Las víctimas han pagado de 20 a 80 mil pesos a delincuentes que ni siquiera
se encuentran en el estado. Según investigaciones de la PGJE las llamadas
provienen de entidades como Durango, Querétaro y Tamaulipas.
“Yo creo que es
momento de que este tema se toque en el seno de la familia, porque a cualquiera
le puede pasar”, advierte el procurador Gamill Arreola.
INVESTIGACIONES ZETA
Sobre todo en las primeras semanas de enero la tranquilidad de las familias
de Baja California Sur fue alterada por una serie de llamadas telefónicas de
presuntos delincuentes que se ostentan como células e integrantes del “Cártel de
Los Zetas”.
Los delincuentes han llamado a teléfonos celulares y convencionales de casas
y negocios de empresarios, profesionistas y hasta de servidores públicos, a
quienes dicen tener en la mira, y si no pagan o depositan ciertas cantidades de
dinero en el banco o envían a otros estados, les advierten que podrían ser
víctimas de un levantón, secuestro y hasta muerte.
Acostumbrados a un entorno pacífico y sugestionados por la ola delictiva en
otras partes de México, algunas personas que últimamente han recibido este tipo
de llamadas han terminado por ceder y enviar remesas de dinero que van de 20,
30, 50 y hasta 80 mil pesos.
Hoy se sabe que la mayoría de las víctimas han entrado en pánico, sobre todo
cuando se les dice que sus seres queridos serán torturados y asesinados de no
recibir el botín.
El caso ha llegado a tal extremo que se han registrado 3
incidentes en los que las víctimas han tenido que empeñar bienes inmuebles y
muebles para cubrir las cuotas que son requeridas por lo maleantes.
Estos hechos quedaron registrados como parte de las investigaciones que ha
seguido sigilosamente la Procuraduría General de Justicia del Estado de Baja
California Sur y donde al revisar la situación, terminaron por comprobar que se
trata de una serie de extorsiones realizadas por “Falsos Zetas”.
Y es que –según agentes investigadores— el modus operandi de los presuntos
delincuentes es el mismo que utilizan reos de penales que operan vía telefónica
y emplean a familiares y amigos con nombres falsos para recoger el dinero,
producto de este ilícito.
La operación
A decir de los agentes investigadores las tácticas y estrategias de los
delincuentes son más que conocidas; los supuestos integrantes del “Cártel de Los
Zetas” preferentemente contactan a hijos, sobrinos y hasta nietos de las
víctimas, a quienes amagan y amenazan de muerte.
A continuación un extracto de una conversación que ZETA
logró obtener sobre un caso registrado el 6 de enero en Cabo San Lucas, donde se
usó a una adolecente de 15 años para lograr un botín de 20 mil pesos en agravio
de su madre.
- Buenos días…
- ¿Sí?, dígame. ¿Quién habla?
- Señora, tenemos secuestrada a su hija y ocupamos que pague el rescate.
Desde ahorita le digo que desista de cualquier intento de llamar a la policía,
porque la matamos. ¿Correcto?
- Sí.
- Escuche bien lo que le voy a decir y no se me despegue del teléfono y nadie
le va hacer daño. Sabemos dónde vive y quién es su familia, y si le estamos
haciendo esta llamada, es porque tenemos a su hija en nuestras manos.
Necesitamos que nos pague 300 mil pesos y no nos diga que no, porque la tenemos
vigilada desde una casa de seguridad que tenemos delante de su casa, y si usted
no quiere que mis hombres maten a su hija y después ingresen a su casa y maten a
cuanta persona esté ahí adentro, tienen que cooperar. ¿Correcto? La única manera
de que liberemos a su hija es que nos pague y sea inteligente y dígame a qué
hora nos puede pagar el dinero y liberamos a su hija.
- Yo la verdad, yo no tengo dinero.
- Si no tiene dinero, lo único que va a pasar es que vamos a matar gratis a
su hija y también vamos a ir por toda su gente a su casa y los vamos a mandar a
la tumba a todos juntos. Dígame, ¿a qué hora paga señora? Agradezca que yo soy
comprensivo y me atreví hacer esta llamada para salvarle el pellejo a su hija.
Dígame pues…
- Yo, la verdad soy sincera, ahorita no tengo absolutamente nada.
- Mire, si no paga vamos a matar a su hija y vamos a ir a su casa, porque
aquí la tenemos casi enfrente, y vamos a entrar y vamos a matar a cuanta persona
esté adentro, no importa si hay bebés, niños o ancianos, ¿correcto?, y nos vale
madre, porque, simplemente, somos “Los Zetas”. Así es que sea inteligente,
señora, como lo ha hecho hasta ahorita, mientras usted no cuelgue hay
posibilidades de llegar a un buen arreglo. Si usted no quiere que le hagamos
nada a su hija y para yo ordenarles a mis hombres que se retiren de la casa de
seguridad, dígame cómo va a pagarme el dinero. Y si no tiene todo dígame cuánto
tiene y nos arreglamos.
