Washington— El
gobierno de Enrique Peña Nieto ha decidido su campo de batalla: Petróleos
Mexicanos.
Ahora, funcionarios
priístas investigan un caso en extremo sensible para el panismo: en el sexenio
de Vicente Fox y de Felipe Calderón, la empresa Oceanografía S.A. de C.V., fue
repetidamente favorecida con la asignación de contratos por parte de Petróleos
Mexicanos (Pemex), que con “maniobras marrulleras” le dio a ganar miles de
millones de pesos.
De acuerdo con
documentos y entrevistas realizadas por el corresponsal, el asunto es relevante
porque –desde hace 11 años– en la paraestatal se menciona que detrás de
Oceanografía están inmiscuidos Jorge Alberto y Manuel Bribiesca Sahagún, hijos
de Marta Sahagún, esposa del ex presidente Fox.
Sólo en el periodo
2010-2012, a partir de la asignación de cinco contratos, Pemex favoreció a
Oceanografía con ingresos brutos por 3 mil 250 millones 455 mil 303 pesos,
gracias a la ampliación de convenios cuya legalidad no es clara, según revelan
documentos consultados por Proceso.
Con la llegada de
Enrique Pena Nieto a la Presidencia, en Pemex se inició un “proceso de limpia”
para presuntamente eliminar todo vestigio de corrupción propiciado y permitido
durante los sexenios panistas. Desde el primer día del actual sexenio, el
Gobierno abrió una investigación confidencial en contra de Mario Alberto Ávila
Lizárraga, quien fuera subdirector de Mantenimiento y Logística en la
Coordinación de Servicios Marinos de Pemex Exploración y Producción durante el
calderonismo. Ávila Lizárraga, además, había sido apadrinado por Juan Camilo
Mouriño, mano derecha de Felipe Calderón (Proceso 1932).
Así, el PAN afronta
estas indagatorias semanas después de que condicionara la aprobación de la
reforma energética propuesta por el mandatario a que antes se avale la
político-electoral.
“Se están revisando
a detalle todos los contratos concedidos a Oceanografía”, confirma en
entrevista con Proceso un importante funcionario de Pemex que aceptó platicar
con este semanario bajo estricta condición del anonimato, por tratarse de un
caso que está bajo investigación.
“Hay aspectos que
revelan claramente actos de corrupción por parte de funcionarios de Pemex para
favorecer a esta empresa y en algún momento tendremos que imponer sanciones a
quienes los cometieron. Y lo haremos porque se sabe y se habla que Oceanografía
podría pertenecer a los hermanos Bribiesca Sahagún”, afirma.
En todos los
documentos revisados por Proceso no se encontró ninguno que oficialmente
relacionara a los hermanos Jorge Alberto y Manuel Bribiesca Sahagún con la
empresa Oceanografía S.A. de C.V.
Sin embargo, en mayo
de 2005, el propio Manuel Bribiesca declaró a Miguel Badillo, de Contralínea:
“Te debo decir que sí; mi hermano (Jorge) y mi tío (Guillermo Sahagún Jiménez)
llamaron a Pemex para que le diera un contrato a Oceanografía. Eso sí, siempre
con apego a la legalidad, mediante concurso. Esta empresa está dedicada a
trabajos petroleros; mi hermano y mi tío conocen bien a los dueños. Así que no
tiene nada de malo que soliciten en Pemex que se tome en cuenta a Oceanografía
para ese contrato” por 154 millones de dólares (Proceso 1511).
De hecho, en 2005 y
2006 los diputados federales organizaron tres comisiones para investigar tal
vínculo. Detectaron que Pemex siguió dando contratos a Oceanografía pese a que
le había rescindido dos en 2003 y uno en 2004 por incumplimiento. El ilegal “voto
de confianza” no sirvió para que la compañía se enmendara: en octubre de 2007
la lancha de pasaje Seba’an, de Oceanografía naufragó por su mal estado en la
Sonda de Campeche. Llevaba 176 personas a bordo; una murió y dos desaparecieron
(Proceso 1854 y 1614).
“También se están
analizando los contratos que se le concedieron a Oceanografía durante el
sexenio del presidente Fox”, admite un funcionario de Pemex que también aceptó
hablar bajo anonimato.
Esos años son
cruciales. Fue durante el sexenio del guanajuatense cuando Oceanografía tuvo su
despegue. En abril de 2000 estaba a punto de ser embargada por Hacienda, pero
sólo un año después había logrado aumentar su capital de 1.5 millones de pesos
a 126 millones y medio. Los contratos con Pemex comenzaron a lloverle en 2002 y
en sólo tres años logró 32 (Proceso 1614 y 1617).
La investigación que
hoy se lleva a cabo en Pemex sobre los contratos concedidos a Oceanografía es
muy amplia. En los documentos referidos, y mediante entrevistas con
funcionarios del gobierno de Peña Nieto, Proceso pudo constatar la revisión
minuciosa de otros 22 asignados a la misma compañía durante el periodo de
Calderón.
A través de la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, este
semanario obtuvo la copia de 30 contratos de empresas que prestaron distintos
servicios a Pemex de 2010 a 2012. De éstos, cinco son de Oceanografía. Los
restantes 25 también exhiben incrementos en la asignación original de recursos
por medio de la práctica poco clara de “ampliación de convenios”.
De entre las miles
de fojas recopiladas por Proceso, destacan tres páginas donde se resumen los
excesos cometidos a partir de este esquema, del que se beneficiaron al menos 22
empresas.
Los documentos
titulados “Contratos con Convenios Modificatorios a 100 por Ciento y Asignados
por Pemex Exploración y Perforación (PEP)” muestran que Oceanografía fue la más
favorecida en términos porcentuales y que la empresa Cotemar S.A. de C.V., fue
la más bendecida en términos absolutos: recibió más pesos que nadie gracias a
las modificaciones.
