México
pudo haber evitado miles de muertos si su política antidrogas no la hubiera
dictado EU. Johann Hari pregunta ¿por qué la sociedad no actúa?
El
escritor inglés Johann Hari afirmó que, a estas alturas, sólo existen dos
soluciones para terminar con el problema de las drogas: la legalización y
cortar los ingresos de los cárteles. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo
Ciudad
de México, 28 de septiembre (SinEmbargo).– La actual guerra contra las drogas
fracasó en todo el mundo. Algunos países, principalmente México y Estados
Unidos ya deberían de estar planeando una nueva forma de atacar a los grandes
cárteles que contemple la legalización y la manera de llevar a la bancarrota a
la siguiente generación de narcotraficantes, así lo señaló el escritor
británico Johann Hari, experto en el tema.
Para
Hari México ha pagado el precio de librar una guerra bajo las condiciones
impuestas por Estados Unidos, lo cual ha cobrado más de 60 mil muertes, la
penetración de los cárteles en todas las esferas gubernamentales, en la
economía y “escenas atroces”.
Durante
su reciente visita al país dijo, en entrevista con SinEmbargo, que si México
hubiera librado una guerra contra las drogas bajo sus condiciones y términos,
en este momento la economía de los estados del norte no estaría dominada por
grupos como Los Zetas ni la sociedad viviría en la indefensión en la que se
encuentra actualmente en ciudades como Juárez, Chihuahua, en donde “los
traficantes pagan a los policías para que maten a la gente”.
Para
el autor del libro Tras el Grito [Paidós, 2015], el gobierno de México cedió a
una serie de “chantajes de Estados Unidos”, para iniciar esta guerra que ya
cumple nueve años, parte de esas amenazas habría sido limitar los programas de
ayuda que EU tiene para distintas naciones
“Hay
una frase que todos los mexicanos deben saber: hace unos años, Michele Marie
Leonhart, que era la jefa de la DEA –entre 2007 y 2015-, le preguntaron hace
qué pensaban de los miles de muertos en México y ella respondió, ‘esa es una
señal de éxito de nuestra guerra contra las drogas’”, señaló.
“Lo
que argumentaría es que la sociedad civil mexicana debería de hacer campañas
hacia la gente de Estados Unidos, decir: ‘bueno, esta guerra les ha fallado a
ustedes, pero ha sido mucho peor para nosotros. Hay mejores maneras de
protegernos ustedes y nosotros’. David Simon, un escritor de una serie dice que
Estados Unidos va a pelear esta guerra hasta el último mexicano, porque son los
mexicanos los que están muriendo”, expresó.
Consideró
que parte de este reclamo debería ir enfocado a la forma en que Estados Unidos
combate el consumo, pues en más de cien años ha invertido trillones de dólares
y matado a millones de personas, y ni siquiera ha logrado eliminar el tráfico y
consumo de drogas en sus prisiones.
En
su libro, el escritor británico narra historias como la de Rosario Reta, un
sicario de Los Zetas, reclutado, a los 13 años y que actualmente está detenido
en Estados Unidos purgando cadena perpetua; la de Marisela Escobedo Ruiz,
activista asesinada en 2010 mientras protestaba en Chihuahua por la muerte de
su hija Rubí Frayre Escobedo. Pero
también cuenta experiencias de capitales completas secuestradas por la
violencia, como es el caso de Ciudad Juárez.
En
la búsqueda de justicia para su hija, Marisela Escobedo fue asesinada frente al
Palacio de Gobierno de Chihuahua. Foto: Cuartoscuro
CIEN AÑOS DE GUERRA INÚTIL
–Los
más afectados por el combate contra el narco son los ciudadanos, ¿qué papel
juega la sociedad en esta guerra?
-La
sociedad mexicana está en una posición muy fuerte para pedir a los gobiernos de
su país y de Estados Unidos que terminen esta guerra, para decir: ‘¡dejen de
matarnos, de darle poder a estos asesinos ¡y mejor escojan el camino de
quitarles el dinero, poner orden social’. Es algo que el gobierno puede
recuperar de los años 30, cuando México fue punta de lanza en al guerra contra
las drogas.
–¿Es
posible que la sociedad emprenda una lucha más activa en un país donde el nuevo
sueño mexicano es ‘nacer pobre y morir como narco’?
