La joven de 15 años
fue cruelmente asesinada el 5 de noviembre dentro de su hogar. En lo que va de
2013, 14 mujeres han perdido la vida de manera violenta en el estado. Según la
PGJE, se han registrado 45 homicidios a la fecha en Baja California Sur
Los Cabos, Baja
California Sur. -Alrededor de las cuatro de tarde del 9 de noviembre de 2013, se
respira un aire cálido en el estacionamiento de la plaza comercial Mega en San
José del Cabo.
Los automovilistas
llegan y empiezan a formar una fila india; en el interior, hombres, mujeres,
jóvenes y niños sacan por la ventanilla de los vehículos globos blancos y
comienzan a agitarlos.
La mayoría vestidos
de blanco, se bajan de las unidades y se saludan entre sí. Pegan con cinta
adhesiva globos sobre el cofre, techo y antenas, esbozando una sonrisa tímida.
Se vuelven a subir y comienzan a pitar.
Aunque solamente
participan entre diez y veinte, los vehículos forman parte de una caravana
denominada “Marcha Monumental”, desde San José del Cabo hasta Cabo San Lucas,
que termina en el estacionamiento del supermercado City Club del puerto
sanluqueño.
El convoy lleva en
la parte de enfrente la fotografía de María Fernanda, la penúltima víctima -al
cierre de esta edición- del clima de inseguridad que hoy trastoca a Baja California
Sur.
La joven de solo 15
años fue cruelmente asesinada el 5 de
noviembre dentro de su hogar, localizado en la Manzana 50, Lote 12, de la
colonia Valle del Cabo en el destino turístico, cuando regresaba de estudiar
del Colegio de Bachilleres (COBACH) Número 10.
Felipa Sánchez
Rodríguez, madre de la joven, la encontró tirada sobre el piso, en la sala,
semidesnuda, con sangre a su alrededor y un cable enredado en el cuello, luego
de regresar de su trabajo aproximadamente a las 7:30 pm.
“El homicidio de
María Fernanda fue la gota que derramó el vaso”, dijo a ZETA la tía de la joven
estudiante, Blanca Lamas Lucero, quien exige justicia y solicita al gobernador
Marcos Covarrubias Villaseñor, declarar una alerta de género para detener la
ola de crímenes.
Durante un mitin en
Cabo San Lucas, la familiar de María Fernanda demandó mayor seguridad pública
de parte de los tres niveles de gobierno, asegurando que no quieren “ni una
muerta más”, incluso, expuso que hasta donde sabía, la mayor parte de los atacantes
de mujeres no han sido detenidos y “no tenemos información de cómo van las
investigaciones”.
La presidenta de la
organización Equidad y Desarrollo de Los Cabos, Georgina Hernández Beltrán,
comentó que “las madres trabajadoras tienen derecho de ir a laborar con la
seguridad de que sus hijos están seguros en sus casas”, pero ahora, con el
clima de violencia, cuestiona: “¿Qué seguridad tenemos de que nuestros hijos
estarán a salvo?”.
Un padre de familia,
de nombre Francisco Zetina -presente en el mitin-, expuso: “La inseguridad
prácticamente se salió del control del gobierno, cuando una mujer como María
Fernanda no estuvo a salvo ni en su propia casa, y los robos y asaltos con alto
índice de violencia cada vez son mas frecuentes”.
Según estadísticas
de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), en lo que va del año,
14 mujeres han sido asesinadas:
01. Eudocia
Rodríguez Alejandro.
02. Verónica Zumaya
Castro.
03. Gloria Loreto
Bazán.
04. María Luisa
Gararain García.
05. Erika Rosales
González.
06. Damaris Karina
Márquez Moreno.
07. Dayana Joselyn
Pacheco.
08. Francisca Chable
Félix.
09. María del Pilar
Guardado González.
10. Paulette
Viridiana Mendoza Lizardi.
11. Rosina Adelina
Castro Jara.
12. Refugio Janeth Díaz
Cruz.
13. Ana Karen Félix
Valdez.
14. María Fernanda
Lamas Sánchez.
EL CRIMEN
El día del
asesinato, la madre de la joven llamó a María Fernanda vía celular alrededor de
la una y media de la tarde, para preguntarle si ya había salido de la escuela y
si estaba en su casa, a lo que contestó que ya se encontraba en camino y “no
tardaba en llegar”.
Posteriormente,
marcó por segunda ocasión cerca de las dos de la tarde. La menor dijo que ya
estaba en su casa comiendo.
