Alertan a Carlos Felton sobre presuntos nexos de altos mandos policiacos con la delincuencia organizada
¡Bienvenido a la podredumbre!
A escasos días de que el alcalde electo, Carlos Felton González,
reciba el poder de manos de su correligionario Alejandro Higuera Osuna,
sale a su encuentro como una esfinge (Miguel Vega Félix) con cabeza de
policía y alas de redes sociales, mediante una carta que surca por
Internet, para plantearle una intrincada pregunta: “¿Sr. Carlos Felton,
presidente municipal electo, usted se atreverá a tener en su gabinete a
estos funcionarios que integran las filas de Seguridad Pública? Porque
si es así, seguirían trabajando la misma línea con la delincuencia
organizada”.
“Hay una frase —agrega— que queda muy gravada (sic) y fue la que dijo
el secretario de Seguridad Pablo Andrés (Hernández Lizárraga): ‘Vale
más que me maten 10 en la zona rural y no que me tiren uno en la zona
dorada, porque ahí está cabrón, vuelan nuestras cabezas’”.
Podrido
La misiva intitulada Policías de Mazatlán y señor Ing. Carlos Felton, léanlo comunicado de el señor Miguel Vega Félix, muy pero muy interesante, y fechada el 14 de noviembre de 2013, de la que Ríodoce
tiene copia, “espera que se abra una investigación en contra de Pablo
Andrés Hernández Lizárraga, secretario de Seguridad Pública, de Felipe
Zárate Alemán, director de Seguridad Pública; subdirector Operativo,
Fausto Ibáñez; coordinadores operativos Osuna Lomelí y Marco Antonio
Pérez Díaz, comandante del Grupo Gama, policía primero Juan Ignacio
Pelayo Peña y/o los que resulten responsables”.
“(Porque) estos funcionarios municipales y personal policiaco
—denuncia— han y están violentando el Reglamento de la Secretaría, la
Constitución Política, la Ley de Responsabilidades de Servidores
Públicos, la Ley de Derechos Humanos, entre otras”.
“Ineptitud, idiotez, falta de respeto, abuso de autoridad, sarcasmo e
ineficiencia son solo algunas de las tantas situaciones que vive el
personal de la Secretaría de Seguridad Pública de Mazatlán”, afirma el
comunicado responsabilizando de ello a los altos mandos, Hernández
Lizárraga, Zárate Alemán e Ibáñez, entre otros.
“Ya que el excesivo faltante de personal y el sistema podrido que
manejan los jefes policiacos antes mencionados han repercutido tanto en
el personal operativo como en la misma ciudadanía, al obligar a los
elementos a trabajar jornadas laborales por más tiempo en carácter
obligatorio, sin retribución monetaria y sin descansos autorizados, es
decir 24 x 24”, critica.
Asimismo: “Que antes de aplicar este criterio, los funcionarios
antes señalados manifestaron que estos horarios los establecía el
Reglamento de la misma Secretaría, y el que no estuviera de acuerdo que
pidiera su baja y el que no firmara el oficio para el nuevo horario se
le daría de baja (porque) eran instrucciones del alcalde municipal
Alejandro Higuera Osuna”.
“No es verdad que ese horario de 24 x 24 —replica— esté estipulado en
el Reglamento de la Secretaría de Seguridad Pública, ya que el artículo
3ro dice, fracción XXIV, turno normal de servicio: consistente en doce
horas de servicio por veinticuatro de descanso y/u ocho horas de
servicio por dieciséis de descanso”.
Halcones
“Sabemos que todo esto se está dando en parte por mantener los jefes
policiacos antes mencionados una estrecha relación con los capos del
narcotráfico que operan en este puerto y zona rural, los cuales
requieren que estén trabajando de tiempo completo estos funcionarios, es
decir las 24 x 24 horas, con la finalidad de que dichos jefes
policiacos le estén pasando información de movimientos de personal
militar, Marina, federales, etcétera”, acusa.
“Para esto, los jefes policiacos tienen tendida una red de halcones
por distintos puntos de la ciudad; estas son unidades policiacas que
usted mira por toda la Zona Dorada, estas unidades también son puestas
por El Venadillo, la Pepsi, Urías y avenidas transitadas con la misma
finalidad”, sostiene.
