Desde 2007, Higinio Chávez García,
entonces diputado federal por el PRD, fue denunciado por despojo de un predio
de 2 mil metros cuadrados en el paraje La Rufina, en el Ajusco. La denuncia
quedó asentada pero no prosperó. Y en 2009, cuando Chávez llegó como titular a
la demarcación, el expediente simplemente desapareció. Él siguió acumulando
terrenos hasta poseer una hectárea. Ahí construyó una lujosa finca e incluso
vendió o donó una porción a dos de sus colaboradores para que hicieran lo
propio… La vieja idea de construir ahí un parque ecoturístico fue una simple
quimera.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).-
En los albores del sexenio de Marcelo Ebrard (2006-2012) en el gobierno de la
Ciudad de México, el entonces diputado federal perredista Higinio Chávez García
convenció al jefe delegacional de Tlalpan y actual oficial mayor de la Asamblea
Legislativa, Guillermo Sánchez Torres, de establecer un parque ecoturístico en
La Rufina.
Ese paraje es una
privilegiada área natural protegida del Ajusco, primordial para la preservación
del ecosistema de la megaurbe, y se encuentra a la altura del kilómetro 14 de
la carretera Picacho-Ajusco, dentro de la comunidad de Santo Tomás Ajusco.
Como representante popular de
los pueblos de esa zona rural del sur de la capital del país, Chávez García
gestionó y logró incluso juntar una bolsa con recursos federales y locales para
echar a andar dicho proyecto de turismo alternativo que, según pregonó en aquel
tiempo, sería administrado por los propios comuneros del pueblo, bajo la tutela
de la autoridad delegacional.
El asunto quedó amarrado. Sin
embargo, el arranque de las obras del ecoparque coincidió con la presentación
de una denuncia en la Procuraduría General de Justicia capitalina contra Chávez
García, diputado local con licencia, por los presuntos delitos de despojo y
tala.
En la querella presentada a
principios de mayo de 2007, registrada con el número FTL/TLP/T2/00446/07-5 en
la Agencia 2 de Tlalpan, a cargo entonces del fiscal Juan Antonio Urías
Sandoval, el denunciante, Enrique Villegas Fabián, acusó a Chávez García de
haberlo despojado por la fuerza de un predio de 2 mil metros cuadrados, justo
en el paraje La Rufina, que, dijo, había adquirido cuatro años atrás, en 2003.
Además, refirió que a
principios de 2007 el entonces diputado federal intentó primero comprarle el
terreno. “Me negué. Le dije que era el patrimonio de mis hijos”.
Al no lograr su propósito,
expuso Villegas en su denuncia, Chávez le advirtió que se atuviera a las
consecuencias, pues buscaría la forma de apropiarse del predio “a como diera
lugar”.
Y así lo hizo. El 5 de mayo
de ese año Villegas Fabián encontró invadido el terreno por huestes del
legislador perredista que actualmente forma parte de la corriente Vanguardia
Progresista, la tribu que dirige Héctor Serrano, secretario de Movilidad y
operador político del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera.
“Las personas que lo
invadieron iban armadas y me dijeron que no siguiera chingando porque me iban a
romper la madre”, detalló Villegas en su declaración ministerial y en un
escrito dirigido al entonces presidente Felipe Calderón.
No conforme con ello, relató
el agraviado, el legislador le aconsejó que ya no hiciera más escándalo, que
mejor le cediera el terreno y dejara las cosas en paz. “Me dijo que tenía
fuero, que no se podía proceder en su contra y que, como ya había visto, podía
controlar al fiscal, al Ministerio Público, al jefe delegacional y a la PGJ”,
subrayó Villegas.
Fragmento del reportaje que se publica
en la edición 2072 de la revista Proceso, actualmente en circulación.
(PROCESO/ REPORTAJE ESPECIAL/ RAÚL
MONGE/ 19 JULIO, 2016)
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