Cárteles del narcotráfico pastorean a
más de 30 grupos de huachicoleros locales e interestatales en Veracruz, Nuevo
León, Puebla, Hidalgo, Estado de México, Guanajuato y Jalisco. Ejército y
Marina incrementan el número de efectivos para vigilar once ductos y evitar así
el robo de hidrocarburos. Anuncios espectaculares con la leyenda “El robo de
gasolina tiene que terminar” y la imagen del General Lázaro Cárdenas, son
instalados en diversas ciudades del país
En México existen por lo
menos 30 bandas de ladrones de hidrocarburos y lavadores de dinero derivadas de
ese ilícito, algunas bajo la sombra de cárteles del crimen organizado, cuyo
combate mantiene ocupadas a las autoridades y sin combustible a los mexicanos.
Durante 2018 fueron responsables del saqueo a través de 12 mil 581 tomas
clandestinas.
Debido a que los llamados
grupos de huachicoleros han infiltrado a Petróleos Mexicanos (Pemex) y al
sistema financiero nacional, su erradicación se ha complicado y el Gobierno de
México basa su estrategia, primero, en el cierre de ductos de energéticos; y
segundo, en la investigación hacia el interior de la paraestatal y algunos de
los empresarios gasolineros coludidos con maleantes.
Dado su poderío, los cárteles
de la droga vieron la posibilidad de controlar a las bandas que desde hace
varias décadas se dedicaban a la ordeña de los once poliductos que distribuyen
gasolinas, diésel y turbosina a todo el país. Más que robarles el mercado, en
algunos estados les cobran “derecho de piso” y les exigen parte de las
ganancias de la venta ilícita.
Mientras la Procuraduría
General de la República (PGR) acopia información, revive indagatorias truncas
del pasado e integra nuevas carpetas de investigación, la Unidad de
Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP)
investiga a los “chupaductos” de cuello blanco, entre quienes se encuentran
empresarios y servidores públicos. Por el momento, quince cuentas bancarias han
sido congeladas.
La PGR reabrió un frente de
investigación de una denuncia formulada en marzo de 2017 contra personal
militar que laboraba en las áreas de Salvaguarda Estratégica y Seguridad Física
de Pemex, por no reportar ni denunciar tomas clandestinas y “sembrar” otras,
amenazando al personal con despedirle o acusarle de estar vinculado al crimen
organizado, en caso que lo hiciesen público.
Tan sólo en las primeras dos
semanas de participar en el Plan Conjunto de Atención a las Instalaciones
Estratégicas de Pemex 2019, la Secretaría de Marina desplegó 3 mil 200
elementos en tareas de seguridad en todo el país, asegurando 135 mil litros de
hidrocarburo robado, mil 469 contenedores, 24 tomas clandestinas y 16
vehículos.
Las acciones gubernamentales
para combatir el flagelo del huachicoleo han sido comparadas con una segunda
expropiación petrolera. Así se manifiesta en mensajes espectaculares instalados
en las alturas de las principales ciudades mexicanas, donde junto con la leyenda
“Apoyemos a la Presidencia de México. El robo de gasolina tiene que terminar.
No más huachicoleo. No más corrupción. Hagámoslo juntos”, aparece la imagen del
ex Presidente Lázaro Cárdenas del Río.
BANDAS PIONERAS
Por lo menos durante la
última década se asegura que los cárteles del narcotráfico incursionaron en el
negocio ilícito de la sustracción de hidrocarburos de los ductos de Pemex, el
robo de pipas y la compraventa de combustibles, industria ilegal a la que se
denomina huachicoleo.
Las primeras organizaciones
criminales en atajar a las bandas ordinarias de “chupaductos” fueron el Cártel
del Golfo y Los Zetas, estos últimos de manera inicial como brazo armado de los
primeros y después como grupo independiente, debido a la zona petrolera en que
se desenvuelven (Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Veracruz). Incluso Los
Zetas avanzaron en el control del golfo hacia el sureste.
Precisamente en esas regiones
se concentra el mayor número de grupos delincuenciales dedicados al robo y
venta de combustibles. Son varias las bandas que tienen su origen en Tierra
Blanca, Veracruz, interactuando con diversas entidades. Así surgió el clan del
“Rey de la Gasolina”, que opera desde tierras veracruzanas hasta Monterrey,
Nuevo León.
También en Veracruz actúan
las bandas de “Los Tierra Blanca”, “Los Canseco” y “Los Mondragón”, que cubren
terreno unos en Vega de la Torre, Cardiel y Tuxpan, Veracruz; en tanto otros lo
hacen en el municipio de Vicente Camalote, Oaxaca. “Los Othones” parten de Boca
del Río hacia La Tinaja y en Puebla.
