miércoles, 13 de noviembre de 2013

LA DANZA DE LOS MILLONES

Agueda Barojas Ontiveros

Que comience la fiesta! Ya están en Guaymas los 315 millones de pesos que van a garantizar que el alcalde Otto Claussen Iberri, pueda salir, según él, con un poco de más gloria que pena, aunque eso no es garantía, Antonio Astiazarán y César Lizárraga hicieron mucha obra pública y ya ven. 

A sabiendas de la situación económica por la que atraviesa el país, el estado y los municipios, la única vía inteligente que los genios que hoy dirigen el destino de más de 140 mil guaymenses, encontraron fue endeudar más a Guaymas.

Hace un año, precisamente el 11 de noviembre del 2012, al alcalde Otto Claussen Iberri, se le ocurrió una gran idea,  lo malo es que la platicó y hubo quien se la compró.

Las dos administraciones anteriores dejaron deuda pública por más de 200 millones de pesos y serios problemas con CFE, PASA, proveedores y un largo etcétera.

A sabiendas de esa situación económica, en campaña creó falsas ilusiones entre quienes por falta de información, educación y cultura, creyeron que podría construirnos hasta un teleférico.

No se le pueden regatear al alcalde de Guaymas algunas “virtudes” como el “don” que tiene para la manipulación y la persuasión.

Durante un año y dos meses en el que su gobierno navegó entre la nada, la vanalidad, los escándalos, el despilfarre, la irresponsabilidad y el mercantilismo político, pudo disfrazar su ineficiencia y ausencia precisamente con esas herramientas.

Su “astucia”  le funciónó con algunos sectores de la población, cuyas características ya describimos, a quienes mantuvo entretenidos durante este año y dos meses con bailes, fiestas, escándalos y su eterno pleito con el gobierno del Estado.

Le apostó a crear en radios locales, mediante las ya conocidas “carruseleras” una idea generalizada de que este era un buen gobierno, cuando ni gobierno había.

La estrategia no le funcionó, porque aunque una mentira repetida mil veces se convierte en verdad, la realidad que nos venden  todos los días en espacios radiofónicos, no concuerda con la que vemos.

Pero la hora de Otto Claussen llegó. Con 315 millones de pesos en la bolsa, el alcalde cree que ya la hizo.

Lo que el alcalde tiene que decirle a los guaymenses es que ese dinero es prestado y que  endeudó más a Guaymas.

Les tiene que decir que durante 20 años vamos a pagar a BANSI más de dos millones de pesos mensuales.

Su capricho nos costará casi 700 millones de pesos.

A sabiendas de que el próximo año entra en  vigor una Ley que prohibirá a los municipios endeudarse, Otto Claussen Iberri, prefirió salvar su pellejo y hundir a Guaymas.

Bien lo dijo Danilo Zolo en “Democracia y complejidad, un enfoque realista”, el Neoliberalismo "considera que los políticos son seres egoístas racionales, a quienes les incumbe maximizar su función de utilidad.  Se supone que operan, por lo tanto, utilizando el mínimo de recursos necesarios para obtener el máximo resultado posible en ganancias, prestigio y poder.  En particular, se esfuerzan por conseguir el máximo de información política necesaria para calcular cuál es la inversión más provechosa en el mercado político".

Pero Otto Claussen no endeudó solo a Guaymas, le ayudaron los regidores, del PRI, del PAN y del PT, del MC y uno del PRD.

Sólo la regidora Prudencia Alcantar Encinas, tuvo el valor de decir no.

Y es que el alcalde les pintó a los ediles muy bonito el escenario.

Les dijo que tenía proyectos por mil millones de pesos gestionados con la Federación y que Guaymas debía estar preparado para cuando llegara el dinero.

Eso fue hace un año. Los mil millones de pesos no llegaron, pero los 315 millones si.

Los regidores del PAN recibieron línea de su partido para votar a favor del endeudamiento.

El PAN necesitaba que el Congreso del Estado aprobara el crédito que Hermosillo había solictado. A los priistas ni hizo falta convencerlos.

A la regidora del PT, Jazmín Gómez Lizárraga, la amenazaron y al final, por las buenas, votó a favor.

Le dijeron por las buenas o por las malas y se asustó, así que terminó negociando apoyos para el partido pero Otto Claussen no cumplió, según Rodolfo Lizárraga, dirigente estatal del PT y tío de la regidora.

