Entre
llantos y sollozos, Verania Elizabeth recibió el último adiós de sus
compañeros de escuela y sus familiares. Sin entender lo que había
pasado, sus amigos de clases lloraban y se abrazaban entre ellos.
Verania
regresó a su escuela donde cursaba el segundo año de secundaria. Su
cuerpo reposaba en un ataúd blanco. Cargado por sus familiares, llegó a
la Escuela Secundaria General #3 alrededor de las 9:00 horas de ayer,
donde sus amigos y familia la vieron por última vez.
El cómo se dieron los hechos y al haber sido una niña amistosa, noble y luchadora, Verania Elizabeth Ramírez Jiménez
logró unir a toda su familia, vecinos de la colonia y alumnos de la
escuela que incrédulos de lo que había sucedido, le lloraban sin todavía
entender la situación.
Entre
globos blancos y flores, fue recordada por sus amigos durante el
homenaje que le hicieron en la cancha cívica de la secundaria Alfredo E.
Uruchurtu, donde uno a uno se acercaron al féretro para ver por última
vez el rostro de su amiga.
Verania
era una niña muy amigable, estudiosa, aplicada y con las mejores
calificaciones, qué decir de su comportamiento, manifestaba el director
del plantel, Herculano Rodríguez mientras recordaba a la menor.
Palabras
de aliento y de apoyo para la familia, no se hicieron esperar por parte
de la directiva, docentes y compañeros de la niña, para luego de varios
minutos, los alumnos lanzaran al cielo decenas de globos blancos en
memoria de Verania.
EL DOLOR MÁS GRANDE
Elizabeth
no puede entender lo que pasó. Sin dejar de llorar, imploraba por su
hija de 13 años, quien le fue arrebatada de una manera injusta, el dolor
y vacío que Verania dejó en su madre, será insustituible.
En todo
momento acompañó el cuerpo de su pequeña, que por unos momentos estuvo
en la escuela donde cursaba el segundo año de secundaria y donde era
querida por todos. La escuela se vistió de un escenario triste,
dramático.
El cuerpo
de Verania estuvo alrededor de media hora en el plantel. Su cuerpo
postrado en el féretro volvió a ser cargado por sus familiares para ser
trasladado a la iglesia donde recibiría misa de cuerpo presente.
La
carroza salió de la escuela, por la calle Lampazos los alumnos caminaban
detrás del vehículo. El llanto continuaba. Sus compañeros y madres de
familia cantaban con voz entre cortada para Verania.
Elizabeth
y sus tres hijos no se alejaron por un momento del ataúd de la niña. Su
cuerpo recibió misa de cuerpo presente en la iglesia de la colonia San
Luis.
El
párroco, Gilberto Ledesma ofició la misa, donde en todo momento ofreció
palabras de aliento a la mamá de Verania, pues reconoció que el dolor de
una madre es el penar más grande que existe sobre la tierra.
Así,
entre el dolor de su mamá, hermanos, amigos, familia, vecinos y sociedad
en general, se dio el último adiós a Verania Elizabeth.
(DIARIO DEL YAQUI/ Claudia Gil Medel/ Viernes, 25 Octubre 2013 23:18)
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