La banda de “Los Diablos”,
encabezada por los hermanos de apellido Quijano, opera en Poza Rica, Veracruz;
Hidalgo, Querétaro, Aguascalientes y Tamaulipas. En tanto que “Los Viveros”
operan siguiendo los ductos en Coatzacoalcos, Tabasco, Tamaulipas, Salamanca y
Estado de México.
Integrantes del grupo de un
criminal conocido como “El Robavacas”, que opera en Salamanca, incursionaron a
finales de los años noventa en el negocio de las gasolineras concesionarias de
Pemex con estaciones de servicio en Orizaba y Córdoba, Veracruz; Matías Romero,
Oaxaca; y Sabino en Toluca.
La banda de Antonio Estrada
Gutiérrez “El Lagarto” tiene operaciones
en Tula, Hidalgo y Estado de México. En Nopala, Hidalgo, se reconoce al
escuadrón delictivo del “Comandante Cobos”. En Otumba, también en Estado de
México, a la banda de “Los Espinoza”, presuntamente encabezada por una ex
alcaldesa y sus hermanos, también dueños de gasolineras.
Sin dejar de lado las
agrupaciones criminales formadas en el propio seno de Pemex, en las que han
participado un ex jefe del Departamento de Seguridad Física en Coatzacoalcos y
otro ex jefe de la misma área en el puerto de Veracruz, a quienes a principios
de la actual década se les vinculó con el robo de energético en Coaxtla, La
Tinaja y Medellín, brindando protección a un huachicolero apodado “El Pollo”.
CÁRTELES DE LA GASOLINA
La aparición de los cárteles
del crimen organizado en el dominio de las bandas locales o interestatales
trajo consigo un acelere en la comisión de ilícitos en materia de hidrocarburos
y la violenta disputa de territorios por parte de los gasotraficantes que
realizan ordeñas a través de tomas clandestinas en zonas urbanas de Ciudad de
México.
En Puebla ha ocurrido la más
encarnizada de las batallas entre grupos de huachicoleros y el saqueo más
descarado e impune de la riqueza de la nación. Se tienen identificadas por lo
menos siete bandas controladas por los cárteles del Golfo, Los Zetas, Jalisco
Nueva Generación y Beltrán Leyva. Por ello la violencia exacerbada y los
enfrentamientos con el Ejército Mexicano, cuyos elementos fueron comisionados
hace un par de años a desmantelar dichas organizaciones.
“Los Bukanas”, de Roberto de
los Santos de Jesús; “Los Aquino”, “El Toñín” (Antonio Martínez), “Los Negros”,
“Los Tláloc”, “Los Marranos” y “El Loco Téllez”, pelean por el ilícito negocio,
sobre todo en la zona conocida como Triángulo Rojo, por donde pasa el poliducto
más grande y estratégico que abastece de energéticos al Valle de México.
En algunas regiones de
Guerrero, con predominio en Acapulco, opera la banda de “Los Dumbos”; mientras
que en el Valle de México se conoce de la presencia de “Los Vochos” y “Los
Caudillo”. En la misma región se advierte una disputa del Cártel Jalisco Nueva Generación
con La Familia Michoacana en municipios como Huehuetoca, Jilotepec, Zumpango,
Atlacomulco, Axapusco, Otumba, Acambay y Acolman, donde están identificados los
huachicoleros “El Pelón”, “El Volcano” y “Sinhué”.
El propio Jalisco Nueva
Generación tiene conflicto por el control de los grupos delictivos que pinchan
los ductos en Guanajuato, como Los Caballeros Templarios y principalmente el
Cártel Santa Rosa de Lima que encabeza un sujeto apodado “El Marro” y que en
redes sociales muestra videos donde retan a miembros de la organización
criminal jalisciense. En Michoacán, los primeros dos cárteles mencionados
también disputan territorios, no así en Jalisco, donde el grupo local es
absoluto.
ESTRATEGIA OFICIAL
Las investigaciones al
interior de Pemex hacia ex funcionarios y servidores públicos actuales, es la
punta del iceberg para acotar el poder de la delincuencia organizada dedicada a
la sustracción de hidrocarburos, al detectarse que desde la paraestatal
iniciaban los robos y se encubría a los ordeñadores de los poliductos. Se
investiga a militares, un ex alcalde, un ex diputado local y empleados de la
empresa. Además, se realizan pesquisas hacendarias contra gasolineros.
Hasta el momento, la
estrategia ha llevado a judicializar carpetas de investigación en contra de
tres altos funcionarios de Pemex, aunque no se han revelado sus identidades. El
encargado de despacho de la PGR, Alejandro Gertz Manero, informó que se han
iniciado mil 700 indagatorias y asegurado 4.5 millones de barriles de combustible
robado.
A partir del miércoles 16 de
enero de 2019, el número de elementos de las Fuerzas Armadas encargados de la
vigilancia de once de los ductos del país, pasó de 3 mil 500 a 5 mil 800,
informó el secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sánchez. El
operativo contra los huachicoleros incluye catorce aeronaves, diez de las
cuales son helicópteros. Dos de los aviones están dotados de cámaras de visión
nocturna y térmicas.
