Hace
25 años Pinochet fue vencido en las urnas. Un plebiscito para decidir
si el dictador permanecía o no en el poder le fue adverso, pese a la
maquinaria de terror que el militar encabezaba. El “no” de los chilenos
enterró al general. Y ahora, prensa y analistas políticos le dan crédito
al factor fundamental del repudio al general: la Franja del No, un
programa de televisión que se mantuvo al aire un cuarto de hora diario
durante un mes. Las dos figuras principales de ese segmento televisado
–y quienes tuvieron destinos diametralmente opuestos en los gobiernos
democráticos– hablan con Proceso.
VALPARAÍSO, CHILE (Proceso).-
Cuando aún resuena el recuerdo de los 40 años del golpe militar contra
Salvador Allende, otro aniversario agita la memoria colectiva. Este
sábado 5 se cumplieron 25 años del plebiscito de 1988, cuando las
fuerzas democráticas aglutinadas en la Concertación de Partidos por el
No derrotaron a la dictadura de Augusto Pinochet. De esa forma se
impidió que el militar siguiera al mando ocho años más, como establecía
la Constitución de 1980 aprobada en una fraudulenta consulta popular.
El
recuerdo de ese 5 de octubre es utilizado en favor de sus propias
agendas por el presidente Sebastián Piñera y por la expresidenta
Michelle Bachelet, quien aspira a un nuevo mandato con el respaldo de la
Concertación por la Democracia, hoy llamada Nueva Mayoría.
Piñera,
sabedor del enorme desprestigio de Pinochet, en las semanas recientes
ha intentado desmarcarse por completo del dictador y sus crímenes.
Y
lo hace pese a que entre quienes lo llevaron al poder figura el
filopinochetista partido Unión Demócrata Independiente (UDI) y a
sabiendas de que muchos de los altos funcionarios de su gobierno lo
fueron también de la dictadura, como su ministro del Interior, Andrés
Chadwick, militante de ese partido.
El principal argumento de
Piñera para distanciarse de la dictadura es haber votado por el no en el
plebiscito de 1988. El pasado 18 de septiembre, en entrevista con CNN
Chile, dijo: “Nunca me equivoqué en saber que bajo ninguna circunstancia
se justifican los atropellos a los derechos humanos, y Chile debía
recuperar la democracia lo antes posible”, e incluso disparó “fuego
amigo” contra la candidata de la UDI, Evelyn Matthei: “Ella votó ‘sí’ en
el plebiscito y eso fue un error”.
La derrota plebiscitaria de
Pinochet –lo cual para muchos es una gesta histórica– también es
aprovechada por Bachelet y su sector político: ella fue oradora única en
el acto de conmemoración este sábado 5 en el estadio Lo Blanco, de la
capital chilena.
Bachelet, con cerca de 35% de respaldo, es
favorita de cara a las elecciones del próximo 17 de noviembre. Matthei,
con 20% de apoyo, corre el riesgo de ser superada por otros tres
candidatos: Marcel Claude (izquierda extraparlamentaria), Marco Enríquez
Ominami (Partido Progresista, de centroizquierda) y el independiente
Franco Parisi.
Aunque muchos aspectos influyeron en la derrota de
Pinochet –como la protesta social, la desigualdad y el rechazo a las
violaciones a los derechos humanos–, la prensa y la opinión pública han
concentrado sus miradas en la Franja del No, espacio de propaganda en
televisión el cual fue determinante en el plebiscito de 1988.
La
Franja del No adquirió dimensión global gracias a la película No (2012),
protagonizada por Gael García Bernal y dirigida por el chileno Pablo
Larraín. La cinta convierte en héroes a los creativos, publicistas y
sociólogos de esa campaña, muestra cómo el equipo pudo imponer sus
consideraciones publicitarias a las orientaciones políticas de los jefes
de los partidos y señala que esa fue la clave del éxito.
Dos de
los pilares de ese equipo fueron el conductor de televisión Patricio
Bañados y el director de contenidos de la campaña, Eugenio Tironi,
sociólogo de la Universidad Católica de Chile.
La suerte de ambos
fue muy distinta después de la dictadura: mientras Bañados quedó
marginado de todo protagonismo, Tironi se transformó en la estrella del
nuevo gobierno. Fue director de comunicaciones del gobierno de Patricio
Aylwin y se convirtió en el ideólogo de la agenda modernizadora
impulsada por la Concertación en alianza con el empresariado. Ahora es
un acaudalado consultor que asesora consorcios en materia de
comunicación estratégica…
Fragmento del reportaje que se publica en la edición 1927 de la revista Proceso, actualmente en circulación.
/8 de octubre de 2013)
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