Los detenidos tras el crimen ocurrido el 24 de enero en San José del Cabo,
iban saliendo del Centro de Operaciones Estratégicas de la Procuraduría cuando
fueron capturados por efectivos del Ejército Mexicano.
Investigaciones ZETA
Cabo San Lucas, Baja California Sur.- Los tres detenidos por
estar implicados en la ejecución del narcomenudista José Luis Oceguera “El
Chilango”, asesinados el 24 de enero en un paraje de la colonia El Zacatal de
San José del Cabo, iban saliendo del Centro de Operaciones Estratégicas de la
Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) cuando fueron capturados por
efectivos del Ejército Mexicano.
Los criminales, de nombre Ángel Rivero López “El Tigre” o “El
Chino”, y Martín Guadalupe Ceseña Ceseña “El Martincillo”, habían terminado de
pagar 30 mil pesos para que elementos de la PGJE dejaran en libertad a José
Antonio López o Joseph Antony López “El Tony” o “El Gringo”, después de que el
26 de enero fuera sorprendido circunstancialmente en posesión de 35 envoltorios
de crystal, 44 de cocaína y dos cigarros de marihuana, en el marco de
un operativo en contra del narcotráfico y la delincuencia organizada.
Las tres células del cártel de los hermanos Beltrán Leyva habían
arreglado vía telefónica la liberación de quien terminó por aceptar ser el
responsable de ejecutar materialmente de un balazo en la cabeza, a uno de los
vendedores de droga del jefe de la plaza de San José del Cabo: Javier López
Rivera, Javier Acosta López y Javier Munguía “El Javier” o “El Javy”.
Hoy se sabe que los comandantes de la Policía Ministerial del
Estado de Homicidios y de Robos, Enrique Willars Ramírez y Fernando Rojas Pérez,
ya estaban avisados de que los adversarios de “El Javier” o “El Javy” iban a
levantar y ejecutar a “El Chilango”, como un primer paso que terminaría con la
eliminación del principal operador del Cártel de Sinaloa en San José del
Cabo.
Datos entregados a ZETA exponen que un par de
días antes, los tres detenidos se habrían reunido con criminales procedentes de
los estados de Sinaloa y Tamaulipas, encabezados por Fausto Isidro Meza Flores
“El Chapo Isidro”, quienes -según informes de inteligencia del Grupo de
Coordinación de Seguridad- habían acordado dejar como el nuevo jefe de la plaza
de San José del Cabo a Ángel Rivero López “El Tigre” o “El Chino”, después de
que exterminaran a “El Javier”.
Sin embargo, el plan se vino abajo cuando el comandante de
Homicidios, Enrique Willars Ramírez, traicionó a las células del Cártel Beltrán
Leyva, y tras la presión de los integrantes del Cártel de Sinaloa, terminó por
entregar a los tres delincuentes que iban saliendo del Centro de Operaciones
Estratégicas de la PGJE.
La tarde anterior a la ejecución de “El Chilango” -23 de enero-,
Martín Guadalupe Ceseña Ceseña “El Martincillo” experimentó el grado de
peligrosidad del “Chapo Isidro”, cuando compró la cartulina en la que dejarían
el mensaje en contra de “El Javier” y “El Víctor”, actuales jefes de la plaza de
San José del Cabo y Cabo San Lucas, respectivamente.
Y es que según las propias relevaciones de uno de los detenidos,
“El Martincillo” había adquirido una cartulina color rosa, lo que molestó al
brazo armado de “El H”, quien hincó y apuntó en la cabeza al delincuente,
pensando que se estaba burlando o estaba tomando a broma lo del mensaje del
cartel, y hasta le dijo: “Dime cómo quieres morir, pendejo, parado o
hincado”.
La madrugada en que levantaron a José Luis Oceguera, los
delincuentes obtuvieron información importante sobre la estructura criminal de
“El Javier”, la cual fue entregada a los enviados de Héctor Beltrán Leyva; ya
después lo llevaron a la huerta y lo hincaron, bajándose “El Tony” o “El Gringo”
de la unidad, arma en mano, apuntando y pegándole un tiro en la cabeza;
posteriormente le colocaron el narcomensaje y huyeron del lugar.
Luego de la ejecución, los asesinos se concentraron en la casa de
“El Tigre o “El Chino”, localizada en las calles Solidaridad y Fernando Burgoin
de la colonia El Zacatal, donde se repartió una fuerte cantidad de dinero por el
crimen de “El Chilango”.
La hipótesis de una posible traición por parte del comandante de
la Policía Ministerial del Estado, Enrique Willars Ramírez en contra del Cártel
Beltrán Leyva, se confirmó -según datos de inteligencia del Grupo de
Coordinación de Seguridad- cuando tres de los cinco presuntos implicados en el
levantón y ejecución de la célula de “El Javier” fueron detenidos tras
seis días de no haber sido molestados, a sabiendas de que el jefe policiaco de
homicidio, ya sabía quiénes habían participado.
