Muerte de Guadalupe Acosta Lopez El
Javier provoca reacomodo en Los Cabos
“En Los Cabos ya no hay pago de piso,
está frenado para todos”, dijo un agente de seguridad pública a ZETA tras la
ejecución de Guadalupe Acosta López “El Javier”, ocurrida el viernes 8 de julio
en Culiacán. Fuentes militares advierten la presencia de los Arellano Félix con
líneas de investigación en Mulegé
Una fuente de seguridad
reveló a ZETA que por el momento prevalece “una extraña tranquilidad en el sur”
del Estado. Sin embargo, esperan un aumento de violencia por la ejecución del
considerado líder de plaza de venta y distribución de droga en Los Cabos,
Guadalupe Acosta López “El Javier”, ocurrida el viernes 8 de julio en la
colonia Las Quintas en Culiacán, Sinaloa, suceso que recuerda el homicidio,
allá mismo, de su antecesor Ranulfo Portillo López “La Muñeca”, el 29 de agosto
de 2015.
Estos hechos sin duda dieron
una fuerte sacudida a la organización delictiva en Baja California Sur, la
última de Los Cabos (“El Javier”), gente reconocida y que operaba para el
Cártel de Sinaloa, en particular para la célula de Los Dámaso, por lo cual,
según el policía, “pinta para que haya un nuevo reacomodo y suba ‘El Babay’
(Abraham Cervantes Escareaga) como líder de plaza en Los Cabos, peleando el
poder con René ‘El 00’ (Alfredo René Bastidas)”.
La pugna iniciada desde el 31
de julio de 2014 ha dado cabida a múltiples enfrentamientos, que suman más de
240 ejecuciones.
Según el mapa delictivo dado
a conocer por fuentes militares, “El Javier” se encontraba como cabeza visible
de los grupos del crimen organizado emanados del Cártel de Sinaloa a orden de
Dámaso López “El Licenciado”, acompañado por Raúl Castillo de la Rosa “El
Cochi”, considerado su brazo armado en el control de la plaza.
Sin embargo, una fuente
judicial consultada por este Semanario fue clara al señalar que en Los Cabos se
encuentra una calma “sospechosa”, una “calma que podría significar dos cosas,
que se llegó a un arreglo por el control de la plaza, o bien, que se estén
armando para el combate, y voy más por la segunda, que es la que más preocupa”
aseguró.
Además de que “en Los Cabos
ya no se está pagando piso, nada están soltando”.
Indagaciones que hacen las
fuerzas militares, coinciden en la falta de pago de plazas en Los Cabos, “ni en
La Paz se está pagando piso desde el lunes (11 de julio), desde que tomó el
control la Policía Estatal Preventiva cesó el pago a los cuerpos municipales,
ministeriales y todo aquel que recibía”.
Laura Fernando González González alias
La Fanny encargada de distribución
de droga en bares y centros nocturnos Apenas el sábado 9 de julio, en el
Cabildo de La Paz, se firmó a puerta cerrada el Mando Mixto Policial, en el que
la Dirección de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de La Paz informó:
“Actualmente se han fusionado
los sectores en lo que se divide la ciudad, con la conjunción de personal, armamento,
vehículos e infraestructura, los cuales realizarán un patrullaje mixto, donde
se podrán observar elementos de ambas corporaciones a bordo de unidades tanto
estatales como municipales, todo bajo un esquema de supervisión estatal”,
expresó Álvaro Orlando Gerardo Cabanillas, director operativo de la
corporación.
Pero las investigaciones
apuntan a algo aún más preocupante para las fuerzas militares.
Desde el 5 de mayo de 2016,
cuando ejecutaron a Luis Antonio Montoya Beltrán “El Montoya”, “El Artista” o “Don
Carlos”, catalogado como líder de la zona norte del municipio de La Paz, algo
no cuadró, pues “según la información recabada y mensajes de texto, entre la
víctima y agentes bajo investigación, permiten decir que ‘El Montoya’ fue
puesto por agentes estatales”, mismos que van a operar el llamado Mando Mixto
con la municipal.