La principal atención se
centra sobre el ducto Tuxpan-Azcapotzalco, con extensión de 300 kilómetros y
abastece de hidrocarburos del Golfo al Centro del país, debido a que los
maleantes no han dejado de ordeñar dicho sistema. Soldados y marinos dividirán
la mitad del recorrido.
En la parte no punitiva de la
estrategia, que es la del abasto de combustible suficiente a las entidades
federativas, el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador,
anunció que se adquirirán 500 pipas de 60 mil litros cada una, o el doble de
pipas con la mitad de esa capacidad para que no falte el suministro que ahora
padecen más de diez entidades y se ha extendido hacia el norte del país, con
mayor incidencia en Tamaulipas.
También los gobernadores de
algunos de los estados afectados por el desabasto de gasolina se reunieron con
la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y tras conocer
detalladamente la estrategia, decidieron respaldar al Gobierno de México en el
combate al huachicoleo. Los mandatarios de Jalisco, Michoacán, Querétaro,
Estado de México, Hidalgo y Guanajuato, pidieron atender puntualmente el grave
problema de la distribución de combustible.
Llevar los hidrocarburos a
todos los estados con la cobertura que se requiere no ha sido posible, pese a
que la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga, ha facilitado la
distribución de gasolina a través de auto tanques en la Capital del país y el
Estado de México. También se realizó un esfuerzo extraordinario para llevar
abasto de combustible a Michoacán y Zacatecas.
Por otra parte, el Gobierno de
México anunció que aplicará programas de bienestar social en las zonas
relacionadas por Pemex con mayor número de tomas clandestinas de combustible.
Se trata de municipios rurales que carecen de recursos para adquirir una
canasta básica que les permita el auto sustento, como se ha identificado en San
Martín Texmelucan, Puebla; Tula de Allende y Cuautepec de Hinojosa, Hidalgo;
González, Tamaulipas; y Tuxpan, Veracruz.
ÚLTIMOS INCIDENTES
Los buenos deseos y las
acciones gubernamentales no han sido suficientes para frenar la acción de los
criminales y todos los días se registran incidencias negativas, pese al
operativo de policías de todos los órdenes de gobierno, militares y marinos. En
solo cuatro días ocurrieron hechos que dan cuenta de que los huachicoleros
darán la pelea.
EL DOMINGO 13 DE ENERO, en San Antonio Detiña, en Aacambay, Estado de
México, pobladores ordeñaron uno de los ductos de combustible. Pretextando la
falta de gasolina fracturaron el sistema, y con cubetas y garrafas acopiaron
combustible. El mismo día, Ejército y Marina catearon tres viviendas donde se
almacenaban petrolíferos robados en San Blas Atempa, Oaxaca.
En esa fecha, en Santa Ana
Ahuehuepan, municipio de Tula, Hidalgo, unos doscientos pobladores retuvieron y
agredieron a diez soldados que combatían el huachicoleo. Momentos antes habría
ocurrido un enfrentamiento entre militares y “chupaductos”, con saldo de un
civil fallecido.
EL MARTES 15 DE ENERO se registraron los robos de dos pipas con gasolina.
Uno tuvo lugar en Guanajuato, cuando
sujetos armados amagaron al chofer de una pipa con 25 mil litros de
combustible. En el otro caso, un comando interceptó al conductor de un tráiler
con dos contenedores de 32 mil litros de gasolina cada uno, sobre el Kilómetro
23 de la autopista Guadalajara-México, en el tramo Zapotlanejo-Tototlán. Ambas
unidades no llevaban custodia.
En las inmediaciones de la
Central de Abastos de Huixcolotla, en Puebla, se registró una balacera entre
delincuentes de petrolíferos y elementos de la Gendarmería de la Policía
Federal. El saldo fue de cuatro
oficiales heridos, uno de los cuales murió horas más tarde. No hubo detenidos.
EL MISMO DÍA 15
fue detenido un huachicolero en Zacualpan, Estado de México, conduciendo un
vehículo cargado con más de 400 litros de gasolina de dudosa procedencia; y en
Ocotlán, Jalisco, fue asegurada una cantidad similar de combustible en una
camioneta abandonada.
El miércoles 16 de enero, en
Cuautitlán Izcalli, Estado de México, una denuncia anónima permitió la
aprehensión de cuatro individuos señalados de almacenar y distribuir casi 5 mil
litros de gasolina. Los sospechosos de pretender la venta del energético
ofrecieron 30 mil pesos a los policías para que los dejaran libres, por lo que
también fueron imputados por el delito de cohecho.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA / LUIS CARLOS SÁINZ
/LUNES, 21 ENERO, 2019 01:00 PM)
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