De acuerdo a la confesión de los propios delincuentes a sus
captores, el comandante Willars era uno de los dos que sabían sobre los autores
del crimen, y sobre todo, que estarían recogiendo a “El Tony” o “El Gringo” el
martes 31 de enero en el Centro de Operaciones Estratégicas. Nadie más
sabía.
Los matones
Un dato por demás curioso es que cuatro de los cinco responsables
en el levantón y crimen de José Luis Oceguera “El Chilango”, son originarios de
San José del Cabo; sólo uno es extranjero, originario de San Diego,
California.
Lo anterior indica que algunos nativos ya se han estado implicado
con el crimen organizado, y hoy por hoy, trabajan y operan para el Cártel de los
Hermanos Beltrán Leyva.
De los que no se sabía nada al cierre de esta edición, era del
grupo de matones de Fausto Isidro Meza Flores “El Chapo Isidro”, quienes
llegaron de Sinaloa y Tamaulipas, y a los que responsabilizan de haber lanzado
una amenaza en contra de los agentes de la Policía Ministerial del Estado, hecho
que ocurrió el 1 de febrero.
La llamada que está grabada fue tomada por una radio operadora
que, todavía nerviosa, relató a sus compañeros el mensaje de los delincuentes, y
que recordó más o menos así: “Dile a todos los policías ministeriales que se
cuiden, porque vamos empezar y levantar cabrones y no se la van acabar”.
La advertencia sobrevino después de la captura de Ángel Rivero
López “El Tigre” o “El Chino” y sus dos compinches, quienes tuvieron que ser
resguardados por efectivos del Ejército Mexicano y de la Secretaría de Marina
cuando rendían su declaración preparatoria en el Agencia del Ministerio Púbico
del Fuero Común de la PGJE de Cabo San Lucas, tras ser capturados y
responsabilizados penalmente.
Uno de los tres detenidos por la ejecución de “El Chilango”,
asesinado de un tiro en la cabeza el 24 de enero en un paraje de la colonia El
Zacatal, ya tenía antecedentes penales desde 2008. Se trata del criminal de
nombre Martín Guadalupe Ceseña Ceseña “El Martincillo”, quien había participado
en el robo de una casa habitación el 18 de diciembre de 2008 en San José del
Cabo, donde junto con otros dos cómplices, logró llevarse un soplete, dos
escaleras de aluminio, una televisión, tres teléfonos, un taladro, cinco pinzas
mecánicas y tres pinzas de corte.
Originario de San José Viejo, era un ratero común y corriente que
después fue reclutado por el Cártel de Los Hermanos Beltrán Leyva y convertido
en uno de los matones que levantaron y ejecutaron a una de las células del jefe
de la plaza de San José del Cabo, “El Javier” o “El Javy”, operador del Cártel
de Sinaloa.
Datos entregados a Investigaciones ZETA refieren
que el delincuente había iniciado su carrera delictiva de la mano de Juan Manuel
Salazar Pineda “El Caballón” en delitos del fuero común, mismo que, a la vuelta
de los años, comenzó a trabajar por recomendación del delincuente originario de
Mazatlán, Sinaloa, para el líder de la plaza de Cabo San Lucas, Eleazar García
Gómez “El Belén”, asesinado el 4 de agosto de 2011 cuando estaba a punto de ser
uno de los principales operadores del que ya era considerado jefe de la plaza de
San José del Cabo, “El Tigre” o “El Chino”.
El día en que “El Martincillo”, de 29 años, fue detenido, traía en
el interior de su vehículo marca Isuzu, una pistola tipo escuadra KSI
POMONA CA, modelo 213 9X1, calibre .9 milímetros, color cromada y con cachas de
plástico en color negro.
Los otros dos detenidos son: José Antonio López “El Tony” o “El
Gringo”, de 43 años y residente de la colonia San Bernabé de San José del Cabo;
en tanto Ángel Rivero López “El Tigre” o “El Chino”, de 49, vivía en San José
Viejo.
El agente del Ministerio Público del Fuero Común Investigador
Especializado en Homicidio Doloso, Zona Sur de la PGJE, ordenó 30 días de
arraigo para los tres detenidos, acción ratificada por un juez penal de Los
Cabos, mientras se continúa con las investigaciones del caso.
Los otros dos implicados en el crimen de “El Chilango” son
identificados con los apodos de “El Caballo” y “El Coreano”, este último
familiar del fallecido Abraham González “El Vany”, ex jefe de la plaza de San
José del Cabo que, según testigos, fue ejecutado por “El Javier”.
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