jueves, 7 de noviembre de 2013

CONTRA LAS PROTESTAS, EL GARROTE

Comuneros. Luchas criminalizadas.


Hace diez años, en agosto de 2003, un dirigente de pescadores, Jesús María Leal Leyva, fue detenido por la Policía Federal Preventiva. El gobernador era Juan Millán Lizárraga. Junto con cientos de pescadores de la región centro norte de Sinaloa, acompañados de sus esposas e hijos, había tomado la caseta de cobro ubicada en Cuatro Caminos y esto fue suficiente para que lo detuvieran. Exigían ser tomados en cuenta en el reordenamiento pesquero pero eso era mucho pedir para los que se creen y actúan como dueños de las riquezas del mar.

Se pasó años en la cárcel. Frente al operativo de la Policía Federal estuvo el general Francisco Arellano Noblecía, acusado de asesinar a un grupo de campesinos en San Ignacio Río Muerto, Sonora, en los tiempos en que gobernaba el defenestrado Carlos Armando Biebrich.

En el caso de los pescadores se dijo que, aunque la orden de desalojo la había dado el entonces secretario de Seguridad Pública, Alejandro Gerzt Manero, la petición había emanado del gobernador.
Diez años después la historia se repite. El viernes pasado fue detenido Alejandro Cervantes Sotelo, quien un día antes había encabezado el bloqueo de la carretera Internacional México 15, a la altura de Guasave. Exigen que se les paguen los apoyos pendientes para el maíz, sorgo y el Procampo.

Elementos de la Policía Ministerial llegaron a su casa y, según denunció el mismo líder campesino, los agentes golpearon a una de sus hijas al momento de llevárselo. Cervantes Sotelo fue trasladado a Culiacán “como vil delincuente” y horas después de declarar ante el director de Averiguaciones Previas, fue dejado en libertad.

No es la primera vez que dirigentes sociales son detenidos bajo la actual administración. En julio del año pasado cinco comuneros de Villa Unión fueron detenidos por la Policía Ministerial y trasladados a Culiacán, con el mismo estilo con que fue prácticamente secuestrado Cervantes Sotelo en Guasave.

Los comuneros de Mazatlán habían bloqueado el Libramiento III en construcción porque la Secretaría de Comunicaciones y Transportes no los había indemnizado después de la expropiación de sus predios y solo estaban reclamando sus derechos.

Pero el gobernador, que ante la detención arbitraria de Cervantes dijo que hay que privilegiar el diálogo (con el garrote de por medio), ha preferido criminalizar las protestas porque le parece la vía más rápida de resolver un conflicto.

Lo mismo ha ocurrido en diversas ocasiones con los comuneros de la presa Picachos, pero la más reciente fue la víspera del Carnaval Internacional de Mazatlán, cuando al menos 30 miembros de ese movimiento fueron sacados por la Policía Ministerial de su propio local y llevados a la cárcel pues planeaban hacer una parodia de la corrupción que priva en el Gobierno durante el desfile.

Tiene dos maestros de oro en esta escuela: uno es Juan Millán, al que ha reconocido como su “padre político”, y el otro Antonio Toledo Corro, que hizo lo mismo con campesinos, colonos y estudiantes en una de las administraciones estatales más represivas que ha tenido Sinaloa… hasta ahora.

En el caso de Malova hay un ingrediente adicional que lo hermana con Juan Millán. En el caso de Jesús Leyva, era jefe de la Policía Ministerial Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, al frente de la Policía Federal Preventiva estaba el general Noblecía, un gorila acusado de asesinar campesinos. En el caso de Cervantes y los comuneros de Villa Unión y de Picachos, al frente de la Policía Ministerial se encuentra de nuevo Chuytoño, acusado de enriquecimiento inexplicable y de proteger a los cárteles de la droga… durante la administración de Millán Lizárraga, razón por la cual se convirtió durante años en prófugo de la justicia.

En estos hombres se han apoyado los gobiernos para “aplicar la ley”. Al hablar del tema, Malova dijo que “en este país de lo que estamos urgidos es que sí haya gobierno pero que también haya autoridad”. Y es verdad. El problema es que no se mira en el espejo.

Bola y cadena

AL GOBERNADOR MALOVA, a pesar de dársela de chistoso, le falta sentido del humor. Nadie lo obliga a leer los periódicos por la mañana (ni por la noche), aunque sí los lee, que no se haga… En todo caso le falta inteligencia para disimular su molestia con cierta prensa. Una vez le preguntaron a Carlos Fuentes qué opinaba de sus críticos y respondió que se los desayunaba todos los días.

Sentido contrario

PRONTO SE SABRÁ REALMENTE qué ha estado pasando con los exámenes de control y confianza a nuestros mandos policiacos, toda vez que el IFAI acaba de ordenar a la PGR que dé a conocer las evaluaciones de los exámenes realizados a mandos de todo el país entre 2011 y junio de 2013. Que nadie sufra, al final, el gobernador pedirá para los reprobados una “segunda oportunidad”.

Humo negro

EL CASO DEL PROFESOR INDÍGENA, Alberto Patishtán, es un fracaso para la justicia mexicana y debiera ser una vergüenza, aunque esto último ya no es tan seguro. Que se haya tenido que reformar la legislación en materia de indulto para resarcir las fallas e injusticias de los tribunales, muestra el nivel en que se encuentra el sistema judicial mexicano, obsoleto y corrupto. Ahora hay que volver a empezar, para que se sepa quién mató a los siete policías que le endilgaban a un hombre que estuvo 13 años en la cárcel sin haber cometido más delito que ser tzotzil.

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