martes, 14 de junio de 2016

PANDILLAS EN LOS CABOS


El presunto líder de la pandilla de los "BRS 18", José Manuel Roman Casanova.

La pandilla se dio a conocer después de difundir en redes sociales una brutal golpiza a una estudiante de 13 años, en un rito de iniciación en Cabo San Lucas. Actualmente operan 30 bandas en el destino turístico de Baja California Sur, siendo “Los Norteños” y “Los Sureños las más numerosas

Cabo San Lucas, Baja California Sur.- El sonido de la rumba en toda la cuadra. Sobre el piso de tierra, y recargados sobre una pared grafiteada de la que alguna vez fue una tienda de abarrotes, un viejo modular de color negro, toca la canción que alrededor de 30 jóvenes corean, y algunos hasta bailan, levantando las piernas casi al pecho y agitando las manos de izquierda a derecha:

“Hoy es día, de pistear con caguama, trucha, es día de pelear con la banda, pónganse bien alertas, listos para tirar piedras (…) Vámonos de party, puro 18, ya sabes que transa, te topas con nosotros, te topas con la muerte, ese. No te metas con mi gente, piénsale dos veces antes de entrar a esta colonia (…) Chavalo, tú no eres bienvenido, aquí puro norteño, 18 de corazón, hoy, hay que tomar caguama, con toda mi raza para brindar por toda mi raza…”.

 Los reporteros observan desde un vehículo -a una distancia de entre 300 y 500 metros- a los pandilleros de entre 11 y 20 años, tomando cerveza y fumando tabaco y marihuana en vía pública de la colonia Tierra y Libertad.

Los vecinos parecen estar familiarizados, sin siquiera voltear, a pesar del escándalo, y de las señas con brazos y manos que los jóvenes hacen a cada persona que circula por lo que llaman su territorio.

En medio de la fiesta juvenil, algunos juguetean, otros se avientan y se corretean entre sí, y las parejitas, se besan y se tocan entre sí, pero la música sigue:

Magdalena García, la principal agresora en el rito de iniciación de Jenny Díaz en la escuela secundaria técnica No. 36 en Cabo San Lucas.

“… Se llegó la noche, saquen las caguamas y un poco de mota, la vida loca, con todos estos batos, no te olvidamos y hasta te esperamos, tú sabes quién, para ti no sé, y cuando regreses una party hay que hacer (…) Hoy es día, de pistear con caguama, trucha, es día de redada, banda pónganse bien alertas, listos para tirar piedras, el final del cotorreo que nadie lo para. Mira carnal, pistearemos toda la madrugada, ni las vecinas lo van a evitar, aunque llamen a la chota no le vamos a parar…”.

Los aproximadamente 30 pandilleros actúan como si fueran los dueños de la calle, donde ni por casualidad circulan patrullas de las policías Municipal, Ministerial, Estatal o Fuerzas Armadas.

La melodía, interpretada por el grupo juvenil Mafia Klank, es el himno de quienes forman parte de la organización “North Side”, también conocidos como  “Los Norteños”.

En el último mapa delictivo de vandalismo y delincuencia juvenil elaborado por autoridades municipales y estatales, “Los Norteños” aglutinan oficialmente alrededor de 150 miembros, cuyas células provienen de las siguientes bandas:

* “Los BRS 18”.
* “Los Sombra 7”.
* “Los Grabe”.
*  “Los Krones”.
* “Los Berso”.
* “Los BLF 17”.
* “Los RST 33”.
* “Los LDI 18”.
* “Los RSA 14”.
* “Los Norteños 13”.

No obstante, en la red social Facebook, la banda “North Side”, administrada por el presunto líder pandillero José Manuel Román Casanova, tiene integrados a 456 miembros en su lista del grupo.  

RITO DE INICIACIÓN

El 30 de mayo de 2016, integrantes de la banda “BRS 18” protagonizaron un rito de iniciación, al grabar una salvaje golpiza que subieron a Facebook.

En la videograbación se observa a la víctima de 13 años, cuando es atacada a puñetazos y patadas por tres jóvenes en un arroyo aledaño a la Escuela Secundaria Técnica Número 36 de Cabo San Lucas.

La víctima debía superar la prueba de 18 segundos de golpes limpios, en caso de que quisiera incorporarse como miembro de la banda, o dicho en términos pandilleros, “brincar al barrio”.

El rito consiste en que el aspirante es rodeado por varios miembros de la pandilla, y tras recibir la señal, los integrantes comienzan a golpearlo, sin que tenga permitido devolver los golpes y tampoco tratar de cubrirse.



El pandillerismo es una grave amenaza que ninguna autoridad quiere reconocer, a pesar de que las pandillas evolucionan, y pasan de ser grupos vandálicos a células criminales de los carteles del narcotráfico.