Felipa Sánchez
Rodríguez, originaria de Mazatlán, Sinaloa, marcó a su pareja sentimental, de
nombre Juan Manuel Loera, a las 5:30 pm, cuando estaba a punto de salir de
trabajar. Pidió le llamara a su hija, porque no contestaba, y tampoco respondió
al llamado del novio de su madre.
Entonces Sánchez
salió de su trabajo y se dirigió a su hogar, abrió el candado de la puerta principal
e ingresó. Lo primero que observó -según relató a la PGJE- fue que su hija
estaba tirada en el piso, “llena de sangre y parecía inconsciente, entonces me
acerqué y vi que tenía un cable enrollado en el cuello, y noté que no se
movía”.
La madre de familia
salió corriendo de su vivienda y solicitó auxilio a un vecino, quien se
comunicó vía C-4 y reportó el incidente, solicitando la presencia de una
ambulancia y de la Policía.
Durante la revisión,
paramédicos de la Cruz Roja observaron que la menor de edad no tenía signos
vitales y solicitaron la presencia del Agente del Ministerio Público del Fuero
Común, así como de peritos de la Dirección de Servicios Periciales.
En la escena del
crimen, encontraron el cuerpo de la joven en posición cubito dorsal. Todavía
vestía el uniforme escolar de playera blanca, falda verde, calcetas blancas y
zapatos negros.
A simple vista -de
acuerdo al parte oficial-, María Fernanda “tenía la cabeza llena de sangre, así
como un lago hemático irregular sobre el piso del lado derecho de la cabeza,
golpes en el rostro, una extensión eléctrica de color café enredada en el
cuello, la falda levantada a la altura del abdomen y las pantaletas de color
negro, bajadas de la cadera, a la altura de los muslos”.
El zapato del pie
izquierdo se encontraba tirado sobre el piso, a 30 centímetros de la mano
derecha y manchas de sangre por proyección en la pared en dirección de la
cabeza.
Los peritos también
encontraron un teléfono celular de color negro marca Alcatel, y en una de las
tres sillas del comedor de madera, en la parte del asiento, una playera echa
bola de color blanco con estampado de leopardo. Abajo, una huella semi-legible
marcada de lo que podría ser un tenis en la mancha del lago hemático, cabellos
largos y otros cortos en ambas manos de la víctima e incluso pedazos de piel,
así como un condón aún en su sobre cerrado, tirado sobre el piso junto al
ventanal de la parte trasera de la vivienda.
En base al informe,
en el piso “estaba un trapo de cocina lleno de manchas de sangre en su
totalidad, el cual se presume, fue utilizado para limpiar y borrar las huellas
del calzado que quedaron impresas en las manchas de sangre”.
Según el dictamen de
peritos, la causa de la muerte de María Fernanda fue por asfixia por
estrangulamiento mecánico. El cuerpo fue levantado y llevado al anfiteatro de
la PGJE.
Sobre estos hechos,
los investigadores del caso explicaron a ZETA que el principal móvil del crimen
fue un ataque sexual en contra de la joven, el cual no pudo consumarse porque
-de acuerdo a las evidencias en la escena del crimen-, se defendió y luchó en
contra del asesino, tanto que parte de su cabello y carne quedaron entre las
uñas de la occisa.
Los investigadores
creen que el atacante es una sola persona, la cual después de cometer el
crimen, salió huyendo por la ventana trasera de la vivienda, donde quedaron dos
manchas de sangre.
Asimismo, con base
al testimonio de la madre, el asesino conocía o tenía bien estudiada a la
victima, porque entró y salió por la ventana trasera de la casa, teniendo pleno
conocimiento de que la joven había perdido la llave de la puerta de su
vivienda, y entraba y salía por la ventana para introducirse a su domicilio.
En la revisión y
análisis de llamadas telefónicas y mensajes de texto del celular de la joven,
los investigadores descubrieron que tenía relaciones sentimentales con siete
personas, inclusive de diferentes edades, cuyas evidencias fueron confirmadas
en su cuenta de Facebook, donde detectaron un hallazgo de mensajes y pláticas
poco comunes entre jóvenes de su edad.
El día del crimen,
uno de los siete sospechosos incluso hizo 72 llamadas a María Fernanda. También
se encontraron mensajes donde pedían verla en su casa. “Los mensajes nos dicen
que la jovencita metía constantemente jóvenes a su casa, aprovechando la
ausencia de la madre”, expuso uno de los investigadores.
