Ante la enorme pérdida de ingresos
publicitarios y de audiencias, la
credibilidad informativa anulada por su cercanía con el presidente
Enrique Peña Nieto, Emilio Azcárraga Jean se ve forzado a perseguir a sus
audiencias en sus nuevos refugios: las plataformas digitales de entretenimiento
e información. Sin embargo, en la programación anunciada para la “nueva era”
del consorcio no se vislumbra transformación alguna; sólo adaptaciones.
CIUDAD DE MÉXICO (Apro).-
Frente a una crisis de ingresos publicitarios que disminuyeron más de 30% en
dos años, con una baja de más de 15% en sus audiencias —especialmente los
mexicanos menores de 29 años—, con contenidos acartonados y reiterativos, pero
sobre todo con escasa credibilidad por sus noticiarios oficialistas y sus
compromisos con el gobierno de Enrique Peña Nieto, Televisa anuncia un "gran
cambio” a partir de este lunes 22.
Todos sus anuncios indican
que en realidad se reducirá a adaptar los contenidos que ahora se transmiten
por televisión abierta a plataformas para televisión restringida y online.
La salida de Joaquín
López-Dóriga, adelantada por Proceso desde octubre del año pasado, fue
presentada por Televisa y el propio Azcárraga Jean como parte del desafío de
enfrentar "las nuevas tecnologías y nuevas plataformas” que informan de
manera más inmediata.
Pero en lo personal, López-Dóriga
se retira en medio de un litigio penal con la empresaria María Asunción
Aramburuzabala, ex accionista de Televisa, en un presunto caso de extorsión por
5 millones de dólares. Esto se suma a la caída constante de su rating y a los
cuestionamientos de empresarios y políticos por cobrar sus entrevistas, notas
informativas y cobertura en radio y televisión a través de sus empresas Ancla y
Akron, que recibieron 237 millones de pesos de dependencias públicas entre 2001
y 2015, según lo documentó este semanario en el reportaje "López-Dóriga,
cuando el micrófono tiene precio”, publicado en septiembre de 2015.
Televisa despidió a
López-Dóriga durante casi 15 días con fragmentos de sus mejores y peores
momentos al frente del noticiario estelar del Canal 2, incluyendo una
entrevista a modo con el presidente Enrique Peña Nieto en los jardines de Los
Pinos.
A falta de rating y frente a
las numerosas críticas en medios digitales, especialmente en redes sociales, la
noche del jueves 18 López-Dóriga entrevistó a Azcárraga Jean y se tomaron en
pantalla una selfie.
La imagen llegó a más de 6
mil retuits en menos de 24 horas y 15 mil likes en Twitter, pero Televisa ha
evadido el asunto fundamental: El relevo de López-Dóriga por Denise Maerker a
partir de este lunes 22 no es sólo un cambio de formato, sino de imagen y de
vocero de los intereses de Televisa frente al Gobierno y el sistema político.
"Lo que se viene a
partir de la próxima semana es el segundo cambio más importante que me toca
guiar en Televisa... Siempre le voy a apostar, y creo que Televisa debe apostar
a cambiar. Haremos programas buenos y trataremos de hacerlos mejores… Prefiero
perder arriesgando con nuevos formatos a quedarnos estancados en un formato que
solamente teníamos”, le dijo a López-Dóriga el presidente de la televisora que
nació hace 60 años, en el mismo sexenio en que surgió el PRI.
TELEVISA PARA ‘HiPSTERS’
El cambio no es para
transformar su relación con el gobierno y el PRI, sino de dejar la vieja
concepción de que se hace una televisión "para una clase media muy jodida”
—como afirmó El Tigre Azcárraga Milmo en 1992— para acercarse a la "nueva
narrativa” que prevalece entre los jóvenes hípsters y milennials, las
generaciones que ya no ven televisión abierta.
Desde finales de 2015, a los
productores de Televisa se les repartió un documento con el título México
Rifado, una presentación basada en el libro del mismo nombre de la mercadóloga
Gabriela de la Riva, que propone "un branding narrativo para el México
emergente”.
El texto propone cambiar las
actitudes y las acciones de los mexicanos para abandonar el viejo modelo de un
país que espera todo del gobierno ("el cuento residual” lo llama De la
Riva), superar "el cuento dominante” basado en un pueblo rebelde que
sospecha de todos, que desconfía, que cree en las conspiraciones (el personaje-héroe
es Andrés Manuel López Obrador) y construir el "cuento emergente” que
consiste "en una narrativa sobre la transformación en la que no se recurre
a los extremos”.
Ese "cuento emergente”
que le propusieron construir a los productores y creativos de Televisa tiene
como "héroe modelo” a un personaje como el actor Diego Luna y al modelo
hípster, similar al del promedio de los jóvenes que viven en la colonia Condesa
de la Ciudad de México.
"El héroe es mucho más
suelto y relajado, sus adversarios son los complejos históricos y culturales
que le impiden alcanzar las metas que desea. Mientras en los cuentos residual y
dominante los apoyos ligan al héroe con el pasado, la tradición y la identidad,
en el cuento emergente los grandes aliados son el impulso, los espacios para
ensayar nuevas maneras, ideas, recursos, salidas”, afirma el texto de De la
Riva, basado en más de 3 mil sesiones de grupo, 18 mil entrevistas
cuantitativas y mil 600 etnografías públicas, según señala el texto.
