Los cuerpos fueron sepultados en el área de las canchas
deportivas del inmueble de la FEG.
El Occidental/ Rodolfo Chávez Calderón
Tres de los cinco hombres
asesinados en el interior del edificio de la Federación de Estudiantes de
Guadalajara (FEG), aún estaban vivos cuando los arrojaron a las fosas
clandestinas que, para sepultarlos, fueron abiertas en las canchas deportivas
por orden de David Castorena, presidente electo del organismo estudiantil y del
supuesto autor material del crimen, Jorge Gerardo Gómez Flores, alias "Don
George" o "El Tatuado".
De acuerdo con la declaración rendida por
mozalbetes que participaron en la excavación de las fosas, "todavía hacían
ruido", cuando les echaron cal encima, para impedir que avanzara el estado de
descomposición y que los malos olores terminaran por delatar el sitio donde
estaban enterrados.
En sus investigaciones la Procuraduría de Justicia
pretende aclarar la participación del ex presidente de la FEG Israel Mariscal,
así como del señalado por los involucrados como "el jefe del actual presidente
David Castorena", que viene a ser uno de los líderes morales de la FEG,
precisamente "Mayo" Ramírez.
Era la tarde del 9 de diciembre del año
pasado, a eso de las 12:30 de la tarde, cuando uno de los testigos llegó al
edificio "Hermenegildo Romo", de la calle Carlos Pereyra número 100. Este joven
declaró a la Procuraduría de Justicia que habiendo sido presidente de una
escuela secundaria, el anterior presidente de la FEG, Israel Mariscal, lo nombró
coordinador de Secundarias. El caso es que al igual que muchos otros muchachos
que "hacían lo que fuera para que la FEG saliera adelante", se pasaba horas y
horas cada día dentro del inmueble en espera de recibir órdenes de David
Castorena, quien siempre se desempeñó como su jefe.
EL HECHO
Ese
mediodía "cuando iba a la oficina, vio en la rampa a 'Don George', al que
acompañaban un señor y cuatro chavos". No dio importancia al hecho, puesto que
en esas oficinas se atiende normalmente a toda clase de personas, por lo que es
normal que "entre gente ahí".
"Platicaba con Maricruz, la secretaria de
David Castorena, cuando escuché gritos 'no, noo' y enseguida varios disparos,
que pudieron ser desde dos hasta cinco, por lo que salí hacia el pasillo que
conduce a la Presidencia de la FEG y vi que 'Don George' tenía una pistola en la
mano y se la estaba poniendo en la cintura. Se me acercó entonces David
Castorena y muy alterado me dijo 'rápido c... ayuda a cerrar las ventanas y
puertas del edificio, ve a sacar a la gente que esté dentro". Mientras, otros
subalternos hacían lo propio, entre ellos reconoció a "El Panda", "El Tibu",
"Paloma", "El Mario" y otros.
Fue entonces cuando David Castorena lo
envió a que buscara en las canchas deportivas de la parte de atrás del edificio,
la zona propicia para escarbar un pozo profundo y que se llevara con él a los
mencionados y a otro apodado "El Cihua", a quienes se les unieron después "El
Costel", "El Gordo", "El Pelón" y "El Gronda", entre otros, para auxiliar en la
excavación.
En un momento dado "El Pollo", "El Costel" y "El Gordo", por
órdenes de David Castorena, se encargaron de subir a los carros que eran
propiedad de las víctimas y llevarlos por el rumbo de la colonia El Vigía, en
Zapopan, donde los abandonaron.
Hasta ese momento nuestro testigo
desconocía a ciencia cierta lo sucedido, aunque por lo que escuchó, seguramente
era algo "gordo". Sería "Pedrito", otro estudiante, quien habría de relatarle
que "George", o sea "El Tatuado", "se había pasado y mató a dos ca... (hasta
aquí solamente habían muerto padre e hijo, Armando Gómez Gallardo y Francisco
Ismael Gómez Saucedo).
