Los señalamientos de esa naturaleza contra la Iglesia
Católica son habituales, y en este caso se usa información parcializada de
reportajes periodísticos, dice el director de prensa
El
Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, desmintió
categóricamente las graves acusaciones presentadas por un programa de televisión
y diversos medios escritos sobre un supuesto caso de corrupción en el manejo
económico en el Vaticano.
ACI
Prensa presenta una traducción no oficial (del italiano) de la nota dada a
conocer por el P. Lombardi este jueves 26 de enero, en la que explica los hechos
relacionados al Arzobispo Claudio Maria Vigano, actual Nuncio Apostólico en
Estados Unidos y exsecretario de la Gobernación del Estado
Vaticano.
"El
programa televisivo 'Los intocables' transmitido ayer en la noche, acompañado
del habitual entorno de artículos y comentarios puede ser objeto de múltiples
consideraciones, comenzando por cuestionar el método y los expedientes
periodísticos con los que ha sido realizado, para continuar con la amargura de
difundir documentos reservados.
Pero no es de eso que queremos hablar ahora, dado que hoy en día lo
señalado es demasiado habitual, ya sea como método general o como estilo de
información parcializada en relación al Vaticano y la Iglesia Católica.
Proponemos por ello dos simples consideraciones que no han tenido espacio en el
debate.
La
primera: la actividad desarrollada por Mons. Viganó como Secretario General de
la Gobernación ciertamente ha tenido muchos aspectos positivos, contribuyendo a
una gestión caracterizada por la búsqueda del rigor administrativo, el ahorro y
la rectificación de una difícil situación económica general.
Estos resultados obtenidos durante la presidencia del Cardenal
(Giovanni) Lajolo, son claros y nadie los niega. Una valoración más adecuada
requeriría sin embargo tener en cuenta la marcha de los mercados y los criterios
de inversión en los últimos años, recordar además otras circunstancias
importantes como los resultados notabilísimos de la actividad de los Museos
Vaticanos, con un crecido flujo de público y horarios de apertura más amplios,
recordar además las finalidades no puramente económicas sino de apoyo a la
misión de la Iglesia universal de parte del Estado de la Ciudad del Vaticano que
son motivo de gastos considerables, y así sucesivamente.
Además, algunas acusaciones –incluso muy graves– hechas en el
transcurso del programa, en particular las relacionadas a los miembros del
Comité de Finanza y Gestión de la Gobernación y de la Secretaría de Estado de Su
Santidad, hacen que la misma Secretaría de Estado y la Gobernación recurran a
todas las vías oportunas, si es necesario legales, para garantizar la
honorabilidad de personas moralmente íntegras y de reconocida profesionalidad,
que sirven lealmente a la Iglesia, al Papa y al bien común.
En
cualquier caso, los criterios positivos y claros de correcta y sana
administración y de transparencia en los que se ha inspirado Mons. Viganó
ciertamente siguen siendo los que guían también a los actuales responsables de
la Gobernación, en su probada competencia y rectitud.
Y
esto es coherente con la línea de siempre mayor transparencia y confiabilidad y
de atento control sobre las actividades en las que la Santa Sede está claramente
empeñada, pese a las dificultades, como demuestran también las adhesiones a las
convenciones internacionales sobre las que se da noticia –por casual
coincidencia– hoy mismo.
En
resumen, la sucesión en la guía de la Gobernación no intenta ser, ciertamente,
un paso hacia atrás respecto a la transparencia y el rigor, sino un paso más
hacia adelante.
La
segunda. Las discusiones y las tensiones, las comprensibles diferencias de
opinión y posiciones, son colocadas para una valoración de un juicio superior
justamente porque así se está en capacidad de ver los temas desde una
perspectiva más amplia y con criterios más completos.
Un
procedimiento de discernimiento difícil sobre los distintos aspectos del
ejercicio del gobierno de una institución compleja y articulada como la
Gobernación –que no se limita a los del justo rigor administrativo– ha sido
presentado de modo parcial y banal, exaltando evidentemente los aspectos
negativos con el fácil resultado de presentar las estructuras de gobierno de la
Iglesia no tanto como tocadas por la fragilidad humana –lo que sería fácilmente
comprensible– sino como caracterizadas por profundas disputas, divisiones o
luchas de intereses.
Sobre esto decimos sin temor que se ha ido y con frecuencia se va más
allá de la realidad, que la situación general de la Gobernación no es tan
negativa como se ha querido hacer creer, que tanta desinformación no puede
ciertamente ocultar el trabajo sereno y cotidiano en vista de una siempre mayor
transparencia de todas las instituciones vaticanas, y finalmente que no es
necesario olvidar que el gobierno de la Iglesia tiene su vértice en un Pontífice
juicio profundo y prudente cuya honestidad por encima de toda sospecha garantiza
la serenidad y confianza que justamente se espera de quienes operan al servicio
de la Iglesia y de todos los fieles.
En esta
perspectiva, se reafirma decididamente que confiarle la tarea de Nuncio en los
Estados Unidos a Mons. Vigano, una de las tareas más importantes de toda la
diplomacia vaticana, dada la importancia del país y de la Iglesia Católica en
los Estados Unidos, es prueba de la indudable estima y confianza de parte del
Papa".
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jueves, 26 de enero de 2012
RECHAZA LOMBARDI ACUSACIONES DE CORRUPCIÓN CONTRA EX SECRETARIO DE ESTADO VATICANO
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