miércoles, 19 de diciembre de 2012

VIVE EN AUTOBÙS VIAJE DE TERROR

Reforma

México.- Lidia toma fuerza para contar su historia, pero no hay llanto ni dudas en su relato, pues quiere dar ejemplo a su familia y seguir adelante.

El 30 de noviembre, la joven de 25 años de edad, cuyo verdadero nombre ha sido cambiado por seguridad, fue secuestrada junto con otros 20 pasajeros de un autobús en Toluca, por seis jóvenes.

Para ella fueron más de 2 horas de terror, de no saber si al día siguiente vería la sonrisa de su pequeño de 6 años, pero para los delincuentes fueron 2 horas de “iniciación”, de drogas, alcohol y violencia.

Eran alrededor de las 20:45 horas cuando, fingiendo ser pasajeros, seis individuos abordaron el autobús.

Minutos después, recordó Lidia, uno caminó hasta la puerta principal, simulando que iba a bajar, y súbitamente se abalanzó contra el chofer, a quien sometió por el cuello.

El resto se distribuyó a lo largo de la unidad.

“¡Agáchense, hijos de la chingada!”, gritaba uno y luego otro le secundaba. Llevaron el autobús fuera de su ruta.

No llevaban capuchas ni gorras; uno de ellos parecía portar un arma de fuego, pero el resto empuñaba cuchillos. A simple vista, aseguró Lidia, ninguno tendría más de 25 años de edad y olían a thinner.

‘Unos escuincles’

“Quitaron el letrero del camión y apagaron las luces, pero sin temor a equivocarme puedo decir que eran unos escuincles”, relató la joven.

Tras despojarlos a todos de sus pertenencias, mientras el autobús circulaba por calles solitarias y sin que nadie en el exterior se diera cuenta de lo que pasaba, los delincuentes separaron a las mujeres de los hombres.

A estos últimos los golpearon. Todo era risas y el vehículo se llenaba de nubes de humo por los cigarros. A las mujeres las revisaron una a una y separaron a seis, entre ellas, Lidia.

Durante las siguientes horas fueron violadas en el pasillo de la unidad o en alguno de los asientos.

Lidia cuenta, a veces suspirando, otras apretando los dientes, que ya había sido violada en marzo por un taxista que aún está prófugo.

“Estaba yendo al psicólogo y lo que pasó en el camión fue algo que me marcó aún más, porque no era la primera vez, porque no estaba yo recuperada y porque no ha habido justicia”, dijo la joven.

Para los agresores, afirmó, todo parecía ser una suerte de iniciación.

“Órale, para que te hagas machito”. “Hágase hombrecito, échese a una”. “Agárrate a la más grande, ella tiene experiencia, te va a enseñar”, se decían los delincuentes.

Sin quién los ayude

Tras los ataques, los delincuentes detuvieron el camión y fueron a una tienda por cervezas, que bebieron tranquilamente a unos metros del vehículo. Ni una patrulla pasó por el sitio.

Luego regresaron al vehículo, ebrios, cantando y burlándose de los pasajeros. Más tarde volvieron a parar la unidad y uno de ellos hizo una llamada en un teléfono público.

Cinco minutos después, dos taxis recogieron a los atacantes.

“¡Ahora, hijos de la chingada, cierran bien los ojos y cuentan media hora!”, dijo el último.

Tras un rato el chofer bajó a pedir ayuda a los conductores, pero nadie se detenía, tampoco una patrulla de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) que pasó como un aliento.

Sólo un conductor se detuvo algunos segundos y le dio al chofer algunas monedas para que hablara por teléfono desde una caseta pública, pero otro viacrucis, de burocracia y malos tratos por parte de la autoridad, apenas comenzaba.


Van a la cárcel por permitir fuga

Tres agentes ministeriales de Morelos serán procesados penalmente por permitir la fuga de Antonio Román Miranda, “La Moña”, presunto operador de la organización criminal de Los Rojos.

“La Moña” fue retenido por los agentes luego de que fuera víctima y testigo del atentado contra Crisóforo Rogelio Maldonado, “El Bocinas”, líder de Los Rojos, ocurrido en Cuernavaca el pasado 10 de diciembre.

Ambos viajaban a bordo de un auto GTI, con placas del Distrito Federal, cuando fueron atacados por un grupo armado a la altura de la Glorieta de la Luna por la Avenida Plan de Ayala.

“El Bocinas” fue trasladado a un hospital del IMSS en Cuernavaca, mientras que “La Moña” fue llevado a la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano, donde fue liberado sin que rindiera su declaración ante el Ministerio Público.

“Le fue permitido que se retirara de las instalaciones de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano del municipio de Cuernavaca el lunes pasado (10 de diciembre), sin ser puesto a disposición para rendir su entrevista ante el Ministerio Público, por lo que fue iniciada una carpeta de Investigación y, a la par, la Visitaduría General inició una acta circunstanciada con número VG/SV/296/2012”, informó ayer la Procuraduría de Morelos.

Durante la audiencia de vinculación a proceso, que duró más de ocho horas, el Ministerio Público expuso una serie de argumentos con los que se presume la participación de los tres agentes implicados en la fuga de “La Moña”.

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