EL INMINENTE REGRESO DE LOS ARELLANO
Lo que llama la atención a las fuerzas armadas es la presencia
de miembros del Cártel Arellano Félix (CAF), quienes mantienen alianza con
miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y algunas pequeñas células
que quedaron de la rencilla entre las células de Los Mayitos, Los Pepillos y
Los Dámaso, del Cártel de Sinaloa; destacan Juan Murillo “El Josesón” o “El
Tomatito Cherry”, e Inés Zamudio Beltrán “El Zamudio” en una supuesta unión con
el cártel del norte de la Península de Baja California.
Autoridades no identifican
aún quién está al frente del CAF en el Estado.
En la relación que
autoridades anticipan en Baja Sur se tienen líneas de investigación que
iniciaron desde Mulegé, ya que quedó documentado que a Eduardo Villavicencio
Arce “El Lalo” o “El Lalillo” y Luis Alberto Echeverría Valdés “El Luisillo” o
“El Luisón”, presuntos líderes de plaza en el norte, se les ha ligado al Cártel
de Sinaloa, sin embargo, existen indicios de la presencia del CJNG, por ello la
información militar apunta al control practicante del CAF.
Se presume fue esta la puerta
la que se le abrió a los Arellano Félix, “mientras el propio Cártel de Sinaloa
disputaba la plaza en La Paz”.
Incluso a finales de 2015 y
principios de 2016, miembros de Seguridad Pública a nivel federal confirmaron
una alianza estratégica entre las células de
“El Mayo” Zambada, del Cártel de Sinaloa, y Nemesio Oceguera Cervantes
“El Mencho”, para evitar que otros grupos delincuenciales ingresen a puntos
importantes como La Paz y Los Cabos, “de gran importancia en el trasiego de
droga al gabacho (Estados Unidos)”, lo que podría dirigir la balanza a que esa
influencia con el CJNG haya trasgredido a las células establecidas en el Estado
y volteado bandera, como dicen los miembros del crimen.
Abraham Cervantes Escareaga El Babay
sucesor de El Javier en Los Cabos
Según un nuevo mapa
delincuencial y de distribución de plaza en el narcomenudeo, el CAF estaría
prácticamente al frente de las plazas de La Paz y Los Cabos, con una
resistencia mínima al sur de la entidad, pero sigue en disputa.
En este reacomodo se identificó a:
* Alfredo René Bastidas “El
00”, quien mantiene el control absoluto de Cabo San Lucas y partes de San José
del Cabo en Los Cabos; mientras que en La Paz tiene el control de la parte sur
de la capital (desde la colonia La Fuente a Calafia, y algunas zonas de Santa
Fe y Miramar).
* Abraham Cervantes Escareaga
“El Babay”, como sucesor de “El Javier” en el control de la plaza en San José
del Cabo. Pero la sorpresa para las autoridades militares y que no se tenía muy
clara el panorama en La Paz, tras la muerte de Luis Antonio Montoya Beltrán “El
Montoya”, “El Artista” o “Don Carlos”, es que la cabeza que comandaría la zona
norte de la capital podría ser “El Abogado”, presunto líder y cercano a “El
Montoya”. Sin embargo, fuentes
militares confirmaron la aparición de Arely Vizuet “La Vizuet”, presunta líder
del narcomenudeo en La Paz, quedando la estructura de la siguiente manera:
“La Vizuet”. Encargada del territorio del norte expandido a
colonias como El Progreso, Diana Laura y alrededores, tras la lucha por el
control de la plaza y que obligó a Los Dámaso a ceder en la pugna entre las células
de Los Mayitos, Los Pepillos y Dámaso desde 2014 hasta el presente año.
