como carta de consolación para León Perea.
En todo caso también suenan Susana Corella Platt y un
repentinamente apaciguado Ramón López
Meza.
La política, más en el PRI, es de
amarres. A qué recordarlo.
Susana los tiene con su comadre Claudia Pavlovich Arellano, la
candidata al Senado de la República.
Claudia, sí, la que sorprendió al
aparecer como número uno en la fórmula con un sobajado Ernesto Gándara
Camou.
Tanto o más que el “El Chayo”, es
dable pensar que la opinión de Pavlovich pesa.
Rodríguez dice que las encuestas son
un método objetivo y “científico”.
Los cuerpos en movimiento al final reposan con su lado de mayor
peso sobre el suelo, dice la física como ciencia.
O como reza el refrán popular, los
“dados cargados” favorecen al tramposo.
Por eso León Perea advirtió: “No
quiero pensar que jueguen con dados cargos, quiero juego
limpio”.
Sepa qué tan limpia podría ser una
encuesta pagada por el PRI.
Es difícil saber quien está más
posicionado entre Otto y José Luis.
Por lo pronto, el oftalmólogo
recibió un zurdazo que nunca vio venir.
Y no se lo dieron en Guaymas, ni
siquiera Otto o Susana.
El primer revés vino de Hermosillo.
Ah, otra vez de Hermosillo, de
Hermosillo…
Salud, pues.
fdovilles@hotmail.com
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