“Los jefes policiacos han mandado por órdenes de la delincuencia
organizada denominada GN, a unidades policiales con el fin de que hagan
revisiones de vehículos, motocicletas y personas sospechosas, con el fin
de obtener información de quiénes son los que tripulan esos vehículos, y
así obtener las generales de los mismos”, detalla.
“Quiero señalar —abunda— que se han detenido en esas revisiones a
sujetos con armas cortas y largas y con bastante droga tanto en la Zona
Dorada como en diferentes colonias y avenidas de Mazatlán, y cuando se
informa al respecto a los superiores antes señalados te empiezan a hacer
selectivas privadas por radio Matra, o teléfonos celulares o Nextel…”.
“(Y) a los lugares de la detención —indica— hacen acto de presencia
los coordinadores operativos también al servicio del narco, Osuna Lomelí
y Marco Antonio Pérez Díaz, brazos derechos del secretario Pablo Andrés
y del director Felipe Zárate, mismos coordinadores han ordenado al
personal aprehensor que ellos se harán cargo de los delincuentes y
cuando C-4 les solicita información a estos coordinadores, por selectiva
o teléfonos personales les manifiestan que se trata de Gobierno o
escolta de algún funcionario”.
“Y no nomás estos coordinadores están en la nómina del narco, hay
comandantes de sectores que se prestan a sembrar droga y armas a los
detenidos como son los sectores 1, 2, 3, 4, 5, 6 Velarde Armenta, del 9
Acosta, 10 Joel Domínguez del 8, que tienen compromiso directo con la
malandrinada del puerto”, enfatiza.
“También el policía primero, Ignacio Juan Pelayo Peña —puntualiza—
del grupo Gama, con 2 patrullas a su mando (con) su consigna: ‘reventar
casas, torturar gente, sembrar drogas y armas, escoltar a los que se
dedican a robar maíz de los vagones del ferrocarril, esto en la colonia
La Sirena y El Castillo, lo hace también en coordinación de los
coordinadores Osuna Lomelí y Marco Antonio Pérez Díaz”.
Cabrón
“Esto se da en contubernio —asegura— con el alcalde Alejandro Higuera
Osuna quien es una persona caprichuda y con falta de escrúpulos que
sabe y conoce del mal pero su compromiso con los bolsillos no lo deja
levantar la cabeza y darse cuenta el daño que le está haciendo a la
sociedad y a los empleados con los que ha trabajado valiéndose de
licenciaditos como Lorenzo Antonio Joya”.
“(Antonio Joya) hoy tiene el puesto —afirma— de coordinador de jueces
del Tribunal de Barandilla y encargado del Departamento Jurídico; él
fue quien por órdenes del alcalde amenazó a los policías demandantes que
si no se desistían de la demanda o que si no se daban por pagados los
derechos ganados al H. Ayuntamiento por los juicios laborales que
interpusieron por degradaciones, reducción salarial, quinquenios, pago
Subsemun, 12 x 12, etcétera, serían dados de baja”.
“Utilizando —recuerda— estas palabras (Lorenzo dijo): ‘Tengo órdenes
del alcalde y ustedes ya lo conocen como es de cabrón, o firmas o te vas
de la corporación; aquí no hay caprichos para nadie, aquí tenemos el
control de confianza, lo reprobaste cabrón, tú sabes aparte motivos
sobran para correrte y nadie los va a ayudar, el alcalde está bien
relacionado y parado con el gobernador, así es que ya se chingaron”.
“Por otra parte —continúa— tenemos al ingeniero Rubén Rojo Mancillas,
quien está encargado de la Dirección de Recursos Humanos del H.
Ayuntamiento y como titular en la Subdirección Administrativa de la
Secretaría de Seguridad Pública, es un tipo que busca cómo enriquecerse
aprovechándose de todos los medios para llenarse los bolsillos de dinero
y decir la siguiente frase: ‘No te acabes Seguridad Pública’”.
