- PROCESO.- La carrera delictiva de Alfredo Ríos Galeana, el mayor asaltabancos de la historia de México y considerado “enemigo público número uno” a lo largo de 25 años, ha sido llevada a la pantalla grande con el estilo divertido del documentalista José Manuel Cravioto.
Este primer
largometraje de ficción suyo se intitula El charro misterioso, toda vez
que Ríos Galeana era cantante de música ranchera, y lo protagoniza el
popular actor Tenoch Huerta.
A tres días de concluir su edición, el
filme se estrenó en el segundo ciclo del Baja International Film
Festival Los Cabos, efectuado en la península sudcaliforniana del 13 al
16 de noviembre.
“El charro misterioso no es una
biografía ni una apología de Ríos Galeana. El personaje me conquistó;
pero el principal objetivo fue crear una película divertida y que los
temas abordados se tomen con humor y se alcance a leer un subtexto que
incluyo”, platica en entrevista Cravioto, realizador de los documentales
Seguir siendo: Café Tacvba (2010) y Los últimos héroes de la península
(2008).
“No he tenido contacto con el
delincuente, quien se encuentra en la cárcel de máxima seguridad de la
Palma, y me gustaría saber sus puntos de vista, aunque la película es
una adaptación libre de ciertos hechos sobre él.”
Su largometraje de ficción incluye
material de archivo del bandido real. Así, en El charro misterioso se
observan los asaltos del temido delincuente; sus diferentes
personalidades, su carrera de “charro cantor” con mariachi; sus fugas, o
la extraña y larga relación que sostuvo con quien finalmente lo
detendría. Forman parte del elenco Noé Hernández, Paola Núñez, Marco
Pérez, Gerardo Taracena y Rocío Verdejo.
Alfredo Ríos Galeana nació en 1951, en
el Estado de Guerrero, y su historia posee tintes de fábula. A los 18
años ingresó al Ejército para luego dedicarse a cometer delitos menores.
En 1974 fue capturado y fichado. A finales de los setenta ingresó al
Batallón de Radio Patrullas del Estado de México (El BARAPEM), donde
llegó a primer comandante.
En los ochenta creó y dirigió una banda
delictiva especializada en asaltar bancos, hasta que en 1983 lo
capturaron en Hidalgo e ingresó a la prisión estatal, de donde se fugó
meses después. Hacia 1984 se le volvió a detener en la Ciudad de México;
pero escapó de la Penitenciaría de Santa Martha Acatitla, siendo
reaprehendido al año siguiente y encarcelado en el Reclusorio Sur. Dos
años más tarde, durante una audiencia en el Juzgado 33 fue rescatado por
10 personas, entre las cuales había tres mujeres.
Por tres ocasiones se sometió a cirugía
plástica para cambiar su identidad (también tuvo aptitudes deportivas).
Compró un título de ingeniero civil de la UNAM bajo un nombre falso.
Finalmente, lo atraparon el 12 de julio de 2005 en South Gate,
California, Estados Unidos (http://www.proceso.com.mx/?p=116111).
PERSONAJE DE CUENTO
Oriundo de la Ciudad de México, donde
nació en 1981, y egresado del Centro Universitario de Estudios
Cinematográficos de la UNAM (CUEC), José Manuel Cravioto inició en 2004
su aventura fílmica sobre Alfredo Ríos Galeana en un cortometraje que
llevó el mismo título de El charro misterioso:
“Cuando empecé a leer sobre Ríos Galeana
pensé: ‘Sólo en México pasa algo así…’. Lo que detonó realizar la
película fueron las preguntas ‘¿Cómo pudo ocurrir? ¿Qué lo impulsó a
hacer todo aquello? ¿De dónde viene?’ Entonces, cuando inician esos
cuestionamientos, ya está uno hablando de drama y de narrativa. Al
principio, el objetivo era denunciarlo…
“Pero en el proceso de documentación e
investigación (tal como lo aprendí en el CUEC) te dejas llevar. Tienes
una idea preconcebida; sin embargo, puedes dejar que esa idea se
transforme y eso me pasó. Primero, se trataba de denunciar cómo era
posible que existiese un criminal así, y cuando vi el material de
archivo, me di cuenta que era un mexicano carismático, con buen sentido
del humor y una energía muy particular. Me conquistó y transformó mi
visión. Eran historias que debíamos contar.”