Laura Fernanda González
González “La Fanny”. Supuesta encargada
de la distribución de droga en bares y centros nocturnos de La Paz en apoyo a
“La Vizuet”. Identificada como prostituta en el bar La Playa Bruja.
“Ángelus”. Sobrenombre por el
que se conoce a quien se presume, distribuye estupefacientes a narcomenudistas
aliados al servicio de “La Vizuet”.
Alfredo René Bastidas “El
00”. Opera en algunos puntos desde la colonia La Fuente a Calafia, y algunas
zonas de Santa Fe y Miramar.
En los trabajos de logística
y apoyo a las células delictivas en La Paz, sobre todo en la zona norte, “El
00” se vio inmiscuido con un claro y marcado apoyo en la purga de Los Dámaso de
la plaza en la capital; en la zona del Santuario de Nuestra Señora de La Paz,
fuerzas militares detuvieron en junio a Luis Sánchez Castro, presunto operador
de El 00” en La Paz, para levantar narcomenudistas contras y apoyar en la venta
y distribución de armas. En su teléfono
se le encontraron conversaciones donde explicaba que tenía “secuestrada” a una
mujer.
Alfredo Rene Bastidas alias
El 00 pretende el control del municipio de Los Cabos
Una fuente militar
confirmó a ZETA la participación de policías en este reacomodo:
“Desafortunadamente la puerta
le fue abierta desde la (Policía) Estatal, mucho se dice que comandantes de la
Estatal pusieron a ‘El Montoya’ y por eso fue la agresión contra Osorio (Luis
Alejandro Osorio Álvarez, Comandante General de la Policía Estatal que sufrió
un atentado el 13 de mayo de 2016), incluso hemos tenido reportes de unidades
que participan en la logística, la sorpresa es muy lamentable… policías
municipales son dueños de esos carros y nos han visto, y sólo agachan la
cabeza”.
Respecto a lo que viene, la
fuente consultada plantea dos posibilidades:
“La primera hipótesis es que
haya tranquilidad por mucho tiempo hasta que se genere de nuevo una
inestabilidad por el control, y segunda, que el Cártel de Sinaloa busque
contraatacar, este panorama ni me lo quiero imaginar”.
— ¿Los Arellano Félix
regresaron al control de la plaza?
“Siempre han estado, en un
principio, cuando perdieron el control, los Arellano estaban desde el Valle
(Comondú) para arriba. Nunca se fueron, sólo que parece que ya asumieron el
control. Y así fue la ejecución de ‘El Javier’.
De “El Javier” se sabía
-gracias a las declaraciones de integrantes de su clan, detenidos en Baja
California Sur-, que tenía tiempo operando la estructura criminal para Los
Dámaso desde su rancho en la comunidad de Tegoripa, municipio de Badiraguato,
Sinaloa; pocas veces iba para Los Cabos, plaza de narcomenudeo que controlaba
junto con sus hermanos, pues las órdenes las enviaba de Sinaloa a sus
principales cabecillas.
Arely Vizuet considerada como
la lider en la venta de droga en el norte de La Paz
Cuando iba llegando a bordo
de una camioneta de lujo al domicilio de unos familiares en la exclusiva
colonia Las Quintas, uno de los principales operadores de narcomenudeo de Los
Dámaso en Los Cabos, Javier Guadalupe Acosta López, fue interceptado por
pistoleros que lo acribillaron a balazos.
El grupo armado circulaba en
una camioneta Ford Lobo color oscuro; Acosta López no tuvo tiempo de reaccionar
al ver a los encapuchados que le dispararon, dejándolo tirado a un costado de
su vehículo.
Según investigadores de la
Policía Ministerial, con él viajaba al menos otra persona cuya identidad y
paradero es desconocido, pues ambas puertas de la camioneta que conducía “El
Javier” quedaron abiertas, alcanzando una de las banquetas de la calle Isla
Guadalupe, frente a un domicilio con portón color negro.
