Los
datos hablan por sí solos. Tras la victoria de Trump el pasado 8 de noviembre,
el peso ha perdido más del 10% de su valor, forzando al Banco de México a salir
al rescate de la divisa, a través de la venta de mil millones de dólares, para
evitar un desplome mayor, y el indicador bursátil MSCI Mexico ha borrado más de
un 15 por ciento de su valor. De acuerdo con un análisis de Bank of America
Merrill Lynch, Donald Trump amenaza con desatar “la tormenta perfecta sobre la
economía mexicana” si llegara a desbaratar acuerdos comerciales e impone
aranceles. La entidad estima que si las exportaciones mexicanas a EU cayeran en
un 25%, la expansión económica se reduciría hasta el 1.1%. En tanto, en San
Luis Potosí, son cuatro plantas proveedoras del sector automotriz enfocadas
principalmente a servir a Ford, las que ya tampoco se quedarán en ese
territorio, informó la Canacintra estatal.
Ciudad
de México, 8 de enero (SinEmbargo/EconomíaHoy/Pulso).–Donald Trump ha comenzado
a desestabilizar la relación comercial de Estados Unidos y México, incluso
amenaza con desatar la tormenta perfecta sobre la economía mexicana si
desbarata los acuerdos comerciales e impone altos aranceles, advierte Bank of
America Merrill Lynch en un análisis.
“Si
el Gobierno estadounidense cancelara el Tratado de Libre Comercio de América
del Norte (TLCAN) e impusiera tarifas a los productos mexicanos, tanto la
cuenta corriente como el crecimiento del PIB mexicano se verían afectados”,
dice.
La
entidad estima que si las exportaciones mexicanas a Estados Unidos cayeran en
un 25 por ciento, la expansión económica se reduciría hasta el 1.1 por ciento;
y en un improbable escenario radical, en el que la primera economía mundial
cortase totalmente sus relaciones comerciales con México, su PIB se contraería
un 3 por ciento.
De
momento, las cosas no pintan favorables. Esta semana, Trump anunció que Robert
Lighthizer será el representante comercial de Estados Unidos, un nombramiento
no exento de polémica, dado que ha sido un importante defensor del
proteccionismo y podría desempeñar un papel crucial en cualquier renegociación
del TLCAN.
Si
este acuerdo, que genera 4.9 millones de empleos en Estados Unidos, fuera
cancelado, las importaciones entre México y Estados Unidos dependerán, al menos
sobre el papel, de las reglas marcadas por la Organización Mundial de Comercio
(OMC).
Para
acceder al mercado estadounidense, México pagaría una tarifa de hasta el 2.5
por ciento por la exportación de sus automóviles y de hasta un 6.4 por ciento
por la de sus productos agrícolas. En el caso estadounidense, el país pagaría
un 7.7 por ciento y un 38.4 por ciento más, respectivamente, para que sus
productos industriales y agrícolas accedan al mercado mexicano.
El
economista jefe de BofAML para México, Carlos Capistrán, manifestó en
entrevista para Economía Hoy que el vigente contexto “está en línea con las
previsiones de menor inversión directa extranjera en México y nuestras
proyecciones de crecimiento, que estiman que el PIB mexicano crecerá un 1.25
por ciento en 2017”. Añade que la inflación tocará el 5.3 por ciento a mediados
de 2017 por el repunte de la gasolina y la electricidad. La situación acabará
por hacer mella en el crédito y los salarios.
El
profesor del IEB, Javier Santacruz, cree que es bastante probable que Trump
instigue una guerra comercial y, por tanto, “va a generar una fuga de capitales
de México hacia Estados Unidos, acrecentada por la apreciación rápida del dólar
y una deslocalización de inversiones hacia otros países de América Latina, que
tienen en este momento un mayor potencial de crecimiento”.
La
semana pasada, México reorganizó su Gobierno para mejorar el entendimiento con
la nueva administración estadounidense. A falta de tan sólo 12 días para que
Trump jure su cargo, la presión del republicano hacia México se intensifica. Si
a finales de noviembre el todavía empresario anunciaba a bombo y platillo su
intercesión para frenar los planes de Carrier, el fabricante de aires
acondicionados, que pretendía trasladar hasta dos mil empleos de Indiana al
país vecino, el recién estrenado 2017 ha llegado cargado de amenazas para las
automotrices.
