viernes, 2 de junio de 2017

ESTRATEGIAS DE COMPRA


Las tácticas para cooptar el voto son tan arraigadas que hasta hay quienes ya difunden manuales para contrarrestarlas

Hasta quienes están contra esa práctica, sugieren a la población aceptar todo lo que les ofrezcan, en una actitud de resignación ante lo que ya no pueden cambiar

Acarreo, carrusel, ratón loco, uña negra, urna embarazada y la catafixia son solo algunos de los términos que sirven para calificar las técnicas más usadas en tiempos electorales

Las redes sociales se han incorporado a la lucha para combatir los métodos más comunes de compra de votos

Se les llama mapaches electorales porque actúan en la oscuridad y desde sus madrigueras. Los días de elección son sus favoritos: es cuando enfocan todos sus esfuerzos a cooptar más votos para sus patrones.

Son los encargados de realizar los operativos de compra de votos, pero no solo el día de la elección. Su actividad se inicia desde antes, en una estrategia que busca asegurar el mayor número de sufragios para sus partidos.

No son prácticas exclusivas de un solo partido. Incluso, son reconocidas hasta por las autoridades electorales y los políticos más opositores.

Desde los operativos en los que se pide una fotografía de la boleta tachada por cierto partido; dar una boleta en blanco y pedir al votante que regrese la que le corresponde; cambiar la casilla de ubicación sin aviso; atacar con violencia las casillas; “embarazar” las urnas; llevar gente a votar. Todas son estrategias de los mapaches electorales.

Su actividad es algo ya arraigado en el sistema político mexicano. Tanto, que hasta quienes están contra esa práctica, sugieren a la población aceptar todo lo que les ofrezcan, en una actitud de resignación ante lo que ya no pueden cambiar.

Para contrarrestar estas prácticas, en redes sociales se han difundido manuales para burlar a los mapaches electorales.

Desde llevar un acetato marcado con una cruz para tomar la foto al voto, hasta anular la boleta si se entrega una ya marcada, estos instructivos buscan que fracasen los operativos mapache.

EL DICCIONARIO DE LA MAPACHERÍA

No se trata solamente de las viejas prácticas para cooptar votos. Con las nuevas tecnologías también entraron otras formas de hacerse de los votos de los ciudadanos.

Ivonne Acuña Murillo, experta en temas electorales y catedrática en la Universidad Iberoamericana, sostiene que los métodos han cambiado, pero no para bien.

“A las ‘antiguas técnicas’ se han sumado otras que incorporan el uso de las nuevas tecnologías como los celulares, así como la entrega de dinero electrónico”, señala.

En el análisis “Estado de México: las elecciones del hambre” difundido por la Universidad Iberoamericana, Acuña Murillo da las definiciones de lo que bien podría ser el Diccionario de la Mapachería Mexicana, con algunas de las estrategias tradicionales que se usan para allegarse votos.

EL ACARREO

“Facilita” la movilización de votantes proporcionándoles transporte, camisetas, abanicos, gorras, alimentos, refrescos, etc., para asegurar que lleguen a las casillas el día de las elecciones.

EL MAPACHE

Operador encargado de toda la logística para que lo expuesto arriba funcione. A su vez, éste se coordina con otros ‘mapaches’ situados en la mesa de votación.

LA MESA QUE MÁS APLAUDA

Se trata de comprar a los funcionarios de la mesa directiva de casilla para que faciliten el trabajo del mapache y pueda operar libremente.

EL CARRUSEL

Estrategia para votar varias veces por el mismo candidato utilizando para ello a un grupo de personas que recorren distintas casillas con varias credenciales falsas, para lo cual, se hace necesario que algún funcionario de casilla –un “mapache”- les permita votar de cualquier manera.

LA URNA EMBARAZADA

Consiste en llenar de votos del candidato favorecido las urnas de votación. Puede sustituirse la urna por completo o rellenar con votos previamente robados en otras casillas electorales.

LA CATAFIXIA

En ésta los “mapaches” de un partido dan a un elector una boleta marcada por su candidato, para que la introduzca en la urna y al salir entregue al “mapache” la boleta en blanco que le proporcionaron los funcionarios de casilla. El proceso se repite una y otra vez.