Al principio del largometraje, Cravioto
destaca que Ríos Galeana “es el fundador del crimen moderno y la
concreción de ese sistema de policías con criminales, que desde entonces
comenzó a funcionar muy bien”, en México.
–¿Por qué piensa que dicha red de
corrupción entre la policía e incluso los políticos con los maleantes se
reforzó con Ríos Galeana?
–Es triste, pero como dice en la
película, es una estructura que impera hasta nuestros días. El filme
quise hacerlo en un tono más relajado, de humor. Es un cuento. Veamos la
cinta y disfrutémosla, sí pero… ¡estamos con una historia tremenda,
algo que vivimos todos los días los mexicanos! Al final, volvemos a un
tono serio, explicamos de dónde viene y vemos las imágenes del Ríos
Galena real. Ahí está ese discurso de “Oigan, ¡este es el México que
tenemos!”.
–Pese a ser un filme chistoso, usted
denuncia el poder de las instituciones bancarias y hace hincapié en que
los mayores criminales de México son los bancos. ¿Están los verdaderos
delincuentes detrás de un escritorio?
–¡Claro! Lo más obvio es ver a un ladrón
con una pistola que amaga a un cajero y le quita el dinero. Eso es
triste; pero el poder con el que cuentan los bancos en este país es
tremendo y obsceno. ¡Manejan a su antojo nuestro dinero, y además nos
cobran por tener nuestro dinero!
Tardó seis años en realizar El charro misterioso.
En 2007 se acercó a la productora Lemon
Films, que de inmediato se interesó por el proyecto. También contó con
apoyos de Fidecine y Eficine 226. Cravioto deja claro:
“Es un personaje con un carisma muy
particular, entrañable, de alguna manera es un antihéroe; pero no me
interesó hacer una apología de Alfredo Ríos Galeana.”
UN PINTORESCO LADRÓN
Ganador del premio de la Academia
Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas por su actuación en Días
de gracia, de Everardo Valerio Gout, Tenoch Huerta recrea a Alfredo Ríos
Galena, quien desde 1978 hasta 1984 cometió alrededor de 100 asaltos a
bancos y casas-habitación del Distrito Federal.
“Este personaje real creo que representa
los últimos grandes criminales con ética, pues hoy me parece que las
cosas que suceden en México son brutales, monstruosas y horribles.
Aclaro que no hay criminales buenos y malos, pero este tipo se volvió
justo el arquetípico de la psique del mexicano: tener fama, fortuna,
poder, mujeres y el respeto de toda la gente”, dice el actor. Y apunta:
“En México tenemos una pésima relación
con el poder, tanto los mismos que lo ejercen como quienes lo sufrimos.
Ríos Galeana se sale del poder y dice: ‘¡Ni madres!, ¡yo hago mi propio
coto de poder y desde aquí me muevo!’, y eso se vuelve sumamente
creativo para la gente, las personas del público se verán muy reflejadas
en este personaje; pero no estamos haciendo una película de denuncia.”
Tampoco la considera una apología del crimen, y Tenoch Huerta define:
“Es un thriller, es un largometraje
divertido de policías y ladrones, y ya. Ahora que si nos ponemos
exquisitos y empezamos a desmenuzar, pues encontraremos que si las
motivaciones psicológicas o que si el México de los ochenta, que si esto
y que l’otro, en fin. En términos simples es sólo una película amena,
pero que pone las situaciones sobre la corrupción tal cual se padecen en
México.”
Me gusto la película - realmente se ve a un ladrón noble, y su vocabulario es muy light
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