–Rosario
[el sicario de Los Zetas preso en EU] me platicó que los niños decían que en
México en lugar de decir ‘quiero ser un bombero’, decían ‘quiero ser un
narcotraficante’. El problema es que cuando los cárteles controlan la economía,
secuestran al Estado: le van a pagar más dinero a la Policía que el gobierno,
van a secuestra conciencias y obviamente la gente, si ve ahí más dinero, quiere
formar parte de esa economía, de ese pastel. Hay que quitarles a los
narcotraficantes ese dinero. La razón por la que los cárteles tienen una
tradición cultural es porque tienen el control del dinero, entonces la gente va
a estar más atraída a los autos, las mujeres, las mansiones, que a la otra
economía en la que tienes que trabajar mucho para vivir. Yo sostengo que a los
grandes cárteles hay que llevarlos a la bancarrota.
–¿Qué
papel juegan las grandes instituciones bancarias como HSBC o Citigroup en la
expansión de estos cárteles?
–Lo
que debemos de entender es que estas instituciones nunca afectan a la gente
rica. Quien va a prisión es la gente pobre por posesión o por adicción y “El
Chapo”, aunque se haya escapado. HSBC es el ejemplo clásico de que a los ricos
no los tocas. Es parte de la hipocresía de la guerra contra las drogas y eso
está pasando aquí en México. La demanda va a encontrar sus proveedores, siempre
ha pasado eso. Estados Unidos ha gastado trillones de dólares, en 100 años ha
matado millones de personas y al final ni siquiera puede eliminar las drogas en
sus prisiones. Si no pueden sacar las drogas de sus prisiones, el narcotráfico
nunca lo van a poder sacar de México.
–Otros
expertos, como Roberto Saviano, han comentado que ahora los bancos ingleses
juegan un papel muy importante en el lavado de dinero de los cárteles
mexicanos, ¿se han relajado en los últimos años sus controles antilavado?
–Yo
como ciudadano británico me da pena que Londres ha sido el centro de todas las
operaciones económicamente corruptas y es una vergüenza absoluta porque hay
gente muy importante en Inglaterra que está haciendo eso y ese dinero no
debería de ser usado por asesinos. Me da pena decir que Inglaterra y Suecia son
los peores países en esta materia.
El
de HSBC es un caso emblemático de bancos que se han visto envueltos en
escándalos de lavado de dinero. Foto: EFE
“TODO HA FALLADO”
–Además
del control financiero, ¿qué más ha fallado en esta guerra contra las drogas?
–Ha
fallado todo. Esta guerra ya está perdida. Hay mas drogas, más muertes, más
adictos; el norte de México ha sido tomado por criminales armados, barrios
enteros en todo el mundo, ¿qué hemos ganado?, es lo que yo me pregunto.
–Si
esta guerra ya se perdió ¿entonces qué queda por hacer?
–En
lo que debemos de pensar es cómo meter en bancarrota a la siguiente generación
de cárteles y eso se puede hacer legalizando las drogas, y una vez que las
legalizas vas a acabar con ese dinero ilícito.
–Entonces
volvemos a la eterna discusión de la legalización.
–Cuando
las drogas se legalicen esto se va a ir. La legalización es un a parte enorme
de la solución. Hablemos de Suiza: tenía un gran problema con los traficantes
de heroína, entonces, legalizaron la heroína hace 10 años y los resultados han
sido impresionantes, no ha habido muertes relacionadas con el consumo de esta
droga y nadie ha muerto de una sobredosis. El argumento que usaron en Suiza y
que se podría usar en México es que el Presidente le explicó a la gente:
‘cuando hablamos de legalización piensas en violencia y anarquía cuando sea
legal, pero lo que tenemos ahora es esa violencia y anarquía’, tenemos
criminales que no conocemos vendiendo químicos que nadie conoce. Están
vendiéndole a todo mundo, incluyendo a niños, todo está bajo la mesa, todo es caos
es violencia; la legalización restablecería orden a esa violencia, esa anarquía
y ese caos, es poner esas cosas bajo control es poner en bancarrota a los
criminales y tratar a los adictos de una manera sensible y también evitar que
la droga llegue a los niños. En el caso de Suiza, al principio sólo el 30 por
ciento de los ciudadanos suizos estaban de acuerdo, después hicieron un
referéndum y el 70 por ciento estaba de acuerdo; también se ha hecho en
Portugal, Uruguay… Al principio es muy controversial, pero cuando la gente
empieza a verlo en los resultados hay mejoras significativas. Yo pienso que eso
podría pasar en México.