Aunque al cierre de
esta edición todavía no se había resuelto el crimen, la principal sospecha
recae sobre un joven de entre 20 y 25 años, quien ese día fue visto en la parte
trasera de la casa, a bordo de una camioneta color blanco.
La PGJE tiene dos
hipótesis sobre el asesinato:
1. El ataque sexual
perpetrado por una de las siete parejas sentimentales de la joven, o por algún
pretendiente de Facebook que fue rechazado por la joven y entonces pretendió
tomarla por la fuerza.
2. Una venganza.
Según testimonios,
María Fernanda y su madre inicialmente vivían el fraccionamiento Paraíso Iguana
en Cabo San Lucas, pero repentinamente dejaron la casa, la rentaron y se fueron
a residir a Villas del Cabo.
Los investigadores
del caso indagan por qué “viviendo en una colonia de nivel medio, se fueron a
vivir a un fraccionamiento de nivel bajo, a un costado de la colonia más
conflictiva de Los Cabos”, donde a decir
por amigos de la joven fallecida, “no quería que supieran dónde vivía y
constantemente se negaba a ser visitada en su hogar por los amigos de su escuela”,
incluso el estatus escolar de María Fernanda pasó de un colegio de paga a una
escuela de gobierno.
La madre de la joven
prácticamente emigró de Los Cabos y no se tiene rastro de ella, únicamente de
su tía, quien reclama justicia.
LAS ESTADÍSTICAS
Pero el crimen de
María Fernanda y de las otras 13 mujeres no son los únicos en el estado.
Según datos de la
PGJE, de enero a noviembre de este año, 45 personas han sido asesinadas por
delitos que van desde conflictos de pareja, hasta ajuste de cuentas por asuntos
de narcotráfico.
De los 45 casos, 14
están relacionados con mujeres, y 31 ligados a hombres.
El delito de
homicidio tuvo un incremento del 28 por ciento entre un año y otro, pues de 30
casos registrados en 2012, hoy van 45, a casi mes y medio de terminar 2013,
entre los que destaca el del ex líder del Cártel de Tijuana, Francisco Rafael
Arellano Félix “La Pancha”.
La incidencia de
crímenes tuvo el siguiente comportamiento en los cinco municipios del estado:
- 21 en La Paz.
- 16 en Los Cabos.
- 5 en Mulegé.
- 2 en Comondú.
- 1 en Loreto.
El procurador
estatal Gamill Arreola Leal dijo a ZETA que del total de crímenes cometidos en
lo que va del año, el 72% ha sido esclarecido. Solo el 28% está pendiente de
resolver.
En números fríos, 30
casos fueron resueltos y 15 aún están pendientes de esclarecer.
En entrevista con
este Semanario, expuso que el crecimiento de crímenes tiene explicación con
tres fenómenos detectados, según el resultado de un estudio realizado
recientemente por la PGJE:
1. La migración de
personas provenientes de otros estados, algunas de las cuales vienen huyendo de
sus lugares de origen para cometer delitos en la región.
2. La pobreza a
partir del desempleo, donde personas que no tienen trabajo, últimamente optan
por delinquir para obtener dinero de manera ilícita.
3. La delincuencia
organizada que está trastocando la seguridad en Baja California Sur.
El titular de la
PGJE agregó que el índice delictivo se disparó desde hace tiempo: “No es de
ahora, antes se cometían cuando mucho tres homicidios por año, y hemos ido de
menos a más. No podemos cegarnos a reconocer que el tiempo ha cambiado, porque
mucha gente esta volteando a ver el estado y desgraciadamente ven terreno
fértil, cuando las cosas se complicaron en sus lugares de origen; pero tanto
vienen personas de bien a invertir y hacer su modo de vida en el estado, como
otras que únicamente llegan a delinquir”.
Efectivamente, los
números hablan por sí solos.
Los delitos de alto
impacto subieron un 12.8%. De 17 mil 485 registrados en 2012, hasta la fecha
van 19 mil 730, es decir, 2 mil 245 más entre un año y otro.
De acuerdo con la
clasificación nacional, los delitos de alto impacto son:
- Homicidios
dolosos.
- Secuestros.
- Robo con
violencia.
- Extorsión
telefónica.
- Trata de personas.
- Violación.
A excepción del
delito de secuestro, que registra cero casos en las estadísticas oficiales, el
robo con violencia bajó de 607 casos en 2012 a 535 hasta noviembre de 2013, lo
que representa una reducción del 12%.
No obstante, el
delito de extorsión telefónica subió de 68 casos en 2012 a 117 en 2013, lo que
significa un incremento del 72% en este delito.