“Es un bautismo de fuego”, explicó a ZETA un experto en delincuencia juvenil, quien detalló que “la salvaje golpiza es una exhibición de la violencia que vivirá desde ese momento en adelante en la pandilla”.

En el video, el joven que graba cuenta del 1 al 18, y después de que la estudiante de secundaria es bautizada, queda tirada e inconsciente por la paliza, mientras todos comienzan a reír.

“A partir de ese momento, y terminado el conteo, la joven pasó a formar parte de esa pandilla, como una especie de nuevo soldado, y comenzará a vivir la vida loca, de estar a las órdenes del jefe, cumplir todas las atrocidades encargadas sin discusión, y dar la vida por la pandilla”, dijo el experto.

El resto de los pandilleros “ahora serán como sus hermanos y cualquier problema que tenga como individuo, se convierte en problema de todos. La pandilla cuidará de su espalda, y ella, después de bautizarse, cuidará de la pandilla y luchará por la causa de pelear en contra de las otras pandillas, y ser la pandilla dominante”, comentó.

La joven estudiante, de nombre Jenny Díaz, salió a la defensa de sus agresoras identificadas como Magdalena Alonso, Azucena Ramírez y Magdalena García, estudiantes de la Escuela Secundaria Número 36 y de la Preparatoria CBTIS 256.

En un video subido a Facebook aclaró y pidió:

“Yo son Jenny, la niña del video, y quiero decir que todo es un error, ellos no me golpearon porque sí, no porque llevan mi sangre. Por favor, quiero que quiten todo eso. Ese video está incompleto y yo quise nomás pelearme porque sí, fue por mi propia voluntad y por favor quiten todo eso…”.  

LAS REACCIONES

Respecto a la golpiza propinada a la estudiante, el representante de la Secretaría de Educación Pública de Los Cabos, René Hernández, anunció una investigación, a fin de saber el nombre de la víctima y las victimarias y tomar medidas pertinentes por la agresión.

Oficialmente no se habían anunciado acciones al respecto, a pesar de que todas las involucradas habían sido identificadas como estudiantes de secundaria y preparatoria.

Por su parte, la presidenta de la Asociación de Padres de Familia de Los Cabos, Adriana López Monge, comentó que este rito de iniciación no es el primero que ocurre.

“Ya se han tenido más casos al respecto, pero lo más preocupante es que ni las autoridades ni los padres de familia hemos podido hacer algo al respecto”.

La madre de familia señaló que desde un principio han trabajado en el asunto de las pandillas, y desgraciadamente para los padres, no es algo preocupante o algo fuera de la realidad o cotidianidad.

Desde su punto de vista, todos se echan la bolita, porque las autoridades municipales y escolares afirman que es responsabilidad de los padres de familia, y supuestamente tienen la culpa por no educar a sus hijos, todos reparten culpas, pero a final de cuentas, nadie asume su papel.

Sin embargo, lo más grave es el crecimiento del pandillerismo y la amenaza de la socialización de la delincuencia.

El propio director de la Policía Preventiva, Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Los Cabos, José Jorge Ontiveros Molina, informó que oficialmente tienen detectadas alrededor de 30 pandillas en el destino turístico, las cuales van desde los 10 integrantes hasta los 150.

En el mapa delictivo de la delincuencia juvenil, algunas pandillas como “Los Norteños” y “Los Sureños” tienen una tendencia muy violenta.

No obstante, actualmente el gobierno municipal trabaja en la creación de dos programas: Jóvenes en Riesgo y Jóvenes en Conflictos, encaminados a atender a ese sector de la población y brindar las herramientas para descargar sus inquietudes a través de competencias deportivas, culturales y artísticas.

La guerra declarada entre “Los Norteños” y “Los Sureños”.

Advirtió que “el tema de las pandillas no es exclusivo del gobierno municipal de Los Cabos”, sino del Estado y la Federación, quienes conjuntamente buscan mecanismos adecuados para desalentar actividades delictivas cometidos por pandilleros juveniles.

Desde su punto de vista, “el problema del pandillerismo” no es alarmante, pero reconoció que las colonias más conflictivas son Mesa Colorada y Las Palmas en Cabo San Lucas,  donde su estrategia “no es hacer rondines y confrontar a los pandilleros”, porque “no somos sus enemigos”, sino identificar a los cabecillas de las bandas, ubicarlos y ofrecer pláticas sobre prevención del delito.  

EL MAPA DELICTIVO

Un estudio elaborado por la iniciativa privada, titulado “Vandalismo y Delincuencia Juvenil”, cuya copia obra en manos de ZETA, establece que los jóvenes que decidieron participan en pandillas, lo hacen por las siguientes razones:

* Vienen de familias con una fuerte carga de violencia intrafamiliar.