–Pero
también tenemos el ejemplo de Holanda que legalizó y ahora está intentando
disminuir el consumo.
–Holanda
tiene una legalización muy menor en cafés. Lo que pasa es que la mayoría de los
cafés legales están en Amsterdam y llegan muchos turistas a esta ciudad a
consumir y ese es un problema, pero en los lugares que venden drogas legales se
quiere mantener la legalización. Hubo un movimiento muy conservador que trató
de restringir las reglas donde no se podía. Es como el Tea Party –un movimiento
de legisladores de derecha de EU–, lo que paso en Holanda, que legalizó desde
1976, es que en los últimos años han llegado estos conservadores tratando de
restringir muchas cosas. Tienes otro ejemplo en Colorado, Estados Unidos, que
ya legalizó la mariguana, al principio 55 por ciento votaron para legalizarla
ahora el 70 por ciento lo apoya.
–¿La
legalización es la única solución?
–Lo
único que terminaría la actividad de los cárteles es la legalización. Hay
movimientos como el de Javier Sicilia [El Movimiento por la Paz con Justicia y
Dignidad], si hay un movimiento en México diciendo ‘dejen de matarnos’, ese
sería parte de un movimiento global que va creciendo y que podría terminar con
esta guerra; antes nadie estaba a favor de la prohibición de alcohol, fue
estúpido, se legalizó el alcohol y ahora los grandes cárteles del alcohol se
llaman Heineken, Smirnoff… y así se va a
recordar la guerra contra las drogas. Gente como Marisela Escobedo –la
activista de Chihuahua- no debía morir.
–También
hay otro asunto: ¿Que debería hacer el gobierno mexicano con los jefes de
cárteles que están en la cárcel, como el Z-40, por ejemplo?
–Lo
primero es ver hasta dónde llega la corrupción entre los cárteles y el gobierno
mexicano. Sabemos que en Colombia el jefe de la Policía, del Ejército… Todos
estaban comprados, no sé en México el caso hasta dónde llega, no sé qué tan
metida está la corrupción. La historia de “El Chapo” es una locura y alguien
debe darme la razón porque el gobierno mexicano está mintiendo sobre su fuga –a
través de un túnel-, es un insulto a la inteligencia, yo prefiero leer Alicia
en el país de las maravillas, pero yo pienso que esta gente debe quedarse en
prisión.
–¿En
prisión, pero en Estados Unidos?
–Si
se los llevan a Estados Unidos alguien más va a ocupar su lugar; puedes matar a
Ronald McDonald pero no vas a solucionar el problema de la comida chatarra, es
una distracción, nadie pensó que matar a Pablo Escobar pudiera hacer la
diferencia en Colombia, entonces, mientras tengas este problema siempre alguien
puede tomar los acuerdos y el liderazgo. Estos cárteles no son fuerzas
inevitables son producto de la situación que hemos creado. “El Chapo” y Los
Zetas son el producto de la producción de drogas, si hubiera prohibición no
existirían.
Para
la gente que vive en Ciudad Juárez simplemente no existe quien la proteja,
opinó Johann Hari después de entrevistarse con activistas y analizar cómo se
mueven los cárteles en la población. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo
JUÁREZ VIVE EN EL TERROR
En
su libro, Johann Hari hace una amplia referencia a la situación que se vive en
Ciudad Juárez, que visitó en 2012, y donde conoció casos como el de la
activista Marisela Escobedo.
–¿Cómo
fue la experiencia de escribir sobre Ciudad Juárez y toda su problemática?,
¿cómo se ve desde afuera?
–Antes
de responder esa pregunta debo decir que en México hay reporteros muy valientes
que son de lo más admirables y abiertos que jamás conocí. Ciudad Juárez es muy
extraña. Yo me quedaba en El Paso -en Texas- y caminaba hacia Juárez, porque
fue un consejo que me dieron. Pero cuando vas a este lugar parece una ciudad
americana hay comercios muy americanos, como Wendy’s, pero cuando hablas con la
gente te das cuenta de que viven en el terror, básicamente el asesinato ha sido
legalizado. La ciudad tuvo un momento terrible, pero tal vez los mexicanos ya
estén acostumbrados a esto. En Juárez me empezaron a presentar gente que sus
familiares habían sido asesinados por los policías, entonces yo pedí entrevistar
a gente que tuviera familiares que habían sido asesinados por los cárteles y la
respuesta fue: ‘los cárteles ya no matan, pagan a la policía para que nos
mate’; ya no son fuerzas separadas son lo mismo la policía y los cárteles.