Vergüenza
“Es una vergüenza —lamenta— reconocer cómo está echado a perder este
sistema y con el supuesto Mando Único, que lo que pretenden es desviar
fondos para el beneficio de unos cuantos, y sin que nadie pueda hacer
algo”.
“¿Cómo es posible, Sr. presidente Enrique Peña Nieto, Sr. gobernador
Mario López Valdez, (a) quienes ustedes el pueblo les dio la confianza,
de que nos gobernaran y no hagan nada a pesar de que ya se les ha
mandado varios informes de lo que está pasando en las filas de la
corporación municipal?”, reprocha.
“Deberían de mandar a checar esto que estamos plasmando en este
informe a gente que no se venda, esta porquería de sistema que tenemos
en las filas de la corporación policiaca y que nos da un asco, y parar
esto ya que en virtud de que muchos policías están al borde de reventar y
será por una causa justa y en el caso de así serlo, señores
gobernantes, tendrían algo de responsabilidad por no actuar e iniciar
una investigación a fondo”, advierte.
“Señores gobernantes —insiste— se les solicita chequen esto: personal
trabajando tiempo de más sin paga bajo las amenazas de que serás
despedido de las filas de la corporación y si regreso porque la ley así
lo marca, según ellos”.
“Además sin descanso alguno —apunta— a pesar de que se le hizo la
petición al mismo director de Seguridad Pública, Felipe Zárate Alemán,
quien en respuesta dijo: ‘Van a descansar hasta que se mueran, y el que
quiera trabajar así, si no ahí está la puerta’”.
Cien mil
“Esto no es justo —reclama— para él sí lo será ya que tiene el
compromiso con la delincuencia organizada ya que tan solo recibe de la
zona rural (cien mil pesos por quincena), esto se lo da un conocido
delincuente de El Habal y personalmente en la patrulla 225 va este
funcionario a recoger el dinero”.
“Investiguen —exige— cuántas casas tiene, cuántos terrenos, vehículos y el dinero que ha hecho”.
“Además que (a) Zárate Alemán —relata— ya le había llegado su baja de
México, por el Control de Confianza junto con el ex subdirector
operativo, José Joel Güereca Castañeda y otros tres más y el único que
quedó fue este malandrín de Zárate Alemán, quien fue protegido por el
alcalde Alejandro Higuera”.
“(Higuera) se lo llevó un tiempo como escolta personal —señala— y
cuando salió el exsecretario (Alejandro) García Medrano, lo regresó a la
Secretaría de Seguridad Pública como director de Seguridad”.
“Este puesto de director —dice— ya no figura en el Reglamento de la
Secretaría, es un puesto fantasma, pues este puesto fue derogado por el
mismo alcalde Alejandro Higuera; como prueba basta checar el Reglamento
Interno”.
“Por otra parte, pregúntele a Felipe Zárate Alemán —sugiere—, al
secretario Pablo Andrés, al subdirector operativo Fausto Ibáñez, dónde
quedaron resguardados los sujetos que detuvieron en una Pilot plateada,
cuatro sujetos con armas largas ‘cuernos de chivo’, empercherados que
detuvieron cuando iban en persecución por Internacional sur, hacia La
Urraca”.
“No salió en los periódicos —subraya— pues hay (sic) está la clave y
no nada más han detenido a estos sujetos, hay muchos más que se han
detenido en persecución y a los lugares llegan camionetas de lujo gente
armada y empercherada, puro cuerno, y a ellos le son entregados estos malandrines, que me desmientan estos funcionarios (policiacos)”.
“(Por) lo antes escrito solicitamos —clama— que usted como próximo
alcalde municipal medite sobre esta situación, no eche en saco roto esto
que estamos informando, sabemos la gravedad y a lo que nos exponemos ya
que estos funcionarios son capaces de ponernos para que estos
malandrines nos hagan daño, al dar la información”.
Asco
“Pero sabe usted, alcalde electo —argumenta—, ya estamos artos (sic)
de estar trabajando en esta podredumbre, es un asco, es un cochinero”.
“Solicitamos también de usted —informa— empiece a considerar los
elementos que ya cumplieron sus periodos de años, es decir, sus 25 años
laborados y ya son más de 30 elementos que ya tienen esos derechos, así
lo marca el Reglamento de la Secretaría”.