El homicidio del jefe de
narcomenudistas de Dámaso López Serrano “El Mini Lic” tuvo lugar el viernes 8
de julio, cuando la guerra que se está abriendo entre las facciones del Cártel
de Sinaloa ha entrado en un aparente receso, según el área de la coordinación
de Seguridad Pública del Estado.
De acuerdo con el agente
ministerial, “El Javier” había acudido a la colonia Las Quintas a un domicilio
de la calle Isla de Guadalupe, entre Isla del Socorro y Bulevar Sinaloa,
habitado por familiares, pero al descender de la unidad Titán fue atacado
sorpresivamente a balazos.
El jefe de narcomenudista del
“Mini Lic” contaba con 35 años de edad, y la información que se tenía era que
todos sus negocios en BCS eran dirigidos
desde Sinaloa.
En Tegoripa, Badiraguato,
revelaron allegados al caso, Acosta López había mandado erigir un caserón de
varios millones de pesos y en su comunidad llegó a apoyar a personas para que
junto con él traficaran drogas a su cuenta.
Luis Sánchez Castro operador de Rene 00
en La Paz, dedicado a levantones y tráfico de armas
“Al rancho le va a hacer
mucha falta”, comentó un habitante de Badiraguato al que se le preguntó por “El
Javier”, cuyos familiares trasladaron su cuerpo al siguiente día del
homicidio, en una avioneta para ser
velado en su rancho de la sierra, y el domingo 10 de julio a mediodía
regresaron a la capital sinaloense para realizar las pompas fúnebres en la parroquia
de La Lomita.
Tras la homilía religiosa, lo
llevaron a sepultar al Panteón Jardines del Humaya.
LA REACCIÓN INMEDIATA
Un par de horas después del
crimen de Guadalupe Acosta López, del otro lado de la ciudad de Culiacán,
Sinaloa, un grupo de reos del Módulo 10 del Centro Estatal de las Consecuencias
Jurídicas del Delito de Culiacán, ubicado en la sindicatura de Aguaruto,
irrumpieron en las celdas del Módulo 9, donde se encontraba interno Rafael
Gaspar Alvarado “El Rafa” de 30 años de edad.
Dispararon al aire para
evitar intervenciones de otros presos, lo sacaron al patio y lo colgaron de una
viga de hierro de una techumbre del área de seguridad.
La ficha signalética de
Alvarado señala que tenía una sentencia de 30 años por el secuestro de un
ganadero de la región de El Salado, de donde es Ismael “El Mayo” Zambada; el
plagio ocurrió en abril de 2004, pero el ahora occiso había sido detenido en
California por narcotráfico y, tras cumplir una condena de cinco años en el
Metropolitan Correctional Center en San Diego, los policías antisecuestros lo
detuvieron al ser deportado al país y lo trasladaron al penal de Aguaruto.
Los primeros reportes que
obtuvo la Secretaría de Seguridad Pública, encargada de la vigilancia del
penal, fue que se trató de una riña entre reos.
Más tarde la Procuraduría General
de Justicia del Estado de Sinaloa, en voz de su titular Marco Antonio Higuera
Gómez, señaló que la agresión fue directa contra Alvarado.
La fiscalía estatal confirmó
que cinco reos del Módulo 10 sujetaron a Rafael y con una cuerda lo colgaron
hasta que murió por asfixia, según los dictámenes forenses.
La versión que ofreció Genaro
García Castro, secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, es que se trató de
rencillas entre los presos que mantienen una rivalidad delincuencial.
“Se alteran los ánimos, hay
un grupo que no se debe menospreciar entre ellos la rivalidad, la molestia que
se generan, e insisto, es algo que se escapa de las manos de uno porque es una
población penitenciaria bastante grande”, comentó.
Apenas un día antes, la
Policía Ministerial, con el apoyo de elementos del Ejército y de la Policía
Estatal, realizó un “esculque” en los módulos del reclusorio, sin reportar
decomisos de armas o artículos prohibidos por la Ley.
