Delfia Díaz
Gómez, esposa del extinto, le pidió al Procurador revivir el caso y castigar a
los responsables.
Josué Pérez
Hernández
A tres año y dos
meses que el policía federal Eloy Cárdenas Domínguez, oficial de la Policía
Federal Preventiva, acusado de haber intentado plagiar a una jovencita de 14
años, sus familiares no aceptan que él se haya ahorcado en su celda como manejó
la Procuraduría de Justicia (PGJE), para ellos lo mataron, pues siempre lo
mantuvieron con los ojos vendados.
“Yo exijo justicia,
porque la muerte de mi esposo no se puede quedar así, además cuando recién
ocurrido los hechos no quise seguir con el caso, porque fui amenazada de muerte
por policías chilangos que estaban en la Policía Ministerial”, reveló Delfia
Díaz Gómez, esposa del federal.
Al ahora extinto lo
capturaron cuando llegaba a su casa del fraccionamiento San Antonio, cerca de
Las Rosas, debido a que una jovencita de nombre Mónica Victoria Ramón lo había
señalado, primero que la había intentado violar, luego de un supuesto
secuestro, pero no se logró comprobar tales delitos.
En cambio al policía
preventivo lo estaban relacionando con la delincuencia organizada, pese a que
lo vendaron de los ojos y lo golpearon, él nunca aceptó ser delincuente y eso
le costó la vida.
Peritos de la PGJE
levantaron su cadáver, de una de las celdas del Centro de Atención de Menores
Víctimas e Incapaces (CAMVI), donde a decir de las autoridades, estaba solo y
optó por quitarse la vida, con su camisa, aunque sus familiares indican que
estaba en un baño.
El resultado de la
necropsia de la muerte del policía fue asfixia por ahorcamiento y así se quedó,
claro está que esto no fue avalado por sus familiares.
Además que dieron
aviso a la Comisión Estatal de Derechos Humanos, para que este asunto no quede
impune. “No puede ser posible que él se haya matado, si era un hombre que no
tenía problemas, con nadie y mucho menos alguna enfermedad era un hombre sano”,
dijo su esposa Delfia Díaz Gómez.
El día de los hechos
el ahora extinto Eloy Cárdenas Domínguez salió de su casa a las 8:00 de la
mañana para llevar a sus vástagos a la escuela, en tanto concluyó se dirigió a
las instalaciones de la PFP, iría por un oficio de vacaciones, y cuando
retornaba a su casa, antes del mediodía, lo capturaron.
Su esposa Delfia
Díaz dijo a Tabasco Hoy: “Era un buen esposo, un buen padre cariñoso con sus
hijos. Un excelente hombre”.
Con 18 años de carrera
en la policía durante su trayectoria participó en diversos operativos y aparte
enseñó a sus compañeros; por su entrega y dedicación lo habían ascendido a
oficial.
La mujer recuerda
entre sollozos. “Apenas hacía poco había pedido su cambio a Tabasco, para estar
cerca de nosotros, pues había sido asignado a la Ciudad de México, en donde
estuvo en la guardia presidencial”. Este asunto aún no está cerrado.
(TABASCO HOY/
Josué Pérez Hernández/ 25 DE Noviembre 2013)
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