“Es un derecho que el alcalde Alejandro Higuera ha venido pisoteando,
no quiere dar jubilaciones, y la orden es clara a los regidores que
están a cargo de las jubilaciones: negar ese derecho a los policías
municipales, especialmente a la regidora Guillermina Castillo, persona
fiel al alcalde”, denuncia.
Columna de cristal
El miércoles 19 de noviembre, en conferencia de prensa, el presidente
municipal de Mazatlán, Alejandro Higuera Osuna, se ufanó ante los
reporteros locales y foráneos de que la columna vertebral del puerto es
la seguridad pública.
“La columna vertebral de la ciudad es la seguridad pública… y logramos regresársela a Mazatlán”, presumió.
Pero desde el lunes 10 de noviembre, el lenguaje de los hechos se
había adelantado, para hablar de una realidad casi mágica y desmentirlo,
pues a solo cuatro cuadras de la caseta de policía del fraccionamiento
Francisco Alarcón, en la calle Águilas, entre Puma y avenida Delfines,
unos sicarios que viajaban en un automóvil gris, asesinaron a mansalva a
Gonzalo Iván Figueroa Morales, de 32 años, hijo del líder cetemista
Gonzalo Figueroa Carrillo.
El 8 de septiembre, el obtuso lenguaje de la barbarie policiaca había
propinado a Gonzalo Iván una severa paliza, alegando una infracción de
tránsito cometida por el hoy finado.
El padre de la víctima había pedido a Higuera Osuna castigo para los
policías “bárbaros”. El alcalde habría contestado que actuaría en
consecuencia, pero al decir de Figueroa Carrillo, la Secretaría de
Seguridad Pública respondió con la divulgación de un boletín manipulado
para desprestigiar a su hijo.
“Si no ha habido gente presente lo matan y lo desaparecen, porque esa
persona ya tenía hasta la madre a policías y tránsitos, porque cada fin
de semana hacía bramona con su carro y las patrullas lo
perseguían; y cuando ya se veía perdido alegaba que su papá es una
persona influyente, hasta que los hartó”, dijo en esa ocasión un policía
de tránsito a Ríodoce.
El 12 de noviembre atracó en Mazatlán el crucero de la alegría. “¡Ay
qué bueno, viene a ‘oxigenar’ la economía del puerto!”, dijeron
jubilosos y sonrientes los comerciantes y empresarios hoteleros y
promotores turísticos.
En ese escenario, el martes 11, algunos diarios informaron sobre una
supuesta balacera ocurrida en la avenida Carlos Canseco, en la zona de
La Marina.
En los medios policiacos, algunos agentes aseguraban que los marranos (mote con el que se refieren a los pistoleros del cártel de los Beltrán Leyva) habrían llegado a Mazatlán a boicotear la paz porteña y al crucero de la alegría.
Otros policías opinaban que en la camioneta (luego asegurada por la
Procuraduría General de la República, que encontró armas largas y varios
cartuchos) Escalade color perla, placas UB 81193, donde viajaban los
presuntos protagonistas de la balacera y que fue abandonada por sus
ocupantes tras una persecución de la Policía Federal, se encontraba un chaka de GN (Gente Nueva, brazo armado del cártel de Sinaloa).
“A esa camioneta siempre le habíamos marcado el alto y nunca se
paraba, hasta que se topó con las fuerzas federales”, dijeron algunos
impasibles guardianes del orden vial.
Entrevistado sobre la famosa balacera por el diario Noroeste
Mazatlán, el secretario de Seguridad Pública informó que se trató de un
incidente de abejas que le picaron a siete policías municipales y a
seis policías federales.
Tras señalar que al atenderse el reporte del panal de abejas
coincidió con un operativo realizado por las fuerzas federales, aseveró:
“Yo no tengo reportes de una balacera. Llegaron los periciales y no
encontraron ningún casquillo ni nada. Nosotros somos respetuosos de la
operatividad de ciertos grupos, aunque muy buena coordinación nos
mantenemos al margen”.
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