Al interior del penal se
corrió la versión entre los agentes de seguridad que “El Rafa” trabajaba
adentro para el grupo del “Chapo” Guzmán, específicamente de “El Cholo” o “El
50”, uno de los reos de alta peligrosidad que, junto con Jesús Peña González
“El Peña” y Alfonso Limón Sánchez “El Poncho”, controlan la penitenciaría
estatal. Estos dos últimos son
miembros de la facción del “Mayo” Zambada.
“El Peña” fue trasladado del
penal federal de Matamoros, Tamaulipas, en abril pasado, gracias a que obtuvo
un amparo, y “El Poncho”, uno de los trasegadores de cocaína, metanfetamina y
heroína para “El Mayo”, había ganado la protección de la justicia federal desde
diciembre de 2015 para ser trasladado del penal de máxima seguridad del
Altiplano a Culiacán.
“El Poncho” mantiene un
juicio para ser extraditado a la Corte Federal de San Diego, California, en un
pliego acusatorio donde aparece el recientemente detenido Inés Enrique Torres
Acosta “El Kike Torres”, hijo de Manuel Torres Félix “El Ondeado”.
Fuerzas militares participan
como apoyo en la guerra contra el narco en BCS
Sobre el crimen de “El Rafa”,
datos recabados por la coordinación de seguridad estatal refieren que la muerte
derivó del crimen de “El Javier”, y es que la información de inteligencia que
mantienen las autoridades estatales, establece que el grupo de Los Chapitos, conformados
por Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, tratan de debilitar a Los
Dámaso, y a su vez, éstos intentan devolver el golpe entre sus pistoleros
menores.
EL FRENTE DE GUERRA
En la pugna que se libra por
las plazas en Sinaloa -el crimen de “El Javier” forma parte de ésta-, los
frentes se mantienen en la zona serrana de Badiraguato, Culiacán y Navolato.
Una fuente del Ejército
reveló que la pugna entre la facción Guzmán contra los Beltrán continúa en la
sierra badiraguatense, y que mantienen operativos en los tres poblados donde se
desplazaron más de 250 familias por amenazas a futuros enfrentamientos, a pesar
de la vigilancia de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Marina.
Esta guerra ha dejado más de
15 muertos que no han sido reconocidos por el gobierno de Sinaloa.
De acuerdo con reportes de
las autoridades de Badiraguato, hasta el momento han regresado 20 de 70
familias a La Tuna, sin incluir a la madre del líder encarcelado del Cártel de
Sinaloa, doña Consuelo Loera Pérez.
En Huixiopa 20 familias de 50
que abandonaron sus casas han regresado. Mientras que en Arroyo Seco, sólo 25
familias han retornado de 60 que habitan esta comunidad. El reporte precisa que
40 de 50 familias ya volvieron a El Potrero de la Vainilla, y en La Palma, 20
de 30.
Los pobladores ven difícil el
regreso, debido a las balaceras que se pudieran desatar por uno y otro
bando.
Dejaron crecer la violencia Mientras tanto, en
Baja California Sur, el regreso del Cártel Arellano Félix para miembros del
gabinete de seguridad “era de esperarse, fue demasiado el descontrol de la
plaza si así le podemos decir, y un resurgimiento en el norte que pintaba” para
que el CAF se expandiera como en sus inicios en los ochenta.
Por su parte, y en un tono
más general, Arturo Rubio Ruiz, presidente del Consejo Ciudadano para la
Atención a Víctimas del Delito, se fue directamente a cuestionar el actuar de
las autoridades locales:
“Es una pena que quien tiene
la obligación de preservar la seguridad y garantizarla, que es el gobierno, no
tenga la capacidad táctica, técnica, operativa y la voluntad política, y
dependamos de que los cárteles se arreglen, somos rehenes como ciudadanos, de
voluntades ajenas a la voluntad del Estado”.
