BERLÍN (apro).- El
Partido Verde alemán, que durante la década de los ochenta vino a
revolucionar la acartonada política alemana con una agenda política
progresista y fresca, intenta superar hoy un pasaje negro de su
historia: aquel en el que la influencia de pedófilos intentó
–aprovechándose de los tiempos de liberación sexual que se vivían en la
década de los ochenta–, colarse en la plataforma político electoral del
partido para despenalizar el sexo entre adultos y niños.
En mayo pasado el propio Partido Verde comenzó un trabajo de investigación, análisis y superación de ese pasado del que poco se enorgullece, pero que reconoce como algo que existió. Con la intención de darle la vuelta a la hoja, –no sin antes analizar y superar los hechos para no repetirlos más– los Verdes solicitaron al politólogo Franz Walter, del Instituto para la Investigación de la Democracia, con sede en Göttingen, Alemania, que coordinara una investigación que profundizara en el papel que tuvieron los grupos pro pedofilia dentro de la etapa de reciente formación del partido, en los ochenta. Tal trabajo de investigación tendría que concluir hasta el 2014.
Un par de artículos publicados hasta ahora por el propio Walter sobre los primeros resultados de sus investigaciones –el primero el 11 de agosto en el Frankfurter Allgemeine y el segundo el 16 de septiembre en el Tageszeitung– revelan que desde el mismo año de su formación política, 1980, la petición de despenalizar la pedofilia aparecía ya insertada en el Programa de Principios de los Verdes.
“La demanda por una descriminalización de la pedofilia encontró cobijo en el programa de principios del nuevo partido en 1980. Los activistas pedófilos se colaron no sólo entre los Verdes sino también en el Partido Liberal (FDP). Y con éxito”, señala Walter en el primero de sus artículos.
Un contexto de libertad
Para entender este oscuro pasaje en la historia de los Verdes, que al final no logró imponerse, es indispensable mirar el contexto histórico y social de la época. La liberación sexual y las posturas anti-establishment reinaban en estos nuevos movimientos de izquierda, resultando tierra fértil para los activistas pederastas que realizaron un intenso cabildeo para sus propios fines.
Incluso, según han documentado los medios alemanes, los Verdes no fueron los únicos que se dejaron seducir por los pedófilos en esa época. En tiendas infantiles no era raro encontrar, por ejemplo, publicaciones que abordaban el tema de una forma indulgente. El propio investigador Walter refiere cómo medios de comunicación e intelectuales europeos reaccionaban al respecto.
“Las demandas por despenalizar el sexo con niños y adolescentes encontraron entre los intelectuales franceses una tierra fértil. Eran ‘otros tiempos’, como escribió tiempo después el diario francés Le Monde.
Porque también este prestigioso periódico actuó en la década de los setentas con bastante indulgencia frente a los grupos de jóvenes pedófilos. Al mismo tiempo, la publicación de izquierda Liberation certificó el sexo con niños como una verdadera misión social, según lo determinó la historiadora Anne-Claude Ambroise-Rendu”, asegura Walter en su texto.
Y sigue: “Cuando en enero de 1977 tres hombres enfrentaban su proceso por delitos sexuales en contra de niños de 13 y 14 años, se solidarizaron con ellos algunos intelectuales, entre ellos Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Louis Aragon, Catherine Millet, André Glucksmann, Jack Lang, así como Bernard Kouchner, quien después sería ministro de Exteriores de Nicolas Sarkozy (…)
“Como siempre en momentos de profunda decepción política, se levantan las esperanzas en las aún no corrompidas ideas de la juventud, en los niños. Así que el afecto por la pedofilia avanzó y generó una revolución en la vida cotidiana, en la convivencia y en el amor libre. Así fue en Francia. Así se vivió especialmente en Holanda. Y así se desarrolló también en una parte de los nuevos izquierdistas de Alemania”.