El
pasado martes, Trump echó mano de su red social favorita, Twitter, para
criticar a General Motors, a quien acusó de estar “enviando el modelo Chevy
Cruze hecho en México a los concesionarios de Estados Unidos sin tarifas”. Un
mensaje que vino cargado con amenazas de imponer aranceles aduaneros a la
compañía de Mary Barra. La empresa no tardó en responder que todos los
Chevrolet Cruze sedán vendidos en Estados Unidos “se producen en la planta de
montaje de GM en Lordstrom, Ohio”.
Según
la automovilística, únicamente la producción del Chevrolet Cruze de cinco
puertas para mercados globales tiene lugar en México y sólo una pequeña
cantidad del modelo se vende a este lado del Atlántico. Con la tensión
acumulada -recordemos que durante su campaña electoral Trump amenazó con
deshacer el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) e imponer
tarifas de hasta el 35 por ciento sobre los productos procedentes de México-,
Ford aprovechó la reprimenda a GM para ganar puntos ante la próxima
Administración de Estados Unidos.
La
automotriz liderada por Mark Fields canceló sus planes para invertir 1.600
millones de dólares en la creación de una nueva planta en San Luis Potosí
(México) y, por el contrario, adelantó que destinará hasta 700 millones de
dólares en expandir su centro de ensamblaje en Flat Rock, Michigan, donde
producirá vehículos de alta tecnología autónomos y eléctricos, además del
icónico Ford Mustang y el Lincoln Continental. Eso sí, en un giro por mejorar
su rentabilidad, la compañía confirmó que construirá su próxima generación de
Focus en una planta en Hermosillo.
AMENAZA A TOYOTA
Estas
decisiones contaron con el beneplácito del republicano, que culminó la primera
semana del año intimidando a Toyota con un “gran arancel” si no mueve su
producción de México a Estados Unidos.
“Toyota
ha dicho que construirá una nueva planta en Baja, México, para fabricar su
Corolla para Estados Unidos. De ninguna manera, construya la planta en Estados
Unidos o pague un gran arancel”, rezaba el trino de Trump. El fabricante nipón
había anunciado en abril de 2015 sus planes de invertir hasta 1.000 millones de
dólares (945 millones de euros) para fabricar su modelo Corolla en Guanajuato y
no Baja California como indica Trump en su tuit.
Precisamente,
el presidente de Toyota, Akio Toyoda, fue preguntado en Tokio horas antes sobre
si su empresa tenía previstos cambios en sus inversiones en México tras los
asedios del republicano a sus principales rivales en Estados Unidos.
“Consideraremos nuestras alternativas cuando veamos qué políticas adopta el
nuevo presidente”, señaló en referencia a Trump. De hecho, la filial
estadounidense de Toyota salió al rescate, asegurando que sus inversiones en
Guanajuato no implican una reducción de sus operaciones en Estados Unidos,
donde invierte directamente 21.900 millones de dólares (20.700 millones de
euros), cuenta con 10 plantas, 1.500 concesionarios de venta y 136.000
empleados. “Toyota espera colaborar con la Administración de Trump para servir
mejor a los intereses de los consumidores”, expresó en un comunicado.
Los
últimos ataques de Trump a la industria del automóvil y sus operaciones
mexicanas no son aleatorias. Según la Organización Mundial de Comercio (OMC),
los productos más exportados por México son los coches, así como las piezas y
motores para vehículos, bienes que ascienden hasta los 80.000 millones de
dólares (75.850 millones de euros) en 2015. Por ello, Trump utiliza a las
automotrices como punto de partida en su presión por desbaratar o renegociar el
Nafta, el acuerdo firmado entre Estados Unidos, México y Canadá , que ha
facilitado que muchos fabricantes de automóviles trasladen su producción a
México, abaratando sus costes, para posteriormente venderlos en Estados Unidos.