En otras palabras, parece que
en BCS los cárteles deciden “a punta de balazos” quién se queda con el
territorio, y “es así como llegan a un arreglo y me pregunto:
¿Dónde está la autoridad?
Fácil no está”. Mientras que un miembro de Seguridad Pública Municipal de Los
Cabos expuso:
“Nosotros no nos metemos en
ese rollo de la droga y los narcos, nosotros estamos más preocupados por cubrir
nuestras tareas que con esas apenas y podemos”, ante el reacomodo que se viene
dando desde hace casi dos años y que a la fecha es incierto si han llegado a un
acuerdo.
A quienes mantienen en
constante preocupación es a los empresarios de Los Cabos, ya que se han emitido
tres alertas por parte del gobierno de Estados Unidos, en el cual llaman a sus
compatriotas a no visitar La Paz, principalmente, pero que repercute en el
destino del sur.
Por ello, a través del
Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal se buscan
alternativas que brinden mayor certidumbre a los visitantes, por lo que se
pretende la instalación del llamado “botón de negocio seguro”, así lo dio a
conocer Silvia Lupián, presidenta del Consejo.
“El motivo es para
presentarles el programa que tiene Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, queremos
primeramente a socializarlo. Ayuda a optimizar el tiempo y dar calidad en el
servicio a la ciudadanía, ya sea en materia de prevención o denuncia o de
solicitar las unidades tanto policiacas, de Bomberos y Cruz Roja”, expuso.
LOS ATENTADOS DE JULIO
Fuentes del Consejo de
Coordinación de Seguridad Pública confirmaron que los últimos ataques
perpetrados en La Paz, uno en la plaza comercial Soriana La Paz y dos más en la
colonia Centro, se debieron a que “no querían jalar”.
El lunes 4 de julio,
alrededor de las 9:30 pm, Carlos Manuel Geraldo Sánchez, de 40 años de edad y
originario de La Paz, fue madrugado cuando se disponía a ingresar a Soriana La
Paz; allí le asestaron tres impactos de bala. Fue vinculado con el crimen
organizado al servicio de Raúl Castillo de la Rosa “El Cochi”, quien reclutaba
matones para este personaje.
El 6 de julio, en Márquez y
Ramírez de la colonia Centro, a plena luz del día fue perseguido y baleado José
Alberto Quiñones Márquez, de 35 años, oriundo de Mazatlán, Sinaloa; fue
identificado como narcomenudista al servicio de Los Dámaso y, precisamente el
día que lo balearon, aunque no se le encontró un arma, testigos afirman haber
visto que disparaba contra sus agresores; además le aseguraron tres teléfonos
celulares y dinero en efectivo. Recibió cinco impactos de bala.
El 7 de julio a las 11:00 pm,
en las calles Héroes de Independencia y Rosales en el Centro, fue ejecutado
Nolberto Lazcano Rivera de ocho tiros calibre 9 milímetros; contaba con 27 años
y era nativo de Badiraguato, Sinaloa; la fuente indicó que este joven
narcomenudista estaba demasiado expuesto con armas y droga, “era demasiado
visible”.
Además de que iba y venía sin
lugar fijo y “para su suerte, nunca apuntó hacia algún grupo, siempre estuvo en
medio y le costó”.
El regreso del CAF era de
esperarse, al haber demasiado descontrol por quien tomaba el mando, células del
Cártel de Sinaloa revueltas con Beltrán Leyva, Zetas, CJNG y hasta Caballeros
Templarios, según registros en las corporaciones federales. Pero más que un
regreso, los Arellano toman la batuta, pues “siempre estuvieron” y ahora
encontraron el momento exacto para controlar los puntos importantes en el
trasiego de droga.
(SEMANARIO ZETA/ INVESTIGACIONES ZETA/
MARTES, 19 JULIO, 2016 12:00 PM)
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