- Yo le soy sincera, ahorita nomás tengo 20 mil.
- ¿20 mil? Cómo 20 mil señora, búsquele y búsquele bien hasta por debajo de
las piedras, y para que vea que queremos negociar, deme nomás 200 mil. ¿A qué
hora paga?
- 200 mil pesos, lo que pasa es que ahorita no los tengo y la verdad no creo
que los pueda juntar…
- Bueno, señora dígame cuánto tiene.
- Pues ya le dije. tengo 20 mil.
- ¿Es todo lo que tiene en efectivo?
- Sí
- ¿Y qué tiene para empeñar?
- Nada, la verdad, tengo una televisora y un refrigerador, no tengo más.
- ¿Alguna prenda de oro que tenga?
- No usamos oro nosotros.
- Fíjese bien señora, hasta ahorita ha sido inteligente, porque no me ha
colgado el teléfono. Le voy agarrar los 20 y le mando a su hija de regreso y
agradezca que me estoy tocando con el corazón porque basta una orden mía para
matarla. De modo que apunte los datos que le voy a dar y me deposita el dinero
en este mismo momento en Elektra o en Coppel a nombre de Francisco Vargas López.
Si en menos de media hora no tengo el dinero su hija se muere. ¿Correcto?
- Sí, señor.
- Ándele pues y cuidado con avisar a las autoridades porque no vuelve a saber
de ella.
Sobre este caso, los investigadores revelaron que el extorsionador sólo llamó
al teléfono de la menor, le dio la orden de que entrara a la sala de espera de
un hospital y que no contestara ninguna llamada, porque estaba siendo vigilada
por un integrante de “Los Zetas”.
La situación fue aprovechada entonces por el delincuente que en 2 horas logró
su cometido. Al cobrar el dinero, le marcó a la menor y le dijo que ya podía
volver a casa.
Descartan presencia de Los Zetas
Respecto al caso, el titular de la Procuraduría General de Justicia del
Estado, Gamill Arreola Leal, descartó de entrada la presencia de células o
integrantes del llamado “Cártel de Los Zetas” en Baja California Sur, porque las
investigaciones que hasta hoy se han elaborado, indican que se trata de personas
que únicamente están utilizando el nombre de esa organización delictiva, y
quienes muchas de las veces, son reos de penales que están fuera del estado.
El funcionario dijo que el año pasado se registraron 50 casos de este tipo,
acentuándose más en septiembre y diciembre y en lo que va de enero de 2012.
Durante una entrevista, dijo que las llamadas de “Falsos Zetas” han ido en
incremento y las principales víctimas de este delito son empresarios y hasta
servidores públicos, quienes por desconocer el tema, caen en un estado de pánico
y alarma.
“Yo creo que es momento de que este tema se toque en el seno de la familia,
porque a cualquiera le puede pasar, y es donde la mayoría de los casos sale la
información que obtienen los delincuentes, cuando primeramente llaman
amablemente para ofrecer un producto o servicio y hasta de supuestas casas
encuestadoras y solicitan información a los integrantes de la familia, quienes
sin malicia la otorgan”, explicó y agregó:
“las redes sociales como el Facebook,
son sitios potencialmente utilizados por los delincuentes, quienes colocan en
sus portales fotos de muchachas guapas y atractivas o de hombres bien parecidos,
y donde en la mayoría de los casos son delincuentes que estudian y revisan a
cada una de sus víctimas, a ver quiénes tienen la capacidad de pago de una
extorsión o chantaje”.
El Procurador comentó que una vez que los delincuentes estudian a sus
víctimas y se enteran de sus nombres, quiénes son los integrantes de la familia,
qué actividades desarrollan y hasta cómo son sus casas, entonces “llaman en
tonos agresivos con lenguaje soez, vulgares y amenazantes y se ostentan como
miembros del Cártel de Los Zetas para intimidar, causar el shock y descontrol de
las víctimas que caigan en pánico a tal grado que terminen por pagar la
extorsión que exigen”.
Gamill Arreola comentó que todo es una estafa y un chantaje, porque en
realidad ninguno de los casos que se han registrado hasta hoy tiene que ver con
la delincuencia organizada, porque según los telefonemas que han seguido e
investigado provienen de lugares fuera del estado, como Querétaro, Tamaulipas y
Durango.
Finalmente dijo que los cabezas de negocio y de familia, prácticamente están
obligados a enterar a empleados y consanguíneos de lo que está sucediendo para
que eviten contestar llamadas telefónicas provenientes de números
desconocidos.
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