Influencia pedófila
Durante sus trabajos de investigación Walter se encontró que desde 1980, año en que se fundó el Partido Verde en Alemania, la demanda por la despenalización de la pedofilia tuvo cabida en un primer programa de principios del partido aprobado dentro de una asamblea federal en Saarbrücken. La petición se encontraba específicamente en la sección denominada “Contra la discriminación de Marginados sexuales” y provenía de una resolución aprobada meses atrás, en diciembre de 1979, y contenida en la “Plataforma Conjunta de Homosexuales y Lesbianas en el movimiento electoral alternativo”.
Según Walter, tal resolución pedía no otra cosa que la legalización de la pedofilia: se pedía la modificación de los párrafos 174 y 176 del Código Penal para que solamente en los casos en que se usara violencia o se amenazara con ella podrían castigarse las conductas sexuales entre adultos y niños. La permanencia de tal demanda no fructificó durante los debates y al final quedó fuera.
Sin embargo, para 1983, ya cuando el partido tenía presencia dentro del Bundestag, surgieron alrededor de la fracción parlamentaria Verde colectivos que funcionaban como enlace entre los movimientos y las bases del partido. Uno de éstos era el Colectivo de “Homosexuales, Pederastas y Transexuales” (SchwuP) que, como el resto, recibía apoyo financiero del grupo Verde.
Walter refiere que no pasó mucho tiempo para que otros colectivos gays se distanciaran del SchwuP y de su intención de despenalizar la pedofilia. Los Verdes se separaron en 1984 del colectivo y éste mismo desapareció en 1987, con lo que la influencia de los activistas pedófilos fue desapareciendo.
La más reciente revelación hecha por el científico alemán del Instituto para la Investigación de la Democracia causó revuelo entre los medios de comunicación: el pasado 16 de septiembre (sólo seis días antes de las elecciones federales) publicó junto con su colega Stephan Klecha, que Jürgen Trtittin, candidato principal de Los Verdes en las recientes elecciones y presidente de su grupo parlamentario en el Bundestag, fue responsable en 1981 de la publicación de un programa electoral regional, del distrito de Göttingen, que también se pronunciaba por la despenalización de la pedofilia.
En aquel entonces, 1981, el hoy experimentado político era un estudiante y candidato al Consejo Municipal del Göttingen. Junto con otros cuatro compañeros de partido, Trittin firmó y se hizo además responsable legal de la publicación de la redacción final del programa de la lista electoral de Göttingen. En el rubro de Homosexuales y Lesbianas, la lista se alineaba con el programa a nivel federal que pedía la reforma de los párrafos 174 y 176 del Código Penal y con ello la despenalización del sexo entre niños y adultos bajo la condición de que no hubiera de por medio el uso o amenaza de violencia.
En un comunicado de prensa, Trittin confirmó lo señalado por Walter y expresó su pesar por ello: “Adoptamos tales iniciativas. No nos opusimos a esas demandas equivocadas ni a ese erróneo entendimiento político. Fue así como llegaron estas peticiones equivocadas al programa electoral de los Verdes y al programa comunal en Göttingen. Esa también fue mi responsabilidad y mi error, el cual lamento profundamente”, señaló.
En su postura oficial, Trittin también reconoció que pasó demasiado tiempo hasta que en 1989 tales posiciones fueron corregidas y aseguró que su partido está en contra de cualquier impunidad en el abuso de cualquier tipo contra menores.
Al margen de los daños que tal revelación causó y que sin duda fueron parte de los pésimos resultados electorales de los Verdes en los comicios del pasado 22 de septiembre –en los que perdieron casi tres puntos porcentuales respeto a la elección del 2009–, la renovada discusión del tema llevó a este partido a la decisión de ser más activos en el tema. Para ello, el último fin de semana de septiembre, su dirección nacional decidió instalar un grupo interno de trabajo, cuya tarea será clarificar cómo fue posible la toma de decisiones “amigables” de corte pedófilas.
Incluso, la directiva de los Verdes pidió a sus miembros que, si tienen algo que aportar, tomen parte activa en el asunto. Será a mediados de octubre cuando la comisión especial será conformada y este grupo de trabajo –junto con el liderado por Franz Walter–funcionará como contacto para posibles afectados que deseen denunciar.
/11 de octubre de 2013)
En mayo pasado el propio Partido Verde comenzó un trabajo de investigación, análisis y superación de ese pasado del que poco se enorgullece, pero que reconoce como algo que existió. Con la intención de darle la vuelta a la hoja, –no sin antes analizar y superar los hechos para no repetirlos más– los Verdes solicitaron al politólogo Franz Walter, del Instituto para la Investigación de la Democracia, con sede en Göttingen, Alemania, que coordinara una investigación que profundizara en el papel que tuvieron los grupos pro pedofilia dentro de la etapa de reciente formación del partido, en los ochenta. Tal trabajo de investigación tendría que concluir hasta el 2014.
Un par de artículos publicados hasta ahora por el propio Walter sobre los primeros resultados de sus investigaciones –el primero el 11 de agosto en el Frankfurter Allgemeine y el segundo el 16 de septiembre en el Tageszeitung– revelan que desde el mismo año de su formación política, 1980, la petición de despenalizar la pedofilia aparecía ya insertada en el Programa de Principios de los Verdes.
“La demanda por una descriminalización de la pedofilia encontró cobijo en el programa de principios del nuevo partido en 1980. Los activistas pedófilos se colaron no sólo entre los Verdes sino también en el Partido Liberal (FDP). Y con éxito”, señala Walter en el primero de sus artículos.
Un contexto de libertad
Para entender este oscuro pasaje en la historia de los Verdes, que al final no logró imponerse, es indispensable mirar el contexto histórico y social de la época. La liberación sexual y las posturas anti-establishment reinaban en estos nuevos movimientos de izquierda, resultando tierra fértil para los activistas pederastas que realizaron un intenso cabildeo para sus propios fines.
Incluso, según han documentado los medios alemanes, los Verdes no fueron los únicos que se dejaron seducir por los pedófilos en esa época. En tiendas infantiles no era raro encontrar, por ejemplo, publicaciones que abordaban el tema de una forma indulgente. El propio investigador Walter refiere cómo medios de comunicación e intelectuales europeos reaccionaban al respecto.
“Las demandas por despenalizar el sexo con niños y adolescentes encontraron entre los intelectuales franceses una tierra fértil. Eran ‘otros tiempos’, como escribió tiempo después el diario francés Le Monde.
Porque también este prestigioso periódico actuó en la década de los setentas con bastante indulgencia frente a los grupos de jóvenes pedófilos. Al mismo tiempo, la publicación de izquierda Liberation certificó el sexo con niños como una verdadera misión social, según lo determinó la historiadora Anne-Claude Ambroise-Rendu”, asegura Walter en su texto.
Y sigue: “Cuando en enero de 1977 tres hombres enfrentaban su proceso por delitos sexuales en contra de niños de 13 y 14 años, se solidarizaron con ellos algunos intelectuales, entre ellos Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Louis Aragon, Catherine Millet, André Glucksmann, Jack Lang, así como Bernard Kouchner, quien después sería ministro de Exteriores de Nicolas Sarkozy (…)
“Como siempre en momentos de profunda decepción política, se levantan las esperanzas en las aún no corrompidas ideas de la juventud, en los niños. Así que el afecto por la pedofilia avanzó y generó una revolución en la vida cotidiana, en la convivencia y en el amor libre. Así fue en Francia. Así se vivió especialmente en Holanda. Y así se desarrolló también en una parte de los nuevos izquierdistas de Alemania”.
Influencia pedófila
Durante sus trabajos de investigación Walter se encontró que desde 1980, año en que se fundó el Partido Verde en Alemania, la demanda por la despenalización de la pedofilia tuvo cabida en un primer programa de principios del partido aprobado dentro de una asamblea federal en Saarbrücken. La petición se encontraba específicamente en la sección denominada “Contra la discriminación de Marginados sexuales” y provenía de una resolución aprobada meses atrás, en diciembre de 1979, y contenida en la “Plataforma Conjunta de Homosexuales y Lesbianas en el movimiento electoral alternativo”.
Según Walter, tal resolución pedía no otra cosa que la legalización de la pedofilia: se pedía la modificación de los párrafos 174 y 176 del Código Penal para que solamente en los casos en que se usara violencia o se amenazara con ella podrían castigarse las conductas sexuales entre adultos y niños. La permanencia de tal demanda no fructificó durante los debates y al final quedó fuera.
Sin embargo, para 1983, ya cuando el partido tenía presencia dentro del Bundestag, surgieron alrededor de la fracción parlamentaria Verde colectivos que funcionaban como enlace entre los movimientos y las bases del partido. Uno de éstos era el Colectivo de “Homosexuales, Pederastas y Transexuales” (SchwuP) que, como el resto, recibía apoyo financiero del grupo Verde.
Walter refiere que no pasó mucho tiempo para que otros colectivos gays se distanciaran del SchwuP y de su intención de despenalizar la pedofilia. Los Verdes se separaron en 1984 del colectivo y éste mismo desapareció en 1987, con lo que la influencia de los activistas pedófilos fue desapareciendo.
La más reciente revelación hecha por el científico alemán del Instituto para la Investigación de la Democracia causó revuelo entre los medios de comunicación: el pasado 16 de septiembre (sólo seis días antes de las elecciones federales) publicó junto con su colega Stephan Klecha, que Jürgen Trtittin, candidato principal de Los Verdes en las recientes elecciones y presidente de su grupo parlamentario en el Bundestag, fue responsable en 1981 de la publicación de un programa electoral regional, del distrito de Göttingen, que también se pronunciaba por la despenalización de la pedofilia.
En aquel entonces, 1981, el hoy experimentado político era un estudiante y candidato al Consejo Municipal del Göttingen. Junto con otros cuatro compañeros de partido, Trittin firmó y se hizo además responsable legal de la publicación de la redacción final del programa de la lista electoral de Göttingen. En el rubro de Homosexuales y Lesbianas, la lista se alineaba con el programa a nivel federal que pedía la reforma de los párrafos 174 y 176 del Código Penal y con ello la despenalización del sexo entre niños y adultos bajo la condición de que no hubiera de por medio el uso o amenaza de violencia.
En un comunicado de prensa, Trittin confirmó lo señalado por Walter y expresó su pesar por ello: “Adoptamos tales iniciativas. No nos opusimos a esas demandas equivocadas ni a ese erróneo entendimiento político. Fue así como llegaron estas peticiones equivocadas al programa electoral de los Verdes y al programa comunal en Göttingen. Esa también fue mi responsabilidad y mi error, el cual lamento profundamente”, señaló.
En su postura oficial, Trittin también reconoció que pasó demasiado tiempo hasta que en 1989 tales posiciones fueron corregidas y aseguró que su partido está en contra de cualquier impunidad en el abuso de cualquier tipo contra menores.
Al margen de los daños que tal revelación causó y que sin duda fueron parte de los pésimos resultados electorales de los Verdes en los comicios del pasado 22 de septiembre –en los que perdieron casi tres puntos porcentuales respeto a la elección del 2009–, la renovada discusión del tema llevó a este partido a la decisión de ser más activos en el tema. Para ello, el último fin de semana de septiembre, su dirección nacional decidió instalar un grupo interno de trabajo, cuya tarea será clarificar cómo fue posible la toma de decisiones “amigables” de corte pedófilas.
Incluso, la directiva de los Verdes pidió a sus miembros que, si tienen algo que aportar, tomen parte activa en el asunto. Será a mediados de octubre cuando la comisión especial será conformada y este grupo de trabajo –junto con el liderado por Franz Walter–funcionará como contacto para posibles afectados que deseen denunciar.
/11 de octubre de 2013)
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