Finalmente, el
delito de violación bajó de 122 casos el año anterior, a 117 en 2013, casi el
5% menos entre un año y otro.
Los delitos de alto
impacto golpearon de la siguiente manera a los cinco municipios del estado:
- La Paz, 10 mil 77
casos.
- Los Cabos, 7 mil
3.
- Comondú, mil 190.
- Mulegé, mil 134.
- Loreto, 326.
“La investigación de
crímenes a veces es un poco lenta, pero eso no significa que no estemos
trabajando para esclarecerlos”, reconoció el procurador Gamill Arreola.
— La tía de María
Fernanda dijo que la mayoría de los asesinatos de mujeres no han sido
esclarecidos y los homicidas no han sido detenidos. ¿Qué nos puede decir al
respecto?
“Lo único que te
puedo decir es que de los 14 casos que tenemos, únicamente tres no están resueltos,
y son los casos de Damaris Karina Márquez Moreno, Erika Rosales González y el
de María Fernanda Lamas Sánchez. En los tres casos tenemos datos e información
que estamos integrando a las averiguaciones previas, los cuales no podemos
adelantar por el sigilo de las investigaciones”.
Las reacciones
El espiral de
criminalidad, a partir del homicidio de María Fernanda, cimbró a la clase
empresarial de la costa de oro de Los Cabos.
El pleno del Consejo
Coordinador Empresarial, encabezado por Julio Castillo Gómez, salió a exponer
su preocupación “en calidad de ciudadanos”, “seres humanos” y “representantes
de organizaciones de restauranteros, hoteleros y prestadores de servicios”.
El líder de los
empresarios comentó: “De plano tenemos que salir a manifestar nuestra
preocupación por los hechos sangrientos de las últimas semanas, los cuales
vemos, se han acrecentado no solo en números, sino han escalado en la forma
violenta con que se vienen cometiendo y donde ahorita llevamos tres bancazos”.
Recordó que el
Artículo 1 de la Constitución, obliga al Estado a proveer de seguridad a la
ciudadanía en el ámbito de sus competencias, “y es increíble que no podamos
decir hoy que en este destino gocemos de ese derecho, y estemos viendo día a
día cómo y de qué manera lo estamos perdiendo.
“En el asunto de la
ola de inseguridad nadie se salva, porque es responsabilidad de los tres
niveles de gobierno garantizar seguridad, desde el Ayuntamiento hasta el
gobierno estatal y Federal, y no estamos saliendo ahorita por el caso que nos
ha conmocionado como sociedad del crimen de la joven de 15 años, sino lo que ha
venido sucediendo en días anteriores. Es increíble que en una ciudad tan
pequeña, comiencen a darse esos signos”, lamentó, para complementar:
“Hicimos un recuento
de los sucesos y estamos alarmados, porque el día que se cometió el crimen de
la joven, hubo a la vez dos asaltos a mano armada, atacando dentro de su casa a
una pareja, y posteriormente, a dos turistas extranjeros”.
“¿Qué debemos
hacer?”, cuestionó, además de considerar que es “el colmo que ni en la propia
casa de uno nos podamos sentir seguros, estamos llegando al punto donde no nos
podemos quedar callados, tenemos que dejar claro y enviar el mensaje que se
tiene que hacer algo, porque vemos que hay una total impunidad sobre todo en
asaltos y robos; lo único que está generando es que se esté elevando el número
de incidentes y el nivel de violencia”.
Para el sector
empresarial, el espiral de violencia tiene su origen en tres cosas factores:
- Negligencia.
- Incompetencia.
- Complicidad.
— ¿Cuál es la
solución?, preguntó ZETA a Julio Castillo.
“Si no pueden, ¡que
se vayan! Que se vayan y hagan los cambios que tengan que hacer, y pongan a
gente que dé resultados”.
De acuerdo con los
números del Consejo Coordinador Empresarial, tan solo en 2012 hubo 20 mil 886
averiguaciones previas en Baja California Sur, de las cuales únicamente se
ejercitó acción penal en 2 mil 084. De éstas, solo llegaron a 700 sentencias
condenatorias.
Según el líder de
los empresarios, “hubo 13 mil denuncias en el primer semestre de 2013” en la
entidad, “de las cuales seis mil fueron por el delito de robo. Eso es lo que
estamos viviendo”, finalizó.
(SEMANARIO
ZETA/ Investigaciones ZETA/ Noviembre 19, 2013 12:00 PM )
No hay comentarios:
Publicar un comentario