Entonces entendí lo terrible que debe ser, no hay nadie que te pueda ayudar, la
gente que debe protegerte está en tu contra. Rosario Reta me contaba cómo
mataba a las personas, cómo les sacaba las entrañas y que a veces iba
acompañado por la policía y policías eran los encargados de tirar, de deshacer
los cuerpos.
–¿Y
cuál fue su impresión después de conocer lo que pasa en la ciudad?
–Este
es un producto de la guerra contra las drogas, son cárteles que pelean por
territorio y la violencia es un producto de ello, esto habla de la gente como
Rosario, por eso pasa todo esto, por eso matan a todos los que se interpongan.
Mi experiencia en Juárez fue conocer a estos chicos que han crecido en este
lugar de extrema violencia y lo más triste de vivir así es que cuando ves gente
muerte en la calle, pasan y ven, pero nadie se detiene a ver qué fue lo que
pasó. Pero también lo increíble es como los mexicanos tienen esperanza ante una
situación así, como Marisela Escobedo. Una amiga suya, Bertha, me dijo que
estaba muerta de miedo, pero el amor a sus hijos es más grande que el miedo y
para mi esa fue una cosa inspiradora. Para mi el mensaje es que esto no debe
continuar, es una atrocidad, parte gracias al mundo externo y parte es culpa
del gobierno de México por haberse dejado intimidar.
–¿Acaso
había manera de evitarlo?
–Esas
muertes han sido innecesarias. Nunca hubieran permitido hacer una guerra contra
las drogas obligados por Estados Unidos; hay una frase que todos los mexicanos
deben saber: hace unos años, Michele Marie Leonhart, que era la jefa de la DEA
[la agencia antidrogas de EU], le preguntaron hace unos años qué pensaban de
los 60 mil muertos en México y ella respondió: ‘esa es una señal de éxito de
nuestra guerra contra las drogas’, de esa manera hablan acerca de sus paisanos es
lo que dicen acerca de los asesinatos, de todas estas muertes, decapitaciones,
asesinatos. Dicen que es una señal de éxito de esta guerra. Lo que argumentaría
es que la sociedad civil mexicana debería de hacer campañas dirigidas a Estados
Unidos y decir que esta guerra les ha fallado ‘a ustedes, pero ha sido mucho
peor para nosotros’ hay mejores maneras de protegernos ustedes y nosotros. El
problema es que cuando Estados Unidos emprendió su guerra contra las drogas
“chantajeó” a muchos países con dejar de ayudarlos, y muchos de ellos, como
México, se sintieron intimidados.
–¿Quiere
decir que en esta guerra contra las drogas existe algo que no sabemos?
–Durante
mi investigación me di cuenta de que al principio de la guerra contra las
drogas México fue líder. Todo empezó con una ‘histeria racista’ en 1914, pero
cuando Estados Unidos se impone ante el resto del mundo, los primeros que
hicieron la amenaza de ‘plata o plomo’ no fueron los cárteles sino el gobierno
estadounidense diciendo a todos los países: ‘si accedes a pelear contra las
drogas te vamos apoyar con dinero, si no te vamos a castigar de una manera
terrible’. El Gobierno mexicano le dio a EU un doctor que fue el líder del
programa antidrogas y decía que la canabbis no era mala y que a la adicción deberíamos
de responder con amor y compasión y ayudar a los adictos, en lugar de
criminalizarlos porque entonces el tráfico de drogas iba a tomar al país. Pero
el gobierno de Estados Unidos dijo: ‘deshazte de ello y dijo está política no
iba a funcionar en su país y no va a funcionar en nuestro país’. Entonces
cortaron la demanda de opiatos hacia México, que son calmantes, lo que ocasionó
que en los hospitales la gente empezara a morirse del dolor; luego, el Gobierno
mexicano tuvo que doblar las manos y cambió la historia de México. Si Estados
Unidos no hubiera intimidado tanto al gobierno mexicano nada de esto hubiera
pasado. Pero si México quisiera, podría cambiar las cosas.
(SIN
EMBARGO.MX/ Juliana Fregoso/ septiembre 28, 2015 - 00:04h)
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