EL RATÓN LOCO

El votante –ratón- será confundido para que no pueda votar. Se intentará “enloquecerlo” alterando la lista donde debería estar su nombre, enviándolo de casilla en casilla, donde se repetirá la estrategia hasta hacerlo desistir o cierre el colegio electoral. En algunos lugares se llega a cambiar la casilla de ubicación, sin aviso, para que los votantes desistan de sufragar.

LA UÑA NEGRA

Consiste en neutralizar a escondidas el mayor número de votos adversos rayando todas las boletas posibles para que sean anuladas a la hora del conteo. Por supuesto, esto sólo puede hacerlo uno de los funcionarios de casilla – un “mapache”- previamente “apalabrado”.

LOS MEDIOS ELECTRÓNICOS

A estas estrategias, su braya Ivonne Acuña , se han sumado otras que involucran medios electrónicos.

Por ejemplo, una de las nuevas modalidades de “mapachería” es entregar tarjetas que se podrán intercambiar por supuestos beneficios o monederos electrónicos donde serán depositados recursos, sí y solo sí gana el candidato de determinado partido.

Otra de las formas más novedosas es pedir que el votante tome una fotografía de la boleta electoral marcada con el voto para cierto partido, para después mostrarla al “mapache” a cambio de algún beneficio o pago en efectivo.

Para evitar ésta última forma de compra de votos, en varios estados representantes de partidos de oposición han pedido a los consejeros electorales que prohíban pasar a las urnas con teléfono celular. La medida ha sido rechazada en todas las entidades.

Ernesto Barragán Name, experto en temas electorales, identificó otras formas de cometer fraude en su “Glosario de Mapachería Electoral”, un análisis publicado por el Centro de Estudios para la Transición Democrática, con sede en Veracruz.

CARGADA

Se manda un grupo de ciudadanos con fines similares en apoyo de su candidato a la misma casilla. En nuestros días sólo se puede en casillas especiales porque no hay lista nominal de electores.

CARNITAS

Se dice de invitar a comer a los representantes de los partidos contrarios, con el único fin de que se manden personas a esas casillas a cometer cualquier fechoría, mientras los demás se divierten sanamente.

MUERTOS VIVIENTES (O ZOMBIS)

Se dice que en la lista nominal de electores, vienen ciudadanos difuntos, con el ánimo de resucitar el día de la jornada y emitir su voto a favor de nuestro candidato.

PADRE AMARO

Es la técnica que utilizan algunos ministros del culto religioso, para que el día de la jornada electoral hagan más misas de lo normal, invitando a votar a la ciudadanía, siempre a favor del humilde siervo de Dios (obviamente candidato o familiar de los ministros de culto).

PIROMANIACO

Se dice de los mapaches que, cuando ven perdida la elección y quieren eliminar las pruebas deciden, por el bienestar de la ciudadanía, quemar las urnas y todo lo que lleven consigo.

TAMAL

Es la técnica de meter en una sola boleta electoral, más de éstas, para que, al momento de depositarla vaya “con carne” al gusto.

MEDIDAS DE ENGAÑO

Para contrarrestar el resultado de la estrategia de los “mapaches electorales”, en redes sociales han circulado videos con consejos sobre cómo engañar a quienes quieren comprar los votos de los electores.

Uno de los consejos más recurrentes es que, cuando se pida mostrar una foto de la boleta marcada a favor de cierto partido político, se lleve un acetato con un tache marcado para ponerlo sobre el papel; tomarle la foto y después retirarle el acetato y votar por quien se prefiera.

En un video titulado “Cómo engañar a quienes compran tu voto”, se sugiere también llevar una cruz hecha con crayón negro y colocarla sobre el partido que se pide para tomarle la foto.

“¿Sabías que vender tu voto es, a la larga, mucho más caro que el dinero que te dieron, la despensa o el electrodoméstico que te regalaron?”, cuestionan en el video.

Para evitar que otras prácticas de compra de votos tengan éxito, como cuando se da al votante una boleta marcada por cierto partido político y se pide que se entregue la boleta en blanco que se le da al ciudadano, el consejo es que se anule el voto marcando también otros partidos políticos.

De esta manera, aunque el voto no se contaría a final de cuentas, no servirá tampoco al partido que está llevando a cabo la compra de sufragios.


(REPORTE INDIGO/ IMELDA GARCÍA /Viernes 2 de junio de 2017)

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