Cuatro
de cada diez de los productos fabricados en México y exportados a tierras
estadounidenses son automóviles. Sin embargo, para el ensamblaje de los
vehículos, México importa partes de otros países, primordialmente de EU. De
acuerdo con datos de la OMC, la principal importación mexicana en 2015 fueron
piezas automovilísticas, por un valor de 23.433 millones de dólares.
Si
observamos los números, alrededor del 40 por ciento de los productos fabricados
en México y posteriormente exportados al país vecino son estadounidenses, por
lo que cualquier tipo de guerra comercial supone un arma de doble filo para
ambas economías, debido a la extrema integración en sus cadenas de suministro.
Aún así, las consecuencias serán más profundas para México.
“Hay
muchos canales de contagio de Estados Unidos a México”, señaló Soledad López,
estratega de UBS. “Estados Unidos es la fuente del 98 por ciento de las remesas
del país (un 2 por ciento del PIB) y de casi el 50 por ciento de la inversión
extranjera directa al país”, justifica, mientras matiza que Estados Unidos es
destinatario de casi el 80% de las exportaciones aztecas, incluido el 90 por
ciento de los coches fabricados en el país.
Desde
el banco suizo apuntan que el déficit comercial estadounidense con México en
bienes y servicios ha ido en aumento durante los últimos años, alcanzando los
58 mil millones de dólares en 2015. Sin embargo, excluidos los automóviles,
México en realidad contaría con un déficit, a medida que amplía las
importaciones energéticas de su vecino.
“Cualquier
deterioro de las relaciones entre Washington y México tendrá graves
consecuencias para la economía y mercados mexicanos”, advirtió.
Los
datos hablan por sí solos. Tras la victoria de Trump el pasado 8 de noviembre,
el peso ha perdido más del 10 por ciento de su valor, forzando al Banco de
México a salir al rescate de la divisa, a través de la venta de mil millones de
dólares, para evitar un desplome mayor, y el indicador bursátil MSCI Mexico ha
borrado más de un 15 por ciento de su valor.
El
Banco de México (Banxico) intervino el viernes por segundo día consecutivo en
el mercado cambiario con la venta directa de dólares en la sesión asiática. Un
día antes, la Comisión de Cambios decidió intervenir con la subasta de al menos
mil millones de dólares por primera vez desde febrero después que el peso se
desplomara a su menor nivel desde su redenonimación en 1993. La autoridad
financiera trata así de poner orden en el mercado y evitar movimientos
excesivos que deprecian su divisa.
OTRAS EMPRESAS NO LLEGAN A SLP
Son
cuatro plantas proveedoras del sector automotriz enfocadas principalmente a
servir a Ford, las que ya tampoco se quedarán en territorio potosino, informó
al diario Pulso el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la
Transformación (Canacintra), Raúl Martínez Jiménez quien señaló que otras
compañías ya no expandirán sus plantas por la misma situación.
En
entrevista, el dirigente empresarial indicó que la agrupación tiene
conocimiento de que existen seis empresas que estaban en proceso de ampliación
para ser proveedoras de Ford, sin embargo aunque les representa cierta pérdida,
podrán suministrar materia prima para otras empresas del mismo ramo aunque el
beneficio ya no será a corto plazo como se tenía proyectado.
Martínez
Jiménez agregó que no se descarta que en un futuro pudiera de nueva cuenta
retomar el proyecto de instalarse en San Luis, no obstante precisó que ahora
las autoridades deberán estar más atentas ante la posibilidad de inversión de
cualquier planta estableciendo condiciones más claras en los contratos.
Por
su parte, el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana
(Coparmex), Jaime Chalita Zarur explicó que la información que se les ha dado a
conocer por parte de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco), es que no
existen grandes pérdidas porque eran expectativas, la planta no se había
instalado y otras proveedoras estaban en solo en planes también, mientras que
las empresas que se encuentran en proceso de ampliación podrán buscar otros
mercados para atender la proveeduría local y extranjera, “es una mala noticia
que se vaya, pero se pueden buscar otras naciones y destinos de negocios para
continuar invirtiendo”.
–Con
información de José Luis de Haro, EconomíaHoy Aimee Torres, Pulso SLP
(SIN
EMBARGO.MX/ REDACCIÓN / ENERO 8, 2017 - 12:41 PM)
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