Un ejemplo: En 2010,
Pemex le concedió a Oceanografía el contrato número 428230840 por un monto
original de 250 millones 51 mil 174 pesos. No obstante, de manera casi
inmediata y por la “asignación de tres convenios adicionales”, esta empresa
privada terminó recibiendo, en total, mil 326 millones 583 mil 791 pesos. Esto
significa 430.5% más de lo inicialmente acordado.
En tanto, el
contrato 428230832 concedido a Cotemar fue originalmente por 3 mil 300 millones
406 mil 456 pesos. Con la ampliación de cuatro convenios la empresa obtuvo 4
mil 29 millones 237 mil 446 de pesos más.
“La ampliación o
modificación de convenios en los contratos es en términos reales y prácticos
injustificable”, explica un funcionario de Pemex. “Los contratos que se firman
no hablan de ampliación de convenios ni nada por el estilo, pero tampoco lo
prohíben; es un hueco legal que justamente estamos revisando”, añade.
– ¿Cuál es el
criterio que se aplica para asignar la ampliación de convenios? –se le pregunta
al mismo funcionario de Pemex.
– No existe un
patrón legal para ello –responde–. Es decir, (lo decide) el funcionario en
turno, quien normalmente es el que se encuentra en el lugar específico donde se
utilizarán los servicios de la empresa contratada. En el caso de Oceanografía
es Campeche, por ejemplo; los autoriza sin consultarlo con nadie.
– ¿Esto se pude
interpretar como un acto de corrupción?
– No se puede
interpretar: es un acto de corrupción, porque estamos descubriendo que casi
todos los funcionarios que otorgaron la ampliación de convenios extrañamente
tuvieron aumentos importantes en sus ingresos personales registrados en cuentas
bancarias, compra de inmuebles, autos, joyas y la realización de viajes
nacionales y al extranjero, entre otras cosas.
– ¿Se va a castigar
a los funcionarios corruptos?
– Se van a aplicar
sanciones cuando concluyan las investigaciones.
Las acusaciones
están hechas desde 2006. Ese año, un grupo de trabajadores petroleros presentó
ante la Secretaría de la Función Pública datos que incriminan a funcionarios de
PEP (expediente DE-167/2006) por tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito,
desvío de recursos y violaciones a las leyes de Obra Pública y
Responsabilidades Administrativas de los Funcionarios Públicos, para favorecer
a Oceanografía y otras empresas. Los acusados fueron José Guadalupe de la Garza
Saldívar, ex abogado de Pemex y entonces secretario particular de Felipe
Calderón; Mireya Juanita Miranda Moyar, subgerente del sector Cantarell norte y
sur, y la entonces coordinadora de Programación de Mantenimiento, Martha Alicia
Castañeda Arrieta (Proceso 1618).
En 2010, la empresa
Halliburton de México S de RL de CV obtuvo el contrato 423010804, con una
asignación original de 204 millones 18 mil 996 pesos. Sin embargo, por medio de
cinco convenios adicionales amplió 205.11% el dinero que recibió de PEP; es
decir, otros 418 millones 463 mil 686 pesos.
De entre las 15
empresas favorecidas en 2010 por PEP mediante convenios adicionales se destacan
también QMAX México SA de CV, Compañía Mexicana de Exploraciones SA de CV y
Baker Hughes de México S de RL de CV.
En 2011, PEP asignó
dos contratos a Oceanografía –el 428231823, por 189 millones 482 mil 82 pesos,
y el 428231828, por 302 millones 683 mil 872 pesos–. Cada uno fue modificado
una vez: el primero creció 495.93% y, el segundo, 138.34%, lo que en dinero
significó 939 millones 702 mil 951 pesos y 418 millones 726 mil 765 pesos,
respectivamente.
En 2011, la empresa
ADT Petroservicios SA de CV también obtuvo un “pequeño” contrato y una enorme
ampliación: un acuerdo por 21 millones 514 mil 646 pesos creció hasta los 423
millones de pesos. Aumentó más de 2 mil por ciento.
Para 2012 –el último
año del sexenio de Calderón– Oceanografía logró convenios adicionales, pero a
diferencia de otros años éstos no duplicaron la cifra original de los
contratos, según se observa en los documentos de Pemex.
Los acuerdos
428232808 y 428232816 –por 309 millones 362 mil 439 pesos, y 288 millones 73
mil 274 pesos, respectivamente– merecieron dos ampliaciones, que le
significaron ingresos adicionales por 297 millones 688 mil 291 pesos, y 267 mil
753 mil 305 millones de pesos.
En suma, los 30
contratos revisados por Proceso muestran que en 2010 PEP otorgó mil 67 millones
de pesos en convenios adicionales a 14 empresas. Para el 2011 la paraestatal
mexicana asignó 5 mil 850 millones 548 mil 887 pesos en convenios extra que
favorecieron a seis empresas, y en el último año de la Presidencia de Calderón,
PEP erogó mil 258 millones 125 mil 987 pesos de más a cinco empresas.
“Lo que descubrimos
respecto de la ampliación de convenios para ciertas empresas como Oceanografía
no puede ser calificado de otra manera más que como chingaderas. Lo que se hizo
es un ejemplo muy claro de la corrupción que privó y existe en muchos de los
sectores de Pemex y que, aunque no lo crean, se va a hacer todo lo necesario
por combatir y eliminar”, subraya uno de los funcionarios entrevistados.
(J. Jesús
Esquivel/Proceso)
(MILENIO/Proceso
| 2013-11-24 | 21:41)
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