Habría que ver si ahora tienen el mismo valor para denunciar ante la Contraloría Municipal la violación al punto de acuerdo en el que el cabildo le autorizó al alcalde buscar una línea de crédito.

Quiero ver si Librado Navarro, Lino Ruiz y los regidores panistas alzarán la voz para exigirle a Otto Claussen una explicación del  por qué firmó el contrato con BANSI sin haberle notificado al cabildo la fecha de la firma de contrato y las condiciones, como lo establece el acuerdo que se tomó el día de la sesión y que está asentado en el acta de cabildo número 6.

Sin duda esta es tarea para la Asociación Guaymas Tú Puerto, que comanda Víctor Parra Maldonado.

Me gustaría ver la cara del diputado José Luis Marcos León Perea, quien ese mismo día felicitó a los regidores y les dijo: Ni crean que va a caer el dinero luego, luego, lo que ustedes están aprobando en una línea de crédito, eso no quiere decir que van a llegar los 365 millones de un jalón”.

Y que llegan de un jalón, pero nadie lo sabía.

El tesorero municipal, Manuel Ibarra Salgado, tuvo que soltar la sopa  a los integrantes de la Comisión de Hacienda porque necesitan enviar al Congreso los estados financieros del último trimestre y ahí aparece el depósito de los 315 millones.

El encargado de las finanzas pidió el viernes pasado a los ediles, no hacer escándalo, no manejar esto como deuda, en pocas palabras les pidió que sigan de agachones porque así se ven más bonitos.

Que los priistas asuman su condición, no es de extrañarse. Tampoco extraña el servilismo de Lino Ruiz Coronel, menos de Lorenzo Calvillo, regidor del PAN, que a sabiendas de lo que hizo el alcalde se cayó el secretito, no lo quiso compartir con sus compañeros de partido, quienes se enteraron solo porque fueron citados a la sesión del próximo martes.

Sólo el alcalde, el tesorero y el regidor del PRI, Roberto “El malo” Romano, sabían que desde septiembre habían llegado los 315 millones de pesos.

Ante este escenario de complicidades, caben algunas preguntas: Las obras que van a construir con dinero prestado son realmente obras que Guaymas necesita? Son las obras que marcarán un antes y un después? obras como el Mercado de Mariscos, la pavientación de calles, el Centro de Mando de Protección Civil, no pueden concretarse con recursos públicos?

Vale la pena endeudar más a Guaymas y pagar en 20 años más de 700 millones de pesos para que el alcalde salga bien librado cuando todavía tenemos una deuda pública de 200 millones problemas serios con PASA?

Por qué si los expertos, los especialistas en temas financieros y  los legisladores sentaron las bases para que el próximo año ningún municipio pueda adquirir deuda pública, el alcalde de Guaymas se apresuró?

Si se atrevió a firmar el contrato con la institución bancaria a sabiendas que debía notificarle al cabildo antes de hacerlo, si el dinero está depositado desde septiembre y se lo ocultó a los regidores, podemos confiar en la buena aplicación del recurso? Quiénes serán los constructores ‘ganones” en esta danza de millones?

La encuesta lo pinta tal cual

JVO Consultores realizó el pasado mes de octubre una encuesta casa por casa en el sector Guaymas Norte de la ciudad para determinar cómo andan las preferencias electorales para el 2015.

El que no salió bien librado fue Manuel Villegas Rodríguez, a quien la gente lo ubica con mucha carga negativa y lo peor del caso es que dentro del PRI.

El funcionario estatal, me imaginó ya tiene la encuesta en sus manos, por eso no nos dejará mentir.

Dentro de las preferencias electorales para el 2015 por el Partido Acción Nacional (PAN) simplemente no aparece.

Las dos caras que la encuesta revela, es decir, que la gente identifica como posibles candidatos a la presidencia municipal de Guaymas es la de Lorenzo De Cima Dworak y de Francisco Bueno Ayub.

Villegas Rodríguez no puede renegar de los resultados, le está costando trabajo revertir su militancia en el PRI y el reciente escándalo en el caso de Omar Núñez, terminó por afectar más su imagen.

Mientras son peras o manzanas, se le mencionó.

Hasta el mismísimo alcalde Otto Claussen le dio publicidad en radios locales y eso afecta, de ahí los resultados.



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