domingo, 3 de abril de 2016

JUAN ARMANDO HINOJOSA CANTÚ QUISO PONER A SALVO 100 MDD DESPUÉS DE QUE SE CONOCIÓ LA “CASA BLANCA”


El diario alemán Süddeutsche Zeitung con sede en Munich, recibieron millones de registros de una fuente confidencial y los compartió con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés), que convocó a periodistas socios en todo el mundo.

Los más de 100 medios internacionales que participaron de la investigación no pagaron por el acceso a la información, que significa la mayor filtración de datos sobre lavado de dinero a nivel mundial.

Los registros filtrados provienen de la firma Mossack Fonseca, una empresa panameña de más de 40 años de existencia, con sucursales en 48 ciudades del mundo, conocido por crear y administrar sociedades offshore, fundaciones y fideicomisos en paraísos fiscales.

Entre los mexicanos involucrados se encuentran el empresario mexiquense Juan Armando Hinojosa Cantú, el dueño de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego, y Alfonso de Angoitia Noriega, vicepresidente Ejecutivo y presidente del Comité de Finanzas de Grupo Televisa.

JUAN ARMANDO HINOJOSA CANTÚ

En la investigación se encontró que Juan Armando Hinojosa Cantú, el empresario constructor de la “casa blanca” del presidente Enrique Peña Nieto y financiador de la casa de Malinalco del secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, movió una fortuna de más de 100 millones de dólares en paraísos fiscales del Caribe hacia Nueva Zelanda, en cuanto la Secretaría de la Función Pública (SFP) abrió la investigación por conflicto de intereses en la cual estaba involucrado.

Hinojosa Cantú fue presentado ante el gigante en operaciones financieras Mossack Fonseca, especializado en crear empresas fantasmas, como uno de los empresarios más prominentes, de alto perfil y con los contactos necesarios para llevarles clientes mexicanos con más de 30 millones de dólares en inversiones.

A través de un pequeño despacho llamado D’Orleans & Bourbon Associates, con sede en Miami, Estados Unidos y en la Ciudad de México, se armó en apenas diez días una compleja estructura de sociedades internacionales a favor de Juan Armando Hinojosa Cantú, el empresario favorito del presidente de México.

El despacho panameño Mossack Fonseca, una de las cinco firmas más grandes del mundo especializada en la creación de empresas offshore, participó en el diseño del entramado internacional que consistió en la creación de sociedades británicas, integradas por fundaciones holandesas y fideicomisos neozelandeses.

El objetivo era gestionar a través de esta red offshore más de 100 millones de dólares en activos financieros que Hinojosa Cantú posee en distintas instituciones bancarias del planeta, y que le darían un rendimiento de cinco por ciento anual.

Los despachos tenían claro que esa cantidad sólo representaba una “pequeña parte” del patrimonio del contratista tamaulipeco, quien construyó la llamada “casa blanca” de la esposa de Peña Nieto, Angélica Rivera Hurtado, valuada en siete millones de dólares.

Los operadores financieros consideraban que sería una primera etapa en el camino que, en el futuro, les llevaría a administrar la fortuna de Hinojosa Cantú.

Después querían que Hinojosa Cantú los presentara con potenciales clientes que manejaran fortunas de más de 30 millones de dólares.

La fortuna del empresario creció del erario y se disparó desde 2005 al amparo de los gobiernos de Enrique Peña Nieto.

En la administración mexiquense y posteriormente en la Presidencia de la República, el actual mandatario otorgó alrededor de 60 mil millones de pesos en contratos de obra pública a las empresas de Hinojosa Cantú: Grupo Higa, Grupo Eolo y Constructora Teya, entre otras.

Esta fortuna a pesar de haber perdido un contrato por 3 mil 750 millones de dólares para el primer tren de alta velocidad en México.

Después, fue apartado del grupo de empresas nacionales que buscaban ganar la construcción del nuevo aeropuerto de la ciudad de México en donde hay en juego una inversión de 169 mil millones de pesos, alrededor de 2 mil 783 millones de dólares.

Tras perder estos negocios, los más cuantiosos en su carrera empresarial de 28 años, se abrió la investigación oficial sobre un conflicto de intereses con el presidente Peña Nieto.

Fue entonces cuando Hinojosa Cantú decidió poner a salvo su dinero y usó como prestanombres a su madre, Dora Patricia Cantú Moreno, y a su suegra, María Teresa Cubria Cavazos, ambas de más de 80 años de edad y originarias de Reynosa, Tamaulipas.

Más de 100 millones de dólares de su fortuna circularon a través de siete países, algunos de ellos identificados como paraísos fiscales, hasta llegar a puerto seguro en Nueva Zelanda, de acuerdo con información interna del proveedor de servicios financieros con base en Panamá, Mossack Fonseca.


(SEMANARIO ZETA/ REDACCION/ Domingo, 3 abril, 2016 11:59 AM)

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