"Este es el nuevo México
que queremos y hacia allá debemos construir los contenidos”, les comentó a los
productores José Bastón, el vicepresidente de Televisión y Contenidos de
Televisa, responsable operativo de los cambios.
No se trata de cambiar la
relación de Televisa con el gobierno ni con el PRI; tampoco de eliminar la
autocensura en puntos críticos sino dejar de ser aquella televisión que se hace
"para una clase media muy jodida” —como afirmó Emilio Azcárraga Milmo, El
Tigre— para transformarse en una serie de varias plataformas que lleguen
"a los milennials y a los hípsters”, es decir, a las generaciones que ya
no ven la televisión.
EL ESTRATEGA
Además, Televisa contrató al
mercadólogo estadounidense Lee Hunt, creador de la consultoría Lee Hunt
Associates y considerado uno de los estrategas del relanzamiento de marcas en
grandes corporativos mediáticos como la británica BBC, las estadounidenses CBS,
Discovery, Fox y NBC, además la brasileña O Globo, y con más de un centenar de
clientes en empresas de televisión abierta y de paga en Europa, Estados Unidos
y América Latina.
En mayo de 2016 Hunt fue el
primero que les propuso a los ejecutivos de Televisa la necesidad de
"desaparecer” el concepto y la imagen del "Canal 2”, el más antiguo y
poderoso de Televisa, con capacidad de llegar a 98% de los hogares mexicanos,
para dar paso al concepto "De las Estrellas”. Este cambio fue confirmado
por Azcárraga Jean en la entrevista que concedió a Joaquín López-Dóriga la
noche del jueves 18:
"Ahora cambian muchas
cosas en la parte de la imagen. El Canal 2 ya no es un canal, es una plataforma
—explicó Azcárraga Jean—. Debe tener sus horarios fijos, pero también el chiste
es cómo hacer que todos estos programas tengan a la gente, que ellos tengan el
acceso a esos programas a la hora que quieran. Tenemos que generar el contenido
para que lo vean a la hora que quieran y en la plataforma que quieran.”
De acuerdo con la más
reciente Encuesta Nacional de Consumos de Contenidos Audiovisuales, realizada
por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), a pesar del avance de las
redes sociales y de los contenidos en internet, 56% de los hogares mexicanos
aún dependen sólo de la señal de televisión abierta y ocho de cada 10
encuestados mencionó al "Canal de las Estrellas” como el más visto.
Frente a la penetración que
tiene la televisión abierta en los hogares mexicanos (98.3%), el 76.2% afirmó
que tiene acceso a telefonía celular, pero 51% de los hogares aún no tienen
acceso a internet.
En la misma encuesta se
reflejó que 29% de los hogares tiene señal de televisión de paga (Televisa
tiene a 62% de los mexicanos suscritos a algún sistema de televisión de paga
vía cable o satelital), 56% televisión abierta y sólo 14% tiene acceso a ambas.
De 80% que afirmaron ver
contenidos de televisión abierta, 64% mencionó al Canal 2 como el más visto,
47% al Canal 13, de TV Azteca, seguidos por el Canal 7 (37%), el Canal 5 (36%)
y sólo 17% el Canal 4 o GalaTV, de Televisa.
Para Emilio Azcárraga Jean lo
importante de los cambios es alcanzar el "cambio vertiginoso” que se ha
dado en los últimos cinco años con los contenidos en audio y video a través de
los teléfonos móviles y de la televisión on line.
"En Televisa no nos
queremos quedar atrás. Queremos seguir produciendo contenidos de alta calidad
para todas estas plataformas, para todas estas nuevas tecnologías que existen”,
afirmó.
CRISIS GENERAL
Ni en el manual México Rifado
ni en las sugerencias tecnológicas que entregó la consultoría de Lee Hunt, y
menos en la entrevista de Azcárraga Jean con López Dóriga, se mencionó uno de
sus mayores problemas: que la televisora es percibida como parte del sistema
político ni su vínculo con el gobierno de Enrique Peña Nieto, al que
escasamente critican en las pantallas.
La crisis de Televisa no es
sólo de plataformas tecnológicas y de formatos de contenidos. Su crisis también
se relaciona con la baja abrupta de sus ingresos publicitarios, la disminución
consistente del rating, destacadamente en los géneros que eran más vistos como
las telenovelas, los noticiarios, los reality shows, los deportes y las
comedias, y las constantes críticas en redes sociales a sus contenidos
políticos claramente alineados al gobierno federal.
Dos días antes de la
entrevista con Emilio Azcárraga Jean, López-Dóriga presentó una conversación en
dos partes con Peña Nieto, con preguntas cómodas, ausencia de crítica a casos
de corrupción como la llamada Casa Blanca o el departamento de Angélica Rivera
en Miami, y menos sobre la caída de la aprobación de su gobierno al 23%, según
la encuesta de Reforma. Tampoco se le cuestionó sobre el alza de precios de
gasolinas y la energía eléctrica.
(DOSSIER POLITICO/TOMADO DE: JENARO
VILLAMIL / PROCESO/ 2016-08-20)
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