* Son hijos de madres o padres solteros que trabajan todo el día,  quienes dejan a sus hijos a su suerte o al cuidado de extraños.

* Traen una cultura de violencia porque provienen de entidades como Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Michoacán y Sinaloa, principalmente.

El número de pandillas que operan en Los Cabos, son de alrededor de 34 activas e integradas por jóvenes desde 11 hasta 30 años de edad, donde el común denominador es el alto consumo de alcohol, drogas, promiscuidad y participación en actos vandálicos y delictivos, pasando por riñas callejeras entre ellos y enfrentamientos violentos con las fuerzas de seguridad.

Acorde con el estudio, la mayoría de las pandillas se concentran en Tierra y Libertad, Mesa Colorada, Las Palmas, Paraíso del Sol, Chula Vista, El Arenal, Leonardo Gastélum, Los Venados, Los Cangrejos, Caribe Bajo y Caribe Alto y Valle del Cabo en Cabo San Lucas. En tanto, en San José del Cabo, es en las colonias El Zacatal, Luis Donaldo Colosio y La Ballena.

Durante los últimos años, el fenómeno del pandillerismo ha cobrado fuerza y crecido en su estructura social por las razones que a continuación se exponen:

* Algunas pandillas gozan de la protección oficial y de partidos políticos, pues sirven como grupos de choque en campañas electorales.

* Fungen como instrumentos de control político en zonas habitaciones, especialmente en las invasiones.

* Ofrecen a los jóvenes un atractivo menú de actividades de alta producción de adrenalina, sexo, drogas y alcohol.

* Cuentan con una amplia red de candidatos a reclutar, entre jóvenes provenientes de familias disfuncionales.

* No encuentran resistencia organizada y sistemática ni de parte de las autoridades, ni de la sociedad.

De ahí que, según un experto en delincuencia juvenil, las principales causas de formación de pandillas obedecen a:

 – La evidente impunidad, ya que al ser menores de edad, y tras una riña, son puestos en libertad sin mayores consecuencias.

– Los vacíos legales en materia de delincuencia juvenil, ya que los jóvenes desafían a sus  propios padres.

– El desdén de las autoridades escolares y municipales, quienes bajo una concepción populista, prefieren no entrar en conflicto con esa parte de la sociedad y solapan pleitos y conflictos, manteniéndolos b ajo cierto control; es decir, no eliminan a esos grupos sociales.

El experto en delincuencia juvenil consultado por ZETA indicó:

“Lo peor que puede pasar es el crecimiento de estos grupos, los cuales evidentemente tienden a crecer en capacidad de fuego y de recaudación de recursos a través de ilícitos, a grado tal que se puedan constituir como una verdadera estructura del crimen organizado y se dediquen formalmente a cometer robos, asaltos, extorsión, secuestros, crímenes por encargo, prostitución y el tráfico de droga”, tal y como ocurre en ciudades como Ciudad Juárez, Tijuana y San Diego.

“Las pandillas evolucionan, cuando no se hace nada, y pasan de ser grupos vandálicos a integrar su propia organización criminal con vida y decisiones propias, así como pasó con la llamada Mara Salvatrucha, la cual inició en El Salvador y empezó a expandirse a Guatemala, Honduras, Belice, México, Estados Unidos y Canadá”, detalló.

El único escenario para desmantelar estas estructuras, “es el trabajo conjunto de autoridades de los tres niveles de gobierno, bajo un esquema de represión selectiva que descabece a las bandas y reintegrar a sus seguidores a la vida de la comunidad en un trabajo multidisciplinario que privilegie las opciones deportivas, culturales, artísticas y de espaciamiento sano”, aunque por su dimensión, se tendría que generar una respuesta conjunta entre sociedad y gobierno.

De acuerdo con el estudio “Vandalismo y Delincuencia Juvenil”, las pandillas detectadas en la región son:

“Los Kachakos”, “Los Kachakos 13”, “Los 28 Inocentes”, “Los Sureños 13”, “La Sombra 7”. “Bola 8”, “Los Guazones”, “Los Chemos”, “Los Pelones”, “La Jauría de Lokotes”, “Los Fantasmas 18”; “Los Vatos Firmes”, “Los LDC 420”, “Los Guadalupanos”, “Los Norteños 13”, “Los BRS 18”, “Los Grabe”, “Los Berso”, “Los Krones”, “Los BLF 17”, “Los RST 33”, “Los LDI 18”, “Los RSA 14” y “Los West Side”.

(SEMANARIO ZETA/ Reportajez BCS/  Gerardo Zúñiga /Martes, 14 junio, 2016 12:00 PM)




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