QUERÍAN NEGOCIAR
Ellos habían llegado a la
FEG con la intención de negociar por las presiones y amenazas que "El Tatuado",
conocido también como "Don George", hacía sobre ellos por cuestiones del cobro
de cuotas a comerciantes en el exterior de planteles educativos. Los acompañaban
los estudiantes de la Preparatoria Número 8: Juan Pablo Valentín Guerrero,
Gabriel Morán Cervantes y Francisco Javier Carrillo García.
Cuando se
encontraban en la oficina de David Castorena, en presencia de éste, "Don George"
discutió con ellos. Todos se alteraron y supuestamente "George" sacó un arma y
disparó, aunque no ha quedado claro si fue David Castorena quien accionó el arma
y luego se la dio a su cómplice.
El mismo "Don George" ordenaría a otro
de los testigos, inmediatamente después de los disparos, que "no dejes ir a esos
c... mételos ahí a la oficina de David". Y así lo hicieron, los tres muchachos
fueron encerrados, por la fuerza, y atados de pies y manos dentro de la oficina
de la Presidencia de la FEG; otrora un sitio destinado a la gestión para
resolver problemas de estudiantes, ahora se convirtió en prisión y
cadalso.
CAVARON LA TUMBA
"El Tibu" y "El Panda" recibieron la
orden de "Don George", de suspender la excavación para ir a la oficina del
presidente de la FEG, donde se encontraron con los cuerpos de dos hombres que
estaban boca abajo sobre la alfombra, con sangre en la cabeza. "Don George" les
ordenó subirlos en una carretilla de albañil, para conducirlos hasta el sitio
donde acababan de escarbar y así lo hicieron.
Para entonces "El Tikio",
propietario de una ferretería en la colonia El Vigía, había llevado sacos con
cal, para echarlos sobre los cuerpos.
Así fue como "El Gronda", "El
George", "El Godoy", "El Panda", "El Tibu" y "Paloma", se encargaron de colocar
el primero de los cuerpos en la improvisada fosa; luego lo cubrieron con cal y
encima pusieron el otro cuerpo que también sepultaron con cal antes de comenzar
a echar la tierra encima. En el trayecto, por idea de "Paloma", dos de los
muchachos cubrieron la carretilla con una cobija, para evitar que los vieran
desde las casas vecinas.
SEPULTURA CLANDESTINA
Transcurrieron
muchas horas, ya que fue a eso de las ocho de la noche cuando las tres víctimas
que permanecían secuestradas en la oficina "presidencial" de la FEG, ellos de
nombres Juan Pablo Valentín Guerrero, Gabriel Morán Cervantes y Francisco Javier
Carrillo García.
Primero dos de ellos fueron llevados hasta el borde de la que
sería su tumba, donde: "al llegar al hoyo los hincaron, y los morros decían 'no
nos hagan nada, no, por favor, ya no vamos a hacer nada, aguanten, por favor'...
'Don George' les decía que ya se iban a ir, pero a ch... a su m... y es cuando
entre 'El Pelón' (yerno de 'Don George'), quien traía un cuchillo grande,
comenzaron a darles de piquetes a los batos y les darían varios y después de
esto los dejaron caer en el hoyo y de ahí 'Don George' se encaminó hasta una de
las ventanas y le gritó a 'El Cihua' que 'tráete al otro'. 'El Pelón' se ofreció
a ir a ayudar, para asegurarse de que el tercer estudiante no se fuera a dar a
la fuga.
"Igual que a las otras dos víctimas, 'Don George' le ordenó al
muchacho que se hincara y enseguida le dio de cuchilladas, 'El Pelón' le quitó
el cuchillo para no quedarse atrás y también le dio varios piquetes, hasta que
cayó a la fosa.
"Enseguida recibieron todos la orden de echar cal sobre
los cuerpos, pero cuando comenzaron a cubrirlos con el polvo, se escucharon
ruidos y uno de ellos tosió y se movió, por lo que 'Don George' sacó la pistola
que llevaba a la cintura e hizo con ella varios disparos hacia los cuerpos",
según coinciden en su relato los testigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario