viernes, 2 de junio de 2017

PRI DE GUAYMAS: EN BUSCA DE UN LÍDER PARA UN PARTIDO INEXISTENTE


José Revueltas, autor de la novela “El Apando”, escribió “Ensayo de un proletariado sin cabeza”, para explicar la inexistencia histórica del Partido Comunista Mexicano.

En Guaymas, lo expuesto por Revueltas, tiene aplicación, cuando el PRI local ha iniciado un proceso para renovar a su dirigencia municipal, luego de permanecer acéfala su presidencia cuando le fue ofrecida la Oficialía del Registro Civil de San José a la Machi Tapia, como recompensa por hacerse cargo de un partido endeudado, abandonado a su suerte por su anterior “líder” Manuel Ibarra Salgado y duramente golpeado por la derrota municipal en 2015.

Ni tarda, ni perezosa la Machi, tomó sus chivas y pasó a formar parte de las filas de la burocracia de cheque verde.

En ese inter, se hizo cargo del expartidazo el regidor Rubén Contreras Hermann, quien por desempeñar el cargo de secretario de Organización del comité directivo municipal, por prelación le tocaba ascender.

RENOVARSE O MORIR

El PRI, a pesar de ser el partido más viejo del sistema político y además de haber transitado por diversas adecuaciones conforme las circunstancias –PNR, PRM-PRI- políticas y sus exigencias, modificar su ideología de revolucionaria a neoliberal, constituir un costal de mañas para mantenerse en el poder y funcionar como Secretaría de Elecciones del gobierno o como una fuerza en cogobierno durante los 12 años de gobierno panista, enfrenta los reacomodos propios del año electoral que se avecina.

Y para llevar los trabajos propios que lleven a contar con una dirigencia priísta conforme a los tiempos electorales lo exigen, desde el alto mando tricolor fue nombrado como delegado Alvaro Inciso y como enlace entre la Comisión de Procesos Internos del partido con su versión municipal.

Una vez lanzada la Convocatoria respectiva por el Comité Directivo Estatal, en donde las manda cantar el beltronista Gilberto Gutiérrez Sánchez, y publicada en los estrados del edificio partidista en el puerto, se supo que la elección se haría por medio del Consejo Político, un órgano de deliberación del partido en el que confluyen cuadros distinguidos, dirigentes de organizaciones y sectores y militantes.

EL QUID DEL ASUNTO

Desde siempre se ha sabido que toda convocatoria tiene dedicatoria especial, es decir se estructura con chanfle, para facilitarle el camino al “elegido” por la mano de Dios, pues en el PRI, como en todo partido –vertical, autoritario, antidemocrático, etc.-- que se respete “no se mueve la hoja del árbol, sin la voluntad del señor”.

En esta ocasión no fue la excepción y si no veamos: El PRI guaymense tiene “dueño” o un grupo hegemónico capaz de imponer condiciones internas. En un tiempo lo fueron caciques como Marco Antonio Llano Zaragoza y Julio Ramón Luebbert Duarte, quienes se disputaban el dominio entre las huestes tricolores y en la composición del Consejo Político se reflejaba tal poder.

Con la muerte del “Príncipe de Miramar”, quien para anda quería al grupo denominado “La Familia Feliz” de Mundo Chávez, la fuerza se inclinó hacia el “Morroño” e hizo posible el acceso a nuevas generaciones de políticos con personajes como Antonio Astiazarán y Otto Claussen Iberri, quienes desde la alcaldía porteña hicieron valer su “power” e impusieron como dirigentes a Lorena Garibay Ulloa, a Susana Corella y a Manuel Ibarra, quienes dejaron malos números por su paso por el liderazgo: En 2009 el PAN le arrebató la alcaldía al PRI con apoyo de priístas como Carlos “El Bebo” Zataraín, uno de los suyos Enrique “Lito” Bueno Guerra, es actual tesorero de la comuna y el propio Toño Llano, como igual sucedió en 2015, con la salvedad que hasta la diputación local del XIII distrito quedó en manos de un expriísta azulado como Manuel Villegas Rodríguez, quien integró como secretario del Toño Astiazarán, los seccionales priístas, desde donde operó en contra de su anterior partido.

En ese entendido, se supone que el PRI portense cuenta con un Consejo Político registrado ante el Comité Ejecutivo Estatal, cuya integración genera un mar de dudas por las rasuradas que por tradición dicho órgano sufre cada vez que hay elección, lo cual sucede igualmente con el reconocimiento que se le da a quienes dirigen a las organizaciones y a los sectores del partido, pues se supone que son éstos los que brindan el apoyo a los posibles aspirantes a la dirigencia local. En dicho Consejo predominan gentes de Mundo Chávez, Antonio Astiazarán y Otto Claussen, pues cuando se integraba el grupo en el poder le metía mano a modo.

Según la convocatoria el día 27 de mayo de 10 a 12 horas será el registro de los aspirantes, quienes deberán registrarse en fórmula y del 29 de este mes hasta el 13 de junio tienen para hacer proselitismo, antes de ser sometidas para su aprobación ante el órgano partidario, de cuya integración dependerá como siempre el resultado, el cual muchas veces está más que anunciado de antemano.

LOS SONANTES Y SUS AMOS

Entre los viejos priístas del puerto es popular un antiguo adagio: “Sigue la cadena y darás con el dueño del perro” y algo así puede resultar aplicable al caso, pues es sabido que quien controle, al menos formalmente, al partido, tendrá ventaja sobre sus competidores en la elección del 2018, en cuando a empujar candidatos se refiere, de ahí la importancia de este proceso tricolor.

Por lo pronto suenan como tiradores los regidores Jimena Jaramillo Pérez y Rubén Contreras Hermann, ambos de la cuadra de Otto Claussen; la dirigente de los pequeños armadores Mireya Acuña; la lideresa Manuelita Ojeda Amador; el presidente del comisariado ejidal del ejido San José de Guaymas, Jesús Garza, “El Calamares”, hombre fuerte de la CNC en el municipio; Karla Baumea; Mario Bernal, exjefe de Tránsito con el Otto; Iván Romano Tapia, hijo de la exdirigente priísta Julia Astrid Tapia Granillo y exdirector de la Inmobiliaria Municipal con Antonio Astiazarán; Gines Valentín y Gabriel “El Gaby” Davis Santoyo, compadre del alma del morenovallista non del puerto Manuel Villegas, “El Villeguitas” y exchofer del Toño, quien sueña con una senaduría.

Si no brinca a la palestra algún caballo negro de esos que nunca faltan, alguno de estos sonantes saldrá el próximo líder del PRI de Guaymas, para temor y nervios del resto de las fuerzas políticas locales.

Aunque es de suponerse que la lucha interna por la dirigencia priísta no debe entrañar desgaste alguno entre los contendientes y mucho menos un enfrentamiento a muerte entre sus padrinos políticos, del resultado depende las posibilidades de los futuros candidatos a un cargo de elección popular, algunos de los cuales no se atreven a salir a flote: Carlos Zataraín, Antonio Astiazarán, “La Lady no me alcanza” Susana Corella y Otto Claussen.

En los corrillos políticos se habla de que hasta ahora han fracaso las negociaciones entre los jefes de los clanes priístas para conformar una sola fórmula para la dirigencia.
Por lo pronto “El Morroño” Llano, deja sentir su peso y ya trae moviendo las aguas de la grilla tricolor a su operador de cabecera Alfonso “El Poncho” Ayala Fonseca. Algo trama y todo hace sospechar que va por su cuarta imposición en la alcaldía al hilo.

Históricamente, el que el PRI, pierda o gane en el municipio, no significa gran cosa para quienes detentan el poder político y económico real y la reforma electoral propuesta por la gobernadora Claudia Pavlovich, los tiene sin cuidado, pues en México los partidos políticos funcionan como franquicias o fachadas de los grupos de poder.

Lo anterior lo saben por la buena el Toño Astiazarán, César Lizárraga, Otto Claussen, Lorenzo De Cima y hasta el mismo Villeguitas y por la mala Everardo Martínez Samaniego, Sara Valle Dessens, “El Cacho” Zaragoza y José Ramón Uribe Maytorena.

 ¿O no?


(EL PORTAL DE LA NOTICIA/  COLUMNA INVITADA: La Viña del Señor/  25 DE MAYO 2017)

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